Partida Rol por web

El gangrel sonrie socarronamente y añade, medio burlón:

-Ahora haríais bien en preguntaros... Si Monçada desconfía de Montalbán, sin que éste haya hecho nada por ganarse su recelo... ¿por qué habría de confiar en vos?

Françoise continuó siguiendo al carromato por las cada vez más estrechas callejuelas de Burgos.Extraños sollozos habían surgido del interior de la calesa,mas el ventrue no había logrado acercarse tanto como para saber de qué o quién se trataba.

En silencio,el cainita prosiguió con su cuidadosa persecución.No tenía idea de lo que realmente perseguía,pero se le antojaba algo tan fuera de lo común que no podía rendirse ahora...

Con su rápido traqueteo, el carruaje se adentra en los caminos que bordean la ciudad de Burgos, paralelos al río. Pronto los edificios y la muralla se pierden de vista en la oscuridad de la noche y, tras atravesar un pequeño bosquecillo, el follaje deja paso a un claro en el que se asienta lo que sin duda parece ser un monasterio.

La gruesa mampostería hace de éste un sólido edificio, sin duda abandonada su antigua función -rodean el monasterio viñas salvajes, y un huertecillo, sin quien los cuide tras la marcha de los monjes-. Algo en la construcción lo hace amenazante.

Desde tu parapeto tras uno de los árboles ves como el carruaje se detiene ante la puerta principal del monasterio. El criado pelirrojo, al que ya has visto conduciendo el vehículo, es el primero en descender. Abre la portezuela y de ella sale una mujer muy alta y irracionalmente pálida, de la que parece emanar un frío sobrenatural. Sus pasos son altivos y soberbios, y empuja sin piedad a un hombre fuera del carruaje, que gimotea y solloza como si le fuera la vida en ello. El criado se hace cargo del prisionero y lo conduce hasta el interior, no antes de que la gélida mujer haya entrado en el monasterio...

Sin duda éste no es un monasterio común pensó el Ventrue intrigado.

El cainita francés aguardó un par de minutos,tiempo prudencial para que los misteriosos paseantes nocturnos se adentraran en el edificio,antes de que él mismo se dispusiera a entrar.

Durante ese lapso,Françoise observó detenidamente la estructura y disposición del monasterio:ventanas,si éstas contaban con enrejados,pisos y puertas.Asimismo intentó localizar el símbolo cristiano,la cruz,para determinar si era éste uno de lus lugares sagrados...

Las figuras desaparecen en el interior y pronto el frío desaparece. Una observación más detallada del monasterio revela una inscripción en una piedra cercana: Monasterio de San Isidoro. No hay duda de que éste era el cometido del edificio tiempo atrás. Tanto su decoración como su estructura lo declaran abiertamente. Sin embargo, y salvo por las personas que acabas de ver entrando (la alta mujer, su criado y el prisionero) no parece estar ocupado por nadie más. Es probable que los monjes abandonaran el monasterio en el pasado para reubicarse en otro lugar, y la mujer hubiera aprovechado para hacer de él su guarida... Sin embargo, tal cosa no pasaría desapercibida entre los vástagos de la muy cercana Burgos, así que supones que ellos conocen el lugar y a su actual habitante.

El edificio es un monasterio al uso y tiene planta en forma de cruz, siendo el eje central el lugar ocupado por el claustro al aire libre. El lado más pequeño de la cruz es el que ocupa la fachada, donde se encuentra la puerta principal. Los dos brazos de la cruz, a izquierda y derecha del claustro parecen contener las celdas de los monjes y las salas de uso común. Hay ventanas desperdigadas por estas dos alas, pero no se pueden alcanzar desde el suelo. En cuanto al lado más largo de la cruz, sin duda debe contener la capilla y el scriptorium.

Estás planteándote la mejor manera de entrar cuando se oye el ruido de unos caballos acercándose hasta tu posición...

-Lo que piense Monçada no es problema mío sino del mismo Obispo. -Respondió secamente. ¿Por qué esos ¡animales¡ siempre se tomaban las libertades y el atrevimiento de hablar con tanta soltura de lengua?

Así que la querían para hacer de una suerte de peón. Tal como Montalbán la había utilizado en su momento para deshacerse de la naciente Camarilla hacía quince años atrás.

-Si deseás que colabore con la revuelta burgalesa, pues necesitaré organizar las cosas para que salgan bien. ¿De cuánto tiempo se dispone? -Preguntó la mujer pensando y repensando.

Ya en pocos segundos había urdido un pequeño plan. Algo que tenía en mente desde los tiempos en que arribara junto con su hermano a esas tierras. Tal vez era su as bajo la manga.

-Quiero imaginar, que si todo esto que planea Monçada surte efecto y al fin el rey es depuesto, tendrá alguna pieza preparada para colocar en su lugar. ¿O no?

Tania no iba a trabajar para que sus esfuerzos fueran vanos.

El assamita sonrie sibilinamente por debajo de su capucha.

-La reina Juana aún vive, mi señora Valach. Algunos dicen que está loca, pero probablemente sólo es propaganda de su hijo Carlos, responsable también de su encierro en Tordesillas. Mi señor Monçada cree que sería la candidata ideal: es española, hija de los Reyes Católicos, tiene más derecho al trono que su hijo y además... es fácilmente... digamos, convencible. Pero hacéis mal en no dejar que Rowen satisfaga vuestra curiosidad, puesto que para eso hemos venido. Nos ayudaréis a controlar y, en último caso, a neutralizar a Montalbán porque así Monçada os contará lo que sabe de vuestro hermano Ivens...

Françoise se hallaba absorto en su escrutinio del monasterio cuando de repente cayó en la cuenta de que alguien se acercaba.Rápidamente,el vampiro buscó un lugar dónde ocultarse mejor,para evitar ser descubierto.

Esta noche está siendo realmente concurrida pensó el Ventrue,intrigado por la nueva compañía...

Tienes el tiempo justo para esconderte tras los arbustos antes de que aparezcan en el camino dos jinetes cabalgando a paso vivo. Vienen desde Burgos, por lo que parece. Cuando pasan a tu lado no puedes evitar sentir un escalofrío largamente olvidado...

Los dos jinetes sobrepasan tu posición a gran velocidad, por lo que apenas puedes distinguir las formas de sus cuerpos. Uno parece menudo y esquelético, y va cubierto con una espesa capa; el otro es mucho más corpulento, y la espada en su cinto lanza destellos a la luz de la luna.

No puedes evitar cierta sensación de familiaridad ante la escena. Pero... en el caso de que conozcas a los recién llegados, ¿no significa eso que ellos también te reconocerán si logran verte...?

Detienen sus caballos a la puerta del monasterio.

Tania enarcó una ceja. Se iba a fiar de esos sujetos pero sólo lo suficiente como para mantenerlos al margen de sus propios planes -a menos que le resultaran de suma utilidad-.

-¿Y por qué 'neutralizar' a Montalbán? -Preguntó cruzándose de brazos. -¿Acaso hay algún problema en que se me informe sobre el paradero y la suerte de mi hermano? Me extraña que alguien en la posición de Monçada necesite 'neutralizar' a un subordinado para poder develar una información que, al caso, sólo es de singular importancia para mí.

Uriah sentía indefectiblemente y a través de las miradas agudas que su ama le disparaba, que debía retirarse del salón donde la reunión se llevaba a cabo. Por lo tanto y en completo silencio se dirigió hasta la puerta, para cerrarla sin el más mínimo ruido tras de sí, y quedarse a un costado guardando la entrada, a la espectativa del menor grito -pues así le llamaba su ama- para acudir presto al servicio de ella.

-A ver... -Cambió de tono cual maestro que espera la exposición de un discípulo. -Entonces no acallemos al señor Rowen y dejemos que me explique todo lo interesante que tiene para contarnos sobre lo que sabe... ¿O es que sonaría mucho mejor contada su historia de boca del propio Obispo Monçada?

El assamita repone, divertido.

-El señor Monçada es bastante astuto, por lo que he podido ver. De momento no está alentando ningún combate abierto entre el obispo Montalbán y vos, pero debe saber que si la Camarilla se entromete, es un momento propicio para que cualquiera de los dos empiece a albergar ideas extrañas por su cuenta. Así que ante la posibilidad de dos subordinados poderosos luchando en un momento crítico por debilitar el poder de la Espada para sus propios fines, imagino (quién sabe qué piensa el arzobispo en realidad, francamente), imagino, digo, que lo mejor que se le ocurre es contrapesar vuestro poder con el de Montalbán y viceversa. Si yo fuera más malpensado de lo que debiera, temería que ahora mismo el obispo esté recibiendo una visita similar a ésta. En ese caso, con Montalbán y vos, cada uno creyendo por vuestro lado que tenéis la confianza del arzobispo, sois más fácilmente manipulables en caso de que las cosas vayan mal, y Monçada se asegura de que sus órdenes de incitar a la rebelión son cumplidas al menos por uno de vosotros...

Ante la mirada un tanto extraña de Rowen, repone:

-No te preocupes, amigo. No le debemos lealtad a Monçada, ni tampoco (con vuestro permiso, señora), a esta dama. Pero si vamos a pasar las próximas semanas en su bando, es justo que le haga partícipe de mis sospechas. Si está precavida, menos posibilidades hay de que sucumba a la traición, y con ella, nosotros... En cuanto a vuestro hermano, nada sabemos nosotros, pero Monçada no habría jugado esa carta sin estar seguro de poder cumplir con su promesa...

Luego de las palabras de Rashed, obviamente Tania andaría con más cuidado, ya que si ahora aquellos enviados estaban de su lado por conveniencia, seguramente mañana, si el viento no soplaba a favor, quizá le clavaran un puñal por la espalda para venderla al mejor postor. Así y todo, ella sabía que no fallaría.

Dedicó una última mirada a los dos secuaces como si los examinara.

-Muy bien. Entonces me parece que deberemos ponernos en campaña para lograr lo que se nos ha pedido. Y os pediría que organicéis la manera de ver en lo próximo cercano el tema de la entrevista con Monçada. Tengo forma de organizar la revuelta que Monçada y La Espada necesitan. Sólo es cuestión de tiempo y de tener vuestra 'generosa' colaboración. El resto es sólo esperar los resultados a una simple orden.

Solo en la ciudad de Burgos,sin contar aún con aliados fiables,el ventrue no podía permitirse el lujo de arriesgarse.Si conocía a los dos individuos que acababan de de sobre pasar su posición tendrían que esperar.Y si eran adeptos de los advenedizos Lasombra,entonces mayor razón para que no le vieran.

Françoise aguardó mientras los recién llegados desmontaban de sus corceles.La luz aún no le permitía observar bien los rasgos de ninguno de ellos,si bien la sensación de que les conocía no abandonaba su ser...

El francés esperó para ver si entraban como invitados en el monasterio,si se les requería alguna contraseña,o si había alguien en la puerta que luego pudiera detectarle a él...

Rashed y Rowen asintieron.

-Hemos hecho de un antiguo molino a las afueras nuestro refugio. No es sofisticado, pero está lejos de la visión de Montalbán, y a diez minutos a caballo de aquí. Enviad a vuestro criado cuando tengáis órdenes para nosotros, mi señora.

Poco después, abandonaban tu presencia, dejándote con la complicada, aunque ciertamente gratificante tarea de urdir una rebelión a gran escala en la ciudad de Burgos...

Desde tu escondrijo observaste lo siguiente: las dos familiares figuras descendieron de sus caballos y llamaron al pesado portón. El criado pelirrojo que había conducido el carro mantuvo una conversación con ellos, -sin embargo, te encontrabas demasiado lejos para oir lo que decían-, al cabo de la cual volvió a introducirse en el interior, para emerger de nuevo permitiéndoles la entrada al monasterio...

Esa misma noche, luego que los cainitas se hubieron retirado de la fortaleza, Tania puso manos a la obra. De todas maneras, el plan que tenía urdido en su mente le serviría de una u otra manera.

-Conseguirás para esta misma noche dos mujeres. No me interesa cómo lo hagas pero serán dos mujeres sanas. Encuéntralas en las afueras o en algún pueblo o villa cercana. -Le ordenó la cainita a su ghoul. -Y las traerás aquí, colocándolas en las celdas del subsuelo, preferiblemente desmayadas para que no me molesten con sus gritos y llantos, ni interrumpan mi trabajo. Y una vez que las tengas, me buscarás inmediatamente. ¡No se te ocurra traerme dos hermanas ni vecinas! ¡Eres tan estúpido que eres capaz de secuestrarlas hasta de la misma casa! No tengo ganas de andar lidiando con intrigas ni sospechas. ¡Vamos! ¡Vé ya mismo!¡Desaparece de mi vista! -Le terminó gritando haciendo un movimiento de desvanecimiento con las manos.

Cuando los hermanos Valach adquirieron aquella propiedad, la encontraron propicia por muchos motivos. La estructura del edificio era sólida y sus ventanas y accesos al interior lo suficientemente pequeños como para hacer más fácil el ingreso de indeseables. Y el tapiar la mayoría de las ventanas había resultado una tarea más rápida y fácil. Otro motivo por el cual la fortaleza les era de gran beneficio, eran sus terrenos colindantes, todos ellos pertenecientes a la antigua orden de monjes. En aquellos acres de tierra fértil, los monjes tenían viñedos, los cuales al momento de llegar los cainitas, estaban casi perdidos y descuidados. Pero con la fuerza de espíritu que siempre les motivaba, habían logrado recuperarlos, contratando como empleados a muchos ciudadanos de las afueras de la ciudad, los cuales trabajaban en los viñedos cultivando y cosechando las vides.  Era un negocio que a los hermanos les redituaba su buen dinero y considerable entrada...

Uriah asiente, tomando nota mental de su cometido con cara de susto.

-Ddd-dos herm-mmmanas... ¡no! No, no, dos hermanas no. Dos mmmmujeres. Distintas. Así lo haré, mi sss-eñora. La n-nnnoche próxima pppodrá dispppponer de dddd-dos ¿doncellas?. ¿Y en cuanto al juddddío Yehudá? No pp-podré vigilar la p-plaza si cump-plo está mmmmisión. ¿Quiere tammmmbién que m-m-ate al hom-m-m-bre de la tab-b-berna?

-¡¡¡Estúpido imbécil!!! -Bramó la mujer propinándole una buena tunda. -¡¡¡Las mujeres las necesito ESTA NOCHE!!! ¿A caso no comprendes que debo trabajar con rapidez para lograr mis planes? ¡Ve ahora mismo a conseguirlas, he dicho! Tendrás todo el día de mañana para encargarte de ese tal Yehuda. Y ahora desaparece de mi vista. Empiezo a enervarme de sólo verte... -Siseó.

Y mejor que Uriah cumpliera con su misión al instante si no quería desatar aún más la ira de su ama...