Partida Rol por web

Safira se quedó extrañada ante la reacción del marido. Lo miró a los ojos. Cuando lo miraba de esa manera, era capaz de saber si mentía o si decía la verdad, si le ocultaba algo, si estaba preocupado...

-Claro, esposo mío. Ya está todo dispuesto. Apenas un par de detalles que han de ser hechos antes de servir y ya está. 

Sonríe ante la frialdad de la esclava

- ¿Sabes que pronto serás mía, verdad? En cuanto padre falte todo lo que posee me pertenecerá... Incluida tu... 

Por el pasillo se escuchan los pasos de alguien, entonces te suelta y dándote una palmada en el culo te indica que te marches.

Mientras te marchas observas a un grupo de soldados del Señor que caminan en dirección a Álvaro, se ponen a hablar entre ellos y marchan por la puerta. 

En una de las puertas te parece ver unos ojos que os espiaban... Al poco la puerta se cierra... Se trataba de una de las puertas del servicio de la casona... 

Claramente tu esposo se encontraba nervioso cuando le hablaste de quienes aparecieron ante vuestra puerta y hablaban con él... Además, normalmente Eleazar realizaba sus mezclas en la mañana... Solamente trabajaba a estas horas cuando se trataba de algún encargo especial... Y, esta vez, no te había comentado nada... 

Ahora es cuando recuerdas que una de las figuras olía a flores y especias... No era un olor habitual en los hombres... Claramente era un perfume para mujer... Y de los más caros y exquisitos que realizaba tu esposo... 

Absorta en tus pensamientos como estabas, de pronto escuchas a tu pequeña llorar... Parece un llanto de miedo... 

Aliviada por el momento de tranquilidad al ver como el joven señor se fue por al puerta junto a otros soldados... en mente me quedo las palabras del joven y sin duda tarde o temprano, el dia que yazca muerto el señor Gregorio, no seria mi salvación,, seguro que sera peor el hijo.

Quien estaba espiando? supongo que por el lugar alguna criada o doncella, o doña urraca tal vez, me importaba poco, su palabra tenia vas valor que la mía y hasta la de un mendigo antes que yo.

Sera mejor que vaya a mis aposentos y descanse un poco hasta mas tarde... ni siquiera tenia hambre de comer.

Beltrán mira extrañado a Clara. ¿Tendrá esta jóven algo que ver con todo lo que está pasando?¿Tendrá relación con toda esta amalgama de jóvenes mujeres que se ha encontrado este día?

Mira alrededor y dice: - Cualquier lugar de la orden será seguro.

Claramente la muchacha, Clara, parecía nerviosa y aunque no dejaba de mirar a su alrededor su vista solía terminar siempre en el cuerpo de Margarita... En algunas ocasiones te parecía ver una ligera sonrisa en su rostro, aunque quizás sólo fuera un tic nervioso de la muchacha...

Curiosamente sus ojos eran de un verde profundo y su cabello rojo... Una muchacha así solía ser tachada de bruja o extranjera... Aunque no había rastro alguno de acento en su voz... Su piel era pálida y fina, claramente no era una piel maltratada por el sol ni el clima... Y su rostro... Aunque joven parecía albergar más vida que sus años... Si la mirabas muy fíjamente a los ojos tenía algo que te atraía hacia ella, que te seducía... Claramente esta muchacha se dedicaba a dar placer a otros hombres... 

al escuchar a ambos, asiento como confirmación de todo lo dicho por tarik, cuando ambos terminan de conversar tomo la palabra (claramente respondí al saludo primero del Emir cuando nos dirigio su palabra)

- Emir Hassán ibn al-Rachid, antes que nada agradezco como siempre vuestra magnífica hospitalidad, y me temo que ésta vez no vengo solo por motivos de amistad, si no con preocupación sobre los acontecimientos ocurridos en la ciudad, vengo para avisaros de aquello y que no se si sea buena idea quedarse por aquí mucho tiempo.

Intentando dar gravedad al asunto prosigo.

- Sabéis emir, que soy un hombre intuitivo, y todo lo narrado por tarik es por infortunio de todos mas una realidad que una fantasía aunque lo parezca. vengo a vos también en busca de consejo y ayuda, ya que mi familia se encuentra en estos instantes recluida en mi hogar.

Isabel miraba con curiosidad al caballero y se preguntaba el por qué del interés por gente de la plebe como ellas. La verdad es que no estaba acostumbraba a que nadie se interesase por gente que no se encontrase dentro de su mismo circulo, y a veces no ocurría ni eso. Le pareció buena idea confiar en él y esperaba no equivocarse. ¿ y si él pudiese decirles que es lo que estaba ocurriendo ?

 — Disculpe señor, ¿ podría acompañarlos yo también?  Yo tambien estoy interesada en saber más sobre la muerte de Ágata  y aún estamos buscando a una chica más que también ha desaparecido.— Isabel miró a los ojos del extraño y titubeante añadió   — Y siento insistir pero...¿ podría decirnos su nombre? Yo ya le he dicho cuales son los nuestros pero aún no se cual es el nombre o el tratamiento por el que he de dirigirme a usted.

- Buenos días señor! Me llamo María Escudero, mis padres son campesinos de las afueras y mi madre tiene modestos conocimientos de herbolaria que me ha enseñado, pero me ha dicho que si quiero aprender un poco más al respecto debería pedir le a alguien como usted me permitiera ser su aprendiz, así que me he tomado el atrevimiento de molestar le, eso sería posible señor? - . Dijo la joven y bella chica tras presentarse sonrojada y agachando un momento la cabeza a un paso adelante de su prima en espera de la respuesta del medico

Beltrán mira a Clara y sus ojos cansados parecen haber entendido muchas cosas, aunque fijándose bien en ella, el noble caballero piensa ... Estos rasgos me resultan muy familiares, no hace mucho he visto gente con estos mismos ojos y estos mismos cabellos. Cuando el pensamiento es interrumpido por Isabel, Díaz Hernández cambia el semblante y se pone más serio y responde:

-Beltrán Díaz Hernández, de la Orden de Santiago Apóstol.  - Se queda mirando extrañado a Isabel - ¿Por qué no iba a ayudar a resolver unas empresas que atentan contra todo orden lógico y casi hacen temblar nuestra Fe? Bien es cierto, que puede resultar extraño el hablar siquiera con personas del estado del suyo, más todos somos hijos del mismo Padre - Mira alrededor, como buscando a alguien- Aunque otros no lo piensen así, pero para eso estamos aquí unos cuantos elegidos por Dios. - Vuelve a mirar a Isabel. - Bien, si disponen, pueden seguirme

Mientras caminabas a los aposentos que compartías con el resto de esclavas escuchas risas que provienen de dichos aposentos... La puerta está cerrada, como siempre debe estarlo y desde dentro escuchas risas femeninas y masculinas... 

Al abrir la puerta observas como dos de las esclavas de servicio están desnudas y encima de un hombre que está también desnudo. En el suelo, junto a la cama puedes ver vestiduras de la guardia personal del señor así como las armas de estos... 

Con el ruido de la puerta los tres miran en tu dirección y ni siquiera hacen intención alguna de taparse o detenerse... Es más, el soldado, que te resulta familiar de verlo entre la guardia, te hace un gesto invitándote a unirte a ellos...

- Emir Hassán ibn al-Rachid, antes que nada agradezco como siempre vuestra magnífica hospitalidad, y me temo que ésta vez no vengo solo por motivos de amistad, si no con preocupación sobre los acontecimientos ocurridos en la ciudad, vengo para avisaros de aquello y que no se si sea buena idea quedarse por aquí mucho tiempo.

- Sabéis emir, que soy un hombre intuitivo, y todo lo narrado por tarik es por infortunio de todos mas una realidad que una fantasía aunque lo parezca. vengo a vos también en busca de consejo y ayuda, ya que mi familia se encuentra en estos instantes recluida en mi hogar.

Mira a Thafer con rostro algo serio

- Mi viejo amigo... No puedo marcharme aún de esta ciudad... Asuntos importantes y urgentes me obligan a permanecer en ella hasta que haya cumplido con mis propósitos... Si teméis por vuestra familia puedo solicitar que sea acogida en alguna casa con mayor seguridad, si os lo que deseáis y con ello os quedáis más tranquilo... 

Al poco un par de sirvientas os traen unos dulces y unos dátiles

- Bien, entonces... ¿Contaremos con su presencia en el banquete de esta noche? Podremos tratar estos temas con aquellos que conocen más la ciudad y están versados más en dichos... Asuntos...  

- Clara, Clara "La Roja" Mi Señor... 

Realiza una reverencia ante la presencia de Beltrán

- Si los tres estamos de acuerdo podríamos acudir a una taberna cercana... Es una taberna regentada por un noble señor y su devota esposa... Ambos acuden regularmente a misa y son muchos los clérigos y monjes que acuden a ella en busca de cobijo si no consiguen llegar a sus monasterios o iglesias... Si nuestro buen Caballero está de acuerdo y me lo permite, les guiaré hasta ella... No está lejos, sólo a un par de calles de aquí... 

Te das cuenta que la reverencia de Clara es muy correcta... Es una reverencia formal que haría cualquier dama noble en una corte... 

Un joven rubio de ojos claros te mira cuando entras, te echa una mirada de arriba a abajo, una mirada de desprecio

- ¿Quién eres tu niña? No eres más que una simple mujer... Y encima campesina... ¿Te crees con la osadía de pedirme ser mi aprendiz? No te conozco, no tienes nombre, ni fama ni siquiera tienes ningún tipo de conocimientos de erudicción sobre medicina... Anda niña, vuelve a tu casa y sigue jugando a las plantitas con tu madre... Las gentes de bien tenemos trabajo que hacer... 

Se gira y continúa atendiendo a las personas que se encuentran en la habitación. 

Con expresión de agradecimiento y reverencia respondo:

- Toda ayuda que podáis proporcionarme es agradecida gran Emir; pero e de insistir, temo por vuestra seguridad y la de vuestro séquito, se que la historia contada es menos impactante que la vivida pero os aseguro que a pesar de lo estrafalario que pueda sonar, la ciudad está ahora infiltrada por fuerzas oscuras.

Tomo algo de lo traído por la servidumbre, pero lo mantengo en la mano sin consumirlo para continuar con mis palabras:

- Emir Hassán ibn al-Rachid, por nuestra vieja amistad y en agradecimiento a vuestra buena voluntad me pongo a vuestra disposición para lo que sea que necesitéis ayuda, confío en que conocéis de mis facultades y la forma en como podéis disponer de ellas; mi deseo es que vuestra estancia aquí sea segura y amena a pesar de los malos presagios.

Prosigo después de una breve pausa:

-Respecto a vuestra invitación, será un honor para mi Emir, ser vuestro invitado en el banquete de ésta noche, por supuesto que estaré presente. 

Parecía que la gente estaba loca, lo que estaba pasando no era normal y solo pensaban en seguir como burros sin mirar...

"Lo siento" y me marche de la estancia, no me iba a poner con el soldado y tampoco tenia ganas. El soldado estaba de buen ver y ya tenia a dos chicas que le ofrecerían lo que busca.

Mi vida desde hace un tiempo era eso sobrevivir a base que abusen de mi, pero al final... me lo tome con otra perspectiva y intentaba disfrutarlo si podía. No todos eran gentiles sino todo lo contrario. Así que marche a lo alto para estar tranquila y ver desde alguna ventana y en algún lugar que me estuviese permitido mirar como pájaro enjaulado hacia la calle.

Díaz mira con cierta extrañeza a la jóven "Roja". ¿Cómo es que es esta jovenzuela maneja tan bien el saber estar y hace estas reverencias así?

Beltrán asiente desconfiado y dice : - Como gustéis y estéis más cómoda. No obstante cualquier lugar de la orden, está a nuestra disposición para lo que precisemos. Por favor - Extiende la mano- Después de usted

Ya estaba pensando en ir a espiar lo que hacía su marido cuando los llantos de la pequeña llamaron su atención. Al oírla dejó sus pensamientos de lado y acudió rauda a consolar a la niña. 

-¿Qué acontece, mi pequeña?