Partida Rol por web

-Vale, no entiendo nada, pero parece que esa niebla es inofensiva. Puede que haya alguna otra cosa al otro lado de las puertas que no lo sea, así que... -dijo el dunlendino sin acabar la frase.

No acabó la frase porque, apretando algo los dientes al sentir cómo su pierna volvía a resentirse por el movimiento, se colocó en posición para enfrentarse a lo desconocido: lanza en ristre, escudo orientado hacia el peligro.

El guerrero estaba preparado, ahora sólo quedaba que el resto del grupo se preparase. Ninguna precaución era poca.

- Si alguien va a entrar mejor que sea yo, me atáis con una cuerda ya que peso poco...puede que haya una pared en el fondo pero no sabemos si hay un agujero con la niebla...si yo caigo soy fácil de levantar Ulrij... - le señalo lo grande que es y añado - ...tú pesas mucho más que yo, así que compañeros digo dejando todo y atándome la cuerda a la cintura, es hora de que haga de explorador que para eso me uní a este grupo ¿no? 

Sonrío mientras me ato la cuerda y les digo:

- Agarradla bien si grito sacadme lo antes posible de allí. Con un tirón no deberíais tener problemas al fin y al cabo no peso demasiado...

Continué sonriendo un momento, sentado en el frío suelo, hasta que las palabras del grupo llegaron a mis oídos y me sacaron de mi sopor. Me levanté de a poco, pues mi cuerpo comenzaba a pasar factura por el cansancio de las caminatas y las peleas, y me sumé a los demás que se hallaban cercanos a una de las puertas.

"- Eres un loco, hobbit- le dije a Mut mientras me iba acercando-. Un temerario y un loco. Estás suficientemente malherido como para arriesgarte a caer por un pozo o peor, ser atacado por algo peligroso como bien dice Ulrij... Pero si quieres entrar, si aun así deseas lanzarte, prometo no soltar la cuerda ni aunque nos acechase un ave como la de aquella torre en el bosque- agregué sonriente".

Bajé la mochila y junto a ésta dejé el escudo para evitar que moleste al sostener la cuerda.

"- Vale decir que podríamos descansar por esta noche, ver en qué estado están los que dejamos en la habitación y mañana levantarnos en mejores condiciones- comenté finalmente".

-Amigos-me decidí a hablar- hemos tenido la fortuna de que no ocurriese nada tras las puertas abiertas, pero realmente nos hace falta descansar.

Miré a Mut, con su pierna malherida de la que tendría que estar soportando un terrible dolor, del mismo modo que Brazofuerte con sus heridas de aún más tiempo.

-Sed sensatos.. Al haber comprobado ya algunas puertas el posible peligro queda reducido. Angainor y yo podremos turnarnos para hacer guardia en reposo, en las escaleras cerca de vosotros. Si hay algún ruido o algo que nos alerte os despertaremos a todos. Creo que así ganamos todos, y los peligros que vengan nos encontrarán con más fuerza para combatirlos.

-Creo que tenéis razón. Nos conviene, sobre todo al pequeño guerrero y a mi -dijo el dunlendino en referencia a las heridas que ambos habían recibido.

No le gustaba admitirlo, pero realmente descansar era lo más razonable. Había perdido sangre y el torniquete no aguantaría para siempre. Unas horas de descanso podrían suponer que la herida comenzase a cicatrizar y así dejara de sangrar, con lo que tampoco necesitaría el torniquete... Todo eran ventajas.

Tampoco le parecía el mejor lugar para descansar, puesto que todavía quedaban demasiados lugares donde podía haber peligros, pero se fiaba de Lorgan y Angainor. Bueno, realmente más del enano que del mago, claro.

El componente más pequeño del grupo estaba decidido y ya se estaba atando la cuerda. Pero sus compañeros son de la opinión que el riesgo es mucho sobretodo teniendo en cuenta que dos de vosotros estáis heridos.

Así que a no ser que Mut se quiera lanzar solo a la niebla, desiste y se prepara con el resto a pasa la noche.

El grupo parecía decidirse, por los comentarios de antes, por la planta de las lujosas camas. Al menos no presenta tantas puertas como esta. Los accesos son separados, por lo que el que haga guardia, tendrá que ir de una a otra o mantener el oído bien atento.

Queda confirmar que va a ser en esa planta, que dependencias se van a ocupar todos en la misma o repartidos, los turnos de guardia y si ya no se va a hacer más hasta que amanezca.

Decido descansar y prepararme para entrar en la niebla, así que tras beber un buen trago de agua me preparo para descansar durante la noche y reponer mis fuerzas y curar mis heridas.

- Bueno descansemos durante la noche, mañana será otro día. Y tras una noche durmiendo unas cuantas horas y desayunando bien creo que lo veremos todo de otra forma...y me lanzaré a esa niebla con otro ánimo.

Dicho esto me preparo para descansar y dormir cómodamente durante la noche.

"- Me parece sensato. Descansar, comer, recuperar las energías que hasta ahora hemos perdido- comenté frente a lo dicho por Mut-. Podríamos volver al piso de abajo y aprovechar las comodidades que hay ahí... con trabar la puerta de la escalera y hacer guardia frente al ingreso a las habitaciones estaríamos bien y tomaríamos las precauciones necesarias- agregué".

Me di la vuelta y tomé la mochila, acomodándola nuevamente a mis espaldas, y luego tomé el escudo y pasé el brazo por las correas para sujetarlo. Habían sido unas horas agitadas las que pasaron, pero parecía no haber más personas en todo el lugar.

Repentinamente algo como un rayo pasó por mi mente devolviendo unas palabras que dos de los bandidos lanzaron al aire, algo que había pasado desapercibido para mí y tal vez para el resto, pero podría habernos generado molestias.

"- Los bandidos, la mujer... recordé algo que habían dicho los que encerramos- dije inicialmente con la mirada perdida como si continuara recordando, para pasar luego a observar al resto con seriedad-. Cuando los interrogamos hablaron sobre otro miembro de su grupo, un anciano loco que podría haber andado por el lugar sin que nos hayamos percatado. Sería bueno volver donde los dejamos y constatar que sigue todo en orden, como para no llevarnos sorpresas innecesarias- expresé haciendo una mueca de desagrado-. Tal vez podríamos ir con Lorgan y Douervis mientras ustedes descansan... o si así lo prefieren ir todos para no separarnos- concluí".

-La verdad, no estoy para caminatas inútiles -dijo el dunlendino señalando con el gesto a su pierna vendada, con el vendaje manchado con su sangre- Id si queréis, no os pienso detener, pero id con cuidado. Ah, y recordad que también había una mujer en la cocina... -ya puestos, podían aprovechar el viaje y traer algo para cenar, bueno, o al menos asegurarse de que no había hecho nada que les pusiera en peligro.

Buen guerrero, sin duda, buen compañero, menos duda cabía todavía, buena persona... a ver, era un dunlendino, tampoco se podía pedir peras al olmo...

-Amigo mío -me dirigí a Angainor- no pretendo echar en saco roto tus palabras, pero los combalecientes necesitan descanso y comida para restañar medianamente sus heridas, y a los que por suerte estamos indemnes tampoco nos viene mal recuperar fuerzas. Tienes razón en preocuparte, pero elloz no deben moverse. Uno de nosotros ha de quedarse aquí. El otro, con Douervis, podrá supervisar a los cautivos. ¿Te parece bien? ¿Quieres ir tú o prefieres quedarte?

Saqué mis raciones de viaje que llevaba en el equipaje, dejándolas a disposición de todos.

-Comed lo que necesitéis de lo que tenemos, pensando con sensatez que aún nos queda trayecto, pero la salud es lo primero. Veremos qué había en la cocina.

"- Te entiendo compañero, por eso lo dije al pasar, en caso que quisieran ir de todos modos- le comenté a Lorgan por sus palabras-. Sin dudas descansar es la mejor opción en este momento".

Terminé de acomodar los pertrechos que llevaba encima y luego me giré para ver nuevamente a Lorgan.

"- Como mejor creas, amigo... si quieres ve junto a Douervis y de paso de camino por la cocina podrían ver si hay algo que comer además de las raciones con las que contamos. En caso que prefieras quedarte puedo ir sin problemas- contesté al ofrecimiento".

Al quedaros parados comenzáis a sentir el fresco de la noche. Aunque el frío no es intenso si comenzáis a sentir entumecimiento en las extremidades.

Angainor había propuesto hacer una visita y a la habitación donde habíais atado a los capturados para ver si todo seguía en orden. Pero la charla seguía y aún no os habíais puesto de acuerdo con los integrantes de aquella breve expedición.

Mientras bajasteis a la indediata planta de abajo, donde estaban aquellas cómodas camas. Mut y Ulrij, los más heridos, tenían claro que lo sensato era que ellos debían de descansar, así que pudieron ir poniéndose cómodos.

La duda era entre Lorgan, Angainor y Douervis, cuantos se iban a quedar y cuantos bajarían. El prestidigitador no tenía ningún problema con hacer una cosa u otra.

-Si te parece, ve tú con Douervis. Sin duda eres guerrero fuerte y experimentado, si hay problemas contamos con tu fuerza y tu astucia. Un mago y un prestidigitador, por muy buenas intenciones que tengamos, no podremos hacerr tanto como tú. Además yo también necesito algo de quietud para poder recuperar mis fuerzas y lograr que mis hechizos puedan volver a usarse.. Haré guardia con los heridos y estaré atento a tus avisos, si algo sucede.

No sabemos cuánto tiempo podríamos descansar, y recuperar fuerzas todos era importante. Aún nos quedaba mucha torre por visitar, y quién sabe qué nos aguarda en ella.

Empiezo a colocar la ropa en una de las camas para pasar una buena noche, bien tapado para soportar las frías noches. Las pieles servirán para contrarrestar las bajas temperaturas.

- Angainor si vas a la cocina intenta traer lo que veas comestible, podría cocinar algo aquí algo y así descansaremos mejor. Podría ver si hay un brasero en esta sala e ir encendiéndolo para pasar la noche, con las pieles y el brasero no deberíamos tener problemas en estar calentitos durante la noche...

No me voy a meter en quién debe ir o no ya que en mi caso me ofrecería el primero pero la herida de mi pierna me lo impide de esta vez.

"- ¡Ja! Te he visto hacer cosas contra las que nada tiene que hacer mi maza- le contesté con una sonrisa a Lorgan-. Muy bien iré a ver cómo está todo y a la vuelta veremos qué hay en la cocina que nos sirva- agregué".

Giré mi rostro para ver en dirección a Douervis y le hice una señal con mi cabeza indicando hacia la puerta que daba hacia abajo.

"- Vamos entonces, compañero- dije al prestidigitador y comencé a caminar en dirección a la cocina y los cuartos donde habíamos dejado a los bandidos y la mujer, arma en mano y escudo preparado en caso que encontráramos sorpresas".

-Yo me quedo aquí a contemplar mis heridas y refunfuñar como un... -miré hacia el enano antes de darme cuenta de que estaba a punto de meter la pata y rectifiqué a tiempo- viejo. Eso. Bah...

Estaba un tanto desanimado. Lo de estar herido no iba con mi personalidad. Si por mi fuera volvería a encabezar la expedición, presto a acabar con cualquier peligro que hubiera quedado en la torre, pero mi condición no lo hacía nada recomendable. Bueno, ya habrá más oportunidades.

Dicho y hecho. Angainor y Douervis se preparan y descienden por las escaleras. El resto se prepara aunque seguramente no quieran ponerse a dormir hasta que vuelvan, ya que tampoco se espera que vayan a tardar más que unos cuantos minutos.

Descendéis y llegáis a la cocina. Allí todo sigue igual. Comida hay. Lo que no veis es ningún brasero, tendrías que ponerte a registrar los trastos de la cocina a fondo.

Por el momento lo dejáis y vais a la habitación donde estaban amordazados algunos de los integrantes de la banda y la cocinera. Dan un respingo al escuchar la puerta. Todo sigue igual también. Se debaten entre gimotear para pedir ayuda o el susto de que algo más malo les pueda ocurrir.

Dicho y hecho. Angainor y Douervis se preparan y descienden por las escaleras. El resto se prepara aunque seguramente no quieran ponerse a dormir hasta que vuelvan, ya que tampoco se espera que vayan a tardar más que unos cuantos minutos.

Oís como descienden sus pasos, en verdad hay bastante silencio. Algunos de vosotros necesitan un buen reposo, el mago recuperaría su posibilidad de nuevos sortilegios, la herida de Ulrij se podría cerrar. El hobbit no dejaría de cojear ya que se trata de una herida que necesita más tiempo de recuperación, pero un poco si mejoraría.

"- Ten cuidado en caso que llegase a aparecer el viejo del que hablaron los bandidos... puede que ande o no por estos lares- comenté a Douervis mientras nos dirigíamos a la cocina-. Veré cómo está todo en la habitación donde dejamos al grupo- dije mientras continúe caminando al cuarto una vez llegamos a la cocina".

Al entrar en la habitación y ver la reacción de la mujer y ambos hombres, levanté levemente una ceja mientras bajaba la cabeza, dándoles a entender que el ponerse a gritar no me resultaba una opción para nada apreciada. A su vez, me quedé un momento en silencio mientras observaba si las ataduras y mordazas de cada uno seguían bien.

"- Tranquilos. Tanto la mujer como Coerba no son más un problema... sólo necesitábamos asegurarnos que aquí estuviese todo en orden- les dije luego de observarles-. Mañana partiremos, descansen- agregué con severidad".

Cerré la puerta, asegurándola al hacerlo, y caminé hacia la cocina.

"- Todo está bien ahí- dije a Douervis al llegar, señalando hacia la habitación con mi pulgar- Veamos qué hay por aquí para comer y si encontramos el brasero, y volvamos donde el resto así nosotros también descansamos- concluí".

Enciendo un fuego en el brasero para ambientar la estancia y sobre todo para calentarnos un poco, ya que las noches son frías todavía. Tras encender el fuego me siento en una de las camas a la espera de que el resto regrese.

- Lo mejor es que esperemos a que regresen...habrá que estar atentos a las escaleras... - digo mientras pongo mi arco y el carcaj de las flechas por si fuera necesario disparar alguna. No podré moverme pero aún tengo algo de puntería.

Miro mi pierna y creo que será necesario que mañana le cambie el vendaje y la limpie bien, la verdad es que he tenido suerte porque pude haber resultado herido de verdadera gravedad.