Partida Rol por web

Sus dos compañeros desbordaban confianza no querían emboscar ni esconderse, querían ir de frente contra lo que sea que vienera y él no podía quedarse atrás así que llevando su enorme espada a los hombros se coloca junto a Harold y espera con sus músculo tensionados a la espera que estuvieran lo suficientemente cerca para cargar contra ellos.

Enseguida se monta el revuelo general al ver la luz que porta Harold y se hace más visible lo que ocurre, en la zona de penumbra son ahora visibles los seres que hacían el ruido al avanzar, cuatro ranas de tamaño mediano con una cuerda al cuello avanzan por delante del grupo enemigo, tras ellas siguiendo las cuerdas, cuatro seres parecidos a ranas humanoides controlan el avance de las enormes ranas, se asemejan a una rana humanoide erguida con carne gris y ojos de color rojizo dorado. Sus brazos humanoides terminan en garras malvadas, para finalizar tras este extraño grupo avanza uno de estos seres que deben ser los llamados Tsathar, seguidores del culto de Pyaray, un poco más alto vestido con una túnica de cuero y armado con un kukri (esta daga, curva y pesada, tiene el filo en la parte interior de la curvatura característica de su hoja) anda tras ello hablando en su extraño idioma.

Las criaturas al ver a Harold con su luz se lanzan al combate, el líder al ver que solo son dos intrusos manda atacar a sus hombres.

Cualquier movimiento más rápido que la velocidad normal o si se efectúa un ataque se tendrá que realizar una tirada de equilibrio de dificultad 8 ( 3-7 pierdes el ataque, 1-2 al suelo )

Asalto 1

líder tsatshar 26

Damrod 23

Gerald 15

Ranas terribles 14

Tsathsar 10

Harold 3 ( suelo )

Mientras escuchaba los guturales sonidos que salían casi como si hablaran debajo del agua, como un chapoteo enfermizo, giró lentamente la roca tras la que se ocultaba, hasta encontrar, frente a él, al que parecía el líder de aquellos seres. Sonrió. Tal como esperaba, no se había percatado de su presencia, un error que podía ser fatal. Para él, al menos.

Sus pies resonaron en la oscuridad mientras se movía con velocidad hacia su enemigo. El arco, en su mano, ofrecía un tacto familiar que le tranquilizaba. No hizo falta mucho. Una vez uno tensa la cuerda y tiene la saeta preparada, es más sencillo, simplemente, dejarla ir. Cuesta menos que mantenerla. Siempre había sido así. Sus flechas tenían sed de sangre. Así que soltó.

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Inicia asalto porque Harold no puede superar la iniciativa de más de 21

El líder hace algo que sorprende al propio Damrod, en un visto y no visto, tras rebotar la flecha de Damrod contra la dura piel de la criatura, este flexiona sus largas piernas y de un prodigioso salto se coloca al lado del inquisidor, con un gran giro de muñeca consigue clavar el filo de su kukri en el cuerpo del arquero produciendo una dolorosa herida, tras el daño causado intenta morder con su gran boca pero sus colmillos no consiguen hundirse en el cuerpo del rápido inquisidor.

Tras ello grita en su idioma - " Kraras vin kun mi, la aliaj por tiuj du " -

La sorpresa se reflejó en su mirada ante la rápida reacción de aquella rana inmunda. Luego, esa misma mueca se convirtió en una de dolor tras la mordida del acero de aquél monstruo, que dejó un reguero de sangre en su costado y, por poco, no un mordisco también. Si no hubiera sido por sus reflejos, por un repentino movimiento que había hecho de manera casi inconsciente, habría salido mucho peor parado. Muerto, seguramente. Aunque eso aún podía pasar.

—Mierda.

Precipitadamente, pero sin perder un ápice de su gracilidad al moverse, retrocedió contorsionando su cuerpo y escabulléndose de las represalias. Repuesto del espanto que le producía aquella criatura, y dispuesto a vender caro su pellejo, volvió a apuntar, tensar y disparar. Todo en un único movimiento. Fluido y mortal. Al menos, de haberle dado.

Cuando la flecha volvió a rebotar en su dura piel, maldijo en silencio, mientras se preparaba para el siguiente embite.

Damrod se encontraba en problemas y debía ayudarlo así que sin pensarlo dos veces se fue al encuentro de las ranas pero estas evadieron su ataque con mucha facilidad. Por primera vez desde que entraron se encontraban en una situación desfavorable pero ya no podía hacer más nada le dejaría la parte de la estratégica a Harold y simplemente se dedicaría a aguantar y a tratar de matar cuantos más pudiera.

Los Tsathar sueltan las riendas de sus ranas y las lanzan contra Gerald, las tres intentan morder con sus grandes bocas al inquisidor hasta que una de las consigue atravesar sus defensas consiguiendo hacerle una pequeña herida. La cuarta es azuzada por su conductor para atacar a Damrod la cual corre a saltos hasta morder cerca del cuerpo del arquero, tras el su amaestrador carga hacia Damrod y al llegar a 10 pies da un salto colocándose a un lado y atacando con las afiladas uñas de una de sus manos. El resto de Tsathar salta por encima de las ranas colocándose tras el inquisidor Gerald, uno de ellos tropieza y no salta, el otro salta pero suficiente tiene con guardar el equilibrio, no obstante el tercero cae a la espalda del semigigante y aunque ataca no consigue dañar a Gerald.

De tener la situación controlada a pasado a descontrolada, el mayor número de enemigos a rodeado a Gerald y acosando a Damrod.

moverse más rápido del movimiento normal o combatir supone una tirada de equilibrio cd 8 ( fallo 3-7 no hay ataque fallo 1-2 al suelo )

Asalto 2

líder tsatshar 26

Damrod 23

Gerald 15

Ranas terribles 14

Tsathsar 10

Harold 3 ( suelo )

- " Sinjoro Pyaray helpas viajn infanojn defendi sin kontraŭ la malfeliĉuloj, kiuj atakas vian templon " -

Desde el clérigo hasta un radio de 40 pies desde donde está situado, una ola de energía mágica explota golpeando a amigos y enemigos.
 

Sería un buen momento para que aparecieras, cabrón de mierda. Pero sabía que no iba a ocurrir. El ser invisible que les acompañaba no iba a mover un solo dedo. Excepto para matarles. Eso, seguramente, lo haría con gusto llegado el momento. Uno que no iba a llegar si no lograban salir de allí cuanto antes. Y la cosa estaba complicada. 

Esquivó un nuevo golpe en el último momento, y de nuevo retrocedió. Cada vez era más difícil, pero podía hacerlo. Claro que podía. Con un ágil cambio de posición, se escabulló de ambos, echándose para atrás al momento con largas zancadas que le colocaron a unos metros de sus enemigos. Y desde allí, disparó.

La flecha de Damrod hace un tremendo daño al batracio, la herida es terrible pero no es mortal.

Me adelanto al ataque de oportunidad de Gerald.

Una tremenda ola de energía caótica arremete contra vuestros cuerpos y almas, a la par que sentís estremecer vuestras mentes por la maldad implícita en este lugar observáis como el enemigo parece aumentar sus energías alimentadas por la fuente de poder que emana en este lugar. 

Las tres ranas que rodean a Gerald aprovechan que este cae al suelo al resbalar en el resbaladizo suelo, una de ellas logra hincar sus dientes entre la armadura de este haciéndole una fea herida.

La otra rana al ver a Harold como llega corriendo para ayudar a Damrod y quedar desestabilizado tras la carrera por el fangoso suelo, aprovecha para morder con fuerza dejando una dolorosa herida en el cuerpo del clérigo.

Los tres Tsathar se agachan ante el cuerpo caído del semigigante y con todas sus armas naturales, garras, mordiscos, como animales salvajes desgarran y rajan. Uno de ellos sufre un pequeño colpaso y cae al suelo aturdido, los otros dos consiguen dañar al inquisidor, tras ello muerden el brazo y la pierna de Gerald causando grandes daños, si esto sigue así es poco probable que salga vivo de esta.

El cuarto Hombre rana ataca a Harold consiguiendo abrir una gran herida en el cuerpo del defensivo héroe.