Partida Rol por web

El grupo prefiere no acercarse demasiado a esos objetos por si se trata de alguna trampa. En cualquier caso en este lado de la cueva no parece haber nada más de interés, ni más salidas tampoco.

Retrocedéis unos pasos, hasta el punto de los restos de la hoguera y tomáis el otro camino.

Lo primero que se percibe en esta nueva cámara, son unos extraños y sin duda antiguos símbolos que adornan las paredes.

Esta cámara es más ancha que la anterior, pero al igual que esa, esta tampoco parece tener ningún tipo de salida, salvo por donde entrasteis.

Entiendes los símbolos, están en Dunael antiguo, pero tu dominio en ese idioma te permite leerlo con facilidad. Reza así:

“Oh, Señor de los Tesoros de la Tierra, acepta ésta, mi plegaria. No me lleves por los caminos de la avaricia de los ricos de tu reino, sino solo hacia la adoración de tus maravillas”

“Este es el lugar en el que esperaréis la llamada del Señor de los Lugares Oscuros. Limpiad vuestro corazón, purificad vuestra alma y abrid vuestra mente, y quizá seáis tan afortunados como para que os preste atención”

Esos símbolos te resultan familiares, están en un dialecto similar al Dunael. Parece tratarse de algún tipo de rezo o plegaria.

Los símbolos me resultan conocidos, aunque la lengua en la que fueron tallados ahora estuviese obsoleta. La lengua había evolucionado, pero aún me resultaba inteligible lo que allí decía.

-Amigos, puedo leer ésto, está en Dunael antiguo... Por lo que puedo entender, dice: 

“Oh, Señor de los Tesoros de la Tierra, acepta ésta, mi plegaria. No me lleves por los caminos de la avaricia de los ricos de tu reino, sino solo hacia la adoración de tus maravillas”

“Este es el lugar en el que esperaréis la llamada del Señor de los Lugares Oscuros. Limpiad vuestro corazón, purificad vuestra alma y abrid vuestra mente, y quizá seáis tan afortunados como para que os preste atención”

Me quedé unos momentos sopesando lo traducido, que parecía ser alguna especie de plegaria y advertencia. Muchas veces tomar en serio avisos como éste libraba de muchas desgracias posteriores.

-Parece que éste era el hogar de las plegarias de alguien. Nos recomiendan limpiar el corazón, purificar nuestra alma y abrir la mente... Parece fácil, pero no me fío. Quizás oculte algún truco todo ésto.

- Un encantamiento... - digo en voz alta y con cierto pesar - ...la magia últimamente no se nos da demasiado bien, pero por suerte tenemos un elfo entre nosotros que conoce los entresijos de la magia y a alguien que conoce la lengua...es un buen punto de comienzo... - digo intentando sonreír ya que la magia últimamente nos ha traído desgracias.

Repaso lo dicho por Axe.

- Hay dos caminos...uno de la avaricia que debe ser la sala del tesoro y otro el de sus maravillas...¿podría ser la cueva en sí misma la maravilla? Si es el Señor de los Tesoros de la Tierra...podría ser la misma cueva...

La segunda cueva parecía no tener salida nuevamente pero unas inscripciones en la roca llamaron la atención del grupo,  Naowën quedo sorprendido al ver rudo hombre leer el texto. 

Creo que hicimos bien en no tocar esos brazaletes, parecen ser algún tipo de ofrenda...pensativo repetía para si... purifica, purifica... El agua, el agua es lo más puro en estas cuevas y en ella puede estar la clave.

El elfo se acerco a la pared tocando los grabados, intentando percibir si aquel texto escondía alguna magia... cerro los ojos por un instante para abrirlos y recitar algo en su propia lengua.

Al adentrarnos en la segunda cámara, camino un poco observando los alrededores hasta que Axe llama nuestra atención sobre los símbolos de una de las paredes. Mientras nuestro compañero nos traduce lo escrito, rasco pensativo mi barba pues algunas palabras quedan flotando en mi mente un momento.

"- Mmm... Señor de los Tesoros de la Tierra...- repito luego de escuchar a Axe-. No sé por qué, pero ese título me ha recordado a Mahal, el Hacedor- comento al grupo, finalizando la frase con una respetuosa inclinación de cabeza al mencionar al ainur-. Sin embargo, es probable que me equivoque pues no creo que haya enanos por esta zona y, además, vale aclarar que dar plegarias no es lo nuestro- agrego riendo un poco".

Con mis compañeros centrados en los símbolos, decido volverme nuevamente hacia la entrada de la estancia, atento en caso que pudiese llegar alguna visita.

65 = nada

El grupo se muestra receloso ante aquella inscripción, tal vez pesan demasiado los recuerdos del pasado. Naowën examina por si con sus conocimientos puede detectar algún sortilegio en aquellas letras, pero no es el caso.

La cueva ya está vista, no parece haber mucho de interés, pero recordáis que aún quedan unas cuantas cuevas por explorar. Y a veces, la ausencia de noticias, son buenas noticias.

El enano ya va de regreso hacia los exteriores de la cueva y los Uncas parecen querer tirar de él, seguramente no les guste la humedad y la oscuridad del interior. Estáis en la que hace número seis de siete. ¿Qué hará el grupo a continuación?

Nada susurro Naowën,Estas escrituras no guardan nada en su interior... parece que de momento es otro camino sin salida, será mejor que sigamos revisando el resto de cuevas antes de que anochezca quizá alguna de las otras nos guarda alguna respuesta.

El elfo se encaminó hacía la salida de la sexta cueva en espera de que el resto lo acompañara e ir a la siguiente

La decepción de la falta de espectacularidad era frustrante. Por una vez, hubiera deseado presenciar algo mágico. Todo en mi poblado era físico: los cultivos, la fuerza, el trabajo... La magia era prácticamente ajena a nuestras vidas. 

Esa inscripción daba idea de ser algo más que meras palabras, y la ocasión de ver a nuestro amigo elfo en plena acción de sus poderes mágicos me había emocionado. Pero no pudo ser.

Al salir de la cueva entorné los ojos por la claridad del sol, haciendo visera con una de mis manos.

-Parece que no queda más remedio que visitar lo que no hayamos visto ya. Quizás ahí podamos encontrar alguna pista más sólida.

En vista de que nada sucede, vuelvo mis pasos hacia la salida de la cueva y aguardo un momento. Acaricio a los uncas que parecían haberse alterado ahí adentro, y luego miro los alrededores hasta que algunos de mis compañeros salen.

"- Así es, sólo queda continuar con el resto para ver qué podemos encontrar. Antes de entrar por aquí Mut mencionó unas huellas cercanas a una de las primeras entradas... quizás ese sea un buen indicio a seguir- comento al resto".
 

- Pues creo que hay una salida o entrada en una de las dos estancias amigos, el problema es que no logramos verlas...pero no veo mal rastrear el resto de cuevas a ver si tenemos más suerte o nuestros ojos están más despiertos... - digo con cierto pesar de no haber descubierto nada de nada, de todas formas echo un último vistazo en busca de algún detalle que llame mi atención. - ...y deberíamos ir pensando donde acampar compañeros, y descansar antes de la noche...ya que creo que la de hoy será movida...

Naowën salió de la cueva con el objetivo de echar un vistazo a lo que quedaba por explorar, el sol iba avanzando y el tiempo apremiaba.

Apuremos las horas de luz que quedan, quizá tengamos suerte en la siguiente entrada... y si hay algo que no conseguimos ver quizá la mejor opción es que las misteriosas luces nos muestren el camino.

Inspeccionar la cueva os había llevado poco tiempo, quince minutos a lo sumo. Así que aún era de buena mañana y faltaban horas pare el medio día.

Había un buen contraste de luz del interior al exterior y costaba unos segundos adaptar los ojos. Pero afuera nada había cambiado.

Desde afuera se veían el resto de cuevas con diferencias, pero nada que denotase el paso de personas, seres o animales. Había que decidirse por alguna de ellas y en este caso os decantasteis por la segunda.

Es una cueva algo más estrecha que la anterior, pero por lo que se puede pasar bien. Eso si, en fila de uno. Parece bastante larga y tras haber avanzado algo más de 30 metros llegáis a una bifurcación, el de la izquierda parece ser el ramal principal, el de la derecha es un poco más estrecho, pero se puede pasar.

Una bifurcación. Elegir entre la rama principal o una más estrecha.

- Yo de elegir elegiría la principal, la estrecha aunque podamos pasar ahora puede que no dentro de unos metros y nos encontremos en una ratonera y sin salida...aunque yo con mi pequeño tamaño puedo pasar mejor y haceros de avanzadilla si queréis...

Medir poco en algunos sitios es una ventaja, aunque también podría encontrarme con un animal de mi tamaño lo cual no sería bueno. Pero sin algo de riesgo no hay gloria.

-Cierto es que las bifurcaciones obligan a decidir, pero el ramal principal ahora también me parece la mejor opción. Tu tamaño te da ventaja aquí, Mut, así que creo que tú deberías hacer lo que propones de la avanzadilla, aunque sin perdernos de vista. A una mala, algo podremos hacer los demás.

La exploración de terreno era algo que me gustaba, pero siete cuevas se me hacían excesivas en este tiempo. Se haría de noche y quizás tendríamos problemas, mejor no demorarse.

-No perdamos tiempo entonces, si todos estáis de acuerdo. Yo puedo ir detrás tuya.

Aun quedaba mucho día por delante por lo que era mejor seguir explorando en busca de respuestas.  Esta vez probarían suerte en la cueva numero 2, el grupo entro en su interior hasta ver una nueva bifurcación.  El destino parecía serles esquivo, algo le decía al mago que aquellas cuevas guardaban algún secreto, pudiera ser mera intuición pero aquel aire, aquellos riachuelos, aquellas piedras hacían que el bello de los brazos se erizaban al adentrarse más y más.

Probemos suerte por cualquiera de ellos pues tendremos oportunidad de revisar los dos.

De momento tenían horas del día de sobras, aunque era la suerte la que permanecía oculta, Naowën tuvo tiempo de observar a sus acompañantes, no había tenido oportunidad de ver a muchos medianos, pero normalmente los que había conocido solian evitar los problemas, sin embargo Mut parecía estar acostumbrado a moverse entre ellos con gran destreza.

 Los enanos tampoco se prodigaban mucho en el mundo de los hombres, se sentían más comodos entre los muros de sus montañas y minas, Angainor tenía algo en su mirada la de alguien que no se conformaba con imaginar el mundo que le contaban sino de verlo con sus propios ojos.  Por último estaba Axe, un dunledino de los que ya pocos quedaban, un hombre fornido de los que asustan nada más verlo, pero aquel hombre parecía sin duda un gran compañero de viaje.

Había tenido suerte con el grupo pensó Naowën mientras entraban en la cueva.

"- Así es, continuemos por el camino principal y luego al volver podremos revisar este otro- digo señalando el restante paso de la bifurcación-. Por suerte aún tenemos tiempo y podremos visitar esta cueva y las otras- agrego".

La poca disponibilidad de movimiento no me agrada en absoluto y ciertamente agradezco la división del camino en dos tramos... nos permite acomodarnos un poco mientras nos decidimos, eso es seguro.

Observo las paredes de piedra y paso la mano un momento, intentando percibir si estas cavernas deben su existencia a la naturaleza o a la mano de alguien. Lo que encontramos en la cueva anterior sin duda nos hacía saber de la presencia de personas aquí, pero dónde estaban y a qué o quién adoraban dadas las palabras inscritas en las paredes. Por un momento recuerdo las cosas que había en el suelo y pienso si eso no era más que una ofrenda. "Entonces es bueno saber que no lo profanamos", me digo mientras sigo al resto por el camino principal.

Aunque parece decidido que si no es uno de los ramales, luego se hará el otro, hay que elegir el primero que se va a tomar. Y parece ser que el primero será el que es más ancho. Tanto como el mismo en el que os encontráis.

Angainor toca la roca, no está seguro de si es natural o excavada Se inclina más a pensar que es mitad y mitad, gran parte es natural, pero también fue excavada hace cientos de años.

Avanzáis por el pasaje, aun al amparo de la luz de la antorcha que porta Axe, poco a poco la cueva va torciendo hacia la izquierda más y más, enroscándose sobre si misma. Notáis que se está pisando sobre blando, es cieno, aunque la cantidad de este no es más preocupante que para manchar vuestro calzado.