Partida Rol por web

Unos y otros necesitáis descanso tras las aventuras del día, y tras quedar para el desayuno en el deli de la vez anterior, os vais a gozar de un merecido descanso.

A la mañana siguiente, ante un buen plato de huevos revueltos, bacon, salchichas, champiñones, alubias y tomate, con abundante pan tostado y mantequilla, podéis relajaros y comentar la jugada del día anterior.

Bueno-habló Kenneth desviando el tema para entrar en materia- ¿que habéis hecho estos días? ¿Conseguisteis algo?-les preguntó a Philip y a Michael segundos antes de meterse a la boca un buen trozo de bacon crujiente.

-Siempre directo al grano, me gusta- Tom escuchó atentamente a Philip y Michael mientras atacaba su abundante desayuno sin añadir nada a las palabras de Kenneth.

-Pues para ser sincero no hemos realizado grandes avances. - Digo con una mueca de disgusto.

- Fuimos a visitar a Arthur Emerson. Es el dueño de una empresa de importaciones. Elias fue por allí para interesarse por gente que trabaja con artículos de magia tribal africana, de Mombasa concretamente. Emerson le facilitó la dirección de un lugar llamado la casa del ju-ju, un local de Harlem, que tiene mala fama, y que trae artículos de un tal, ... - Dudo unos momentos y consulto mis notas para verificarlo. - Ah si, Ahja Sing.

- Por supuesto fuimos a esa tal casa del ju-ju, pero el tipo se cerró en banda y respondió con evasivas. Incluso mencionó no recordar si Elias había pasado por allí. Como si fuesen muchos blancos a esa tienda.

- ¿Y ustedes? ¿Han sacado algo más en claro?

-Espero que si...- murmuró Michael a quien aún se le notaba el malhumor por todo lo que podía haber ocurrido, y no ocurrió, ayer.

-Desde luego, aunque menos de lo que me gustaría. Es un poco largo de contar pero intentaré resumirles los hechos. Cuando me reuní con el señor Stevens tratamos de contactar con la señorita Carlyle pero no nos dieron cita hasta pasados dos días. Como habíamos previsto esta eventualidad cogimos un tren y fuimos entonces hasta hasta la universidad de Harvard en Cambridge. A la llegada nos reunimos con los señores Muller y morrington aquí presentes -dio un trago antes de continuar- Allí, además de descubrir que tenían un serio problema con las cañerías descubrimos que el difunto Elias había buscado un libro...mmm... sectas oscuras de africa creo que se llamaba pero el libro también había desaparecido. Nos dijeron que era posible encontrarlo en Inglaterra, por lo que no es de gran ayuda.

Tras aquello regresamos a la ciudad y nos separamos pues al día siguiente, es decir, ayer, teníamos la cita con la hermana del desaparecido millonario. La señorita Carlyle, que por cierto es toda una preciosidad, al principio no parecía tener muy claro querer ayudarnos, pero ante el irremediable encanto de unos caballeros como nosotros-bromeó con Tom- acabo dándonos algunas pistas bastante esclarecedoras. Su hermano consiguió una amante negra en su viaje. A su vez se volvió un poco loco, la señorita aseguraba que era la negra quien había causado esa locura en su hermano. Además parecía que el tal Brass, el matón que le acompañaba, era el único en quien de verdad se podía confiar, cosa que todavía no entiendo. Ese tipo es todo un misterio. Volviendo al millonario, por lo visto tenía pesadillas y sueños, y en su locura empezó a leer unos libros muy raros. Libros que, por cierto, la señorita Carlyle está dispuesta a dejarnos leer siempre que se estudien allí mismo. Asi que si alguno de ustedes quiere echarles un vistazo puede ir allí-finalizó encendiéndose un cigarrillo y observó la cara de sus compañeros complacido.

¡Tan poco como nosotros! - Pensó Tom al oir a Philiph.-  Se te olvida comentar que fue el Dr. Robert Huston quien convenció a Roger Carlyle de montar la expedición, que lo trataba como paciente y que los informes de las visitas de Carlyle al doctor se encuentran custodiados por el colegio de médicos, que supongo tendrá un sistema de seguridad bastante flojo. - Dejó unos segundos para que la idea del asalto al archivo del colegio flotara en el ambiente mientras tomaba un trago de agua - Aunque, no hace falta seguir está pista mientras tengamos otras.

Según parece, Elias hizo meritos suficientes para que lo asesinarán en el día de su llegada a NY, por lo que sus asesinos deben ser personas que sabían que estaba aquí. Por lo que sabemos solo Arthur Emerson y la gente de la casa del ju-ju lo vieron ese día. Sr. Morrington, ¿Sabía alguien, a parte de nosotros, que Elías llegaba a Nueva York? - aunque la gente de ju-ju tenían muchas papeletas para ser los que buscabamos, la tienda estaba en Harlem el mismo barrio que frecuentaba Carlyle con la negra.

Cita:

No que yo sepa. Solía ser bastante reservado, así que no creo que mucha gente supiera sus idas y venidas.

De acuerdo, lo que nos deja a Emerson y al dueño de la casa ju-ju como principales candidatos. ¿Que opìnan de ambos? - les pregunto a sus compañeros.

Michael iba atando cabos, y no le gustaba hacia donde le conducían. De todas maneras no dijo nada... aún; que le faltaban un par de datos por conocer.

Aunque una cosa era segura: iban a volver a Haarlem. 

De pronto, entre sus cavilaciones, oyó la pregunta de Tom, y respondió:

-El dueño de la casa Ju Ju me ha dejado desconcertado. O bien no sabe nada de nada o es un actor excelente... aunque me inclino por lo primero.-

-¿Que les dijo exactamente?-le preguntó Kenneth. La casa del ju-ju bien podría ser el lugar donde se escondían los asesinos de Elias, tuvieran que ver o no con todo lo demás, y aquello le escamaba.

-Absolutamente nada, cada vez que hemos hecho referencia a la lengua sangrienta o a alguna cosa ha salido conque eso eran cuentos de viejas, que no lo oía desde que había venido de Kenia y que buscásemos en una biblioteca o en el Smithsonian.- dijo Michael con ese peculiar cabreo que provoca la impotencia tras lo que agregó -Claro que lo hemos intentado por el camino "amable".-

Después de permanecer un rato en silencio escuchando con interés la conversación me decido a participar, en primer lugar para aclarar algo que no he entendido bien.

- Ese tal Brass... ¿Acompañó a la señorita Carlyle en su viaje? Y, ¿Por qué dice que era el único en quien se podía confiar a pesar de ser tan misterioso?

-Según la hermana el tal Brass era completamente leal a Roger Carlyle asi que debía ser una persona de confianza. Tampoco es que eso sea de gran ayuda pues desapareció con el resto. Asi que... ¿Por donde empezamos? Las pistas nos dicen que el meollo del asunto ocurrió en Kenia o podriamos empezar por Londres. Pero no se como lo ven ustedes, no tengo ganas de cruzar el gran charco sin un motivo de peso, y ese motivo es saber donde se esconden los asesinos de Elías. Se me ocurre señor Mundorff que usted es profesor, quizas usted y el señor Morrington podrían ir a la residencia de Erika Carlyle y echar un vistazo a los libros, seguro que les resultan interesantes. Mientras Howard, Stevens y yo podríamos regresar de nuevo a esa tienda de antiguedades-dijo mientras una idea maduraba en su cabeza-. Señor Muller usted puede ir con ellos si le parece bien, asi les podrá ayudar con sus conocimientos-trató de decir con tacto.

Pero, ¿no habíamos quedado en que mañana o pasado traerían los libros a Manhattan?

-Si, me refería a que se desplazaran a las oficcinas de la señorita Carlyle aquí en Manhattan-aclaró el detective.

Si, pero hasta que nos avisen los libros no estarán disponibles.- dijo Tom asintiendo a las palabras de Walter.- Todavía nos falta saber a que tribu o secta o que se yo pertenece el símbolo que grabaron en la frente del difunto. Hemos supuesto que es de la lengua sangrienta, pero no lo sabemos. Anteayer estuve un rato en la biblioteca pública buscando alguna referencía, pero temo que mis conocimientos no sirven.- comentó esperando que los profesores se interesaran por resolver el tema

Siento contradecirte Kenneth, pero Howard ya ha estado en la tienda y no nos servirá de mucho, por lo menos mientras continuemos por el camino amable.

-Ya, contaba con ello-dijo con una sonrisa mientras devoraba otro trozo de crujiente bacon- ¿a alguien se le ocurre alguna idea?