Partida Rol por web

Se miraban unos a otros, la tensión era palpable. Un matón miro a sus compañeros como buscando la aprobación de los presentes, seguidamente su mano se introduce en la chaqueta.

De repente, la oscuridad...

Una oscuridad insondable se hace en la planta del hotel. Nada parecido a lo experimentado en un apagón, una oscuridad tan densa que ahogaba los sonidos,  el ambiente se tornó opresivo de improviso.

¡¡¡¡ARRRGGG!!!!

Con un grito Eric siente el peso muerto que arrastraba subitamente ligero

Pero que coño....Eric noto como el yakuza que usaba de maza desparecia de su mano y eso era señal de que habia alguien mas dentro de la habitacion, alguien a quien no podia sentir y el estaba con una mera toalla alrededor del cuerpo; menuda situacion...joder...

Cuidado todos...grito Eric manoteando al frente de el, con fuerza suficiente como para desnucar a un toro, si pillaba algo lo iba a tumbar de un bofeton aqui hay alguien que esta haciendo desparecer testigos y paso de ser los proximos.

La sensación de un liquido caliente te recorre el brazo y el aire se impregna de un olor metalico.

La certeza de que no estais solos se hace patente. Alguien o algo os quiere muertos y el sonido queda suprimido a vuestro alrededor.

Malditos hijos de puta silenciosos....Eric suponia que se trataban de Shinobi y eso que de ellos, las peliculas y poco mas sabia, en cualquier caso, era hora de ponerse drastico...la luz era la enemiga mortal de estos bichos, ais que ni corto ni perezoso eric golpeo con sus puños como martillos pilones la pared de su cuarto en donde la luz no habia sido cortada, a ver si con ello, disipaba un poco de la oscuridad que les rodeaba.

El liquido de su brazo, algo que rezo fervientemente por que no fuera su propia sangre, salpico a todos lados debdo al brusco gesto que habia hecho pero le daba igual,necesitaba luz y sonido, enfrentarse a los shinobis en su terreno era un jodido suicidio..

Eric golpeo con fuerzas la pared, sus poderosos puños abrieron agujeros en la pared como si de almadenas se tratasen.

La claridad proporcionada por los improvisados tragaluces empezaban a disipar la oscuridad lentamente, como si de petroleo se tratara la sombra se retraía de forma densa dejando al descubierto los cadáveres mutilados de los yakuza.

Los heroes sabían que alguien quería deshacerse de ellos... necesitaban conseguir información rápidamente o serían vastagos muertos.

Hundiendo el puño una ultima vez antes de dejarlo, Eric se limpio los restos de escayola del brazo; alguien habia hecho Sushi con los yakuza y eso era jodidamente malo; estaba bastante seguro que de haber querido los atacantes los hubieran despedazado sin el mas minimo problema...

Joder que asco....Eric fruncio el ceño al comenzar a registrar los cadaveres de los Yakuza buscando cualquier cosa que le permitiera identificar, sino para quien trabajaban, al menos algo por donde empezar a buscar.,..

La joven Yukiko se abalanzó sobre uno de los yakuzas rápidamente para intentar sacar la información que pudiera, sabia que no tenia tiempo que perder.

-¿quien te envia? ¡rápido!, si contestas ahora tienes una oportunidad de salir con vida del hotel ¡maldita sea!-grito la chica esperando que su amenaza funcionara. Nunca habia presionado a nadie asi, pero en el fondo sabia que aquellos hombres no eran muy diferentes a ellos mismos, peones en un juego divino que les venia demasiado grande.

El joven sabía que se les había acabado el tiempo. Quien los hubiera mandado liquidar, había dada por zanjada la reunión. Estaba claro que no quedaría nadie a quien interrogar, y por su parte el no podía hacer nada para eliminar aquella oscuridad, al menos no sin luz, y ahora mismo era eso lo que les faltaba.

Pero había algo más que le inquietaba. Como podía ser posible, que mandaran asesinarlos, tan rápidamente, si tan solo hacia unas horas que conocía a la oriental, y al musculitos. Y lo que aun era peor, quien demonios era el idiota que pensaba que con tres matones de tres al cuarto, iban a conseguir matarlo. Es que ni le habían asustado.
Desde luego a quien se enfrentaban, por el momento tenia buena información, pero desde luego era un cabeza de alcornoque.

Apunto sus armas hacia el techo, y abrió fuego. Necesitaba ver si había algo cerca de él. Algo que necesitase rápidamente, un cambio de look. Quizás una raya al otro lado de la cabeza. Y sus pistolas gemelas estaban más que dispuestas a dar ese gusto a cualquier paisano que lo necesitara.

Mientras Yukiko zarandea el cadaver de un yakuza, Eric, encuentra una carta en la chaqueta de uno de ellos.

En el sobre, junto a una serie de fotos, hay una carta.