Partida Rol por web

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

Stuart no tuvo ningún problema para interpretar lo que sentía su hermana Joana y la abraza para mostrarle su apoyo.

Alia toma la palabra al acabar de hacerlo Fuller visiblemente enfadara. Se coloca al lado de la hija de Cedric para hacerlo. – Yo me encontraba en el patio de armas con la mayoría de los hombres de armas cuando Vanesha pidió ayuda y fui la primera en entrar. La encontré caída contra uno de los pilares de madera que separan las monturas sangrando y con la ropa desgarrada.

Mirando a Fuller con los ojos entrecerrados. – Fuller estaba delante suyo inclinado hacia ella también ensangrentado pero toda la sangre era de Vanesha. – Volviéndose hacía Cedric y continuando con tono de queja. – Sino me hubiera detenido diciendo que él se encargaba no tendría la pobre que estar aquí a su lado escuchado el veneno que escupe por su boca.

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

Stuart no tuvo ningún problema para interpretar lo que sentía su hermana Joana y la abraza para mostrarle su apoyo. Le susurra al oído. – He estado hablando con nuestra abuela. Hemos enviado un mensajero a nuestra casa para poner nuestros soldados a buscarlos y estoy convencido que ya imaginas como indica tratarlos. Es mejor que nuestros padres y abuelos no lo sepan y así no se ofenderá Lord Kevan. Que todavía no lo hayan castrado hace dudar a nuestra abuela sobre su justicia. – Girándote hacía tu tía Selyse discretamente. – Pero lo que le ha dolido mas son los esfuerzos de su propia hija para encontrar motivos que lo excusen.

Alia toma la palabra al acabar de hacerlo Fuller visiblemente enfadara. Se coloca al lado de la hija de Cedric para hacerlo. – Yo me encontraba en el patio de armas con la mayoría de los hombres de armas cuando Vanesha pidió ayuda y fui la primera en entrar. La encontré caída contra uno de los pilares de madera que separan las monturas sangrando y con la ropa desgarrada.

Mirando a Fuller con los ojos entrecerrados. – Fuller estaba delante suyo inclinado hacia ella también ensangrentado pero toda la sangre era de Vanesha. – Volviéndose hacía Cedric y continuando con tono de queja. – Sino me hubiera detenido diciendo que él se encargaba no tendría la pobre que estar aquí a su lado escuchado el veneno que escupe por su boca.

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

Joana se revolvió en su asiento, acomodandose al abrazo de su hermano, que siempre le hacía sentirse segura.

—Selyse parece haber cambiado muy rapidamente de opinión en cuanto a los actos de ese hombre. Espero que nuestra abuela haya preparado algo en caso de que todo esto no acabe como deseariamos. Nadie merece que se la trate así por ser mujer.—

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

Vanesha dirigió la vista un instante hacia Fuller cuando éste dio testimonio. Su gesto era de clara desaprovación, ante tal interrupción. Aún en pie, volvió a mirar a Lord Kevan, ya que aún no había indicado si había concluido su testimonio o necesitaba más detalles o aclarar cualquier duda. Pero a pesar de aquella transgresión, hizo como si las palabras de Fuller nunca hubiesen sido mencionadas, o fuesen como el susurro de un viento molesto, esperando el consentimiento del Lord para volver a tomar asiento o continuar con cualquier otra pregunta que éste decidiese como necesaria.

Las palabras de Alia, no hicieron que desviase su mirada del Lord, aunque obviamente reforzaban su actitud y seguridad. A fin de cuentas fue la espada juramentada del Lord, la primera en llegar y poner distancia entre aquel monstruo y ella. 

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

Mientras Stuart Ferragut se inclina sobre su hermana Joana tranquilizándola Lord Kevan vuelve a tomar la palabra tras dar un par de golpes con su jarra. No necesita nada mas el silencio se va haciendo a su alrededor como una mancha de aceite a medida que los asistentes van avisándose de quién desea ser escuchado.

Mirando con suavidad a Vanesha. – Siéntate, ya si así lo deseás. Las palabras de Alia y sobre todo, – cambiando el tono y sobre todo la mirada ahora centrada en Fuller. – Tus palabras también también confirman las de ellas dos.

Negando con la cabeza mirando el mandoble ancestral de la Casa Falcon. – Si estás intentando hacer ver que el problema esta en tu cabeza sabes que siempre he sido partidario de desechar las partes podridas.

Mirando a todos los presentes. – Si hay alguien aquí que quiera hablar apoyando a Fuller que lo haga ahora.

El silencio posterior sólo es roto por el sonido de las ropas al girarse la gente. Quién mas lo hace es Fuller buscando con la mirada a amigos hasta hace unas horas que ahora le rehuyen la mirada.

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

Mientras Stuart Ferragut se inclina sobre su hermana Joana tranquilizándola. – Ha estas horas nuestros jinetes deben estar de camino para vigilar este castillo. Si dejaran marchar a Fuller. Si lo exilian lo capturarán inmediatamente.

Lord Kevan vuelve a tomar la palabra tras dar un par de golpes con su jarra. No necesita nada mas el silencio se va haciendo a su alrededor como una mancha de aceite a medida que los asistentes van avisándose de quién desea ser escuchado.

Mirando con suavidad a Vanesha. – Siéntate, ya si así lo deseás. Las palabras de Alia y sobre todo, – cambiando el tono y sobre todo la mirada ahora centrada en Fuller. – Tus palabras también también confirman las de ellas dos.

Negando con la cabeza mirando el mandoble ancestral de la Casa Falcon. – Si estás intentando hacer ver que el problema esta en tu cabeza sabes que siempre he sido partidario de desechar las partes podridas.

Mirando a todos los presentes. – Si hay alguien aquí que quiera hablar apoyando a Fuller que lo haga ahora.

El silencio posterior sólo es roto por el sonido de las ropas al girarse la gente. Quién mas lo hace es Fuller buscando con la mirada a amigos hasta hace unas horas que ahora le rehuyen la mirada.

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

La expresión de Joana se relaja claramente tras oír lo que su hermano comentaba. —¿Pero eso no haría enfadar a Lord Kevan? Realmente no es que sea lo que más me importa en estos instantes, pero eso podría perjudicar la relación en la familia. Aunque si se escapa espero que reciba su justo castigo antes de que nadie pueda decidir que merece otro juicio "justo". Gracias por contarmelo.—

Joana se deshizo del abrazo de su hermano delicadamente mientras se reponía y se sentaba recuperando su compostura, mientras bajaba su mano derecha acariciar el lomo de Sharra, que se había tumbado bajo las sillas de Stuart y la suya. La gatosombra estaba mirando a Fuller con las orejas pegadas a la cabeza y sin levantar la mirada del reo.
 

Mi señor -dijo Lady Selyse, levantándose- creo que es claro por conversaciones anteriores y por esta que Fuller intentó violarla.   En vez de rogar perdón por su vida reconociendo su abuso de poder, decide lanzar injuria y difamación.  Esto sólo agrava el castigo.  

Lo único que yo preferiría sería que pagara su pena en el Muro.  Que muera defendiendo, por necesidad, a los 7 Reinos.  Sería lo único que traería algo de pago por lo que ha hecho, y lo que pensaba hacer de no ser detenido.

Que sirva esto de lección para que nadie abuse de ninguna mujer en tierras Falcón.  Que sepan que no habrá ni tolerancia ni perdón.  

Se volvió a sentar, centrada, digna.  

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

Cedric no podía creer lo que había escuchado, darle una sentencia tan débil al hombre que quiso abusar de su hoja era algo que no le cuadraba para nada. Su saliva se puso amarga, sus músculos se tensaron, se manos se volvieron puños apretados, haciendo evidente su desacuerdo con lo propuesto por Lady Selyse, se sentía de cierta manera traicionado, pues después de tantos años de leal servicio esperaba más empatía por parte de ella frente a una situación así, no era cualquier chica a la que ese desgraciado había atacado, era la hija, el tesoro más grande de un hombre que siempre lo había dado todo por esa casa. 

Cedric estuvo tentado a cuestionarla, pero haciendo uso de un gran autocontrol ganado con los años y por el respeto y el cariño que sentía por los miembros de la familia se contuvo. Su gesto tenso cambió, la culpa y la frustración de no haber actuado de mejor manera cuando tuvo a esa rata en sus manos e inclusive el hecho de que se le haya escapado lo invadieron, ahora dependía de Lord Kevan para enmendar su error y que su conciencia quedara tranquila, así que con una mirada suplicante -poco común en él- clavó sus ojos en el Lord de la casa Falcon a la espera de su respuesta. 

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

El silencio es mucho mas intenso que nunca tras las palabras de Lady Selyse, puede que desde que se edificara el castillo nunca lo hubiera sido.

Todos miran hacía ella con perplejidad hasta que finalmente su madre Lady Nancy Royce rompe el silencio con un tono que simultanea la rabia con la pena. – Selyse, porque fui yo quien te saco de sus entrañas no puedo dudar que seas mi hija, si fuera tu padre estaría segura de que no lo eras. En estos últimos meses no solo has repudiado de los Dioses de nuestra familia sustituyéndolos por Los Siete. Como puede una madre con una niña pequeña simpatizar con una alimaña como Fuller hasta el punto de pedir la clemencia que ni él pide, ¿como? ¿Le tejeras con tus propias manos la ropa para que vista el negro con los colores de la Casa Falcon?

Mirando a Lord Kevan mientras señala a Fuller. – Es eso lo que queréis que quede reflejado en los anales del Muro cuando algún maestre busque los enviados por el Valle. Un gran honor para vuestra Casa sin duda lo que pensarán de ella cuando llegue, ademas de todos los lugares por donde pase.

Volviéndose de nuevo hacía su hija con alguna lagrima de rabia resbalando por sus mejillas. – Con tal caballero imagino que para ti bastara su palabra y no hará falta enviarlo con grilletes y soldados, o lo acompañaras tu personalmente cuidando de él...

Sin fuerzas y sin poder contener el llanto se deja caer en el asiento e inmediatamente Lord Steven la abraza cariñosamente.

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

Vanesha alzó la vista cuando Lady Selyse se dispuso a hablar. Escuchó sus palabras centrada. No hubo gesto de desaprovación y tampoco lo contrario, tan solo atención. La misma atención que pondría el alumno a su maestre o la de alguien que simplemente atiende a un relato. 

Como seguramente otros muchos, se percató de la tensión de su padre ante aquellas palabras. Posó entonces su mano sobre la de él como muestra de apoyo. Lo miró un instante sosegada, como tratando de transmitirle serenidad y tranquilidad. 

Seguramente le hubiese gustado tener un gesto similar con Lady Nancy, a juzgar por aquella expresión entre ternura y tristeza que despertó su reacción junto a la de Lord Steven.  Aunque se notó el esfuerzo y protocolo aprendidos por volver a adoptar aquella pose de dama de espalda estirada, mirada baja y manos recogidas sobre ambas piernas completamente juntas.

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

Luego de que el soldado les avisara a él y a su esposa que ya debían estar presentes en el juicio de Fuller, Normand le ofreció a Greta su brazo. Ya estaban listos, pero había dado indicaciones para que les avisaran.

-Una jornada diferente nos espera...- dejó caer el heredero sin esperar respuesta, como cuando pensaba en voz alta.

Ambos se sentaron cerca de sus hijos, y pudo ver el enojo de su hija. Por suerte tenía a su hermano para apaciguar las aguas. Admiraba la relación que tenían entre ellos, si de algo se podía sentir orgulloso, era de eso. Sabía que si en algún momento faltaban sus padres, se arreglarían y protegerían mutuamente.

Su mirada se posó por un momento en Cedric. Vaya calvario que debería estar pasando, más aún cuando escuchó las palabras de su hermana. ¿En qué estaba pensando? Había algo de toda la situación que le llamaba la atención, pero no estaba seguro del qué. ¿Por qué Fuller había hecho algo así? Sabiendo la cantidad de gente que había por todos lados, y el temperamento de Vanesha. Realmente tenía que estar muy enfermo, lo cual no lo exculpaba tampoco.

Lady Nancy saltó de su silla enojada, y la entendía, después de todo, era su madre. Steven habría ejecutado al instante a ese hombre, tal vez precipitadamente, pero lo habría hecho.

Normand tomó inconscientemente la mano de su esposa, ante la perspectiva de que algo así le sucediera a su hija, por más que sabía que se defendería muy bien. Guardó silencio, no había nada que decir allí, era un tema de su cuñado y de nadie más ya.

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

Joana miraba fijamente a Lady Selyse, su cara reflejaba lo que pensaba, no daba crédito a lo que acaba de oír. Ante la intervención de Lady Nancy solo puedo que asentir en silencio, mientras apretaba el antebrazo de su hermano con más fuerza de la que ella misma creía tener. Sharra tenía el pelaje erizado y de su boca empezaban a asomar, poco a poco, los largos y afilados dientes de la gatosombra, unicamente parecía mantenerse en su sitio, bajo las sillas, por la fuerza de voluntad de Joana.

Lady Selyse se levantó y volvió con la venia de su esposo a tomar la palabra.  

Tienes razón madre sobre mi reciente abrazar la religión de los 7 que son 1, pero no por eso dejo a un lado la sabiduría de los Antiguos Dioses.  Ambos nuevos y viejos dioses son mi religión.  

Ahora, mi opinión a Lord Kevan sobre la sentencia tiene que ver más con lo que pienso sobre la humanidad que lo que pienso sobre esta persona en particular.  Dijo, señalando a Fuller con su mano enguantada.

Matar a alguien como resultado de un juicio es algo que debemos desterrar, no del Sur, no de Poniente, sino de todas nuestras leyes, normas y costumbres.    ¿Cómo quitarle la oportunidad a alguien de arrepentirse?  ¿Cómo proteger la vida quitándola a otros?  Mi sueño es un Poniente donde todos tengan derecho a la vida, todos, inclusive quienes han cometido crímenes. 

Justo castigo es que pague yendo al Muro.  La disciplina allá le enseñará cosas que su vida de confort y abuso de poder nunca le enseñó aquí.    Por lo que me dicen, el frío y los terrores de allá a veces rivalizan con la sensación de la propia muerte; pero una que va a saber.  Lo que sí es que no le estamos dando ningún privilegio.    

Por favor no te burles de mí con lo de acompañarlo o tejerle nada negro.  Sabes que mi posición no viene de debilidad, sino de una firme creencia en la esencia de la vida humana, y en que las Leyes y Derechos deben regir los destinos de las personas en este y todos los Reinos. 

-se veía que Lady Selyse traía entre manos algo más que este juicio sobre intento de violación sobre un caballerango venido a más.  Era algo que podría poner a toda la Casa en más complicaciones de las que se imaginaban en ese momento. 

Vanesha no pudo evitar un gesto de incredulidad y sorpresa ante las palabras de Lady Selyse. Un pensamiento incluso temerario en privado, expuesto ante toda la multitud, caballeros y representantes de ambas casas, incluidos ambos lores. Si bien era cierto que el derecho de impartir justicia en cada Casa, residía en el Lord, también lo era el de la indulgencia. Bien era sabido, que dependiendo del Lord, se aplicaba de una forma distinta el derecho a impartir castigo o clemencia, pero siempre era el señor de la Casa quien decidía. 

Pero lo cierto era que lo que acaba de escuchar hacía mención a segar ese derecho, incluso en todo Poniente...al Rey. Actos menores fueron tachados de traición.

El gesto de preocupación en su rostro fue evidente. Preocupación no por ella misma. No era secreto la postura que la Casa había tomado durante Las Guerras del Usurpador, y cómo aquello había levantado suspicacias y recelos. Y que si no llega a ser por Lord John, puede que hoy no existiese la casa Falcon. Las noticias que Lord Steven había traído auguraban que la tranquilidad de aquellos años podía, de un momento a otro, verse comprometida. Aquel discurso en privado, podía llegar a ser tan peligroso como chispa en paja seca. Aireado de aquella forma en público...

Y lo que en principio se mostró como preocupación, pareció tornarse en miedo. Miró a Lord Kevan, a Lord Steven y Lady Nacy, con aquella expresión de miedo. Como si fuesen la única esperanza para enmendar aquello frente a la multitud. Instintivamente, mientras lo hacía y casi sin percatarse, tomó con fuerza la mano a su padre. Por primera vez, también la de Alia.

Su honor acababa de entrar en conflicto, profundamente. Una parte de él consideraba que debía acompañar a su hermana en su pensar, no sólo por el lazo de sangre, sino más importante aún, por el juramento que unía su casa con la Falcon.

Otra parte, más arraigada tal vez, era la de los Antiguos Dioses, las enseñanzas que había mamado desde que era un niño: un crimen así debía ser castigado de forma ejemplar, aunque también era verdad que tal vez podía ser enviado al Muro, o cercenado su miembro como escarmiento.

Mas allí entraba otra parte suya, más calculadora pero a la vez, y justamente por eso, menos escuchada y su voz sonaba apagada: ese hombre podía decir cosas que perjudicarían a la Casa, y quién sabe a quiénes más. No podía sobrevivir, no podía quedar la posibilidad de algo así con los tiempos que corrían, donde un paso en falso los podía perjudicar tanto.

De todas formas, por más que en su mente hubiera una batalla campal de ideas y creencias, no podía aflorar ninguna construcción lógica. No sabía realmente qué tenía que hacer, salvo esperar a que pudiera tenerlo más claro... y que discursos así no trascendieran esas palabras.

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

Lord Kevan lívido después de lanzar una mirada que habría echo retroceder al mas duro de sus sargentos a su esposa se inclina sobre el padre de esta Lord Steven y su esposa Lady Nancy Royce. Conversan en susurros pero con el paso del tiempo la cara de Lady Nancy va dejando de lado la desolación por la firmeza.

El resto de la sala permanece quieto o cuchicheando con los mas próximos siendo uno de los mas desconcertados el propio Fuller.

Lord Kevan llama a su asistente para que se agache a su lado y este después de escuchar las instrucciones recorre la mesa indicando a la mayordoma y a la sanadora que vayan junto a Lord Kevan.

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

Alia se veia en la necesidad de intervenir en el juicio y evitar que una crisis dividiese la casa.

-Mi lord, si me permitís os diré que existe una posibilidad que dejaría esta decisión en manos de los dioses: Un juicio por combate, el campeón que Vanesha, como victima que es debe elegir, contra Fuller, si es inocente ganara el combate si no lo es, perderá. Si esta decisión no os parece bien os ruego también que tengáis en cuenta la opinión de Vanesha sobre como actuar con su agresor.

Sabia que un juicio por combate podría no salir bien pero evitaría que se abriese una lucha interna sobre como actuar con el culpable.

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

Cedric sintió como su hija tomaba su mano, eso lo tranquilizó pero a la vez le recordó la importancia de que los crímenes de Fuller no quedaran impunes. Miró a su hija y se dió cuenta de la preocupación que sentía así que decidió que era momento de intervenir para evitar que éste acto pudiera traer consecuencias graves a la casa Falcon, sobretodo teniendo en cuenta la peligrosa declaración de Lady Selyse, ya que aunque sus intenciones fueran nobles Poniente no estaba preparado para un cambio de esa magnitud y muchas personas importantes no se lo tomarían nada bien. El maestro de armas se inclinó hacia su hija y le dijo al oído.- No te preocupes hija mía, confía en mí, lo solucionaré.  

La voz de Alia hizo que otra vez pusiera atención a lo que ocurría, pero cuando mencionó lo del juicio por combate su rostro se iluminó, pues le había dado una gran idea. Como siempre Alia vuelves a ayudarme. Pensó agradecido. Una vez ella terminó su intervención Cedric pidió la palabra.- Mi señor, usted sabe que yo siempre he puesto los intereses de la casa sobre lo míos, ya que vivo para servirle, por eso espero que no tome lo que diré a continuación como una falta de respeto, sino más bien como una muestra de mi lealtad y devoción. Pérmitame tener el honor de limpiar el honor de ésta casa que ha manchado ese criminal. Libérese del peso de ésta decisión y que sean los dioses quienes decidan el destino de aquél... "hombre". Mi señor, no olvide que estamos para servirle y eso significa también compartir el peso para que no recaiga sólo sobre sus hombros, por eso insisto, permítame ser el campeón de la casa Falcon y verá que su confianza no será en vano. Cedric volvió a tomar la mano de Vanesha mientras esperaba que Lork Kevan se pronuncie. 

Tarde del día 19 del octavo mes del año 298.

Vanesha trató de disimular su disgusto ante aquellas propuestas lanzadas por Alia y su padre. No tenía duda de que sus intenciones eran buenas hacia ella, pero inconscientemente, respondían a un afán por teñir sus espadas con la sangre de Fuller. Era comprensible. Pero de lo que no se percataban era de la importancia que le conferían admitiendo para el "señor de los caballos" un derecho reservado a los lores. Y eso, no era para nada bueno. 

Pero por más que quisiese haberles hecho entrar en razón, no pudo más que continuar con la mirada baja esperando la decisión del lord, pues no era lugar ni momento para hacerles ver nada de eso. Sólo podía esperar que Lord Kevan dictase a su favor y que su orgullo fuese mayor que el ímpetu de su padre y quizás, futura madrastra. Lo suficientemente grande para dar un ejemplo a todos empuñando su mandoble para ejemplificar el concepto de justicia.

No pasó desapercibida la ironía que a veces la vida planta ante tus ojos. Tantas veces condenando el exceso de orgullo de Lord Kevan y en aquellos momentos, en silencio, en su foro interno, no podía dejar de apelar a él.