Partida Rol por web

Mis compañeros no se andaban con prolegómenos, pero yo aún tenía pesadillas con los hombres que tuve que matar en san Francisco: horrores nocturnos que me acompañarían de por vida. Con la duda, me dedico a advertir a los sospechosos después de los disparos de mis compañeros:

- ¡RENDÍOS O CONTINUAREMOS CON EL FUEGO! -dije con la pistola apuntando a uno de ellos.

Decidís acabar con esto cuanto antes y disparáis.

Adam da de pleno al sobrecargo que cae malherido emitiendo un grito de agonía, Farid lo intenta con los sectarios pero los cartuchos están defectuosos y lo único que consigue son petardazos seguidos de un chisporroteo, los sectarios que estaban sentados se escabullen entre las tuberías de la sala de máquinas emitiendo gritos de locura, como si fuesen simios iracundos, Joan, a cubierto y con el arma cargada avisa a los sospechosos de que en caso de no detenerse volverán a disparar.

En ese momento el sobrecargo, arrastrándose para ponerse a cubierto, grita a sus secuaces

—..¡ACABAD CON ELLOS!, ..¡MATADLOS!,..—

Lamentándolo mucho, no me quedó más remedio que unirme a mis compañeros en el tiroteo: algunas mentes eran demasiado débiles para soportar el contacto con el mal. Eso sí, preferí mantenerme bien a cubierto antes que facilitar mis disparos, pues nuestros enemigos también estaban armados.

Aunque Joan no se sentía cómoda en esta situación, el instinto de supervivencia se apoderó de ella por unos momentos para darse cuenta de que, si no se defendía, su futuro y el de sus compañeros podría correr un gran peligro. Situándose en una posición segura disparó contra el primer sectario que tuvo a tiro acertando de lleno, dejándolo herido.

Farid maldijo su mala puntería mientras cargaba dos nuevos cartuchos en la escopeta oculto tras la cobertura.

Os movéis buscando la mejor posición para disparar estando a cubierto, pero el enemigo es muy rápido moviéndose entre los pasillos y los espacios pequeños entre las tuberías. En un momento dado, se abalanzan sobre vosotros tres sectarios armados con puñales.

Afortunadamente sois más rápidos que ellos y lográis evitar el golpe.

-¡Malnacido, también tengo plomo para ti!-exclamó Adam.

Ahora su objetivo era el sectario que había intentado atacarle. Disparó su revolver contra él.

El sectario que recibe el disparo de Adam huye herido, mientras, el sobrecargo hace lo mismo arrastrando su malherido cuerpo e intentando mantenerse erguido apoyándose en las paredes.

Tuve que defenderme ante la imprevista aparición del sectario, realizando un tiro por puros reflejos que (quizá por suerte) no fue demasiado efectivo.

Joan realiza un segundo disparo contra su agresor, lamentablemente casi no logra alcanzarle, el sectario recibe una pequeña herida que en vez de asustarlo le hace enfurecer aún más.

El sectario no hace ningún movimiento de huida como habrás podido deducir. Si quieres volver a realizar el segundo disparo lo harás a la mitad de la DES, como el en asalto anterior.

Volví a disparar al sectario, a sabiendas que sería su final... sino de forma instantánea, sí en breve.

Farid estaba concentrado en cargar su escopeta y volver a la batalla, de manera que no terminó de percatarse de toda la situación. Sacó el cuerpo de su cobertura más cercana en busca de algún sectario en pie. Si lo encontraba, dispararía su arma contra él.

Desgraciadamente, seguía siendo tan negado como de costumbre, y los perdigones salieron disparados en todas direcciones menos donde deberían.

Joan vuelve a disparar contra su atacante, tumbándolo definitivamente mientras se retuerce de dolor.

Farid no tiene suerte, parece que su munición está estropeada y no logra disparar en condiciones, el sectario con el que se enfrenta aprovecha esta situación para atacarle.

Farid maldijo su nefasta puntería cuando vio al sectario abalanzarse sobre él. Instintivamente usó la escopeta para intentar parar la cuchillada. Ya que no sabía usarla para disparar, al menos que le sirviera para evitar un buen tajo...

Adam observó lo bien que se defendía Joan, y los problemas en los que estaba Farid, de manera que centró su disparo en el sectario que saltó sobre su compañero. 

Farid logra detener la puñalada del sectario. Pronto, acude Adam a ayudarle, con la intención de afinar el tiro para evitar acabar disparando contra su compañero, este sólo logra herirle superficialmente. Herido, se zafa de Farid e intenta huir por entre las enormes máquinas de la sala.

Del lugar donde debería estar el sobrecargo sólo hay una mancha de sangre alargada que se pierde entre varias tuberías enormes que no hacen más que escupir vapor.

Con un rápido vistazo a la estancia percibí que no había más amenaza que el desaparecido sobrecargo, así que revolver por delante me interne entre las tuberías enormes en su búsqueda.