Partida Rol por web

Chellra bufó y miró a su compañera.

-Recuérdamelo, Dara, que se me ha olvidado. ¿Por qué demonios estamos hablando con este hombre?

La aludida devolvió la mirada antes de girar la cabeza hacia Ivelios.

-Hemos venido por asuntos privados de nuestra Iglesia, espero que lo comprendas -replicó con una sonrisa contrita-. Si todo va bien, no deberíamos prolongar mucho nuestra estancia aquí. ¿Y vos? ¿Pensáis quedaros aquí algún tiempo para "estudiar nuestras costumbres"?

 Ivelios asiente ante la contestación de Dara.

Pues no lo se. Todo depende de las circunstancias...- da una respuesta algo vaga. Al fin y al cabo, ¿que puede decir sino? Todavía no tiene del todo claro que puede hacer, no al menos hasta que acabe sus reuniones con la sacerdotisa de Mystra- pero creo que ya os he robado vuestro tiempo y os estoy importunando demasiado. Discúlpenme si les he molestado.

Dara inclinó la cabeza.

-No nos importunáis de veras -se excusó la sacerdotisa mientras su compañera ponía los ojos en blanco-. Ha sido un placer hablar con vos.

 Ivelios inclina la cabeza y se aleja de la mesa. Ya he molestado bastante- piensa- además, creo que tal vez es el momento de intentar hablar con la sacerdotisa de Mystra.

Con eso en mente, sale de la posada rumbo a la Iglesia en cuestión.