Partida Rol por web

Shinjo kai vuelve a ir trotando hasta el pozo y con el 1º cubo libre que vea , lo llena para echarse agua a si mismo , pero por supuesto vuelve a llenarlo para que otro campesino siga con sus labores , acto seguido trata de entrar en el edificio en llama para tratar de salvar a los caballos . 

" Un samurai no vacila ante el peligro , sea cual sea " . 

Iuchi Temujin había permanecido quito viendo que los otros se ponían en movimiento, pues Shinjo Kai estaba por encima de él y visto que el grupo reaccionaba prefería esperarse para seguirle.

Al salir nota la atmosfera de fuerte olor a humo y el polvo que levantan los sirvientes yendo y viniendo y todo el trajín. Nota la tensión del aire, ajetreo, el brillo de las estrellas y un fresco nocturno que no tiene nada que ver al de las noches anteriores.

Ve que han conseguido sacar y reunir a un grupo de caballos y echa un vistazo. [Tiro 2g2, o eso creo, que esta es una de mis primeras tiradas xDDD] Sin embargo, intenta apartar la imagen que busca de su mente, (pues esté o no su preciado corcel, en el establo hay otros animales que necesitan ayuda,) y se recuerda a si mismo que antes de correr con cubos tiene un par de cosas que hacer.

Temujin palidece imperceptiblemente ante la visión del samurai entrando entre las llamas, por lo que decide invocar ya al elemento agua que espera encontrar en la humedad de la noche y en el agua derramada de las idas y venidas apresuradas de los sirvientes, un poco más adelante y encima de la entrada por donde ha desaparecido Shinjo Kai, con la esperanza de que puedan abrirse paso por ahí.

Trata de aislarse del barullo exterior, calmar su mente y dejar que su coinsciencia fluya como el agua, se concentra en sentir a los Kamis de alrededor y rogarles que le concedan su favor. Procede a invocar el agua, a recitar la plegaria.

Salí del edificio y me dirigí con los demás hacia donde estaban los establos... o mejor dicho, hacia donde estaba esa pira incendiaria que en su día habían sido los establos.

Me quedé un segundo pensando en las posibles pérdidas que esto podía conllevar y en ese instante ví a Shinjo Kai salir corriendo hacia el pozo, echarse un cubo de agua encima y correr al incendio como alma que lleva al diablo. Durante un instante estuve tentado de hacer lo mismo pero pensé- yo no tengo ni idea de animales, como para tratar con ellos en estado de pánico por las llamas -asique decidí unir mis manos a la de los heimin.

Con una velocidad poco común para todos aquellos que no están acostumbrados a vestir con una armadura pesada, corrí hacia el pozo como si en vez de llevar dicho tipo de armadura llevara un simple kimono. Cogí un cubo de agua y corrí de nuevo hacia el establo, donde intenté arrojarlo por lo que sería la entrada para que Shinjo Kai tuviera un sitio por donde salir.

Siguiendo al resto también llegué a los establos para ayudar. Era triste ver como se quemaba todo y la cantidad de caballos que todavía se encontraban dentro.

¡Hay que sacar los caballos! - me  tapé la boca con un trapo que aunque no estaba mojado por lo menos evitaría que respirara directamente el humo, y entré para intentar abrir las puertas a los caballos.

Mientras Shinjo Kai y Otaku Ariasu se lanzan al interior del Establo en llamas Iuchi Temujin empieza a concentrarse canalizando las energías a su alrededor mientras recita los textos aprendidos anteriormente para invocar Agua.

Por otro lado los Cangrejos están más dispersos y mientras Hida Kotatsu e Hida Yasutora parecen ayudar portando cubos de agua del pozo al establo para intentar apaciguar el fuego, su "hermano" Hida Akira empieza a dar órdenes para intentar que los hemin cumplan mejor con su cometido.

- Si no os importa Hida-san. - dice Shinjo Yoshifusa apoyando la mano sobre el hombro del Hida. Estás en mi casa y aquí las órdenes las doy yo. - añade tajante.

- Así que si quieres colaborar agarra un cubo y porta agua para intentar apagar el fuego o si lo prefieres puedes imitar a Ariasu-san y Kai-san e intentar salvar a los Caballos que aún están encerrados dentro.

El joven shinjo se adentró como pudo en el establo como buenamente pudo tratando de no quemarse , ya que la protección que le daba el agua era limitada , trató de encontrar los caballo con la vista cuanto antes y buscar una manera lo más segura posible para sacarlo , pero seguramente estaban asustados y tendría que tratar de hacer que mantuvieran la calma antes de intentar coger sus riendas y llevarlos fuera del lugar incendiado . 

No me había costado tanto llevar el primer barril, y veía a los distintos miembros y compañeros con los que estaba en la cena ayudando de diversas formas. Ahora, la chica también había entrado en los establos para sacar los caballos.

-Son dos los que están dentro asique habrá que hacer los viajes dobles -dije por lo bajo mientras corría de nuevo hacia el pozo, donde cogí un segundo cubo, lo llené y corrí de nuevo a los establos, sin preocuparme de que se derramara parte de los cubos por el camino. Tenía que hacer todo lo posible porque los establos no se derrumbaran por el incendio.

Akira se dio cuenta de su error que habia cometido al encontrarse en una situación desconocida. .-Mis disculpas Shinjo Yoshifusa-sama. No he sabido como reaccionar ante la circunstancia-. Hace una pronunciada reverencia hasta que deja de sentir el peso de la mirada de Yoshifusa. Esperaba compensar su error haciendo algo de provecho, y pide su ono a uno de los sirvientes para entrar con el al interior. Quizas se necesitase una herramienta para cortar alguno de los cordajes de los caballos o romper algo que les obstruyese el paso, razón por la cual se lanzo al interior con el ono.

Y allí seguíamos, el fuego tardaba en apaciguarse, al igual que los caballos, pobres criaturas encerradas entre las llamas y el calor del fuego. 

Estaba haciendo todo lo que podía o eso creía, para sacar a los caballos sanos y salvo, al llegar a uno le abro la puerta y lo agarro rápidamente para que no salga desorientado y se quede más atrapado aún. Tras calmarlo un poco intento entre sus brincos y relinchadas guiarlo hasta la salida.

Allí era mejor no hablar, así que permanecía callada.