Partida Rol por web

La noche era fría y amenazaba con nubes en el horizonte. El camino hacia el bunker B047 era largo pues desde Penza hasta Volzhsky había unos cuatrocientos kilómetros de distancia. El grupo debía decidir como ir hasta allí bajo las condiciones en las que se encontraban, aunque no era una tarea difícil sería un viaje largo... 

— Creo que deberiamos alquilar un segundo vehiculo.— dijo Martin

— En dos coches iremos más cómodos, no llamaremos tanto la atención y además podemos usar uno de lanzadera. — era una cuestión básica a su entender.

— Kellen y yo iremos en el primero. Vostros en el segundo. — señaló a los demás incluido Penrod.

Martin movió la cabeza. No estaba muy deacuerdo con la idea. Alquilar un coche sería dejar demasiado rastro pero intuía que era mejor no decir nada. Pensar no era lo suyo y, además intuía que su amigo estaba algo cabreado con él, aunque no acababa de discernir porque. Ultimamente se habían distanciado bastante.

— ¿donde lo alquilamos?— preguntó— no creo que sea demasiado facil encontrar ahora un coche extra.

Adrian se sentía frustrado... Un viaje en coche con la cuervo a la que tenía que matar y Penrod. La tentación de matarla allí mismo era demasiado grande, pero estaba el viejo. El puto viejo. Claro que si mataba a los dos podría elaborar una complicada...no. Imposible. Le pillarían a los dos minutos y no iba a arriesgarse tanto. Quizás la cuervo se matase sola a lo largo de la misión y desde luego podría encontrar mejores medios. Pero la tentación... ahí estaba.

Escucho atentamente la propuesta de Martin sobre el alquiler de un coche. La verdad es que el hecho de ir cinco en un coche no es la mayor de las comodidades, pero eso es la única ventaja que le veo a ir en un segundo coche, así que manifiesto mi opinión.

Sinceramente, yo preferiría ir en un sólo coche.-le respondo a Martin-El búnker está sellado, por lo cual, tendremos menos notoriedad si se acerca un coche, en lugar de dos vehículos. Esa es mi opinión, salvo que Kellen diga lo contrario...

La idea de Martin no me parece mala, pero sí que es cierto que le bunker estará sellado y queremos pasar sin llamar mucho la atención.

-Un sólo coche-sin dar más explicaciones.

Luego sigo caminando bien cerquita de Penrod que, aunque está poniendo todo de su parte, no deja de generarme cierta desconfianza.

Penrod no entendía la discusión del grupo de investigadores. Se encogió de hombros y se limitó a observarles mientras tomaban una decisión.

—Probablemente les interese saber que casi con toda seguridad allí no hay nadie. Ha sido sellado así que creo que no tienen que preocuparse por que les vean.

Dicho eso se quedó a la espera de las ordenes del que parecía tener el mando.

—Eh Martin... ¿Por qué no conduces tu? —preguntó Adrian tratando de aparentar normalidad con su viejo camarada. El jefe podría ir de copiloto y la nena y yo vigilando a esto—dijo señalando a Penrod.

— Bien. Conduciré yo mismo. Aunque sigo pensando que hubiera sido mejor hacernos con un segundo vehiculo. — la idea de viajar todos juntos le parecía un disparate arriesgado pero Kellen había tomado la decisión y él no iba a discutir aquello. Todos sabían que Martin era de ese tipo de agentes que siguen el reglamento a pies juntillas. Sin embargo en algun lugar de su cabeza guardó para si una nota de advertencia sobre Kellen. Un recordatorio de que era un inutil y que no debía confiar en él cuando las cosas se pusieran feas.

—Los perros de presa deberían ir encerrados en el maletero —dijo Penrod taladrando con la mirada a Adrian.

Estaba visiblemente ofendido por la categórica descalificación del muchacho refiriéndose a él como "esto".

—En algún momento de tu vida necesitarás la ayuda de alguien que tenga que usar la cabeza por ti, muchacho. En ese momento de acordarás de "esto", pero ya será tarde y acabarás pudriéndote en esa ufana prepotencia.

—Normalmente son los rehenes los que van en el maletero— respondió Adrian molesto por el comentario sobre sus mermadas facultades mentales. —Y puede que necesite tu ayuda, pero no olvides que este perrito, aparte de morder, puede tener que salvar tu arrugado trasero así que boquita cerrada, si quieres conservar los dientes.

En el momento en el que dijo eso, Adrian se arrepintió. No era, como decía Penrod prepotente, pero si que era demasiado temperamental y sabía que tener cuidado con su caracter. De todos modos, si le habían elegido estaba claro que era por algo, había montones de agentes tan capacitados como el fisicamente y con mejor temperamento.... y sin embargo habían escogido al tipico "rompe-piernas". Incluso la obtusa cabeza de Adrian se daba cuenta de eso e hizo un gesto de disculpa hacia Kellen por su comportamiento.

Penrod sonrió como si estuviera celebrando una victoria.

—Tu mismo te pones en evidencia muchacho —acertó a decir entre las risas—. ¿Quién salva a quien? Nadie es capaz de predecir eso —fue lo último que dijo.

Con toda la calma que fue capaz, Adrian se acercó a Penrod hasta estar a unos centimetros suyo.

—No me caes bien, viejo—comenzó—Ni como mirabas a Ilse, ni como te pavoneas, ni todo el rollo de que no recuerdas nada... pero tienes suerte. Mi madre me dijo que nunca pegase a alguien con gafas.—Adrian le quitó las gafas y con rapidez le pegó un fuerte puñetazo al estómago—Claro, que nunca fui muy obediente— añadió devolviendole las gafas.

Agarré con una fuerza inusual a Adrian y lo aparté de Penrod.

-¡Maldita sea! Limitate a cumplir órdenes, si estás aquí es bajo mi mandato y orden, a mucho bajo la de Ilse, y comienzas a tocarme las narices, Adrian. No vuelvas a ponerle una mano encima a no ser que yo o ella-enfatizo señalando a Ilse con el índice de mi mano izquierda mientras con la derecha sujeto a Adrian por la pechera de su uniforme-te digamos lo contrario-le digo antes de soltarle.

Nunca pensé que se le fuera a ir la mano, pero era evidente que era mucho más inestable de lo que parecía.

Ayudo a Penrod a ponerse en pie pues es bastante mayor y un puñetazo en la boca del estómago es doloroso.

-

Otra vez la cuervo, que manía con la cuervo. Kellen era el único que la protegía sino ¿porque le habían mandado aquella misión extra? Seguro que se la tiraba. Era algo logico, la nena tenía un buen par: un buen par de polvos, un buen par de tetas y un buen par de nalgas bien puestas. Y ahora encima, tenía que obedecer a su objetivo. Joder, como aquello saliese mal iban a meterle mas plomo en el cuerpo que sentido del humor tenía Martin.

Por un momento pensó en hablarle a su viejo colega de sus problemas económicos,así no tendría que correr riesgos pero lo dejó de lado. No podía ayudarle a reunir el dinero y tampoco iba a querer, ya que insistía en que tenía "un problema con el juego" ¿problema? El único problema que tenía era que no ganaba un miserable billete. De todos modos no iba a echar de menos a Ilse si conseguía matarla, aunque quizás si la gelatina de su trasero corriendo delante de él.

Lo jodido era que tenía que hacer parecer todo aquello un accidente, pero el no tenía ni idea de planificación ni de estrategia. ¡Joder! La vida era una puta mierda. A ver si la suerte le cambiaba pronto

Adrian ni siquiera sintió la poderosa mano de Kellen apretandole el hombro, pero si oyó su autoritaria voz. El chico lanzó una mirada de desprecio a Penrod antes de responder.

—De acuerdo jefe—dijo con voz de soldado cumpliendo ordenes —No volveré a tocar a "eso" sin permiso.

Adrian miró de reojo a Martin. Cada vez le caía peor Kellen, y dejar tomar decisiones a una novatilla como Ilse le hacía pensar que compartían algo más que entrenamientos. Al menos, en la mente de Kellen...o quizás en la de la chica.. Aún así, sabía que Martin tampoco aprobaría que hubiese pegado una buena hostia al viejales, por mucho que se la mereciese.

Ilse apoyó a Kellen pero no avivó las brasas de aquella discusión. Una vez todo el grupo se hubo calmado entraron en el coche que les había entregado la agencia y se pusieron en marcha hacia el bunker. Martin se puso al volante y pisó el acelerador. Era un viaje largo y tendrían que hacer alguna parada para estirar las piernas o descansar pero sin duda llegarían al bunker a media mañana.

-Bien, Ilse, ¿cuál es el siguiente paso?-le pregunto con mi cara seria y esperando que vea las posibilidades, los inconvenientes y los posibles caminos-. La zona estará acordonada, ¿cómo haremos para pasar?-le pregunto en el mismo tono en que le preguntaba cuando entrenamos dentro de un simulador.

Me encuentro situado al lado de Penrod en el asiento trasero. He dejado a Adrian delante pues no quiero más inconvenientes ni más salidas de tono.

No, solo que está tapado con cemento. Puedes inventarte cualquier detalle sobre como llegar y eso, no está acordonado y en principio nadie tiene por que estarlo vigilando lo taparon y se olvidaron de él. Poco más.