Partida Rol por web

Y llegó por fin el ansiado día por Herbert y Nigel en el que ambos iban a ser iniciados en la orden hermética del crepúsculo de plata como neófitos, de la mano de sus respectivos padrinos el editor (Maestro) Edward Sumset y el anticuario (Iniciado) Larss Böchum , respectivamente.

Ambos padrinos tal cual era tradicional, esperaban en la puerta de la mansión de la logia a sus respectivos ahijados para pasar con ellos hasta el vestíbulo y de allí subir al primer piso a la sala de preparación donde les explicarían la ceremonia y les tomarían el primer juramento, mientras que el resto de miembros esperaban en el  gran salón de la logia también en el primer piso.

Poco a poco, los miembros van llegando y tras entrar en la mansión dejan sus cosas en el guardarropa, toman los hábitos y suben a acomodarse en el gran salón del primer piso.

Llega en Taxi, hace una tarde noche despejada pero muy fría. Ultimamente el tiempo no está acompañando lo más mínimo , mira el reloj y espera a Nigel, su ahijado.

Está nervioso pues hace no mucho que ascendió a Iniciado y es la primera vez que va a ser padrino de alguien. Espera poder explicar la ceremonia con claridad y tomar el juramento correctamente.

Llega andando, pues vive en el mismo barrio, vestido a la última moda. Últimamente  ha medrado en la vida  y su posición no sólo en la Logia(pese a su juventud ya es maestro) sino también socialmente ha subido como la espuma. Pues la editorial va a toda vela en parte (en una gran parte) gracias a Herbert.

Sumset tiene puestas grandes esperanzas en él, todavía no puede creer que haya descubierto este joven filón y a tan buen precio...se conforma con tan poco!

Lo mínimo que puede hacer es introducirle en la Orden, siendo fráteres se asegura de que jamás se irá con otra editorial que le ofreza más.

Así que Sumset se frota las manos -literalmente- mientras espera a Herbert y va saludando a los miembros que van llegando.

Cómo de costumbre, llego a la logia tras dar un largo paseo con Descartes.EL cielo no amenaza con llvia asi que puedo permitirmelo. Además, el médico me ha recomendado que pasee a menudo para mejorar mi estado físico y calmar mis nervios. Tras dejar al perro en el lugar habitual, entro en la mansión y saludando al criado dejo mis cosas en el armario.

Con calma, me vestí con la túnica y me dirigí hacia el gran salón donde se iba a iniciar a los nuevos miembros. Tenía curiosidad por conocerlos.
-Señores- saludo a los miembros que ya se encuentran en la sala.- Cómo siempre es un placer verlos aqui

Nigel estaba hecho un flan. Las escuálidas piernecillas del hombre se meneaban convulsamente bajo el pantalón de su smoking alquilado, algo deslucido pero aparente, mientras el taxi avanzaba bajo la fría y húmeda noche bostoniana camino de la exquisita mansión. Al ver el edificio, el británico se quedó sin aliento. Entre taxis, ropa y los billetes de barco que le trajeron a América, se le empezaba a agotar el dinero pero, claro, toda inversión era poca para entrar a formar parte de los más ricos y poderosos de una de las ciudades más ricas y poderosas de los Estados Unidos. El ánimo de Nigel, habitualmente alegre y desenfadado, muchas veces incluso en exceso, estaba atenazado por un poderoso estado de nervios.

Tras pagar la carrera se encaró con Böchum... él parecía tan nervioso como el neófito. Vaya... mejor sería no abrir el pico, pasar ceremoniósamente y limitarse a obedecer los dictados de aquella congregación. Y una vez dentro ya vería...

Sin embargo la verborrea del británico era difícilmente refrenable.

- Böchum... estoy muy nervioso. Muy, muy nervioso y, bueno... ya sabe. Sólo espero que... Jesús, estoy sudando a pesar de éste frío - dijo Nigel con un temblor en la voz que casi parecía un lloriqueo. La toga le taparía el traje que aguantaba un primer vistazo bajo las lámparas que alumbraban la parte exterior del edificio pero no la barroca iluminación interior. Mantener la mascarada era indispensable.

Charlie había pasado gran parte del día en la casa. Su trabajo le había dado un tiempo de respiro y podía dedicarle mas tiempo a la Lógia. Ataviado con su hábito blanco esperaba sentado en el recibidor, fumando un cigarro y terminando de leer un libro que le habían recomendado, un ejemplar que había llegado hace poco acerca del hombre de las nieves y otras leyendas de la mitología asiática.

Cuando la gente empezó a entrar cerró el libro y fue saludando a todos los miembros según iban llegando y acompaño al señor Crowley hasta el salón, deseoso de empezar la ceremonia.

Herbert llegó en su lujoso Chrysler, se había vestido con su traje más caro una chaqueta gris y amplia, chaleco de pecho negro y unos pantalones largos y rectos de color gris, corbata de color amarillo (tal vez demasiado chillon) y sombrero estilo panama de color gris.

Se bajó del coche con dificultad, su pierna nunca había vuelto a ser lo que era y necesito de su bastón para incorporarse y caminar, el frio era congelador, por lo que decidió abrigarse con su capa de piel. Su cara irradiaba una mezcla de nerviosismo y espectación. Tras los tiempos tan duros que pase en Inglaterra, por fin la situación ha mejorado y mirame ahora, invitado a pertenecer a una de las logías más importantes de la ciudad, ahora si conocere algo más de ella ya que parece que es ignorada por libros y periodicos.

Mientras se dirigía hacía la entrada principal de la impresionante casa victoriana, Herbert no paro de buscar a su benefactor, por fin cuando los nervios estaban a flor de piel, lo localizó, cerca de la puerta, le estaba esperando.

Buenas y gélidas noches Edward, parece que el gran día ha llegado por fin verdad? Espero que en la ceremonía de iniciación no haya que realizar ningun rito violento ni nada por el estilo, a la par que dice esto una risilla se le escapa mostrando que esta más nervioso de lo que quiere aparentar. Cuando quieras entramos mi buen amigo. Estrecha fuertemente la mano a modo de saludo.

Como de costumbre llegaba un poco tarde, lo cierto es que la puntualidad no iba conmigo pero nunca llegaba lo sufientemente tarde. En realidad lo considero una virtud más que un defecto. Aparqué mi coche en un lugar cualquiera y me entusiasmé al ver a tanta gente reunida en la puerta. Las iniciaciones siempre son interesantes, aunque cuando te toca a ti siempre estás hecho un flan, con toda esa gente mirándote y esperando que seas un erudito. Pasé entre la gente saludando con la mano a algunos y entré en la mansión sin entretenerme demasiado. Saludé al chico del guardarropa y dejé mi abrigo y bufanda para después ir al baño a acicalarme y ponerme la túnica. Enseguida estuve preparado para la ceremonia y permanecí en el vestíbulo a la espera del Doctor Call. Quería hablar con él pues finalmente no había recibido su llamada.

Tras saludar efusivamente a su ahijado le dice - bueno ha llegado el momento. Ahora que estamos todos, por cierto Nigel, éste es Herbert LLodson, un escritor emergente que está pegando fuerte ¿eh Sumset?

Negando con la cabeza- es Herbert Lloyd no LLodson. Jamás oí ese apellido... ¿ uste debe ser Nigl Guildford verdad ? he oído hablar maravillas de usted. No soy muy ducho en temas psiquiátricos, gracias a Dios por otro lado, pero en fin que uno tiene cultura general y he oído hablar de su libro el del hombre animal o algo parecido. Venga entremos.

Sois conducidos al vestíbulo, allí está Harper que parece esperar a alguien,el vestíbulo  tiene el suelo de mármol y está iluminado por una maravillosa araña eléctrica. Las paredes están paneladas en madera noble y las puertas, como todas las del edificio , son de grueso roble.

De allí pasáis a la derecha a un recibidor sin ningún mueble pero con las paredes y suelos iguales que el vestíbulo principal, allí hay unas escaleras por las que accedéis al primer piso de la mansión llegando a un pequeño hall, entrando en la habitación que hay a la derecha: la zona de preparación y el trasatero asociado a ella es la zona donde se prepara a los que van a ser iniciados, entráis en la sala de preparación donde únicamente hay una percha con varias vendas blancas y mantos negros.

Primer Piso

La mayor parte del primer piso la ocupa el gran salón de la logia, donde se celebran los actos de iniciación básica y las actividades ordinarias. Los asientos que se alinean junto a las paredes norte y sur están reservados para los miembros(vosotros) , y se disponen en tres filas, cada una más elevada que la anterior a la manera de un teatro. Las tarimas se reservan para los altos cargos de la logia( Scott, Standford y varios maestros más) y el altar , que es de madera, mide aprox 90x90 cm y tiene 75 cm de altura. La esquina sureste dispone de reclinatorios.

El suelo es de madera pulida y las paredes están paneladas también en madera. El techo, pintado de negro, está decorado con multitud de bombillitas que asemejan constelaciones, además de dos lámparas también eléctricas. El tapiz que se halla detrás de la tarima de los altos cargos  y que va del techo al suelo , es de terciopelo rojo oscuro.

Bien señor Crowley, ¿que tal le ha ido la semana? La reunión oficial de la semana fue muy breve y apenas tuve tiempo para charlar con usted, aunque por lo que vi a usted también le interesaba la mitología ¿o me equivoco?-dijo sonrriendo, tratando de iniciar una charla antes de que comenzase la ceremonia.

En realidad, me interesa todo tipo de conocimiento señor O'Conell. NO hago distinciones. Ya sabe, aprendíz de mucho, maestro de poco- comento con una sonrisa- Sin embargo, la charla filosófica que mantuvimos sobre el relativismo moal me sirvió de inspiración en mis clases.

Respecto a la mitología siento un gran interes hacia ella. Recuerdo que mi hermana, que en paz descanse,conocedora de mi afición por estos temas, me regalo unos libros sobre el tema hace algunos años.Realmente interesantes los temas

Nigel no podía ocultar su nerviosismo. Estaba realmente sobrepasado, todos había oído hablar de él y todos le tenían por un erudito. Sin duda el tratado sobre el Hombre bipolar era realmente brillante pero, claro, podríamos decir que pese a todo sus capacidades de socialización no eran igual de brillantes. Nigel no estaba acostumbrado a esos pares de ojos escrutándole, a la opulencia y a la soberbia innata en las clases más pudientes de la sociedad. Tomando como analogía a un biólogo diremos que Nigel no era ducho en lo que a ponencias se refería... sino más de echarse al monte a estudiar la flora y la fauna autóctona.

Volviendo al caso, ambos aspirantes permanecían callados... ninguno sabía muy bien qué se esperaba de ellos. O por lo menos no Nigel. Pero lo que estaba claro era que ambos estaban inquietos y, si bien el escritor parecía sobrellevarlo con algo más de aplomo, el otro esta hecho un auténtico flan.

- Lleva usted una corbata muy bonita... si me permite el cumplido, jijiji... - explicó Nigel con los ojos bien abiertos y una sonrisilla histérica. Si aquella falta de información sobre lo que era esperable la mataba, el mutismo de su compañero aún le mataba más. Y además éste parecía ser el protegido de ese tipo de carisma magnético que parecía ser un mandamás en la organización... el tal Sumset. 

- Sólo espero que no nos hagan competir como a los gallos de pelea... o estoy apañado. - pensó para sí. - ¿Y ahora?

Herbert respondió con una amplia sonrisa al comentario de su compañero sobre la corbata. Había permanecido callado unos minutos y no sabia que se esperaba de él y mucho menos de su compañero. Intentaba disimular su nerviosismo, cosa que Nigel era incapaz de hacer. Por fin armandose de valor Herbert se dirigió hacia las prendas blancas y se empezo a poner una.

Antes de nada, me presento, mi nombre es Herbert Lloyd, no se si me reconocera, pero he escrito algunos libros, principalmente de terror. Mientras se acaba de vestir. Creo que estas prendas son para que nos las pongamos y el manton oscuro sera por encima digo yo. Y no se preocupe, ya sabe como son la gente de este tipo de reuniones o asociaciones, les gusta mucho el teatro. Comenta jocosamente intentando quitar algo de presión sobre el ambiente que reina en la habitación.

Por cierto que me puede decir sobre la Logia, yo provengo de Inglaterra y solo llevo unos años aqui, usted la conoce desde hace mucho? Yo tenía entendido que era  muy famosa y que grandes personajes se encontraban dentro como mi editor y amigo Edward, pero la verdad es que no encontrado referencias historicas a ella.

Nigel miraba atónito a su compañero de iniciación como si fuera a entender mejor sus palabras si estas entraban por los ojos. Éste simulaba tranquilidad con bastante elegancia, cosa que Nigel le era imposible... tanto la elegancia como la tranquilidad, pero en definitiva parecía que todo aquello también le intranquilizaba.

- ¿Escritor...? Oh, lo siento pero últimamente he estado algo alejado del género novelístico. Me encantará leerle y claro... suena interesante. Yo... yo también escribo, ¿sabe? Bueno, en mi caso... es completamente diferente porque, ya sabe... se trata de tratados sobre psiquiatría. ¿Ha leído "El hombre bipolar"?

A poco que el tal Herbert se abría a la conversación la habitual verborrea semi incoherente de Nigel también comenzaba a hacer su aparición.

- ¿Inglés...? ¿Es usted... inglés? Madre mía... pero eso es... ¿quién lo iba a decir? Claro que quizá por el acento... es... curioso, ¿no? - Nigel hizo una pausa larga para sonreir con complicidad a su compañero, como si no fuese necesario completar la información sobre su procedencia hasta que cayó en la cuenta. - Er... ¡yo también! Llegué a Boston hace unos días. Qué travesía, Jesús...

Uno de los hermanos entra en la sala de preparación y les hace una seña a vuestros padrinos para que procedan. Sumset hace un gesto conciliador a Böchum

- Si me permite señor Böchum y puesto que ostento un grado algo superior  permítame que instruya a ambos ya que van a tomar el manto a la vez. - preguntar es lo correcto en estos casos.

Aquello era verdad pero sobretodo, Sumset le estaba haciendo un gran favor, pues estaba bastante nervioso. Así que como no podía ser de otra manera Böchum sonrió y se mostró de acuerdo.

- Proceda por favor.