Partida Rol por web

Las sombras de la rebelión: Castilla, 1520 [INCONCLUSA]

Toledo

Cargando editor
23/09/2008, 16:52
Leviatán

-No, no, al señor cadenas no se le puede molestar. Lo dejó dicho el señor barbas. El señor barbas tiene garras que queman y sólo Leviatán (así dijo) sólo Leviatán puede llevarle ratas. No veréis al señor cadenas, pero Deumes, Deumes sí sabe qué hacer con nuestro nuevo amigo de Milán. Dubidubidubá...

El extraño nosferatu, que sin duda parece algo perturbado, te invita a seguirle por un largo pasadizo de las catacumbas...

Al cabo de varios giros y regiros que te esfuerzas en memorizar acabáis en una sala amplia y circular, iluminada tenuemente por unas antorchas.

-Esperad aquí, señor Milán, iré a buscar a Deumes...

Notas de juego

Tirame Percepción + Alerta para ver si memorizas bien el camino hasta la sala donde está Deumes...

Cargando editor
23/09/2008, 20:17
Isaac Bitlor
Cargando editor
24/09/2008, 16:09
Beatriz de la Vega

No pudo contener aquel estallido emocional que la golpeaba violentamente mientras aquel hombre, su supuesto padre, le hablaba, tan abatido. ¿Que qué había hecho? ¿Y es que acaso ella había elegido ser lo que era? Las gotas se convirtieron en surcos, surcos carmesí que atravesaban sus pálidas y heladas mejillas.

Retiró la mano de la del hombre-¡Vos abandonásteis a mi madre!¡me abandonásteis a mí también y dejásteis que viviese lo que no ha sido más que una sarta de mentiras!-su voz sonaba dolida, lastimera. Sus puños se cerraban, crispados, mientras sus ojos no paraban de derramar lágrimas. Lloraba en exceso, lo sabía, pero ¿quién si no iba a llorar por ella?

Notas de juego

Ya he vuelto ^^ perdón por el retraso

Cargando editor
24/09/2008, 16:40
Director

Las lágrimas te cegaban mientras tu cabeza trabaja a ritmos forzados para intentar encajar las piezas de un puzzle demasiado complicado. Mucho habías sabido en poco tiempo: mucho tiempo habías sido huérfana, y ahora... era todo tan difícil de asimilar.

El hombre que tenías enfrente, tu padre, no parecía enfadado contigo: sus continuas reconvenciones ¿qué habéis hecho? parecen más bien estar dirigidas a tu sire y a su esposa que a ti... poco a poco vas recordando las palabras de tu madre. La historia de amor de tus padres, y la rabia que se acumula en tu cerebro cansado deja paso a la infinita melancolía que te produce la situación...

Notas de juego

Esto es lo que recuerdas:

Cita :

Tu madre se acerca hacia ti con la mano extendida y acaricia temblando tu mejilla.

-¿Un monstruo? ¿Un monstruo, tú? No... no lo entiendes... no siento otra cosa por ti más que orgullo, Beatriz: nunca lo olvides. Soy yo el monstruo, soy yo la que destruye todo cuanto toca, soy yo quien te ha traído aquí. No puedo soportar ni un sólo segundo de mi existencia junto a ese miserable. Te pediría sin dudar que acabaras aquí y ahora con mi vida, con tal de no volver a ver nunca más al tirano, si no fuera por el daño que él te haría si me ayudaras a morir... -Enjuga sus lágrimas como puede, y de nuevo sus ojos brillan con determinación, como aquella vez, antes de tu abrazo, en que se sobrepuso a la fuerza de su propia sangre y se enfrentó a su Domitor.

-Escúchame con atención. Tengo algo que decirte antes... antes... de que vuelva a ser la de antes. Yo... nunca quise abandonarte. Amé a tu padre con todo mi corazón, y aun lo hago, si es que no se ha encogido y destruído con la ponzoña de Paulo: y nunca fui más feliz que cuando supe que estaba embarazada, de ti, Beatriz. Pero tu padre era un hombre casado, y aunque el suyo fuera un matrimonio por razones políticas, es un sacramento inviolable. Y sin embargo, sé que él me amaba a mí... y a ti, Beatriz, aunque nunca llegó a conocerte... Su esposa... su esposa pertenece a un linaje muy poderoso, es hija y nieta de marqueses, y familiar del duque más rico del Castilla... Cuando ella lo descubrió, dispuso todo para que me encerraran en un convento, donde di a luz: apenas me permitieron estar contigo unos días antes de arrancarte de mis brazos para llevarte con mi buen hermano, al que le dijeron que había muerto de sobreparto. Incluso hay una lápida con mi nombre en el panteón familiar, como bien sabes. Sé que el te crió con amor, pero nunca sabrás lo que es el cariño de una madre y no creo que haya dolor en el infierno como para que yo pague por ese error... También a tu padre se le contó esa historia, aunque ignoro porque él nunca intentó verte con alguna excusa, si bien sospecho de la influencia de su mujer... Yo permanecí encerrada en el convento, férreamente vigilada por más de catorce años. En un par de ocasiones me visitó la mujer de tu padre, para comprobar que yo seguía encerrada. Una de esas veces apareció junto a un hombre italiano, Paulo. En esa entrevista apenas habló una palabra, pero más tarde regresó él sólo para "liberarme" de mi prisión. Aunque el precio ya lo conoces: me hizo esclava de su sangre. No obstante, ignoro si lo hizo con el conocimiento de la esposa de tu padre o actuó por su propia iniciativa...

En cuanto oís un ruido en el piso bajo tu madre se agita nerviosa, y dice apresuradamente.

-Lo que quería decirte, Beatriz, es que no todos los que son como él... no... todos los que son... como tú... están condenados... no eres un monstruo... he visto otros... otros como él, que no pueden ver el sol... y no eran malvados... no eran tan malvados...

 

Cargando editor
24/09/2008, 16:46
Paulo de Cesena

Tu sire chasquea la lengua.

-¿Hacer? No hemos hecho nada, mi señor Regidor. Simplemente ha sucedido así. La vida es un infinito azar y los caminos de la muerte también están regidos por el mismo caos: ahora vuestra hija es una de nosotros, y, sin embargo, como podéis comprobar, sigue siendo vuestra hija. Una muchacha hermosa, sin duda, fría como el mármol, pero sobrecogida por sentimientos tan fuertes como los propios de una doncella de su edad. Sólo que ahora, además, es otra cosa. Una cuyo poder y potencial desconoceréis mientras viváis. -Mira significativamente a María Pacheco, que permanece callada con una mueca de satisfacción en su rostro-. La situación es esta, señor Regidor. Aquí tenéis a vuestra hija; miradla bien, pues los enemigos de los que os hemos hablado no dudarán en destruir la belleza de su rostro con la fina crueldad de sus garras animales. No dudarán en despedazarla y quebrar sus miembros hasta extraer de su delicado cuerpo toda la sangre que la anima... Y ahora yo os pregunto, nuevamente, ¿permitiréis que eso suceda así? ¿giraréis la cabeza para mirar a otro lado mientras vuestra hija sufre todos los tormentos del infierno...?

Cargando editor
25/09/2008, 00:48
Deumes

La ofuscación turba tu memoria y descubres que no puedes recordar el camino que te ha llevado a la sala en la que te encuentras. Observas las antorchas crepitando en sus nichos y la impecable factura de las catacumbas, cuando regresa Leviatán acompañado de otro Nosferatu de apariencia más respetable y sabia. Después de mirarte fijamente durante una fracción de segundo, comienza a hablar con una voz autoritaria y serena.

-Sed bienvenido a Toledo. Mi nombre es Deumes. Leviatán dice que venís desde Milán. Tengo un gran interés en saber cómo habéis llegado hasta esta ciudad, qué os ha alejado de vuestra tierra y sobre todo, cómo habéis encontrado este lugar. Un muy grande, grandísimo interés, ciertamente...

Cargando editor
25/09/2008, 01:57
Isaac Bitlor

Asintio con la cabeza luego de escuchar algunas palabras con algo mas de sentido - Antes qeu nada mis respetos antes usted mi Señor Deumes, asi como dijo el buen Leviatan... vengo desde las tierras de Milan... por que deje aquellas tierras... pues me crie toda mi vida y no vida alli - Expuso mientras encontraba las palabras adecuadas - Toda mi vida añore conocer otras tierras y lugares, buscando el conocimiento y algo que me acerque mas al señor - Sorio dejando ver sus dientes disparejos - Y gracias al señor llegue hasta aqui, gracia sa visitar la catedral de Toledo -

Cargando editor
26/09/2008, 22:39
Beatriz de la Vega

¿Por qué no me buscásteis? ¿por qué creísteis a esa mujer?-señala a María Pacheco, en gesto acusador-¿Por qué me dejásteis al amparo de las mentiras y las criaturas de la noche, que me han robado la vida?

Se sentía rota, quebrada, aún más que antes. Miraba a su padre, con los ojos empañados, mojados en carmesí aún. Las palabras de su sire hicieron que su expresión adquiriese un matiz que reflejaba el odio que sentía por él. Ahora era una certeza, aquel monstruo la había utilizado, la quería para cumplir con sus ambiciones. Su mirada ahora se dirigió a él-Contad la verdad Paulo, ¡contad lo que me habéis hecho, lo que le habéis hecho a mi madre!

Cargando editor
02/10/2008, 19:36
Paulo de Cesena

-No tengo nada que ocultarle al regidor, mi dulce niña. Pero aún así espero su respuesta. -y tu Sire vuelve su cruel sonrisa hacia el hombre que ha resultado ser tu padre- ¿Nos ayudaréis? ¿o no?

Cargando editor
02/10/2008, 19:37
Juan de Padilla

-Cayetana... No... no... yo... yo creí que estabáis muertas... la... la lápida... vi la lápida... ¡Voto a Cristo, os juro que si le pasa algo...!

El regidor parece estar a punto de desplomarse. De reojo, observas la sonrisa tensa de María Pacheco... No parece recordar en absoluto el terror que sintió la noche en que fue vuestra invitada...

-Está bien... decidme qué he de hacer... -El rostro del hombre está pálido, congestionado por la ira y la tristeza. Parece vencido.

Cargando editor
02/10/2008, 19:45
Deumes

El nosferatu te mira con escepticismo.

-¿Toda la vida habéis deseado viajar y conocer mundo? ¿Y por eso habéis acabado aquí, en Toledo, encontrando por casualidad a mi pequeña comunidad, que coincidentemente, vive en la clandestinidad? ¿Habéis dado, por simple casualidad con nuestro refugio secreto? Además, venís de Milán, una ciudad dominada por el Sabbat... ¿y habéis emigrado a Toledo, otra ciudad del Sabbat...?

Cargando editor
02/10/2008, 21:22
Isaac Bitlor

Asintio con la cabeza ante todo.

- Toda mi vida habia y deseo servirle al señor.... pero los años pasaron aqui estoy..... entre el cielo y el infierno - Explico - Eh salido de Milan si, se qeu es una ciudad donde el Sabbat repercute... pero es mejor mantener un perfil bajo y no intrometerse en sus cosas, aunque aveces la informacion qeu se filtra es mas que valiosa - Sonrio.

- Entiendo la desconfianza que existe en su mente y alma, yo no estoy aqui para causar problemas.... si no soy bienvenido entre los mios.... permitame retirarme y jamas volver a pisar su morada - Fue directo, sabia qeu el mundo estaba en constante cambio y siempre a la defensiva....

- y Como encontre este lugar..... pense que hiba a ser como en mi viejo hogar... cerca de la proteccion del Señor.... pero me equivoque - se disculpo mientras intentaba recordar el camino a al superficie

 

 

 

 

Cargando editor
04/10/2008, 12:48
Magog

-Pues yo digo que lo matemos. -Dice una voz gutural a tus espaldas. Cuando te volteas, un Nosferatu vestido con armadura blande una espada amenazadoramente.

-Un espía, un espía del Sabbat. ¡Y uno de nuestra misma carne, un traidor! ¡Un renegado que sólo merece la muerte!

Cargando editor
04/10/2008, 12:50
Deumes

-Mmm. -Deumes parece reflexionar, mientras te evalua inquisitivamente.- Muchas veces no podemos saber de qué lado está la verdad hasta que no hemos hecho correr nuestra sangre en los dos frentes de la batalla, ¿no es así? Venís buscando al Señor, Isaac Bitlor. Pero hace ya tiempo que vuestro Señor abandonó estas tierras: al menos por la noche. Hace tiempo que nos abandonó ya todo el mundo... y yo estoy tan... tan cansado...

Cargando editor
04/10/2008, 12:53
Leviatán

-Leviatán se asusta con la espada. Guarda la espada, señor Armadura -dice, dirigiéndose a Magog-. Guarda la espada. Deberíamos dar de comer al señor Cadenas. El señor Cadenas, ¿no le oís gritar? ¿no oís como nos llama? Necesita sus ratones...

Cargando editor
05/10/2008, 15:25
Beatriz de la Vega

¡No!-miró con fiereza a Paulo, y luego a María de Pacheco. La miró, fijamente, con furia, odio y rencor. Esa... esa y no Paulo era la completa culpable de su desgracia, porque si no fuera por ella, Paulo jamás la habría utilizado-¡Vos!¡Sois el demonio! ¡Ni siquiera yo, ahora maldita, me acerco tanto a él como vos!¡Sois impura, sois indigna, y no tenéis alma!-se acerca a ella, con presteza, y la toma de su cabellera, observándola, fijamente, clavando sus ojos, inquisitivos, sobre ella, como hiciera la noche en la que la conoció.

¡Padre!esta mujer... ha estado engañándoos. ¡Encerró a mi madre, Cayetana, en un convento, y cuando yo nací os contó a vos y a mi tio que ella había muerto! ¡El poder la embriaga, la ambición la corrompe!-la soltó, mientras su mirada se llenaba de fulminante tristeza, del carmesí de la sangre-Por vuestra culpa... por vuestra culpa jamás seré feliz, habéis roto mi vida, y con gusto rompería la vuestra, de no ser porque me resisto a convertirme en un monstruo peor del que soy, capaz de robar la vida y maldecir a cambio...

Cargando editor
05/10/2008, 18:40
Isaac Bitlor

-        Si el señor los hubiera abandonado yo jamás los hubiera encontrado… no lo cree? – Musito con un gesto de manos – La sangre de los iguales no debe derramarse pero tampoco ofrecerles una aceptación inmediata…..- Negó con la cabeza.

 

-        A ti mi hermano que me amenazas con aquellas palabras, mientras blandes el acero contra un igual…. No crees que tomaría mas recaudos si fuera un espía? Mientras tanto aquello que llamas Sabbat…. Camarilla? Los conozco pero ninguno me da lo que yo he encontrado en mi Señor – Sonrío sacando de entre sus ropas un anciano rosario

 

- De que te encuentras cansado Deumes? De no luchar por lo que crees que es justo? Por sentirte inferior a los demás? Vuelvo a repetírtelo mi Buen Hombre…. Todos somos iguales sea cual sea nuestro aspecto, nuestra raza, o ideología…. Tenlo en cuenta -

Cargando editor
06/10/2008, 23:38
Deumes

El nosferatu te mira con curiosidad y suspicacia. La situación es enormemente tensa, pues Magog aún blande su espada frente a ti, mientras Leviatán oscila inquieto de un lugar a otro, tarareando entre murmullos una canción.

Finalmente, dice:

-¿No sabéis nada acerca de la Camarilla y del Sabbat? Bien. Os creería si no hubiera visto con mis propias manos a los de mi carne asesinados por unos o por otros. Os creería si no supiera que el último de nuestro clan en Milán pereció atravesado por mil cuchillos candentes. Os creería si toda la sangre de nuestros muertos no clamara en mis oídos a cada paso que doy.

Avanza un par de pasos hacia ti, con cansado caminar.

-Baja la espada, Magog. Si Isaac es un espía, tanto da. No ha visto aún nuestro refugio interior y no lo encontrará sin nuestra ayuda, aunque baje con toda la Espada de Caín hasta estas catacumbas. Pero si no es un espía, por contra, no pienso permitir que se derrame más sangre de nuestros hermanos pudiendo evitarlo.

Luego se dirige a ti con mirada inescrutable.

-Bien. No puedo descartar que vuestra historia, aunque increíble, sea cierta. Por otro lado, no puedo confiar en vos. Así que Isaac, si de verdad deseáis mostraros como alguien de fiar, os iréis ahora y no regresaréis hasta que hayáis realizado un trabajo para nosotros. Un trabajo que puede salvar muchas vidas en las próximas noches. Sólo entonces confiaremos en vos. Aunque si os negáis, también sois libre de iros: pero no volváis, u os encontraréis la espada de Magog hundida en vuestra garganta. ¿Qué decís? ¿Qué respuesta puedo esperar de vos?

Cargando editor
06/10/2008, 23:47
Director

María de Pacheco retrocede, acobardada, aunque está lejos de sufrir el ataque de pánico que la produjiste la noche anterior. Probablemente la intensidad del momento te impide tomar control absoluto sobre tus habilidades. Incluso empiezas a encontrar dificultades para no desvanecerte.

Juan de Padilla, tu recién encontrado padre, prorrumpe en sollozos cada vez más acentuados por tus gritos. La visión de tu terrible mirada también parece haberle turbado... En la habitación, sólo un hombre parece disfrutar de la escena...

Cargando editor
06/10/2008, 23:50
Paulo de Cesena

-Bravo, Beatriz, bravo. Enseñadle a vuestro padre en qué os habéis convertido. Probablemente él no quiera contaros la razón por la que se casó con una mujer a la que no ama: la razón por la que no luchó para buscar a la que verdaderamente ama. -Dice, con una sonrisa cortante- Pero yo os lo contaré, y así aprenderéis algo más acerca de La Camarilla y del Sabbat: estos hombres, estas sabandijas a las que los vástagos de La Camarilla quieren que imitemos son capaces de vender su alma al diablo por un poco de poder... por un poco de riqueza. Un buen matrimonio convirtió a Juan de Padilla en regidor de Toledo; un vínculo indisoluble, claro, por las leyes de Dios. Pero podría haber huído con tu madre y contigo, ¿no es así, Regidor? Podriáis haber abandonado vuestro cargo y vuestro dinero, y haber marchado a las Indias con vuestro amor y vuestra hija...

Se deleitó en el eco de sus últimas palabras antes de pronunciar el golpe definitivo.

-...pero no lo hicisteis. Y por eso, ahora, nos ayudaréis. Os doy un mes para que agrupéis al ayuntamiento y a los alcaldes y os pronunciéis en contra de los impuestos que se han votado para Carlos. Diréis que no lo reconocéis como Rey y que no acatáis su autoridad. Y... regidor, no pongáis esa cara: no estáis vendiendo vuestra alma ahora. Ya estaba vendida... ahora, simplemente, el diablo ha venido a cobrárosla...

La risa, la risa, su risa que suena como si masticara cristales.

Y el llanto de un hombre que desearía vaciar la sangre de sus venas.

Y el miedo de una arpía cobarde que ha disfrutado cada segundo con tu dolor.

Afortunadamente, pierdes la consciencia antes de caer al suelo.

Notas de juego

To be continue... (mañana)