Partida Rol por web

Manhattan bulle de frenética actividad a las 10 de la mañana. El 287 de Lexington, situado en la esquina con East 35th. St. no se encuentra demasiado alejado del hotel.

El inmueble que está situado en el 287 se trata de un edificio de ladrillo de 7 plantas, plagado de apartamentos y oficinas, y con las escaleras de incendios en el exterior recién pintadas y lustrosas, situado encima de una tienda de comestibles con frutas y verduras frescas en el exterior.

La calle es ruidosa y con una actividad frenética a estas horas de la mañana

Localizais fácilmente la oficina 75, situada en el séptimo piso y por donde se accede a través de un moderno ascensor con las puertas de madera recién barnizadas y los cristales relucientes.

Al legar al descansillo, ves un cartel dorado al lado de la puerta, donde está escrito con letras góticas de color negro: "Prospero Books, since 1892. Manager J. Kensington"

Y en la propia puerta, sobre el picaporte un letrero indica "pase sin llamar".

La puerta te lleva directamente hacia un pequeño recibidor donde un miope secretario está tecleando algo en su vieja máquina de escribir.

Apenas hay espacio para pasar, pues numerosas cajas se amontonan en el pasillo. En la pared situada detrás del secretario se encuentra una puerta de roble con una cristalera casi opaca donde hay pegadas unas letras doradas. "Jonas Kensington, director".

El secretario eleva la vista de sus papeles y saluda a los investigadores. Y sonríe cuando reconoce a Ms. Marrow de alguna reunión previa hace años.

Buenos días , Ms. Marrow, y bienvenida a la Gran Manzana. Oh, hola, señor Goldberg. Ya imagino que están aquí ambos por el asunto de Mr. Elías. Mr. Kensington está al teléfono

se queda en silencio durante unos instantes confirmando esta información. En efecto, se escucha al editor manteniendo una conversación con alguien sobre algunas erratas de alguna publicación.

Acabará pronto...

Tomas entra despacio, observando lo que le rodea, intentando recordar si todo estaba en el mismo sitio que en su anterior visita. Se queda depié inmovil, en su metro cuadrado personal, esperando a que Ms. Marrow tome la iniciativa de la conversación. Antes era más activo, pero ahora se toma las cosas con más calma y precaución.

Andando despacio e intentando dejar constancia de su femenina presencia, se acerca lentamente al secretario...

Sr. Bucay, me alegro de verle, ¿Cuanto hace desde mi última visita?... ¿Dos años?

Si eso creo...

¿Que son todas estas cajas que hay por aquí?

Dicho esto se acerca a las cajas mirando calidamente al secretario...

Pues son... ediciones viejas descatalogadas, pruebas de imprenta y algunos nuevos lanzamientos de la editorial.

¿Bucay? Wheeler. Mi nombre es Wheeler. Esta mujer es muy despistada.

Intento mientras espero al Señor Kensington, averiguar si me llama la atención algo sobre las últimas publicaciones que están haciendo, mientras pregunto al secretario...

¿Vió en los últimos meses al difunto señor Elias?

Si, si, las pasadas navidades. Pero solo unos instantes, pues entró como una exhalación al despacho de Mr. Kensington.

Tomas algo intranquilo por la espera, pregunta.

-¿Podemos pasar a ver al Sr. Kensington?

Si, si, claro... parece que ya ha terminado de hablar.
Y en efecto, al otro lado de la puerta ya no se oye nada.

Se levanta y golpea con los nudillos la puerta del editor, quién responde con un "adelante".

Wheeler abre ligeramente la puerta

Señor Kensington, ha venido la srta. Marrow, de Boston. Y el señor Goldberg, que vino el otro día preguntando por el señor Elías, viene con ella.

¡Ah, si!, ¡Que pasen, que pasen!

Y Wheeler abre la puerta del todo y se aparta a un lado invitando a pasar a los investigadores.

Jonas Kensington se halla de pie tras su escritorio. Es un hombre de mediana edad, vestido con un informal traje de pana. Canoso , con la piel muy clara y ojos azules, aparenta unos 50 años. Sonríe afable ante la llegada de los investigadoress y con un ademán con la mano les invita a tomar asiento. A su espalda, en una estantería barata de pino se encuentran multitud de libros y multitud de pruebas de imprenta, bocetos y manuscritos de sus próximas ediciones.

Tomen asiento, por favor

Lindsey, llega lentamente al despacho del Sr. Kensigton... Llega andando despacio, procurando evitar la imagen mental del difunto que le viene a la mente...

Gracias por recibirnos, creo que ya se conocen por lo que no son necesarias las presentaciones.

Estos nervios no me dejan asentar mi mente... Es necesario que me concentre en la investigación... Animo

¿Podría contarme algo sobre el trabajo que estaba haciendo Elias o anomalías en su comportamiento en los últimos tiempos?...  Perdone que sea tan brusca, pero como podrá observar estoy muy alterada.

Tomas sigue a la Sta. Marrow como si de su propia sombra se tratara. Se posiciona a su lado intranquilo, levanta la mano ligeramente y saluda.

-Buenos días.

Después pacientemente espera la respuesta del director de la editorial.

En realidad no nos conocíamos personalmente, aunque Wheeler me dijo que vino un caballero de Boston preguntando por Jackson. dice Mr. Kensigton mientras tiende la mano hacia el misionero de Boston.

Le agradezco profundamente que haya podido sacar un rato para venir a visitarme hoy por la mañana, Ms. Marrow. Realmente toda la organización del funeral la estoy llevando yo, así que se pueden imaginar lo atareado que estoy. Jackson no tenía familia, así que somos sus amigos los que tenemos que organizar todo.

Jackson, ya sabe, estaba constantemente trabajando en ensayos sobre sectas de asesinos. Lo último en lo que estaba trabajando era en algo referente a la expedición Carlyle: se trata de una expedición a Egipto de un filantropo neoyorquino que tuvo lugar hace varios años, junto con un grupo de amigos suyos, ninguno de ellos profesional de la arqueología. Jackson estaba convencido que no todos los expedicionarios murieron.

Y recientemente le vi muy excitado y alterado emocionalmente. ¡Pobre Jackson! se involucraba demasiado en sus investigaciones y se creó demasiados enemigos.

Espero que saquemos algo en claro de todo esto... por lo pronto estaba trabajando sobre sectas de asesinos y se confirman sus indagaciones, al morir asesinado por las mismas.

¿Había publicado alguna información al respecto o le había dado alguna información preliminar al respecto?

¿A que enemigos se refiere?

Asiente a la pregunta de Ms. Marrow con la cabeza para continuar hablando

Elías publicó varios libros sobre sectas y el miedo como arma de dominación, todos ellos en nuestra editorial. Las sectas sobre las que escribía no siempre se tomaban bien que se escribiera sobre ellos.

Se levanta y comienza a rebuscar entre las carpetas en la estantería situada a su espalda mientras continúa hablando...

Y se recorrió medio mundo siguiendo una pista, veamos... me escribió desde Nairobi primero, y luego Hong Kong y la llamada desde Londres

Finalmente encuentra una gruesa carpeta color manila. Con mucho cuidado la abre mientras os da la espalda.

Lo tenía por aquí.... ¡SI! Aquí está.

Se vuelve hacia vosotros y deposita una carta sobre la mesa:

Cita:

Una maldita secta, como ven. Su trabajo ya nunca podrá terminarse.

Y una vez considera que ya habéis tenido tiempo de leer la nota la retira de la mesa y se dispone a guardarla de nuevo en la carpeta.

Una vez escuchada la exposición de el Sr. Kensigton, Tomas abre los ojos como platos. Parecía estar reviviendo una suceso ocurrido anteriormente.

-Nos disculpa un momento señor.

Agarra a la Srta. Marrow por el brazo y le dice.

-Acompañeme fuera un minuto, tengo que hablar con usted en privado.

Al darse cuenta de la situación, suelta su brazo y mira al suelo avergonzado mientras sale por la puerta.

Una vez fuera le dice en un susurro:

-Ha oido eso, es ahí donde debemos investigar, tenemos que ir a...     Nairobi. Todo encaja, la descripción de los agresores, los simbolos africanos... Tenemos que ir.- La conversación iba creciendo en volumen, debido a la excitación, hasta que lo último era perfectamente audible.

Ignorando el nerviosismo ante el contacto físico de Tomas, Lindsey no responde de inmediato, sino que se para a meditar haciendo un gesto de invitación a la relajación al compañero...

Estoy de acuerdo contigo en que todo parece coincidir y apuntar a Nairobi, pero debemos preguntarnos el motivo por el que el señor Elias, vino a Nueva York e intentó exportar la estatua desde aquí en lugar de recuperarla desde el mismo Nairobi.

Es posible que siguiera la pista de la estatua desde Nairobi, y sea el motivo del asesinato...

Creo que la clave de momento será la visita a Ju-Ju House...

Tras meditar continúa...

Me gustaría sacar algo más de información de Jonas...

Un poco más relajado contesta.

-Vale, vale, tienes razón. Me estoy dejando llevar por mi deseo de encontrar a los criminales. Es cierto, puede que la respuesta esté aquí. Te espero aquí, no quiero volver a interrumpir.

No se preocupe... En un rato estoy contigo...

Tras esto Lindsey avanza hasta el interior del despacho y continua con la conversación...

Sr. Kensigton, creo que es obvio que esta investigación debe estar relacionado con la muerte del difunto, pero... ¿podría concretar algo más de las sectas que investigaba... o cualquier otro detalle del motivo por el que quedó conmigo?

¿Goldberg se ha quedado fuera, a las puertas del despacho?

Kensington parece sorprenderse al ver que solo Ms. Marrow entra de nuevo en el despacho.

Su amigo, ¿se encuentra bien? ¿No está muy nervioso? pregunta un tanto intranquilo por la imprevisible reacción del misionero.

Bueno, no nos desviemos del tema, veamos, si, las sectas. ¡Se infiltró en los Thugs, por ejemplo, aunque de eso hace ya algunos años. veamos.... se da la vuelta y comienza a buscar algún libro en su estantería. Finalmente selecciona un par de ejemplares y los deposita en las manos de la joven parapsicóloga.

Aquí está. "Hijos de la muerte". Imagino que no se habrán tomado nada bien que alguien se infiltre en su secta y publique un libro sobre ellos.

Jackson estudia en este y en otros libros el modo en que las sectas manipulan los temores de sus adeptos y presenta a sus líderes como personas inteligentes y manipulativos aunque locos o que tienen algún complejo de inferioridad que intentan compensar matando inocentes. Si no hay temor, la secta pierde sentido y desaparece.

Alza la mirada y sus ojos se cruzan con los de Ms. Marrow.

No lo se para que la citó, srta. Marrow. No creo que sea para simplemente ir a cenar. Posiblemente querría hacerla alguna pregunta de su especialidad.

Mientras tanto, al otro lado de la puerta se escucha la voz de Goldberg hablando con Wheeler, pero sin que haya un volumen suficiente para poder entender sus palabras.