Partida Rol por web

Y de repente me encontre con un par de figuras en medio, una de ellas conocida.

-Como no, tenias que ser tu, y encima vienes con tus secuaces de poca monta, espero que por lo menos duren un poco mas que la ultima vez que los vi.-

Segun termine de hablar se me abalanzaron encima los tres tipos que venian con el, y desde que vi que se m iban a echar encima saque el colmillo de apep para dejarlos secos en cuanto pudiera, el primero me ataco con un puñetazo que vi venir, lo esquive con un giro, y con la misma fuerza del giro le di una patada en la cabeza que callo inconsciente a la primera.

El rubito de pelo largo que vino detras del primero me apreso y me tiro al suelo, pero lo cogi en un despiste y le clave la ga que me habian ragalado mi padre en la mano, y con el ultimo solo tuve que esperarlo y con una patada en el pecho lo tire, cuando cayo lo cogi de la pechera y despues de dos punetazos quedo redondo en el suelo tambien.

Despues de lo que habia visto, esa sabandija de Seth se queria escapa como si nada hubiese ocurrido, antes de que eso pasase saque el revolver y logre dispare con tan mala suerte de que no acerte.

-Moriras antes de que vuelvas a verme, odioso hijo de horus jajajajajaja.-

Esa risa y esas palabras era lo ultimo que oi de Seth Farrow antes de que desapareciera como un puñado de arena desaparece en medio de un tormenta desertica, despues de ese encontronazo con mi tio y sus matones de pacotilla lo he buscado por todo el mundo hasta ahora sin nigun resultado, no podia creer esas ultimas palabras suyas, no hasta que la bala que tengo guardada en el revolver atraviese su corazon y lo vea yacer en el suelo sin pulso.

Despues de eso segui buscandolo por toda America sin resultado ninguna y con el ansia de venganza retorciendose cada vez mas fuerte en mi interior, impotente por no encontrarlo pense en lo que m habia dicho en nuestro ultimo encuentro, pero no crei que no fuera a verlo mas, sabia que algun dia lo encontraria solo en cuestion de insistir mucho, como he dicho siempre, no dejare de buscarlo hasta que lo mate.

" Una llamada perdida de Jhony Calsters, que querra, hace mucho tiempo que no se nada de el, voy a llamarlo y asi me cuanta como le va."

(Hablando por telefono)-¡Quee, estas seguro Jhony, okey , cojo una avion y voy para alli ya mismo.!-

Mi viejo amigo me habia dado un alegria, habia visto a Seth haciendo de las suyas por Turquia en europa, cogi un taxi para que me llevara al aeropuerto a coger el 1 avion que fuera a Turquia.

2 dias despues de estar en Turquia:

LLevo 2 dias aqui y no lo he visto todavia, seguro que vio a Jhony por alli y se imagino algo, con lo que partio a otro sitio, estoy en el norte del pais, voy a seguir un poco mas.

1 dia despues de eso:

Creo que he pasado la frontera y estoy en Georgia, cerca de una reserva india con un cementerio muy grande, creo que voy a descansar un dia en ese puesto de carretera, comer y beber algo me sentara bien.

Despues de un dia en el puesto de carretera sin ver a nadie pasar por aqui perece que viene un coche funebre y dos personas que se bajan del susodicho, ¿quienes seran?.

-Anda, un doctor que busca aventuras y chicas guapas, ¿De que serie de médicos se ha escapado señor Aaron?- bromeo mientras aparco el coche en el parking del área de descanso. -Bueno ya estamos aquí, ¿no estaba tan lejos, verdad? ¿que tal si ahora me invita a una copa, por las molestias- le propongo con un guiño.

Sin esperar a que me conteste salgo del coche, y me abrocho algunos botones del abrigo negro que llevo, teniendo cuidado en no ocultar nada de mi sugerente escote. Camino hacia la puerta del restaurante y mis caderas se mueven sinuosas, cual metrónomo que intentara marcar el ritmo de un corazón excitado. Los shorts y las botas de caña alta hacían una curiosa combinación, que realzaba aún más mi ya respingón trasero. Al abrir la puerta, llevo hasta mi cabeza la hasta ahora invisible chistera, oculta a plena vista, simplemente sostenida por mi mano derecha. Una extravagante y nada usual combinación de prendas, pero que sin duda aumentaba el misterio y el morbo de saber que no se estaba tratando con una chica corriente. 

Me siento y espero con una sonrisa a mi acompañante, mientras observo detenidamente el panorama, divirtiéndome con las caras de extrañeza que pone "les gens".

Cojo mi improvisada mochila y salgo del coche tras Brigitte, dejo que se aleje un poco para verla de arriba a abajo.

-No está nada mal la chica...

La sigo, y entro en el restaurante-bareto de mala muerte, y me siento a su lado.

-Bueno brigitte, tienes razón, por las molestias te invito a una copa, ¿que deseas?

......Dejo que elija lo que quiera y pido lo mismo para mi.

Con la copa en la mano...

-¿Sabes? te me pareces a alguien famosa pero no se ahora mismo a quien,bueno, da igual, -y aunque sé que es un cliché...- ¿que hace una chica como tu en un sitio como este?

En medio de una conversación bastante entretenida y tras mirar sin querer un teléfono público, me percato de que no he llamado a la grúa.

-...UUUy fuerte cabeza la mia, con esta conversación tan agradable ni me habia acordado de la grúa , jejeje, Ahora vengo pidete otra copa que te la pago.

Saco el dinero y se lo pongo al lado de ella, con un guiño de ojos me despido, para dirigirme hacia la cabina despreocupado, pues lo estaba pasando bien, llego y miro en la guia telefónica una grúa que pueda hacer el trabajo a estas horas.

" Heeee, quienes seran ese hombre y esa chica que estan entrando en el bar, hace como un dia que no veo entrar a nadien aqui"

-Perdona que te interrumpa, pero el telefono esta un poco estropeado,cuando metes el dinero tienes que darle un toque por debajo.-

Espero que meta el dinero y cuando lo haga le doy un golpe debajo del telefono.

-(PUM), asi esta mejor, jejejeje, a todo esto me llamo Horace Farrow, llevo tiempo sin ver gente por aqui asi que lo que tomen usted y la chica corre por cuenta mia.-

No los conocia de nada, pero estaba contento de por fin ver a alguien.

-Claro guapo- digo con un guiño al doctor hispano -Camarera sirvame el licor más caro y fuerte que tenga que lo paga aqui, mi amigo el doctor- digo señalando a Aaron que se dirige al teléfono.
Mientras espero a que traigan mi bebida enciendo uno de los puros que guardo en el bolsillo interior de mi chaqueta. Parece que todo está tranquilo, pero me llama la atención el apuesto caballero del parche en el ojo,    tiene un no se qué especial, como si su ojo ya muerto lo acercara un poco más a la otra vida y a mi misma. Eso o que insinua un paquete descomunal bajo esos vaqueros ajustados -espero que no sea un calcetín- pienso sonriente.

De repente, justo en el momento en el que el cowboy paquetudo golpea el teléfono, un hombre irrumpe en el bar como atraido por el sonido metálico del golpe. El hombre da unos pasos al interior mientras chorros y chorros de sangre inconstante salen de su cuello salpicando la habitación y al personal. Los pobres chicos que estaban justo en el teléfono se llevaron el primer chorro de sangre, el segundo fue a parar a la cena de un ceboso camionero y el tercero, pude esquivarlo en el último momento, metiendo a la camarera entre el futuro difunto y mi persona. El bar se transformó en un grotesco teatro de gritos y vómitos mientras el hombre caia en un charco producido por una mezcla de sangre y comida a medio digerir. Entre el barullo el hombre solo pudo pronunciar una palabra antes de expulsar su último aliento, Manitú.

-¿Manitú?-

no tenia muy claro que quería decir con aquello, solo me paré a observarlo detenidamente, mientras a mi alrededor se formaba una escena dantesca, provocada mayormente por la gente que siempre pierde los nervios cuando presencia una muerte violenta.

Segun entra el hombre por la puerta agarrandose la garganta en un intento desesperado por salvar su vida, voy corriendo hacia el para intentar hacer algo porque no muriera.

-¿ Alguno de ustedes es medico ?.-

No creo que haya algun medico entre las pocas personas que somos pero habia que hacer algo para salvar a ese hombre.

-Mierda, ha muerto.- Le cierro los ojos como muestra de respero.

"manitu,que tiene que ver un espiritu dios con este cruel asesinato"

Saco el colmillo de apep, ese poderoso arma con el que me obsequio mi padre, y salgo a la puerta a ver si podia ver algo o hacer algo para que no le pasara nada a las personas que estaban dentro del puesto de carretera en ese momento.

Marco el número de la grúa,

-Fuerte soplapollas este,- Pienso mientras le digo con una sonrisa falsa -Gracias tio- Cuando de repente se escucha gritos que proviene de una señora bastante gruesa, y al mirar veo como me viene encima un chorro de un líquido bastante familiar, -Esto ... esto es sangre...- Miro de donde viene esa sangre, para mi sorpresa, viene del cuello de un individuo que derrepente cae al suelo, y repidamente va el "soplapollas" en su ayuda, "-¿ Alguno de ustedes es medico ?." dice como cual pelicula, cuando en ese momento, me contestan al teléfono "-Grúas Castle, ¿en que puedo ayudarle?"

-Si, mire que se me ha quedado el coche parado a unos kilometros de la zona de descanso...

"El es médico" dice brigitte señalandome

-joder, con esta tía.-

-mm disculpeme un momento - le digo a la persona del otro lado del teléfono. - eee... si, eso es,... dejen espacio por favor- me pongo de rodillas al lado de el hombre sangrante, y dejo que me llene de sangre mientras lo toco como si lo quisiera curar, cuando noto como quiere decir algo, entre sonidos guturales

-¿Manitú?- me levanto y me empiezo a limpiar las manos, - no hay nada que hacer- ya se habia convertido en la frase típica que llevaba diciendo durante mucho tiempo, desde que conocí a mi padre precisamente.Tras acabar mi intervención, me dirijo al teléfono, -Perdón por la tardanza, ¿por donde ibamos?...

Todo se quedó en silencio durante algunos segundos, todo salvo Aaron que seguía informando a la grua de donde estaba su coche. La sangre se esparcía en un enorme charco y las caras de estupefacción de la gente se reflejaba en su rojiza superficie.

De repente, como provocado por el vibrante sonido del telefono al colgarse, un tipo, con apariencia de indio americano que había perdido todo en la ruleta, entró por la puerta principal con las manos extendidas, los ojos en blanco y sangre en la boca. O era el causante del tremendo asesinato o tenía un problema grave de gingivitis.  Emitía un extraño sonido que no alcanzaba a entender, aunque que al final decía "tú" así que yo asumí, en una locuaz revelación, que decía algo así como "ahora vas tú". Por lo que me dispuse a alejarme de aquel individuo.

-Manitú- dijo el caballero del parche a la voz del aborigen ensangrentado, al igual que dijo aquel hombre que yacía en el suelo en su último aliento. Mientras tanto el indio desplumado avanzaba inexorable hacia una pequeña niña que lo miraba con horror, mientras su padre, que mantenía una grasienta hamburguesa en sus manos, miraba con la boca abierta. Nadie hizo nada por la pobre Emili, que por la pinta de pueblerina era eso o Mary Jean, el caso es que le mordió con tal fuerza que le arrancó nariz y boca a la pobre niña.

El grito de la gente quedó ahogado por el repentino romper de cristales, decenas de aquellos indios antropófagos, ni siquiera había visto a diez indios normales juntos antes de esto, pero parecía que hoy era un día especial. -¡Corran, huyan, sálvense, son indios enloquecidos que vienen a reclamar sus cabelleras por los crímenes que han hecho los blancos a su pueblo!-Grito a la gente del local -a mi no me haran nada, soy negra- digo intentando alejar a la gente del lugar para poderme enfrentar a aquellos tipos yo sola.

-Mierda fuera ahi como diez mas y aparte veo una figura mas que se aleja del cementerio para meterse en el bosque, ese debe de ser el que los esta convocando.-

Digo mientras viene una de esos zombies a por mi y que con un movimiento de brazo y con la ayuda del colmillos de apep le secciono la yugular, pero al ver que no cesa en su caminar decido arrancarle la cabeza. Habia matado a uno si, pero todavia quedaban mas fuera, y en un alarde de valentia salgo del local para poner fin a esta matanza, delante de 3 estaba, venian hacia mi pero no m importaba, tenia el arma que m habia regalado mi padre, y sin pensarlo dos veces me abalance sobre ellos antes de que reaccionaran, con la espada por delante le atravese el estomago a uno, y cuando saque el colmillo gire sobre mi mismo y se lo clave en la frente a otro. Delante de mi quedaba solo uno, pero aun quedaban mas esparcidos, al ultimo solo tuve k acrele una finta, ponerme por la espalda y cogerly y retorcerle el pescuezo para que cayera.

Estaba sastisfecho con lo que estaba haciendo hasta que me dio por mirar a la puerta del local y ver que habian tres mas entrando por ella.

-¡¡Cuidado hay tres entrando!!.-

Digo para que las personas que habian dentro del puesto de carretera se enterasen e intentaran hacer algo, yo no podia estaba ocupado matando mas zombies fuera.

Al terminar de hablar por teléfono se oye el tintineo de la puerta de entrada, era un indio aborigen de la zona, un poco de macrado pero se notaba que era un indio ,y al ver como mordía a la niña me impresionó, era algo que solo había visto en películas de miedo, de repente el tipo del parche se ponía en acción, sacando una especie de cuchillo, y degollando a el indio, aunque ese no fuese nuestro mayor preocupación, pues se escuchaba chirriar los cristales que daban hacia la calle, eran más indios, que se agolpaban en el "escaparate", muchos de ellos casi sin carne en el cuerpo, nuestro amigo, el del parche, se dispuso a salir como si no le importase el morir ,muy valiente por su parte, aunque ello me hizo pensar.

- Yo tampoco tengo nada que temer, total, si muero iré con mi padre -

Fuera una docena de indios movidos por el hambre ,o por algo mas sobrenatural, como si una película de zombies se tratase empujaban los cristales de los lados de la puerta y los terminaban rompiendo, entraron y matando a las personas que asustadas intentaban huir, no obstante aquel "restaurante" de mala muerte era como una puta ratonera, me acerco a la barra, me bebo el chupito que ahí yacía esperándome , y saco de las mantas que había traído conmigo el Maquahuitl y miro a Brigitte.

-  Quédate aquí, ahora vuelvo. -

-Me ha quedado de cojones, parezco Bruce Willis - pienso mientras sonrío. 

Me había quedado tan bien como para que después de matar a uno de ellos y salvar a su vez a una de las chicas más esculturales del local, me gire y ahí estaba, dando palos a diestro y siniestro.

-Esta chica me gusta cada vez más-

Seguimos cortando, escachando etc, hasta que solo quedaban dos de aquellos indios, los suficientes como para dejarlo que se encarguen de ellos, pues yo tenía un asunto más importante,  me giro hacia la chica que había salvado,

La chica, con voz temblorosa me decía mientras me acercaba a ella: O gracias por salvarme te debo...

En ese momento había terminado de decir las últimas palabras en honor a mi padre, y al regalo que estaba a punto de ofrecer, y como si de un bate de beisbol se tratase le incrusté el maquahuitl en la cabeza. Al caer al suelo, inspiré todo aquel olor a muerte del "restaurante", me agradaba, me sentía bien. Brigitte se acercó a donde estaba yo y me empezó a gritar, no sé, no estaba prestándole atención, yo estaba como en el nirvana, por un éxtasis total que invadía mi cuerpo, cuando pude salir de esa excitación, el del parche propuso ir hacia un cementerio indio, yo no conocía la zona, pero al parecer el sí, y sabia quien era ese Manitú, el nombre que tanto decían los indios, yo solo les seguí, quería ver a ese hombre que hacia enfurecer a mi padre, por que se llevaba las almas de su reino, para devolver la vida a esos indios.

Voz en Off:
Nuestros intrépidos amigos llegaron a Etowa Mounts, más guiados por el instinto que por una convicción verdadera de que aquel lugar era el foco de aquella infección, hechizo o lo que coño fuera. Puede que a su instinto le ayudara que a su paso se tropezaran unos cuantos zombis provenientes de esa zona, como si alguien los mandara a propósito para cortarnos el paso... pero básicamente fue instinto. 

Era extraño que tres personas relativamente comunes, un tio con un parche y un arma rara de cojones, una negra con chistera muy mona ella  y un médico hispano que llevaba un bate bajo la bata, se liaran a dar mamporros a muertos vivientes indios sin el mínimo atisbo de sorpresa y con una determinación ciega, que si hubiera pasado por allí un indio vivo se lo hubieran cargado también. O eran personas singulares o las pelis de serie B había dañado seriamente sus psiques.

El cementerio estaba iluminado por la luz de la luna y una niebla espesa cubría el suelo, como si algún director poco imaginativo quisiera dar un toque de esoterismo al ya de por sí lúgubre lugar. Algunos cadáveres con pocos músculos para moverse, se arrastraban por el suelo en un intento infructífero de alcanzar a sus compañeros en la orgía de sangre y vísceras que tenían montada. En el centro del cementerio un tipo con la cara desfigurada parecía dar órdenes a aquellos malolientes desechos de la sociedad india.

Aquel personaje no parecía estar movido por un objetivo razonable, si no que parecía  querer acabar con todo lo que se encontraba a su alrededor, quizás fuera producto del poder que poseía mezclado con la falta de autoestima que debe producir ver esa cara de vómito cada mañana.  
Algunos improperios, amenazas salieron de la boca de aquel pintoresco grupo a medida que atacaban a aquel pobre hombre que sólo quería usar sus poderes para llamar la atención, o quizás para bajar el precio de unos terrenos que se quisiera comprar por la zona.

Una vez calló aquel poderoso individuo, todos los zombies cayeron, Brigitte pensó en su propio poder cuando vio aquella situación pero no se atrevió a comentarselo a sus compañeros, Tigrillo estaba convencido de que se trataba de otro sción que había enloquecido y Horace creía que si veía a Brigitte atacando a otro zombie con el arte que tenía y lo sexi que quedaba arrancando cabezas no podría disimular el bulto del pantalón.

 Despues de acabar con la amenaza del la infestación zombi, recibis un mensaje de vuestros progenitores.

Cada uno de vosotros es informado de que debeis viajar a las Vegas. A 

Las personas que hacabais de conocer, aquellos junto a los que habeis luchado, estan unidos en vuestro nuevo empeño.

Sois importantes, los dioses de diferentes panteones os han selecionado para que protejais a sus avatares... la reunion será en Las Vegas, dirijios hacia alla, el futuro de la guerra depende de esa reunion.