Partida Rol por web

Las Sombras de Yog-Sothoth V

Salk Harbor, Maine

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18/02/2014, 18:31
Director

Desde el Puerto de Nueva York un taxi a la estación de tren y de allí el tren hasta Portland. Llegásteis a primera hora de la tarde del octavo día de viaje, para ir a Salk Harbor, tuvísteis que tomar un autobús cochambroso y sorprendentemente atestado, durante dos horas, hasta un ruinoso y húmedo edificio de ladrillo que hacía las veces de estación de autobuses del pequeño pueblo. Eran las 18 13 y estaba apunto de anochecer.

Lo primero que os llamó la atención era que pese a que habíais leído que era un pueblo de una población considerable, todo el pueblo estaba comprimido en un valle con una red de colinas a un lado y el mar en el otro lado.

Al bajar del autobús notásteis una humedad exagerada y muchísimo frío. Llevábais abrigos pero aún así tiritábais, era aquel frío húmedo que penetraba en el interior de los huesos y hacía que por más que uno se abrigase, fuese inútil.

Un viento cargado de agua salina os daba de pleno en la cara, la tarde- noche no podía ser más desagradable... A vuestro alrededor, bajando del autobús, hay media docena de personas. El autobús arranca con destino a la próxima parada: no sé qué Harbor.

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19/02/2014, 09:29
Lew Harper

- Putos marineros... ¡Arghh! - eché un esputo verdoso para enfatizar mis palabras.

Odiaba aquella humedad que se te calaba hasta los huesos, no importaba cuantos abrigos llevases encima, el frío te golpeaba como si fueras en camiseta de tirantes. Y aquellos malditos marineros vivían todos los días inmersos en aquella mierda, o aún peor, días enteros dentro de un barco que no paraba de moverse en mitad del mar. Sólo pensarlo me produjo un desagradable escalofrío que me hizo, instintivamente, palmarme la sobaquera para comprobar que mi .45 seguía justo dónde lo había dejado.

- Busquemos la casa de Edwin, cuanto antes empecemos mucho mejor - dije encenciéndome un pitillo y confiando en que la maldita humedad no lo echase a perder.- El señor Smith y yo estuvimos investigando un poco antes de venir. Acerca de este patético lugar no encontré gran cosa, sólo que la langosta es excelente, quizás tengamos tiempo para un bocado... Pero el señor Smith tuvo más suerte en otras búsquedas y encontró datos acerca de un curioso suceso: un tal Clarence Woodie fue asesinado aquí por sus hijos hará unos 40 años. Algo relativamente reciente, me apostaría las pelotas a que puede tener que ver con lo que nos vaya a contar el señor Edwin... Desde entonces circula el rumor por el pueblo de que los espíritus de los hijos ahorcados aparecen en la casa... Pueden ser cuentos de paletos, o no, pero será buena idea encontrar esa casa también.

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19/02/2014, 14:03
Henry F. Dewey

Como siempre, Henry parecía de buen humor. Jamás había dejado que nada ensombreciese su vida, excepto quizás el ingreso de Milo en le psiquiátrico, donde le estarían asando el cerebro con electroshocks o similar. Mientras el resto se quejaba el no tan acaudalado hombre sonreía de tal forma que daban ganas de partirle la boca. Si. Era Henry en su máximo esplendor. Los viajes siempre le ponían del buen humor y el hecho de que hiciese frío era bueno. Al fin y al cabo tenía un bonito efecto en las mujeres. Aunque uno no tan bonito en los hombres.

¿No os parece un lugar maravilloso? Ay....Estados unidos...tierra de la libertad, las armas y....el alcohol ilegal—dijo agitando una botella de whisky escoces que solo Dios sabía como había conseguido meterla en el país. Se sirvió un vaso mientras escuchaba la historia de Lew y murmuró un "cuentos de viejas" cuando la termino. 

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19/02/2014, 18:02
Marion Malone

Marion estaba cansada del viaje. Además Salk Harbor no era lo que se había imaginado y hacía un frío horrible. Pero lo peor era la humedad pues si no tenía cuidado su pelo podría encrespársele de tal forma que nadie la reconocería. Eso estaría bien para no tener que preocuparse por los sectarios que posiblemente les estuvieran siguiendo el paso, ya que su documentación falsa había resultado un fiasco. Al menos Henry había recuperado el buen humor que le caracterizaba. Durante un tiempo había pensado que el hombre no se recuperaría de lo vivido en Hollywood. Ahora, viéndose en aquel pueblo de mala muerte, echaba de menos el glamour de la ciudad que había supuesto un antes y un después en su vida.

- Sí maravilloso, Henry. Desde luego un trago de whisky será la única manera de entrar en calor.- La mujer se arrebujó en su grueso abrigo.- ¿Me das un trago?- Le dijo con cara de picardía sin importarle de dónde la había sacado. Al escuchar la historia fantasmagórica que les contó Lew no le pareció que pudiera tener ninguna relación con lo que habían venido a hacer, pero hasta que no hablaran con ese tal Edwin no quiso decir nada.

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19/02/2014, 20:01
Cole Parker

El pobre Cole estaba a punto de entrar en un colapso con la tiritona que le sacudía el cuerpo. Aún a pesar de los gruesos abrigos con los que se habían aprovisionado era perfectamente visible como el negro se sacudía bajo las ropas presa de un clima al que no estaba para nada acostumbrado. Ciertamente, con la llegada de aquel hombre a las oficinas centrales de la Sociedad, sitas en Escocia, la climatología no le había hecho ningún favor y mucho menos una tregua. Si bien el oriundo de la soleada Carolina del Sur estaba acostumbrado a los climas con exceso de humedad, el ambiente frío mermaba apreciablemente sus capacidades... y su buena disposición. Tan sólo cuando tuvo que viajar a la soleada California había sentido de nuevo el amable abrazo del sol en aquellos desiertos que ahora quería por todos los medios olvidar.

- Ay, Dios mío... - exclamó casi como una verdadera plegaria. - Espero que esa langosta bien valga este frío del demonio.

Una nueva tiritona sacudió el cuerpo del pobre Cole que se aferró con redobladas fuerzas a la maleta que portaba como si ésta pudiera salvaguardarle de aquel desapacible lugar.

- Eso si... que no le escuchen hablar de esa manera, Señor Harper. O antes de que queramos empezar ya nos estarán intentando echar a patadas de aquí. Ya lo decía mi madre... la gente d lugares dónde hace frío es agria como la hiel, ¡y de muy mal carácter! Todo sea dicho. 

Ahora Cole percibió el cansancio en el rostro de la mujer.

- Señorita Malone... ¿quiere usted que le lleve yo su equipaje? No me importa, de verdad. Cuanta más fuerza haga, menos frío pasaré. Vamos, digo yo.

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19/02/2014, 21:41
Leonard Wilden

Leonard se arrebujó en su chaqueta, en un intento de quitarse el frío que le entraba por todo el cuerpo. Desde luego no era la mejor temporada para estar en aquel lugar. 

Supongo que en sus viajes se habrán encontrado con situaciones peores que el clima- dijo a sus compañeros. Tras esto, se mantiene en silencio durante unos segundos, para tras escuchar las palabras de Harper, sobretodo la última parte de la casa con los fantasmas.  ¿Quizás pudiera ser el lugar donde encontraría una muestra de todo lo investigado hasta ahora? Así lo esperaba. No había llegado hasta allí para otra cosa que no fuera precisamente eso. 

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19/02/2014, 21:50
Henry F. Dewey

No se que decirle.La última vez que estuve en Maine fue pescando en un río en verano. Entre el calor y la humedad los mosquitos decidieron darse un festín con mi sangre. Encima había un montón de ortigas. Buff, creame, eso fue peor que cualquier cosa que haya vivido desde que formamos esta "pequeña asociación"

Lo que Henry no dijo es que lo peor de las ortigas había sido el tratar de limpiarse después de hacer ciertas cosas que todo hombre en buen estado de salud tiene la necesidad de hacer después de digerir la comida. 

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20/02/2014, 10:57
Director

Varios de los que se han bajado del autobús en Salk Harbor se giran al escuchar los improperios de Lew y sacuden la cabeza al ver una botella de alcochol en mitad de la calle.

Se dan la vuelta y se alejan a paso ligero para no tener nada que ver con gente como vosotros, al parecer no anda desencaminado Cole con el carácter de estas gentes, ya se sabe que frío es igual a gente reservada e incluso agria.
 

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20/02/2014, 15:46
Leonard Wilden

Creo que deben hacer caso a Cole. Guarden las forman...y esa botella- dice el periodista al ver la reacción de los habitantes de Salk Habor. No sabía si con la interacción de aquellas gentes serviría mucho a su propósito, pero mejor no causar recelos desde el principio.

Notas de juego

Habías posteado con Sara, te cuidado.

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20/02/2014, 15:50
Lew Harper

- Si, bueno, trataremos de no llamar mucho la atención - digo zanjando el asunto.- Toca preguntar por la mansión de Edwin... me da a mi que en el puerto seguro que nos saben indicar. Vamos.

Según la información que habíamos encontrado antes de venir, la mayoría de los pescadores trabajan para la empresa de Edwin, por lo tanto seguro que sabrían dónde encontrarle. Con suerte hasta podríamos hacernos una idea de que opinión tenían de él sus trabajadores.

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20/02/2014, 16:25
Leonard Wilden
Sólo para el director

Notas de juego

Epa, master... cambia la foto que se me ha pasado. 

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20/02/2014, 16:46
Marion Malone

No sólo tenían que soportar aquel tiempo y paisaje gris si no que encima tenían que comportarse. Se resignó pues pensándolo con la cabeza podrían tener razón.

- Me debes uno Henry.-Se acercó a Cole y le tendió el equipaje. - Gracias Cole, eres muy amable, no quedan caballeros como tú.- Y le plantó un beso en la mejilla. Seguramente aquello también escandalizaría a la gente pero ¡Qué demonios! Cole le había salvado la vida.

- Lo raro es que no haya mandado a buscarnos.- Contestó Marion a Lew. Ya que les había invitado, que menos que guiarlos hasta su casa. Supuso que es que no habría pérdida posible.

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21/02/2014, 12:51
Director

El puerto no estaba lejos, el grupo caminó siguiendo la avenida principal del pueblo con la que conectaba una callecita que partía de la estación de autobuses hasta llegar al destartalado puerto de pescadores en el que dos docenas de pequeñas barquitas estaban amarradas. En varias de ellas pescadores se dedicaban a sus cosas: remendar redes, limpiar cubiertas, ordenar y limpiar unas jaulas metálicas que supusísteis eran para pescar langostas. Había un corrillo de personas muy cerca del inicio del espigón que os miraron al acercaros.

Había media docena de mujeres sentadas en sillas frente a una mesita que estaban limpiando pescado y crustáceos recién pescados.
 

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24/02/2014, 10:55
Lew Harper

Decidí preguntar a aquellos tipos que nos habían mirado, identificándonos automáticamente con extrajeros. Bien sabrían ellos como distinguir a los que no son de por allí y desde luego no teníamos pinta de marineros.

- Buenos días, estamos buscando la mansión del señor Edwin ¿Saben dónde se encuentra?

Por el momento no quise decir nada más hasta ver cómo reaccionaban.

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24/02/2014, 13:12
Director

Varias de las mujeres se miraron entre sí y se sonrieron, sin motivo aparente

- No tiene pérdida. Es aquel caserón que se vé en aquella colina -dice señalando a una de las muchas colinas en las que efectivamente, se veía una casa de unas proporciones nada desdeñables -pobre hombre.
 

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24/02/2014, 13:14
Lew Harper

- ¿Pobre hombre? - pregunto sorprendido.- Difícilmente alguien con una casa como esa puede ser pobre... Aunque asumo por sus palabras que el señor Edwin ha sufrido alguna pérdida... y recientemente... ¿Mujer, hijo? - mis dotes detectivescas no se habían quedado en aquella habitación con las paredes acolchadas.- Por cierto, tengo entendido que la mayor parte de la explotación pesquera de este lugar pertenece a la empresa del señor Edwin ¿Trabajan ustedes para él?

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24/02/2014, 21:46
Marion Malone

Marion se limitó a observar el interrogatorio que Lew estaba haciendo a las señoras que limpiaban pescado y crustáceos.  No deberían irse de aquel pueblo sin comer esas delicias que debían ser bien frescas. Se quedó observando el caserón que sobresalía entre las colinas.

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25/02/2014, 12:30
Director

No dijeron nada sobre la pérdida o no pérdida, se limitaron a asentir y a señalaros la casa , acto seguido siguieron a lo suyo con el pescado.

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25/02/2014, 12:51
Henry F. Dewey

¿Me permite? Henry cogió uno de las langostas que aún estaba viva y tocó las pinzas como comprobando algo. A su mente asaltaron los recuerdos de aquellos terribles seres en los que ahora podía...no...no...Seguramente no. Aún así, Henry exhibió una sonrisa y comenzó a hablar con las mujeres. Aquellas cotorras adoraban la charla banal tanto como las langostas.

—¿Cuando piden por estas preciosidades? Hace años que no como unas buenas migas de langosta como las de Maine—preguntó sacando la billetera— Tengo que reconocerlo, en este pueblo pasé mis mejores vacaciones cuando era niño...aunque con digestiones bastante pesadas

Henry continuó charlando con las mujeres dejando caer en la conversación que tenía familia en la zona y que sus padres le habían dejado allí muchos veranos.

- Tiradas (1)
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26/02/2014, 11:21
Director

La mujer mira la copiosa cantidad de billetes pero niega con la cabeza

- Lo siento mucho, pero no puedo venderle nada. Toda... toda la producción está ya vendida, precisamente al Señor Edwin,¿paga muy bien saben?