Partida Rol por web

Si, si vayamos dentro,  rápido.  Herbert se mueve todo lo rápido que puede hacía la puerta que Charlie estaba maniatando, justo antes de entrar echa una rápida mirada, por si puede ver a alguién.

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Bajáis las escaleras que conducen directamente al sótano, allí, iluminado malamente por una bombilla, os encontráis en una sala en la que el suelo es de tierra sin recubrir y las paredes son de piedra unida con mortero. En el centro de la sala hay cuatro pilares que llegan hasta el techo y dos más que lindan con la habitación de la derecha, en la habitación de la derecha, suelo y paredes son exactamente iguales que la anterior, con una columna en el centro (que también llega hasta el techo) y en la pared del fondo hay una puerta que parece cerrada.

Aún a hurtadillas Nigel no pudo evitar volver a sorprenderse por la decoración absolutamente opulenta de la logia... las paredes exquisitamente forradas de lujo y boato por los cuatro costados hasta las lámparas resplandecientes hacían parecer al británico pequeño y provinciano. Esto potenció más aún la visión de aquel lúgubre sótano que contrastaba con todo lo anterior... parco y abrupto.

La habitación de la derecha parecía el próximo objetivo. Nigel contuvo la respiración y señaló la puerta que unía ambas habitaciones... 

- Vamos...? - susurró con voz de pito.

Esperaba algo más parecido a un trastero... aquello parecía en obras o sencillamente olvidado, pero desde luego contrastaba con el resto de la casa, al igual que las habitaciones secretas del último piso.

- Si, vamos - dije asintiendo - espero que encontremos pronto a O'Conaill y Lloyd... id con cuidado, el suelo parece poco seguro.

Con cierta desconfianza avancé hacia la puerta, de vez en cuando ponía el pie delante antes de avanzar para comprobar que el suelo no cedería. Lo del suelo de tierra no me hacía demasiada gracia...

En completo silencio seguí a mis compañeros. El suelo crujía levemente a cada paso y con cada crujido me parecía oir los gritos infernales de aquellos dioses que describían los libros. La angustia me comía por dentro y no pude evitar rememorar aquel extraño día en el cementerio. Aquella masa negra viscosa que se movía y que le había acosado en sueños durante años. Por algún motivo le pareció más real en aquel momento de lo que nunca antes le había parecido. Intentando alejar de su cabeza esos terribles pensamientos acerto a preguntar a Nigel.

¿Fi..finalmente leyo usted alguno de e..esos libros?

La mera referencia al libro hizo que Nigel sintiera un fuerte escalofrío que le recorrió la espalda desde la base de la espina dorsal hasta el mismo cráneo haciendo que se convulsionara de pies a cabeza. En respuesta se limitó a mirar con los ojos abiertos como dos huevos duros a Roy en gesto reprobatorio.

Si había un lugar y un momento idóneos para charlar sobre las impresiones que ese maldito volumen les había causado... no era ese.

Bién...esa mirada quiere decir que efectivamente leyó el libro

Hago un gesto de entendimiento y disculpa a Nigel y sigo caminando en silencio tratando de no pensar. Maldita sea la hora en la que acepté ser miembro de esta sociedad. Maldita sea la hora en la que consulte los libros...Ahora solo quedaba luchar

El interior de la sala en la que os encontráis es parecida a las dos anteriores, sólo que en ésta el suelo está recubierto de losas cuadradas de aprox 1,50, unidas sin mortero.

Escucháis voces desde el otro lado de la puerta, de varias personas. Entonces escucháis que las voces y los pasos se acercan, están al otro lado de la puerta.

Al acercaros a la puerta, escucháis movimiento al otro lado de la puerta. Véis además un candado en la cerradura.

Charlie sacó la pistola. La única visita prevista para ese día estaba claro cual era, pero no eran menos peligrosos que los "supuestos sectarios adoradores de dioses alienigenas" asi que se preparó para cualquier percance. Le hizo una seña llevandose el dedo indice a los labios para decirle ha Herbert que no hiciera ruido.

Al escuchar los ruidos tras la puerta me giré, colocándome el dedo índice en mitad de la boca. Pensé que probablemente serían Charlie y Herbert, pero quizás no así que era mejor mantenerse en silencio. Me acerqué a la puerta a hurtadillas y todavía con el revólver el mano (no pensaba soltarlo) me pegué a la puerta y puse la oreja para tratar de distinguir mejor aquellos sonidos.

Hebert miró anonadado a Charlie, mientras este sacaba su arma. Per.. pero no habían quedado en que nada de armas? Con los ojos muy abiertos solo fue capaz de asentir y ponerse detras de Charlie, a la par que agarraba fuertemente el mango de su bastón. Una vez situado se quedo en silencio y totalmente quieto a la espera de lo que harían los hombres del exterior de la habitación.

Al ver a Lew sacar su arma le imite sacando la que llevaba yo en el abrigo. Trague saliva y por un momento sentí la tentación de rezar.

¿pero a que Dios?-pensé con amargura

Tratando de controlar mi respiracion amartille el arma y me quede en un lateral de la puerta...a la espera

Del otro lado no se escucha nada, parece que los sonidos han cesado de repente...

Me di la vuelta y me encogí de hombros, no se escuchaba absolutamente nada, aunque no sabía bien si es que los ruidos habían cesado o que sólo estaban en mi cabeza... Aunque aquello me hizo reflexionar: ¿cómo era posible que hubiera alguien o algo dentro de esa habitación si el candado estaba por fuera y no había otra entrada? O bien había una entrada que no habíamos visto o algo raro pasaba.

Antes de emprender una acción violenta contra el candado de la puerta decidí buscar pistas en la habitación en la que nos encontrábamos, quizás había algo que se nos había escapado.

Lew había abandonado lapuerta para dar vueltas a por la habiración. Probablemente buscando algun rastro o similar. Yo por mi parte, me puse a examinar el candado. Me hubiese gustado entender de cerraduras para intentar forzarla pero era nu completo inutil en esas cosas.

Me acerque a Lew y susurré:

-¿No le parece plausible que los que esten en esa habitación se encuentren encerrados en contra de su voluntad?

En ese momento Charlie se apoya en la puerta y sin quererlo, el peso de su cuerpo hace que la puerta se abra, apareciendo Charlie y Herbert en el interior de la tercera de las salas, frente a ellos: Roy, Nigel y Lew.

Ante la aparición de dos extraños apunte con la pistola a los dos personajes que acababan de hacer su aparición. Nada más darme cuenta de que eran mis compañeros guarde la pistola y me dirigía a ellos.

-Por el amor de...Tengan más cuidado- dije- Pero..¿Cómo han entrado ahi dentro?