Partida Rol por web

Mañana del día 20 del octavo mes del mes del año 298 en Highcrow.

Sharra te sirve un nuevo plato retirando el que tenías para discretamente susurrarte al oído.

– Mi señora, me preocupa vuestro silencio, ¿tanto os ha afectado el castigo de Fuller.

Puedes notar su. tono de preocupación mientras mantiene una expresión jovial en el rostro.

– ¿Os perderéis poder tocar el cielo con las manos… – Estas palabras suenan llenas de ilusión como si ya estuviera en su cima.

Normand sonrió ante el permiso dado. Sabía que podría ayudar a su cuñado, y además representar a su Casa. Ese tipo de oportunidades de hacer lo que sabía hacer lo llenaban de entusiasmo, por más peligrosa que fuera la tarea.

Luego se dirigió a su esposa.

Le apoyó la mano sobre la suya.

-Dado que iremos rápido preferiría evitarte semejante maltrato- le dijo con una leve sonrisa y una caricia en su mejilla -A menos que eso no te importe... sabes que siempre prefiero tenerte a mi lado que tenerte lejos-

Era una buena compañera, y la quería realmente.

-Tienes razón, están callados- agregó mirando los retoños que habían engendrado -Creo que prefiero que se queden, pero no los obligaré a que lo hagan si ellos quieren acompañarme-

No estaba seguro el por qué, pero sentía que podía ser peligroso. No quería arriesgarlos.

Mañana del día 20 del octavo mes del mes del año 298 en Highcrow.

Vanesha asintió como gesto de conformidad ante el nuevo plato servido por Sharra, momento que aprovechó también para susurrar su respuesta.

-Sólo soy la encargada del mercado, Sharra. Qué podría yo hacer o decir entre tantos hombres de armas...-

Probó un nuevo bocado y volvió a asentir satisfecha mientras masticaba, mirándola con una sonrisa. Si alguien las estaba mirando, mejor que pensase que hablaban de trivialidades sobre la comida.

-¿No crees que Lord Kevan se refería más bien a los hombres de la casa?- Preguntó con sincera curiosidad. Que su esposa se hubiese dado por aludida, le parecía normal. Pero incluso si el señor pudiera agradecer o precisar que ella fuese, no dejaba de preocuparle estando su padre convaleciente de nuevo.

De nuevo otro pequeño bocado, mientras en ella se dibujaba una sonrisa picarona mirando al plato. -¿Vendrías conmigo, siendo mi ayudante de cámara?-

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—¿Eh? Sí, deberiamos ir, perdonadme hermano, estaba pensando en algo, pero no recuerdo ni siquiera el que, que los Antiguos perdonen mi mala cabeza. No querría que nos perdieramos las vistas desde Nido de Águilas, y quien sabe, quizás habrá oportunidad para que conozcais a alguien que os llame la atención. —

Hasta que habia comenzado a hablar Joana estaba ensimismada con una cuchara vacia apoyada contra el labio superior, mirando a los muros de piedra del lado opuesto de la sala.

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Se muestra de acuerdo contigo tras beber un poco de su copa de vino. – Me quedaré en nuestra casa con tus padres y tu hermana.

Continúa mirando preocupada a sus hijos. – Creo que les ha debido afectar las mutilaciones de Fuller, son muy jóvenes.

Comienza a untarse una hogaza de pan con mantequilla, aunque sabes que con el pan recién orneado no suele hacerlo para de esa manera quedar de cara a ellos sin que sea evidente.

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Stuart te da una afectuosa palmada en la pierna ya que no puede zarandearte del hombre estando en una reunión formal y menos convocada por Lord Kevan. – A ver si eras tú la que te has quedado dormida ahora. – Notas sus esfuerzos para contener la risa.

En esos momentos miráis a vuestros padres y por la reacción de vuestra madre sabéis que ha accedido al deseo de vuestra madre de que no la acompañe. Aprovechando que no estás en tu mejor forma tu hermano pone su cara más formal y se dirige a vuestro señor. – Lord Kevan, si nos acepta en su sequito mi hermana y yo os acompañaremos.

Cuando Lord Kevan asiente se inclina ligeramente sobre ti susurrándote. – No quería que nos excusara ante Lord Kevan indicándole porque no podíamos ir. Ah si jugamos a buscar pareja ten en cuenta que nos encontraremos muchos más hombres.

No acaba de hablar ya que se queda mirando a Sharra que ahora está inclinada hablando con Vanesha. Sabes perfectamente en que está concentrado ahora.

Si castellano y mayordoma están presentes, bien, y en funciones, entonces os acompañaré, milord.  Lady Selyse era responsable antes que nada más.   Será bueno que tengamos muchos ojos y manos en Puerto Gaviota.  Estos tiempos no están para menos.  

Iré a prepararme ya, con su permiso.  Habían acabado de comer y no quería dejar para más tarde las preparaciones necesarias.  Hizo en el brazo de Kevan un gesto amoroso con su mano al despedirse, cuidando las formas, pero cuidando también de no dejar de mostrarle el afecto que siempre llevaba consigo doquiera que fuera.

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Zane asintió a las palabras de Lord Falcon y tomó asiento de nuevo. Le enorgullecía que su padre le permitiera acompañarle a él y a su hermano en la reunión convocada por Lady Arryn, la cual sin duda iba a resultarle una experiencia provechosa para su futura labor como caballero.

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Alia estaba entrenando y perdió la noción del tiempo. Llegó justo a tiempo para enterarse por encima de lo que estaba ocurriendo. Escuchó atenta, como siempre, mientras comía. Después reparó en que no había hablado en toda la intervención. Disculpad mi señor dijo dirigiéndose a Lord Kevan pero creo que como espada juramentada suya debería ir con vos. Después de decir todo aquello pensó en Cedric y que no lo vería en un tiempo, pero el honor era importante para ella y no olvidaba su objetivo, sin salir de allí raramente cumpliría su meta.

Normand le acarició la mano un momento.

-Harás bien, aunque veo que mi hermana irá con nosotros- dijo Normand encogiéndose de hombros un momento -Pero mejor que disfrutes de la comodidad... creo que pronto se moverá todo y no será tan así. ¿O quieres venir?-

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Lord Kevan enarca las cejas ante el cambio de opinión de su esposa. Estas últimas horas está sorprendiéndolo completamente. Al final opta después de mirar a sus suegros por encogerse de hombres. – Como desees Selyse, como desees.

Las palabras de Alia hacen que se destensen sus facciones. – Siempre se agradece vuestra presencia Alia

Mirando a su Capitán de la Guardia. – Brazh, prepara una escolta y como vendrán representantes de la Casa Ferragut habla con su Capitán de la Guardia Karl para añadir algunos de sus soldados.

Inclinando muy ligeramente la cabeza hacía sus suegros. – Evidentemente si Lord Steven Ferragut lo autoriza.

Después de intercambiar una mirada con su esposa Lord Steven asiente. – Si nos permitís enviaremos un cuervo a Pedra Alba para que nos enviden otra unidad de caballería la que ha venido os puede acompañar.

Al sentirlo Paterson toma la palabra. – Milord, ayer llego un mercante. Si me autorizáis lo contrataría en vuestro nombre para transportar las monturas a Puerto Gaviota, los barcos de guerra no son el mejor lugar para trasportarlos.

En aquel momento aparece uno de los centinelas dirigiéndose, después de inclinarse ante Lord Kevan, a Vanesha. – Señora Vanesha, un niño del pueblo ha venido hasta las puertas trayendo esta carta para voz. – Te tiende una hoja de papel sellado.

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Vanesha se incorporó con discreción, pues no quería interrumpir señor de la casa. Tomó la carta, la cual observó un instante, pero no llegó a abrir, guardándola acto seguido en su faldón. Volvió a tomar asiento y permaneció de nuevo expectante a las palabras del Lord y de sus cargos más allegados.

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A una orden de Martha, después de consultarlo con Anna ordena que se procedan a servir los postres y las infusiones. Todos menos uno sabéis que eso indica que Lord Kevan ya da por acabado el almuerzo. Ha habido días en que han tardado mucho tiempo en servirlos mientras esperaba más comentarios, o tenía más cosas que decir.

De aquí unos minutos todos deberéis abandonar la Gran Sala. Los sirvientes se preparan para retirar la mesa.

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Puedes ver como un soldado que ha estado a la altura de Lord Kevan se ha colocado al lado de tu sobrina y le ha dicho unas palabras al oído.

Berta se gira para susurrarte a su vez. – Lord Kevan quiere que te acompañe a su sala de audiencias privadas una vez se acabe el almuerzo, que será de aquí pocos minutos.

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Notas como Sharra, aunque mantiene muy bien su compostura parece muy intrigada porque rechaces viajar esta vez a Puerto Gaviota, y su posible continuación hasta el Nido de Águilas.

De tanto en tanto has visto fugaces miradas hacia el bolsillo donde has guardado la nota.

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Cuando vio que los postres serían servidos, supo que ya había terminado la cena para Lord Kevan. Y estaba bien, era una buena manera de ser claro... implícitamente.

Quería conversar con su padre antes de partir, para así tener una idea de lo que pasaba en su cabeza. Cada vez más le estaba dando libertades para asumir el cargo de su Casa, pero aún quería tener sus sabios consejos. Por más que muchos creerían que estaba más que listo para asumir, por momentos pensaba que siempre necesitaría a su padre para aconsejarlo. Tal vez se tendría que apoyar más en Greta, o en sus propios hijos.

-¿Estarás bien, querida?- le preguntó a su esposa al oído mientras se retiraban -Espero volver pronto...-

Mañana del día 20 del octavo mes del mes del año 298 en Highcrow.

Asintió a las palabras de Berta y se relajó un poco. La situación de ser un extraño allí no le agradaba, sin embargo Lord Kevan se había portado bien con mi sobrina y me gustaría agradecérselo. La cuestión era ¿cómo? no sabía luchar, lo único que se le daba bien dialogar y tenía visiones de vez en cuando ¿sería eso suficiente? es más debería hablarle de sus visiones a alguien que acababa de conocer, yo diría que no eso quizás generara desconfianza. Podría pensar que era un loco o un charlatán y nada de eso era bueno. Se quedó pensativo en qué decirle mientras por otro lado le venía a la cabeza la idea de que si no a las malas se iría por donde había venido hacia en norte del muro que quizás allí obtuviera respuestas a su don eso sí entonces echaría de menos a Berta que aunque se acababan de reunir de hacía ya mucho tiempo no sería bueno para él volverse a separar de ella.

Mañana del día 20 del octavo mes del mes del año 298 en Highcrow

Lady Selyse no dijo más y se retiró a sus habitaciones.  Hablaría con la mayordoma para dejar todo listo.  Buscaría un regalo apropiado para su anfitriona, quizá una de las telas exóticas esas que les habían traído, le quedaría bien como vestido o capa de andar.  Se llevaría alguna dama para que la aceptaran en servicio a la Casa mayor, y que de paso le sirviera como espía de lo que pasara en su ausencia, así que buscó una que hubiera sido entrenada en escribir, y a criar cuervos.  

La inteligencia de largo plazo nunca debe ser subestimada.

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Tras el la finalización de la mañana con el anuncio de Lord Kevan, Vanesha se dirigió de nuevo a sus aposentos. Despidió momentáneamente a Sharra hasta más tarde. Necesitaba un tiempo de intimidad. Aprovechó para volver a ver a su padre y como progresaba de su dolencia. Tras ello, se sentó en el comedor y abrió la carta, la cual leyó con atención. Su lectura la dejó un instante pensativa, mientras aleteaba la misma contra la palma de su mano. Finalmente se puso en pie y aprovecho uno de los candiles para borrar toda evidencia de que alguna vez existió. 

Se dirigió a solicitar audiencia con Lord Kevan*

Una vez atendida y tras el saludo siempre esmerado y cortés de la joven, se dirigió a él con su petición.

-Mi lord... Tras vuestro anuncio de esta mañana, quisiera solicitaros permiso para formar parte de vuestro séquito.- Anunció primeramente.

-Ya que vuestra Mayordoma permanecerá en el castillo, quizás yo pueda llegar a seros útil, pues conozco bien el estado de vuestras arcas y la economía de vuestra tierras.-

Era cierto que si aquel viaje se tornaba de un carácter militar, Vanesha no podría aportar mucho. Pero incluso ahí podría ser de ayuda. Sabía del dinero del que disponía la Casa y del que podría disponer. Conocía el tránsito de mercancías portuarias y los productos de la región. Sabía en definitiva la capacidad de la Casa para hacerse con compañías mercenarias, mejorar los equipos de la tropa, los costes de manutención, así como los excedentes y carentes comerciales en caso de que alguna reunión llegase a desembocar  en algún pacto comercial. Las Casas siempre buscaban ampliar su patrimonio, su grandeza. Búsquense los motivos que cada uno quiera, pero Vanesha tenía claro que ya fuese mediante la guerra, el comercio o los acuerdos matrimoniales, todo al final se cimentaba sobre dragones de oro. Y en eso Vanesha estaba bien instruida y preparada. Y o mucho se equivocaba, o Lord Kevan también era consciente de ello. Y a falta de Anna, su mentora, probablemente nadie podría llegar a asesorarle o simplemente informarle sobre cualquier cuestión que pudiese acarrear un coste o beneficio económico para la la Casa, mejor que ella.

Si Lord Kevan accedía a aquella propuesta, se pasaría a ver a Anna para disponer de Sharra durante el viaje. No creía que hubiese mayor problema, pues la ausencia de la mayor parte de la familia, reduciría la carga de trabajo de manera notable y prescindir de Sharra, no debería de suponer mayor complicación.