Partida Rol por web

Tras una noche muy larga, despertaron en casa de Aedalus, ya descansados. El viaje de vuelta había transcurrido sorprendentemente sin incidentes. Alguno que había visto cómo transportaban el cadáver había supuesto que gente tan bien vestida y a la vista sólo podía estar ayudando a su amigo borracho a volver a casa. Un amigo enmascarado rarisisimo además.

Un cadáver yacía en el laboratorio y el reloj daba las 12 del mediodía.

Vyktor abrió de pronto sus ojos en su oscura habitación. Como una maquinaria que estaba programada para levantarse a esa hora. Y "maquinaria" era la mejor forma de considerar su estado... Había dormido fatal, en primer lugar por el cansancio tanto físico como mental, pero en segundo lugar, y mucho más pronunciado que el primer factor, es que su mal humor no lo había dejado pegar ojo. 

Dicho mal humor estaba originado en diferentes factores. El primero era la impotencia durante los hechos ocurridos la noche anterior. Primero el fuego y después su lamentable intento al entrar en la sombra de Amber. Pero ese factor era soportable, era algo con lo que podría haber convivido...

La segunda razón que provocaba su mal humor estaba derivada de la primera. Si solo hubiera sido su impotencia... Si la cosa no hubiera acabado como acabó... Si hubiera sido él quien hubiera acabado con la vida de Amber y no Aedalus... Aquel momento, tan efímero y eficaz, lo había llenado de una ira silenciosa. Y las constantes burlas de Victoria, tanto las anteriores como las que estaban por venir, no hacían más que alimentar dicha ira.

Por el momento se había podido controlar, pero el hierro cadente seguía amenazando con convertir su reputación en cenizas. Y de pronto Aedalus comenzaba a abusar cada vez más del contrato que Vyktor tenía con él. Estaba perdiendo libertad, se estaba quedando atrás en la jerarquía, era demasiado débil... 

Vyktor no estaba de humor ese día para abandonar sus aposentos ni para hablar con sus nuevos aliados. Si algún sirviente iba a buscarlo, procuraría despacharlo rápidamente y ordenarle que le bajará la comida hasta allí. Tenía una cita a las 6, y aunque su anfitrión estuviera muerto no podía faltar a dicho encuentro si no quería comenzar a levantar más sospechas de las que ya circularían sobre él.

Hasta que dicha hora llegara intentaría perfeccionar su habilidad. Se había dado cuenta de que necesitaba algo para defenderse más allá que su cuchillo. Pero no podía ir con un arma por todas partes. Comenzó a practicar la materialización de un arma de sombras. 

Relación esquemática de la información obtenida por la ingesta del Dr Amber

-Perfecto conocimiento de la anatomía humana

-Neurocirugía

-Localización, función y organización de las fábricas de Goulliard and Sons

-Idea general de los planes de Goulliard and Sons

-Enemigos de Goulliard and Sons

-Proyecto personal de manipulación cerebral y conexión a máquinas.

-Catálogo de los mejores antros y fumaderos del puerto.

-Sociedad

Charlotte, y Victoria se encontraron en  el comedor a la mañana. Entraron casi a la vez, Aedalus estaba ya sentado en la mesa.

- Buenos... días.

Es lo único que digo al entrar. Tengo ojeras, y además, sangre reseca alrededor de la boca.

Me acerco a Aedalus, pero antes de llegar hasta él me detengo y me quedo a una distancia prudencial, algo cohibida.

Cambio el objetivo de mi mirada de forma aleatoria. No sé a donde mirar.

- Buenos días - miro hacia la mujer - en vista de que ahora eres de los nuestros… - sonrío - me llamo Victoria, un placer - cambio de objetivo, dirigiéndome a Aedalus - ¿qué pasó con el doctor? bueno… - enarco una ceja - ¿que pasó anoche en mi ausencia? - hago una breve pausa, suspiro - entiéndeme, no es por ser cotilla, pero si somos aliados quiero saber que está pasando… Al fin y al cabo me he jugado la vida por ayudarte

- ¿Qué pasó con el doctor? - Repito mientras mis ojos ojerosos buscan un poco la respuesta. 

- Después de vuestro enfrentamiento con él y como no me podía permitir que huyera simplemente sesgué su vida. - Lo digo con frialdad absoluta pero antes de seguir hablando tomo un poco de café.

- Cuando volvimos a casa.  Charlotte. - Señalando a la chica nueva. - Me pidió quedarse a solas con su cadáver. Puedo imaginar qué pasó pero creo que lo mejor será que ella nos lo cuente. 

- Charlotte, por favor siéntate. Mi casa es tu casa. - Después de unos momentos en los cuales parece que mi expresión se vuelve un poco más cálida añado. - No te voy a presionar, cuéntanos lo que pasó añoche solo si quieres compartirlo con nosotros.  

- Me... me comí su cerebro.

Lo digo bastante débilmente, aunque afinando un poquito el oído se puede escuchar. Además, lo digo mirando al suelo.

Y después de eso, me quedo totalmente callada, aún mirando al suelo, sin saber bien qué decir ante este tipo de situación.

Me río a carcajadas, pero al ver que se siente incomoda o puede que incluso avergonzada paro y le digo con una sonrisa picarona - supongo que no te apetecerá desayunar - sonrío ampliamente y como para intentar quitar hierro al asunto digo - deberías relajarte y asumir tu nueva naturaleza, no pasa nada - me siento y me tomo un café - al fin y al cabo, no has hecho nada malo, ese hombre era un peligro para nosotros, ¿verdad? - miro a Aedalus -  así que, ¿qué más da?

Aguardo unos instantes en los que aprovecho para degustar el café y continuo - me gustaría saber más de ti, ¿si no es inconveniente? - frunzo el ceño y mirando la taza de café añado - hablando de inconveniencias, ¿dónde está mi querido Vyctor? ¿acaso está desayunando por su cuenta? - intento disimular una sonrisilla. 

Me levanto de la silla y camino, cojeando un poco, hacía Charlotte. 

Cuando estoy a su lado saco tranquilamente una silla y la invito a sentarse. Cuando se siente una marioneta le ofrece una toalla húmeda para que se limpie la sangre. 

Antes de volver a mi sitio respondo a Victoria. - No te preocupes Victoria, Vyktor se nos incorporará pronto - 

En cualquier caso, me quedo mirando a Charlotte esperando a ver cual será su respuesta a Victoria. 

Miro a Victoria antes de contestar:

- No... ojalá supiera algo. No sé nada de mi pasado. Ni mi nombre, ni mi familia, ni mi hogar... Solo sé sobre cosas que me gustaba y me sigue gustando hacer. Lo siento.

Hago una pausa de unos pocos segundos antes de continuar:

- Aedalus, creo que comienzo a comprender eso de "El poder de los Dioses" que me dijiste. Ayer tras... devorar el cerebro del doctor, aprendí cosas. No quiero decir que esa experiencia me hiciera aprender, si no que... sé cosas que sabía el doctor. Sé sobre sitios en los que no he estado nunca, y sobre ciencias que nunca he estudiado. O al menos que yo recuerde. ¿Es... algo normal entre nosotros?

- Cada uno de nosotros manifiesta de forma distinta el "don".- Vuelvo cojeando un poco a mi siento y prosigo. 

- Mi don me permite manipular la materia del universo a mi voluntad pero soy incapaz de interactuar con la mente abstracta de los seres vivos como puede Victoria. - 

- La razón principal por la que diferentes personas tienen diferentes poderes escapa a mi conocimiento. Por eso una de mis investigaciones principales se basan en comprender la naturaleza humana y del cerebro. El mayor experto de Agartha sobre ello era el Dr Amber. 

Hago una pequeña pausa porque no sé si decir pero añado. - Tu poder puede ser absorber el conocimiento de las personas que devoras... En ese caso te puedo preguntar ¿Qué sabía el Dr Amber sobre los de nuestra condición? 

- Lo consideraba una maldición. Él... nos despreciaba, y se despreciaba por ello. Sin embargo, se acercó bastante a controlar como se enfocaban los poderes a partir de operaciones cerebrales.

Me pongo una mano en los ojos, percatándome de algo que claramente me molesta.

- Es irónico. Ahora mismo sé más sobre la vida de Amber que sobre la mía propia. Creo que entiendo el pensamiento del doctor Amber de que esto sea como una maldición.

Y me percato también de que probablemente, yo sea ahora la mayor experta de Agartha acerca de la naturaleza humana y el cerebro. Y eso me preocupa, porque me hace sentir que seré buscada y en el peor de los casos, asesinada. Sé demasiado sobre algunos temas, y si seguía comiendo cerebros, cosa que será inevitable dados mis instintos, sabré aún más. Necesitaba la protección de esta gente.

Las palabras de Charlotte por un lado me entristecieron pero no podía evitar que mis ojos se iluminaran ante las implicaciones de los poderes de Charlotte. 

- ¿A qué te refieres con controlar como se enfocan los poderes?-

- No lo entiendo demasiado bien, porque no he podido vivir su poder, pero podía ver como unas vías en el cerebro relacionada con los poderes. Y bueno... lo aprovechaba al máximo.

No acabo de entender muy bien la respuesta pero paso a otra. 

- ¿Qué sabía él de Gill Goullard? 

Dudo antes de hablar, pues es una información importante y no estoy segura de por donde empezar.

- Pues conoce... bueno, conocía, tanto los planes de los Goulliard como la localización de sus fábricas. Gill Goulliard y él eran bastante amigos.

Se nota que llevaba mucho tiempo esperando devorar la información que Charlotte tenía ahora en su cerebro. 

- ¿Qué sabía él sobre Ikarus? ¿Quién diseña sus máquinas? ¿Cómo consiguen la materia prima para su maquinas? ¿Cual era su objetivo?

Mientras tanto, Vyktor pasaba la mañana absorto en sus pensamientos y practicando una y otra vez con las sombras.

Al principio su frustración no le permitía concentrarse pero al cabo de un rato consiguió crear un réplica exacta del mandoble excálibur. 

No descansó hasta que consiguió crear una cimitarra en condiciones.