Llegas hasta el camarote A-22 y tocas la puerta. Uno de los guardaespaldas del señor Kurosov te abre y tras mirarte se aparta como una invitación a pasar.
Una vez dentro, una puerta al fondo se abre y aparece el señor Kurosov junto al otro guardaespaldas.
—Me alegro de verla señorita Barret.., sinceramente no sabría si vendría a mi camarote, aunque tenía la esperanza de que así lo hiciera…— te habla con una sonrisa. Acto seguido lanza una mirada al matón que tiene a su lado y este, volviéndose, trae de la habitación contigua un estuche de madera alargado, que ya habías viso antes.
Tomando el estuche de su guardaespaldas se acerca a ti —Señorita Barret, yo ya soy un hombre viejo que lo único que quiere es volver a su patria y lamentablemente mi linaje y mi posición me ha generado enemigos haya donde vaya, así que voy a intentar salvar lo poco que me queda..— en un gesto te extiende el estuche ofreciéndotelo.
—Creo que ya sabe o que contiene,.. por favor, acepte este regalo y cuídelo haciendo un uso decente de el..—
Me encontré sorprendida por aquel ofrecimiento:
- Señor Kurosov... Yo... Solo aceptaría un regalo así si es porque quiere descansar de lo que conlleva tener enemigos tras él... Pero es algo que tiene que pensar en profundidad... Podría darle mi dirección en los Estados Unidos, y si llegase el momento en que quisiese deshacerse de esto, hacérmelo llegar. Pero si lo cojo ahora, tal vez se arrepienta.
Había pensado hablarle de la sociedad Theron Marks, pero si de verdad lo que quería era tranquilidad, desde luego no la iba a lograr en nuestro grupo, así que guardé silencio al respecto.
Farid tenía curiosidad por echar un vistazo a los puestos de la zona y empezar a planificar una estrategia a seguir. Sin embargo, ahora la prioridad era no perder de vista la salida de Joan, por lo que se limitó a buscar un sitio discreto desde donde pudiera ver bien la pasarela del barco.
Adam siguió a Farid.
Os dirigís hacia la casa en cuestión, que parece ser una taberna, pues no está alejada de la pasarela y además, el trasiego de gente deambulando por su alrededor no permitirá sospechar de dos extranjeros cerca de ella. Os ponéis a cobijo bajo su porchada y esperáis hasta divisar a Joan.
Te mira y sonríe
—Por cosas como esta estoy seguro de que estoy tomando la decisión correcta,..cualquier otra persona hubiera aceptado este regalo tan valioso sin rechistar, pero usted no,..ha pedido que me lo piense, y eso he hecho..por favor, insisto..considérelo una muestra de agradecimiento..— vuelve a ofrecerte el estuche.
—Además,.. ¿no es usted periodista?, investigue su historia, seguro que le dará para varios artículos..—
Me pareció que el señor Kurosov ya había tomado su decisión, y además estaba el tema de nuestra huida del barco: no podía tomarme mucho más tiempo. Aún así, no me gustaba la idea de llevarme la reliquia, aunque tenía que aceptarlo por la voluntad del anciano ruso y la utilidad que podría tener para la sociedad Theron Marks:
- ... ¿Al menos intercambiaremos nuestras direcciones por si necesitamos ponernos en contacto mediante carta o telegrama?
—Por supuesto,..— te dice mientras apunta en una tarjeta una dirección de Petrogrado, y tu le das la tuya.
—Se me olvidaba,..gracias a la habilidad persuasiva de mis compañeros he logrado averiguar quien es el individuo que tanto interés mostraba por ese objeto. Se llama Valentin Kolya, un compatriota sabe..., afortunadamente he conseguido que, en cuanto alcancemos Europa, me lo transfieran para juzgarlo en mi país... En fin,..un placer señorita Barret, y muchas gracias por aceptar el regalo.—
Acto seguido, uno de los guardaespaldas abre la puerta de la habitación invitándote a marcharte.
Cogí con algo de nervios el estuche que me ofrecía y le dije:
- Espero que encuentre la paz que tanto anhela, señor Kurosov. Y gracias a usted, por depositarme esta reliquia; no dude en pedírmela si lo cree necesario, al fin y al cabo es algo que pertenece a su familia.
Me despedí de él y de sus ayudantes e intenté salir del barco para reunirme con mis compañeros.
La temperatura es baja y el vaho sale de cada respiración que hacéis, a pesar de ello bastante gente ha salido a hacer una visita a los comercios de la costa. Después de un rato Farid y Adam, desde el exterior de una de las casas cercanas, divisan la figura de Joan bajando por la pasarela.
Una seña de Farid y Adam hace que la mirada de Joan pare de buscar entre la gente y se reúna con sus compañeros. Trae un estuche de madera consigo.
- El señor Kurosov ha preferido retirarse tranquilamente y no tener que preocuparse por custodiar su antigua reliquia. Es lo que tengo aquí. El objeto que buscaba el falso sacerdote, que me ha dicho que se llama Valentin Kolya, y que formaba de alguna forma parte del entramado de la conspiración en el barco -dije para poner a mis compañeros al día.
Farid estuvo a punto de abrazar a su compañera.
-¡Fantástico! Has hecho un trabajo magnífico consiguiendo esta reliquia. No sólo parece ser un objeto muy importante por sí mismo, sino que, si la logia pretendía hacerse con ella, esto supone un duro revés para ellos. Los compañeros de la asociación van a estar muy satisfechos por esto... Lo que me recuerda que deberíamos buscar un sitio desde donde poder realizar una llamada, si es que es posible desde este lugar, algo que cada vez temo más que no va a poder ser. Por allí hay una casa algo concurrida que igual puede tratarse de una posada. Echemos un vistazo.
El diletante se encaminó hacia aquella casa que había visto con el humo saliendo de la chimenea.
Adam sonrió satisfecho al ver lo que trajo consigo Joan, y se limitó a seguir a Farid hacia la casa en cuestión.
- En realidad no he hecho nada, el señor Kurosov ha insistido en delegársela a otra persona... -comenté mientras seguí a los dos. Afrontábamos una parte difícil: ¿como íbamos a salir de aquel puerto para volver a poner rumbo a Escocia sin pisar de nuevo el USS Leviathan?
Os encamináis hacia la casa más concurrida, y al entrar os inunda una serie de olores típicos de taberna, grasa frita mezclada con cerveza y tabaco, que se os impregnará en la ropa nada más entrar, a pesar de ello, una chimenea en uno de los lados hace más confortable su estancia aquí que en el exterior. Está bastante concurrida, hay una barra al fondo y varias mesas repartidas por la sala, donde hay gente bebiendo, comiendo y charlando.
La mayoría de ellos son hombres altos y rudos de aspecto europeo, tienen pinta de marineros o pescadores que intentan distraerse. Os miran y observan con cierta extrañeza, es de suponer que no reciben muchos turistas.
La primera llamada transoceánica se realizó en 1927/28 y la aventura transcurre en 1922. Todavía no es posible llamar desde fuera del continente.
Mientras pensáis qué hacer sentados en el interior de la taberna, Farid y Adam se percatan de un detalle. El tabernero saca de un almacén una saca de tela y lo coloca al lado de la barra. Joan, intenta pensar también alguna salida pero las miradas de algunos clientes a cierta parte de su anatomía la mantienen un poco distraída.
Tirada oculta
Motivo: Descubrir J
Tirada: 1d100
Dificultad: 85-
Resultado: 97 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: Descubrir F
Tirada: 1d100
Dificultad: 84-
Resultado: 76 (Exito)
Tirada oculta
Motivo: Descubrir A
Tirada: 1d100
Dificultad: 55-
Resultado: 28 (Exito)
Lo que os llama la atención, en especial, es el símbolo que hay dibujado en ella.
Tú sabes que Groenlandia es un territorio/región perteneciente al reino de Dinamarca, deduces que la mayoría de la población no esquimal procederán de ese país.
Aquel lugar no me gustaba nada. Me hacía sentir incómoda, pero sabía que en ese pueblo no había ningún lugar mejor para estar siendo extranjeros:
- ... Tal vez debamos volver al barco antes de que zarpe. Sí, allí hicimos lo que hicimos, pero... Va hacia nuestro destino. Aquí estamos varados, no podemos comunicarnos, solo podemos salir hacía atrás, y cuando podamos avisar de nuestra situación la misión original habrá caducado -dije en voz no demasiado alta, por si alguno de los lugareños entendía el inglés.