Partida Rol por web

La despedida del cuerpo de su amigo y compañero fue bastante dura para Yukinaku. Una vez hubieron encontrado un lugar tranquilo, quemaron su cadáver para dar descanso finalmente a su espíritu. La shugenja ahora porta el daisho de su protector. Los siguientes días fueron duros para el estado de ánimo del grupo. Una vez hubo despertado Arcadia, todos vieron cómo había dejado de ser una niña para siempre. Permanece y está en su forma adulta todo el tiempo, siendo tan loca como siempre, pero algo más seria y maternal que antes.

La ascensión al Territorio Dragón fue bastante tranquila para todos. Tras llegar a territorio Libélula fueron detenidos por varios Kitsukis que parecían estar esperándoles. Uno de ellos conocía a Raijin de antes, por lo que todo fue bastante más sencillo de llevar a cabo. Las montañas del territorio de los dragones desprenden un aura de calma y tranquilidad increíbles. Entre sus valles pasan numerosos ríos, escondidos del resto de Rokugán, para el uso y disfrute del clan. Todo parece ser un gran escondite o zona escarpada dónde lo que ocurre es totalmente ajeno al resto del mundo. No es de extrañar que a este lugar solo lleguen las personas raras o monjes que buscan la iluminación en alguna de sus formas.

Varios días después pudieron finalmente llegar a su destino, las provincias Togashi. Están en una ciudad monástica perteneciente a la Orden Togashi, algo más al sur aún que Kyuden Togashi. No obstante... Lo más extraño ha sido que no han parado en la ciudad en sí. Recorren la misma de un lado a otro, para finalmente seguir la senda de un río. Son parados por un par de Monjes Togashi, que al reconocer a los Kitsukis y a Raijin vuelven a dejarles paso.

Escondido entre cataratas y tras numerosos acantilados pueden ver un edificio excavado en la piedra misma, protegido por dos cataratas que caen delante del mismo en una especie de jardín acuático que tiene formado delante suya. Es hermoso. El lago tiene un pequeño puente con el que pasar hacia la pared dónde está el edificio, a sus lados está el jardín acuático, con todo tipo de plantas de colores. Se nota que aún es primavera. Estáis en frente del mismo, en mitad del puente...

El viaje hasta las tierras dragón había sido tranquilo, al menos pudieron tomarse ese pequeño inciso como un descanso bien merecido tras la ardua batalla contra la impostora. Las secuelas aún eran patentes en el grupo, en especial para Yukinaku, la cual no solo había perdido a un compañero, si no también parte de si misma. El hecho de haberlos involucrado en tal batalla apenaba profundamente a Nobu. Desde aquello había conseguido sosegarse, encontrar la paz en su mente y corazón, estaba en paz consigo mismo por fin. 

Las tierras Dragón recordaban en parte a Nobu a su hogar, si bien el terreno no era especialmente similar, la tranquilidad que se respiraba en el ambiente así como la belleza que se podía presenciar sin duda despertaban la nostalgia en su corazón. 

¿Qué estará haciendo ahora Haruka-nee?

El tiempo vuela...

Andaba junto a su caballo, el cual aún seguía cargado de su equipaje. Sentía que caminar por su propia cuenta por aquel puente le brindaría mejor perspectiva de la belleza que les rodeaba. Aminorando un poco la marcha se acercó a Arcadia;-Fijaos Arcadia-san, no vislumbrareis paisajes como estos en muchos más sitios del Rokugan.- Le dedicaba una sonrisa con un aire más confiado del que despertaba Nobu antes. Se sentía más unido a todos los miembros de su grupo, sin duda afrontar la muerte varias veces en una misma disputa une en sobremanera.

Girando la cabeza, esta vez se dirige hacia Yusei y Akira;-¿Qué tal os encontrais Yusei-san, Akira-san?- En cierta manera les miraba de forma comprensiva, nadie sabía mejor que él por lo que estaban pasando. Mientras tanto seguía caminando junto al grupo, que era escoltado por los Kitsukis hasta el edificio de piedra que se hallaba más adelante.

Tras aquello, se acercó a la nueva incorporación del grupo, Yukinaku y dijo;-Si necesitáis ayuda sentíos libre de pedirla Yukinaku-san- Y una sonrisa cortés asomó por su rostro, con toda la delicadeza que pudo mostrar ante la situación de su compañera más reciente. 

Hikari había salido hacia una semana de viaje. La primera parada que tenia en su viaje antes de salir a viajar por Rokugan fue visitar a una antigua amiga suya. Había pasado muchísimo tiempo desde que la ultima visita, no esperaba que le diera una respuesta directa ante sus dudas, pero posiblemente podría indicarle las primeras reales directrices.

Memorizo sus frases épicas del momento "¡Cargo con las esperanzas y la voluntad de toda mi gente!", "Sangre celestial en el corazón del mundo", esas frases calaron profundamente en la mente de la joven. Mientras caminaba el duro viaje con su sombrero, bolsa con diferentes útiles y su bo pensaba en todo aquello que había surgido y sobre todo a acostumbrarse a su nueva forma de ver el mundo. Algunas veces se tropezaba levemente, pero poco a poco y gracias a su entrenamiento evitaba muchas caídas tontas que podían resultar deshonrosas.

La mujer se dirigía hacia su ciudad monástica, ya que ella recibió su iluminación en algunos de los templos de Tao Shinsei mientras recibía su entrenamiento de Kiho. Tenia la carta de su abuelo en la mano y intentaba leerla mejor de vez en cuando. ""Todas las cosas son conocidas por el hombre sabio." Acude a quien te otorgue sabiduría, sigue el camino que te lleve a la joven que vistes tiempo atrás". La verdad es que los mensajes Dragón siempre fueron difíciles de descifrar, pero a la única a la que se podía dirigir era a su joven amiga. "Ah... Cuanto tiempo sin pisar mis tierras", pensó nada mas llegar. Amaba su tierra y sus misterios, tenia una mente despierta y adoraba estar rodeada por gente tan sabia y dedicada al conocimiento, incluso en uno de sus viajes planeaba ir a tierras Fenix a hablar con alguno de sus hermanos Dragón que habían allí, ya que siempre hablaban maravillas de la biblioteca Isawa.

Nada más entrar se dio cuenta de sus problema, la belleza del lugar ya no residía en lo que veía, incluso los Kitsuki y monjes que la paraban para saludarla se dieron cuenta de sus problemas, algunos la miraban con pena y otros la ayudaban, pero ella con educación y alegría les rechazaba. "Todo va bien, hermanos." respondía la joven mientras pensaba "No confíes en un hombre que no sabe cómo sonreír.". Tao también dijo algo referido a que la tristeza se dejaba en casa, por lo que aunque padeciese por su visión su misión no era seguir con ello, si no continuar y aprender de lo dado.

Al final llego a donde estaba un gran grupo de jóvenes en mitad del puente que daba a la entrada de la casa de la persona que venia a visitar. Sus colores le resultaban familiares, pero era mucha coincidencia ¿No? Al fin y al cabo había más gente en el grupo que durante su iluminación.

Una mujer se acerco al grupo vestida con una túnica Dragon y con un sombrero de ala ancha mientras caminaba con un bastón. Se puede denotar que la mujer pertenece a la Orden Togashi, pero no por sus tatuajes, que están ocultos por las mangas largas de su túnica, si no por los diferentes mons que porta.

Sin dirigir la mirada a los ojos de ninguno en particular se quita el sombrero para hacer una reverencia de medio cuerpo. Claramente era una mujer que incluso aparentaba ser algo más joven, pero no por ello no dejaba transpirar un aura más adulta.

- Saludos , viajeros ¿Nuestros caminos se cruzan para visitar a aquellos que nos iluminan el camino? -dice con una sonrisa amable- Como decía Tao Shinsei "Todas las cosas son conocidas por el hombre sabio." -referencia la Dragona, pero de un momento a otro sufrió un ligero respingo- Disculpen la intromisión sin introducirme a mi misma. Soy Togashi Hikari, una monje en busca de los frutos de mi Iluminacion ¿Quienes son los que el universo ha decidido juntar y durante un momento comparten camino conmigo?

En ningún momento parece mirar a los ojos directamente a las personas con las que habla, pero tampoco parece estar mirando a otro lugar. Sentís como si os mirara a la cara donde deberían estar vuestros ojos, sin embargo como si no captara bien vuestros detalles.

Yusei cabalgaba cabizbajo cerca de Akira mientras llegaban al lugar. Ciertamente el ambiente parecía relajar al joven Mantis, pero tampoco sabía muy bien como ocultar su preocupación por llevar consigo la mancha, y ya no solo eso... Sino la preocupación por la seguridad de todo el grupo, pues estaba seguro que en mayor o menor medida, el grupo ya llevaría la mancha consigo. Si ya eran perseguidos, ahora lo serían más, y no sabía cómo iban a proteger a Arcadia en tales condiciones. Tras eso, levantó la cabeza al escuchar la voz de Nobu, el cual a pesar de todo, parecía bastante contento.

-No te preocupes por mi, Nobu-san. Encontraremos la manera de cumplir nuestro objetivo independientemente del impedimento u obstáculo que se coloque en nuestro camino- sonreía ligeramente. -Más bien, ¿cómo te sientes tú? Puedo sentir una buena energía emanando de ti- se esforzaba por sonreís ligeramente. De vez en cuando Yusei se solía tocar el pecho, como si tratase de darle un masaje o simplemente calmar el dolor con la mano apoyada en el mismo. El ardor podía ser realmente angustioso.

Finalmente, se pararon frente a aquel edificio excavado en la piedra. Yusei observó como el agua caía por los laterales y se sintió un poco más tranquilo gracias al sonido del agua. Ahora parecía que solo había que seguir hacia delante... poco a poco iban haciéndose camino.

-Gracias, Raijin-san. Si podemos proseguir el viaje hasta aquí es debido a ti. En realidad te lo agradezco- reverenciaba ligeramente la cabeza hacia el chico. Tras ello, de repente vio como salía de la nada una... ¿monje? Se quedó un tanto perplejo. Pero en realidad, tenía sentido que ese tipo de escenas sucedieran. A fin de cuentas, se encontraban en un territorio en donde la Iluminación podía ser un tema recurrente para atravesar aquellos caminos.

-Mi nombre es... Tsuruchi Yusei, del Clan Mantis. Un placer, señorita Togashi Hikari-san- se presentaba naturalmente, parado ante aquel edificio que tanto le había llamado la atención a Yusei.

El sonido del agua cayendo quedaba detrás de las palabras de todos los integrantes del grupo, pero aún así, el sonido conseguía tranquilizar la mente de Nobu, definitivamente era un buen lugar para meditar. En respuesta a Yusei añadió;-¿Como no preocuparme por mis compañeros y amigos? Es inevitable.-Sonreía, tratando de transmitir un poco de su calma a Yusei.-¿Buena energía?-Se rió levemente-No es nada especial, simplemente disfruto el momento. Hacía mucho que no me sentía en paz.-

Como si de repente hubiera caído en algo, comentó;-Por cierto ¿Qué tal están vuestras heridas Niou-san?- Comentaba, girando la cabeza hacia su compañero. Sabía perfectamente que el último combate había tenido consecuencias en todo el grupo y que Nobu en especial debía de sentirse agradecido por como había acabado para él. Pero aún había una pregunta que le rondaba la cabeza ¿Donde estaba la autentica Hana? ¿Qué pudo haber pasado para que aquella impostora tomase su lugar? ¿Estaría aún viva? Y de ser así...¿Cuanto tardarían en averiguar su paradero? 

Mientras Nobu divagaba en sus pensamientos, una extraña había aparecido frente a ellos. Casi sin darles tiempo a responder, se había presentado y mencionado alguna que otra trivialidad. Sin perder tiempo, interviene;-Mi nombre es Kakita Nobunaga, es un placer conocerla, Togashi-san.- Nobu hace una leve reverencia en señal de respeto. De alguna forma sintió que aquél encuentro no era una mera casualidad.

Durante el trayecto hacia las tierras Dragón, Yukinaku permaneció la mayor parte del tiempo seria y callada. No solo había perdido a su amigo de la infancia en esa triste batalla contra el Jingoku, también perdió una pierna como consecuencia de su debilidad. Momentos posteriores al entierro de su compañero, le invadió una sensación de impotencia y angustia por no poder evitar que su subordinado sobreviviera a la batalla.

El viaje fue tranquilo, aunque se hizo pesado por su condición. Afortunadamente, la Honorable Bushi Utaku Akira-san me ofreció la ayuda de su caballo Kaminari que sin duda acepté, pues recorrer tanta distancia no era tarea fácil para una pobre tullida.  

A medida que se acercaban, se observaba la transformación del paisaje y la llegada a tierras del Clan Dragón. Sin duda, un lugar con una belleza sin igual y una capacidad de tranquilizar el alma y el cuerpo. Ver semejante maravilla natural relajó un poco a Shugenja pues encima estar rodeada de agua y siendo tan afín a ella renovaba sus energías. El trayecto parecía que casi llegaba a su fin o más bien parecía el principio de una nuevo comenzar, no sabía bien qué pensar pero sin duda iba a disfrutar al máximo del entorno. También aprovechó para conocer un poco más a sus nuevos compañeros con los que viajará durante un largo largo viaje, si los Kamis lo desearan. 

Cabalgando en Kaminari y siguiendo al grupo mientras eran escoltados por los Kitsukis, negó amablemente con una sonrisa a Nobu. -Gracias por su honorable propuesta Kakita-san, pero no hace falta. ANDO en perfectas condiciones por la amabilidad de Utaku-san y Acaricia cariñosamente a Kaminari. -Kaminari. 

La llegada de una joven monje frenaba momentáneamente al grupo. Yuki observa detalladamente a la misteriosa Togashi concluyendo que la desconocida tenía algún problema de vista por sus acciones. Se acerca pues a la joven y se presenta haciendo una notoria reverencia. - Si mal no recuerdo, Tao Shinsei también decía "El sabio no dice lo que sabe, y el necio no sabe lo que dice". Dice respondiendo amablemente a la afirmación de la extraña. - Es un placer Togashi-san, me llamo Isawa Yukinaku. Dice con un tono neutral, respetuoso y mostrando una sonrisa. 

Las siguientes noches tras aquella batalla resultaron ser terribles para Akira. Se ha hecho incluso algo común verla revolverse en sueños mientras susurra el nombre de su hermana o su prometido como si se aferrara a ellos en momentos de mucha angustia. Lo que sí ha llamado la atención es que ha perdido totalmente su sonrisa de por las mañanas, pues se levanta gruñendo sudorosa y tarda un par de horas en recuperar el ánimo completamente.

¿Tanto está afectando la Mancha a Utaku Akira? Hace todo su esfuerzo por evitar que se note su pesar, pero la incomodidad que padece es notoria. Si de verdad es cierto lo que dijo, está aferrada aún a la idea de que conseguirá librarse de ese mal y volver a casa a cumplir sus sueños... Lo importante es, ¿su voluntad resistirá el tiempo necesario? Ella desde luego espera que sí.

Sin embargo hay algo mucho peor que la mancha; las tierras del clan Dragón. Ya podía haberse ido esa sabia ancestral a su paraíso Unicornio... ¡pero no, tenían que ser jodidas montañas! Un terreno molesto para caballos y jinetes sumado al hecho de estar rodeados de gente... extraña día si y día también.

-Me encuentro más empática que nunca, Nobu-san.- Responde a su pregunta dejando escapar un resoplido mientras galopa. Saben todos que preguntarle sobre cómo está o sobre la mancha la molesta. Simplemente no quiere tener en la cabeza el hecho, prefiriendo tomar todo como si nada hubiera ocurrido. Una tarea mucho más difícil que cuidar de unos gaijin. -Pero por suerte, agradezco seguir con vida. Eso significa que aún no he fracasado.- Intenta esbozar una sonrisa tranquila a su compañero de armas, muy alejada de sus gestos más expresivos entre dientes.

Por desgracia para Yukinaku, el ofrecimiento de Akira fue impresionante como experiencia pero también le acarreó muchos sustos. Es de saber general que el hecho de que una doncella de batalla deje a alguien montar en su compañero es una muestra de respeto y confianza muy grande. Pero para grande es ese mostrenco; posiblemente no vaya atrotar tan alto en su vida. El problema precisamente es que Kaminari es una bestia muy... bestia. Hay que saber cabalgar sobre esa cosa, y posiblemente haya tenido que agarrarse más de una vez a la armadura de Akira para evitar caerse. ¿Emocionante? Sin duda.

-No debe preocuparse, Isawa-san. Se hace lo que se puede por una camarada de armas que... ¡nonono, no haga eso!- Se alarma mucho cuando ve acariciar al caballo como si fuera un poni, dándole ella unas palmadas para calmarlo porque... ¿se ha puesto nervioso o violento? -Disculpe la espontaneidad, tendría que haberle dicho antes... Verá, es posible que Kaminari se ofenda, por así decirlo, si es tratado de tal forma. Nuestros amigos son especialmente reticentes a que otros cabalguen sobre ellos... y por si fuera poco, éste es especialmente tozudo y desconfiado... ¡ya recordará Nobu-san las molestias que tuvo que dar en los establos Kakita!

Si no fuera porque usted es una mujer y porque tiene mi permiso, le puedo asegurar que no estaría tan tranquilo. Jajaja.- Deja escapar una risa suave para intentar animar el ambiente y animarse a sí misma. Lo necesita.

No obstante la sonrisa le desaparece cuando les para de manera espontánea lo que parece una monje dragón... Buuuff. A Akira las gentes del clan dragón le dan pereza, pues los considera bastante aburridos y poco interesantes. Mucha iluminación interior pero no salen de su escarpada montaña ni aunque les obliguen... ¿cómo pueden considerarse sabios si no han visto mundo? Que encima se ponga a soltar proverbios y cosas extrañas le da como que más palo.

-Salud. Soy Utaku Akira, del clan Unicornio. ¿Qué os trae?- Pregunta simplemente prefiriendo ignorar la conversación proverbial -¡no, Yuki-san, tú también no...!- mientras la observa sobre su montura, inclinando levemente la cabeza.

Los del Clan Dragón, por los Kami, que tostón.

Piensa para sus adentros un proverbio o rima divertida que una vez le dijo Kouta. Dada la capacidad de Akira para los estudios, era algo totalmente normal que el cortesano utilizara reglas nemotécnicas para ayudarla a recordar algunas cuestiones relevantes.

Todos se paran con la llegada del grupo al puente y la entrada en escena de la vivaz monje Dragón. Entre los restantes miembros del grupo Ren está cuidando su caballo y hablando con Ai. Yuri se mantiene algo alerta mirando alrededor y observando tanto a la recién llegada como el sitio. Es la primera en hablar.- Un honor conocer a un miembro de tan sabio linaje de monjes. Es un placer, Togashi-San. Mi nombre es Shoshuro Yuri.- Aclara la Escorpión. Jake por su parte parecía convensar con Raijin, llevan bastante parte del viaje hablando entre ellos, parece que tienen algo en común.

Arcadia sin embargo está ya algo adelantada mirando todo el lugar con cara de felicidad y con gesto de: "¡Qué hermoso es todo!¡Que guayyyy!" Luego se frena en seco, parando la mirada en una figura que recoge flores a un lado del puente. Su gesto se vuelve serio y sale corriendo hacia la persona en cuestión muy emocionada.

La figura se levanta tras escuchar pasos rápidos hacia ella. Con una mano en la cadera sonríe ante una Arcadia que corre hacia ella. Ambas abren los brazos segundos antes de entrar en contacto y cerrar el gesto con un abrazo más que cercano. ¡Sacrilegio para los samuráis que ven eso!

La figura pertenece a la de una mujer también vestida jodidamente extraña, pero con ropa bastante bien cuidada y algo reveladora.-Arcadia... Por fin has llegado. Por fin habéis llegado.- Mira por encima del hombro hacia el grupo algo más alejado. Tras unos segundos de abrazo un besito en la frente de la mujer a Arcadia la suelta para acercarse a los samuráis.

La mujer anda bastante imponente, sin miedo ninguno. Cuando está cerca del grupo levanta la mirada hacia ellos, haciendo una perfecta reverencia de cuerpo.- Muchas gracias a todos por acompañar a Arcadia-San hasta aquí y cuidar de ella. Estoy segura que de que ha tenido que ser algo difícil para tal ejemplo de samuráis como son ustedes. Mi nombre es Halona, es un placer conocerles.- Uyuyuy. Tiene labia la aparente muchacha.

Luego se reincorpora sonriendo levemente, dirigiéndose hacia los Kitsukis- Pueden retirarse si lo desean, Satsu-San estará complacido por su servicio. También son libres de descansar en mi hogar durante unos días si así lo estiman oportuno.- Extiende su mano hacia la casa que tiene detrás, sin señalarla.

Le dedica una mirada de reojo a Raijin, sonriendo muy levemente.- Me alegra ver que estás bien Raijin-San.- El otro por su parte simplemente frunce un poco los labios y entrecierra los ojos.- Lo mismo digo, Halona.- Un reencuentro poco tenso sin duda alguna.

-Supongo que todos tendréis muchas preguntas, al igual que mi corazón también las alberga. Deben estar cansados, san también libres de disfrutar de descansar en mi hogar cuanto tiempo necesiten, no obstante, tengo que darles un aviso. Como decía un sabio de mi mundo: "El que avisa no es traidor".- Hace una pausa sonriendo muy suave, acompañado por una voz algo más profunda de lo que debería, pero igual de cautivadora.- Mi hogar no es Rokugán. Aunque respeto sus tradiciones, me gusta que respeten también las mías. En mi casa aunque las respetamos, no seguimos la cultura Rokuganesa.- Es algo bastante extraño, y puede que hasta maleducado desde un punto de vista externo. ¿Quién se cree esta tía?- Cuando quieran, señores y señoritas.

La escena que estaban protagonizando tanto Yukinaku como Akira a lomos de Kaminari consiguió sacar una leve carcajada en Nobu, frente a escenas como esa parecía que no todo iba tan mal. Aunque en cierta medida podía notar un cambio en la actitud de Akira. Un cambio que lamentablemente entendía.

"Akira no parece la misma, de una forma u otra...es comprensible" Pensaba Nobu mientras se centraba nuevamente en la extraña invitada del clan Togashi que se había plantado en su camino. Sus compañeros se presentaban uno a uno sin perder demasiado tiempo, pero la que más llamó la atención fue la voz de Yuri. Desde que había sido testigo de las inquietudes que la atemorizaban sentía que llegado el momento, debería intercambiar algunas palabras con ella, realmente sentía que debía hacerlo.

Las cejas de Nobu se levantaron en una expresión de sorpresa al ver a Arcadia correr hacia los brazos de una desconocida, al menos para ellos. Lucía una pinta excesivamente rara, aunque teniendo en cuenta que eran gaijins, tampoco era de extrañar. Por si fuera poco la forma en la que se refería al grupo era extrañamente cortés y formal ¿Estaría versada en las costumbres del Rokugan? Y por si fuera poco también parecía familiarizada con Raijin, aunque esto último era de suponer si conocía a Arcadia.

¿Una nueva aliada? Desde luego no nos iría nada mal...

Con un tono taimado dijo;-Es un placer conocerla Halona-san. Mi nombre es Kakita Nobunaga.-Mientras hacía una reverencia leve;-Agradecemos tan generosa oferta por su parte.- Sin duda era una generosa oferta, pero la forma de expresar sus palabras conseguía que Nobu perdiera un poco la paciencia. Al ser una conocida de Arcadia  y Gaijin mantuvo la compostura, pues pensaba que al menos deberían de darle una oportunidad.-Trataremos de respetar en la medida de lo posible sus costumbres, así como usted lo hace con las nuestras.- Dedicándole una de sus típicas sonrisas, las cuales desde hacía poco tiempo se sentían más cálidas y sinceras que antes.

Aquella persona despertaba serias dudas en Nobu, al menos de momento. ¿Quien sería esa mujer como para tratarse de manera tan cordial con los Kitsukis? Además de eso, ¿Quien era ese tal Satsu-san que había mencionado antes? Fuera como fuere, en su actual situación no tenían demasiadas opciones. El viaje había sido largo y todos tendrían un merecido descanso, una oportunidad para relajar la mente y el cuerpo de los problemas que con tanta insistencia habían estado persiguiéndolos;-Un buen descanso será bien recibido. ¿Verdad que sí?- Se dirigía a sus compañeros, sin mirar a nadie en concreto, tratando de aliviar un poco la tensión del ambiente. La verdad es que Nobu sí que parecía de mejor humor, o al menos algo más abierto a ser él mismo, el cambio era bastante claro.

Tsuruchi Yusei... Kakita Nobunaga... y Utaku Akira... Al escuchar esos nombres no pudo evitar cambiar completamente su jubilo Togashi por una simple y llana expresión sin ningún tipo de atisbo de vida.

Como si se hubiera re-iluminado de nuevo al escuchar aquellos nombres, no dijo palabra se quedo mirandoles totalmente ida. "Vine aquí en busca de una respuesta y la respuesta había aparecido ante ella como una luz en medio de la oscuridad. Nunca una frase de Tao tuvo tanto significado como ahora. "Las personas opinan. La naturaleza actúa "". La mente de la Togashi daba vueltas, por que la resolución de un enigma daba lugar a otros. Por suerte la aparición de Halona la hizo volver a la realidad. Mientras estaba en su mundo se había quedado con las cosas que dijeron las demás, como Isawa Yukinaku y Shosuro Yuri, pero lamentablemente el impacto que tuvieron esos nombres en su mente le impidió reaccionar correctamente.

Cuando Halona termino de hablar la impactada Togashi avanzo unos pasos, se arrodillo y pego la cabeza contra el suelo en forma de saludo exageradamente respetuoso.

- Saludos, Halona-dono -dijo absolutamente respetuosa volviendo a la realidad- Si me disculpa tenemos que debatir con urgencia por un motivo de suma importancia y tres de los jóvenes que han unido camino con sus conocidos están totalmente involucrados en tal importante motivo -dijo mientras elevaba un poco la cabeza para mirar a Halona desde el suelo- Comprendería que prefiera dejarlo para mejores circunstancias, pero vengo aquí en busca de su sabiduría urgente, por favor permitame acudir a usted con premura.

La monje, a pesar de haberse comportado prudente y educada durante la presentación, parecía que al escuchar todo lo que escucho y ver a Halona actuase como si un shinigami le estuviera persiguiendo, por lo que a su desgracia tuvo que dejar un poco la educación y prudencia a parte. Como decía Tao "En la sencillez, no hay honor".

La escena y el ambiente cambió a la llegada de la extraña Gaijin. Parece que encontraron a quien buscaban y la larga travesía termina aquí... Pero, ¿Cuál era el motivo para buscar a esta Gaijin? No parece que Yuki fuera informada respecto a este tema, después de todo lo sucedido, el ambiente no estaba para interrogar a nadie. 

Es entonces cuando escucha a su compañera Akira mencionarle las curiosidades de Kaminari y separa su mano del cabello del monstruo. -Ya veo, siento la ofensa pues. No pensaba que una simple caricia podía acarrear tantos problemas. Asiente la cabeza con una sonrisa en señal de disculpa mirando al dúo Unicornio.

Observó desde la distancia todo lo acontecido, ver reencontrarse a sus acompañantes Gaijin y la calidez con la que se mostraban frente a la desconocida. Cuando se introduce la Gaijin, Yukinaku alza un poco la voz presentándose como es debido e ignorando un poco a la monje Togashi. -Es un honor, Halona-dono. Me llamo Isawa Yukinaku, por mi parte aceptaré gustosamente su oferta pues me hace falta un descanso en mi cuerpo y en mi alma. Dice tranquilamente, aunque se denota en su tono seriedad. 

-Si nos informara sobre cuáles son las reglas a seguir en su casa, sería de gran agrado y las acataré sin problemas. Afirma posteriormente a la declaración de la extraña Gaijin. Por otra parte, ladea un poco la cabeza buscando aprobación de parte de sus nuevos Nakamas y no puede evitar seguir contemplando las maravillosas tierras Dragón. 

Ante la situación que se presentaba, Yusei no hizo otra cosa más que asentir ante la monje. Quizá sería simplemente algo característico de los monjes, pero había algo raro en ella. Tanto en las palabras como en la propia forma de mover la cabeza, como buscando algo. Quizá no se encuentre bien, o algo...

-¡Ah...! Es un placer conocerla, Halona-san. Mi nombre es Tsuruchi Yusei-hizo una pequeña pausa tras ver aparecer a la Gaijin. -Si ha sido tan amable de invitarnos, tenga por seguro que no le ocasionaremos molestias en la medida de lo posible. Si hay algo que no queremos es más problemas...- volvía a ponerse cadizcabizbajo el joven Mantis, pensando muy probablemente en su inconveniente con la mancha. -Igualmente, en verdad me siento complacido de haber llegado hasta aquí, y sobre todo de ver lo contenta que está nuestra protegida- sonreía mucho más natural, cruzando los brazos mientras veía el abrazo. Quién lo diría. Yusei jamás habría pensado que tal acción podría conllevar en sí misma tanta ternura. Como ellos apenas tienen contacto físico entre ellos... Hay que ver, lo que son la diferencia de culturas.

-Si todos estáis de acuerdo, podríamos pasar a descansar. Lo cierto es que lo necesitaríamos...- luego fijó su mirada en una apática Akira, y tras cruzar la mirada con ella, frunció ligeramente los labios y redirigió su vista al frente, esperando una respuesta por todos los demás miembros del grupo y mostrando su rostro más amable para la anfitriona.

La batalla dejó secuelas profundas en el grupo, las más profundas causando la muerte incluso. Además, el dolor y la impureza se había aferrado a la carne de muchos miembros del grupo. En los días siguientes Niou practicó el ritual del jade en todos los miembros del equipo, comprobando que algunos de ellos habían sido manchados. El caso de Akira, a la cual había ganado especial cariño, le dolió especialmente, pero un fuego de esperanza se avivó en su pecho al comprobar que Nobu estaba de nuevo, contra toda lógica, libre del influjo del Jigoku en s cuerpo y en su mente.

Este hecho impresionó profundamente a Niou, el cual no conoce precedente alguno de esta índole, y durante los días del viaje ha estado muy pensativo y meditabundo, alejado de su habitual carácter charlatán y bromista. Este hecho podría, de aprenderse y controlarse, cambiar drásticamente la historia de su familia, de su Clan e incluso del Rokugán por completo. El hecho de que un gaijin, desconocedor de su historia, cultura y costumbres, fuera el responsable de este milagro le quita el sueño a Niou en gran medida, haciéndole sentir deshonroso e insignificante. Si él puede, ¿por qué nosotros, por qué yo que he estudiado la Mancha y el Jigoku toda la vida, no soy capaz de prestar ese servicio a mis aliados, a mis amigos? ¿Qué habría sido de Nobu-san si este gaijin no hubiera aparecido? El Cangrejo se siente ahora en gran medida, culpable del destino que podría haber llegado a correr su compañero.

Las sorpresas no se detienen ahí. El hecho de las extrañas magias convocadas durante la batalla tanto por Ren como por Yukinaku escapan también a la comprensión del shugenja. La del primero en concreto sirvió para dañar al Oni pese a no estar ligada al jade en apariencia. ¿Cómo? ¿Por qué? Las preguntas no hacían más que acumularse en la conciencia de Niou.

La mañana que llegan por fin a territorio Togashi Niou toma una decisión. Gaijin o no, el honor no debe interponerse en el camino del Deber. Ese ha sido siempre el lema de los Cangrejo, valorar el deber por encima de todas las cosas. Es tiempo de hacer honor al respecto.

Para empezar Niou cambia su aspecto. Sus pinturas camban de blanco y negro a blanco y rojo, en recuerdo y tributo por la sangre derramada y los compañeros perdidos. Os llevaré siempre presentes, nakamas, piensa mientras traza las lineas sobre el rostro.

Ante los recién llegados hace una reverencia sencilla y se presenta:

- Mi nombre es Kuni Niou, del Clan Cangrejo y Vigilante del cielo. Compartir camino con Arcadia-san y Raijin-dono ha sido muy instructivo. Gracias por recibirnos.

Luego se aparta un momento para tener unas palabras aparte con Ren:

- Ren-san, agradecería una conversación en privado cuando tenga tiempo. Deseo mejorar mis artes y creo poder hacerlo con su ayuda. Onegai shimasu.

Y finalmente se dirige a los gaijin, al pelirrojo, a Raijin y especialmente a Arcadia, ante los que hace una profunda reverencia:

- Arcadia-san, cuando caísteis del cielo temí lo que vuestra llegada podía suponer para el Imperio - anuncia aún doblado en ángulo de 90 grados mirando al suelo - Temí que trajérais guerra, dolor y sufrimiento a mi gente. Temí que nos arrastráseis a todos a lugares oscuros más allá de nuestra comprensión. Y con ese temor nació desconfianza. Hoy deseo disculparme formalmente antes vos y ante vuestros compañeros, pues he entendido que lo que temía que trajérais a nuestro mundo es precisamente aquello que os expulsó del vuestro. Mi egoísmo me impidió ver que ese mal ya os había alcanzado. Y he aprendido que quizás, si mis esperanzas son ciertas, quizás lo que traigais con vosotros es justo lo contrario. Nuestra salvación. Y con algo de suerte, quizás podamos pagar tan incalculable regalo y devolvéoslo. - Hace una pequeña pausa y se levanta, mirándola a los ojos - Cuando este viaje empezó juré honrar la voluntad de la Emperatriz y llevaos donde se me ordenase. Hoy equiparo esa promesa, la que hice a la verdadera Emperatriz que sé justa y bondadosa, con otra hacia vos. Juro hacer todo cuanto esté en mi mano por ayudaros en vuestro propósito, en vuestro camino de vuelta hacia vuestro mundo, o a donde necesitéis ir, y os ofrezco, no solo mi honor y mi servicio, si no mi amistad. Espero que no sea demasiado tarde para que la aceptéis.

Akira alcanza a ver a la recién llegada sin tardar en determinar que es una gaijin. Que vista así le parece cuanto menos extraño, pero ya está acostumbrado a ropas de extranjeros... ¡pero nunca han ido tan frescos! Le da como un toque exhuberante que se queda durante unos segundos estudiando. ¿Se vería ella más atractiva si...?

No.

-Ah... oh... ¿Usted es Halona-san?- Mira a Raijin de reojo durante un momento y deja escapar una risa suave llevándose una mano a la cara al haberse visto aturdida unos segundos. -¡Jajaja! Disculpe la estupefacción. Raijin-san me dijo que usted llevaba cuarenta años aquí, ¡no conocía esa faceta tan bromista suya!- Es que desde luego ni de broma ha de tener esa chica de cuarenta años. Es decir, ¡ya de los gaijin se espera cualquier cosa! Pero por regla común, una mujer de mínimo cincuenta años no tiene ese aspecto ni aunque se cuide toda su vida.

-Hemos hecho todo lo que hemos podido para protegerla. Aunque eso nos haya dado bastantes problemas... pero ha sido una luz para nosotros. Haya pasado lo que haya pasado, tomamos siempre la dirección correcta con el corazón marcando nuestro camino.- Durante un momento se pone algo filosófica e incluso emotiva, tomando aire. Akira no se arrepiente de nada aunque haya pasado todo lo que ha pasado.

-No se preocupe, Halona-san. Llevo viajando fuera de las tierras de mi clan durante mucho tiempo, amoldándome a costumbres que siempre he visto innecesarias. Si llegamos a pisar tierras Unicornio, les hubiera dicho lo mismo que usted a mis compañeros.- Sonríe un poco, entrecerrando los ojos como si hubiera deseado pasar esa situación. -Como Yukinaku-san menciona, díganos sus reglas y respetaremos vuestro hogar con total aceptación.

En cuanto a la dragona, alza una ceja por no haberla respondido adecuadamente. Es decir, está ocultando algo y está poniendo caras raras... ¿que no quiere decir el motivo de su venida porque es privado y solo para la sabia? Bueno, se ha acabado la conversación. No tiene ganas de que nadie le de lecciones ni proverbios ahora mismo.

-Adhiero a las palabras de Niou-san.- A pesar de haber sido examinada, Akira comprende el pesar del Kuni por todo lo que está pasando. Nada va a romper la amistad que ha surgido entre ellos, y si aún afectada por la mancha tiene que pelear contra el jigoku junto a él, Niou debería estar seguro de que Utaku Akira no faltará. -De hecho, quería aprovechar la primera pausa que tomáramos para tratar un asunto muy relevante con todos... Tenemos que replantearnos muchas cosas, utilizar la sabiduría que nos ha entregado este viaje y madurar sobre ello.

Halona sonríe ante la calidez y amabilidad que desprende el grupo.- No os preocupéis, simplemente veréis que simplemente no hay ni tantas reglas ni será una casa a la que estéis acostumbrados. Togashi Hikari-San, me alegro de verte de nuevo, pero ahora mismo este asunto tiene algo más de importancia. Setsu-San me advirtió de tu llegada junto a ellos, ven tu también. Por cierto Utaku-San. Si llevo ese tiempo aquí.- Dice haciendo un gesto hacia la entrada, dirigiéndose hacia la misma con intención de mostrarles su morada. Los caballos los toman un par de sirvientes y los llevan a los establos que están alejados de la cascada.

Dentro... Todo es muy disonante con la fachada. Primero hay un gran Hall... y luego pasan una puerta de madera. La siguiente sala es... ¿Extraña? ¿Gaijin? Esas son las palabras con las que podríais identificarla seguramente. Todo es muy "comfty" pese al frescor que hay por la cercanía con la cascada. Quizás por la chimenea.

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Halona toma asiento en uno de los sofás. Jake toma asiento como el que está en su casa, Raijin también se sienta con cara de cansancio total. Arcadia se sienta al lado de Halona dando botes en el sofá. Esto es muy raro.- Disculpad si os parece tan extraño. Pero he creado mi casa imitando un estilo mixto entre mi mundo y el de Raijin. Hubo una época en la que nos contábamos mucho el uno al otro sobre nuestros mundos. Ahora... hablemos de lo que nos importa. ¿Quieren algo de beber o comer mientras? Mis tres sirvientes han sido adiestrados para hacer comida tanto de Rokugán como de mi mundo, por si quisieran pedir algo en especial.- Entrecierra los ojos para darse cuenta que no ha hablado de lo que importa.- Perdón. Quería decir... ¿Quieren hablar de algo o tienen alguna pregunta? Todos contarán con habitaciones del piso superior para descansar todo el tiempo que quieran.- Vuelve a hacer una pausa, dejando al grupo hablar.

El primero en tomar la palabra es Jake.- Sí, así se llama el pelirrojo- Es una casa estupenda, Halona. La verdad es que venimos exhaustos tras luchar contra un monstruo horrible hace semanas. No hemos parado. La verdad es que nos vendría bien un descanso y un tiempo aquí como nos ofreces.- El tipo quizás es de los que más lo necesita, con toda la ropa medio rota.

-¿Contra un monstruo? Como supuse que hayáis venido en este momento tanto el grupo de Arcadia como tú- Dice a Jake.- No es casualidad.- ¿Me lo puedes explicar?- Pregunta al pelirrojo.

-¿Yo? Está bien, pero va para largo. En general estaba persiguiendo un mirón. En nuestro mundo hubo una lucha importante contra la Oscuridad. Ganamos, o eso parece, pero... Algo nos espiaba mientras luchábamos. Perseguí a esa sombra por el agujero que dejó escapando. Es entonces cuando llegué al mundo de Arcadia. Encontré a Tiara y ella pidió mi ayuda. ¡Por suerte para todos parece que lo que persigo vino por aquí!- Toma algo de aire, colocándose la corbata.- Tu también luchabas ese día, ¿No Halona?- La mira algo más serio, con una sonrisa de perfil.

Halona sonríe levemente.- Así es. Todos estábamos luchando. Y algo ocurrió al final. La explosión de la lucha entre Arcadia y mi hermana se vio trastocada por algo. Un ser muy poderoso intentando aferrarse a nuestro mundo. Sucedió en cuestión de segundos... Pero pude notarlo. Alguna fuerza expulsaba a ese ser de nuestro hogar, pero no quería irse. Fue un hecho tan forzado y violento que en su expulsión provocó brechas en la separación de las dimensiones. Cualquier mundo por el que pasó al ser expulsado ahora está vinculado a la dimensión de la que venimos nosotros.- Halona explica casi sin tomar aire, muy de seguido. Los samuráis tienen que estar flipando. ¿Esto que tiene que ver con ellos?

Jake se acaricia el mentón y la perilla de varios días que le ha salido.- Algo así supuse cuando entramos en la Falla Tiara y yo. Me dijo que en la explosión se había separado de Arcadia. Y que ella sola no tenía fuerza para usar el poder de Arcadia para teletransportarnos. Heh. La chica Arcadia esta guarda más de un secreto entre sus manos. Es una Caminante y encima controla el tiempo. ¿Qué mas tienes bajo la manga? Parece ser que la sombra que perseguí aprovechó la brecha para mirar en esta dimensión.- Suelta una carcajada. Aunque no tiene gracia lo que acaba de decir.

Arcadia abre los ojos, algo más responsable que de costumbre.- Solo sé usarlo bien por que tuve dos maestros muy buenos.- Dice mirando a Halona y luego cayendo en algo.- Oh, ¿Y dónde está mi maestro?- Pregunta la chica a Halona.

Halona niega levemente con la cabeza.-Llegó en un momento parecido al mío. Pero murió antes de que nos pudiéramos encontrar. Lo siento Arcadia.- Agacha un poco la cabeza a modo de disculpa. Algo de costumbre Rokuganesa sí que se le han pegado.- Sea como sea, el ser que fue expulsado no ha caído aquí. Solo nosotros fuimos traídos a este mundo por la explosión resultante. Encima al tratarse de magia espaciotemporal acabamos en distintas épocas de la misma línea. Supongo que ya por fin es el "presente" en nuestro mundo. ¿No, pelirrojo?- Entrecierra los ojos levemente, como llamándole maleducado. Aunque ella ha dejado ya bastante lejos las costumbres Rokuganesas. Se la nota mucho más calmada y feliz de estar entre gente de su estilo.

-The name is Jake.- Guiña el ojo haciéndose el chulo.- Jake Morgan a su servicio. Investigador de EC y mago a tiempo parcial. Lamento no poder darle mi tarjeta pero es que he conocido demasiada gente y me he quedado sin ellas.- Se encoge de hombros poniendo falsa cara de pena.- Pero sí, a no ser que cuando Tiara y yo viajásemos también viniésemos al pasado. Que lo dudo. Debería ser el presente sin duda alguna.- Levanta el pulgar.- ¿Tienes un té?- Mueve las cejas pidiendo una tacita.

-Sí, ahora te la traen.- Hace una llamada a un sirviente para ello.- Bien. Quedan dos temas de los que hablar entonces ahora que sé quien éres y de dónde vienes Jake Morgan.- Mira de nuevo a los samuráis.- La llegada hace casi cincuenta años de algunos de nuestro grupo a esta tierra ha provocado cambios en la misma. Lo que aquí llamáis el poder de la Mancha o las Tierras Sombrías es algo que es conocido en el Multiverso como Caos. No obstante, la ignorancia de la gente de rokugán y los "gaijin" de tierras lejanas hacia el mismo o hacia la magia universal han hecho que el mismo Caos tampoco sea consciente de sí mismo. ¿El problema? Nuestra llegada y la brecha hizo que cambiase. Es más proactivo de lo que ha sido hasta ahora la conocida mancha.- Hace una pausa para que digieran todo lo que les está contando. Les hace gestos con las manos incluso, como para explicar los diversos mundos y todo.

-A eso le juntamos que nuestro enemigo, mi hermana, está aquí desde hace tanto tiempo como yo. Pero está lejos, muy lejos. Es una amenaza distante, pero no dudo que tenga influencia de alguna forma en Rokugán. He estado observando todos estos años junto al Clan Dragón de forma paciente, esperaba el día a que nuestro grupo se reuniese. Setsu Togashi-San vio este día en un momento de Iluminación hace años. En ella estábamos todos los presentes. Así que nada de esto es casualidad.- Se levanta, para tomar la bandeja con el té que le trae el sirviente.

-No sé que planea mi hermana, pero si es verdad que la Mancha se ha vuelto más peligrosa por nuestra culpa, por lo que debemos ayudar a arreglar nuestro estropicio.- Empieza a beber té, dándole una taza primero a Jake y al que le pida. Son de porcelana.- Sé que quizás es difícil de entender todo esto, pero es bastante posible que necesitéis días o semanas aquí para descansar, así que si tenéis alguna duda más... no hay prisa.

Jake toma su té y cruza las piernas con gesto bastante sonriente.- Yo aún os tengo que dar una clase de lo que es el Caos. Cuando queráis puedo dárosla, con ayuda de Halona si hiciera falta, pues se ve que sabe bastante.- Mueve las cejas de forma bromista.

Halona vuelve a entrecerrar los ojos.- Sí, claro. También puedo daros clase a aquellos que tenéis un "Kami Salvaje". Empezaron a manifestarse tras nuestra llegada a este mundo. Los he estado estudiando y creando hasta la fecha. Lo que he podido sacar en claro hasta el momento es que es la respuesta natural de esta dimensión al desequilibrio y fuerza que ha adquirido la Mancha.- Da un sorbo a su tecito mientras cierra los ojos.- Uy, perdonad, no he parado de hablar... Por favor, preguntad, preguntad.

La Togashi entro en la casa, ciertamente era bastante familiar para ella, pero cada vez el empezaba a acertar más con los acontecimientos. Akira, Nobunaga, Yusei y Niou estaban reunidos y eso no podría ser ningún buen presagio. Durante la charla que mantuvo Halona con los demás gaijins se mantuvo callada y atenta. "¿Caos, otros mundos...? ¿Que era esto tan extraño?" pensó la joven mientras intentaba analizar todo lo sucedido y acto seguido... "¿Su hermana seria...? Eso era imposible..." Cuando Halona dio invitación a hablar los ojos de Hikari estaban totalmente abiertos, como si estuviera completamente flipando, no por el comportamiento, si no por la información dada.

- Gracias por la información, Halona-dono -dijo aun ida de tanta información- Tengo varias preguntas dirigidas hacia su persona, pero tengo una pregunta más necesaria que hacerles a los jóvenes que salieron en la Iluminación de Setsu-sensei... -dijo mirando al grupo directamente y sin cortarte- Kuni Niou-san. He escuchado su voz, pero no le veo bien, por lo que siento si me equivoco de persona al hablarle y sobre todo siento ser tan directa con usted... ¿Ha conocido por casualidad a una persona de su confianza llamada Harumi y un miembro del Clan Araña llamado Omigawa? Siento ser tan directa con el nombre de su conocido, pero... No se su apellido -dijo despacio y totalmente serena.

No sabia que iban a contestar, pero... Tiene claro que prefieren que contesten que no a las dos preguntas. Tenia muchísimas preguntas que hacer y en su cabeza daban vueltas y la golpeaban con precisión, pero tenia que ser paciente, no puede dejar llevarse por la angustia, debe ser serena con su actitud. Aunque este con una de las pocas persona en las que confía.

La invitación a entrar en la casa puso en marcha al grupo a un merecido descanso, el cual todos ansiaban sin duda alguna. Mientras se aproximaban a entrar nuevamente se mencionó al tal "Setsu" por el cual Nobu solo podía sentir cada vez más curiosidad.

Una vez dentro, los ojos se le abrieron de par en par. Nunca había visto una distribución y decoración similar, los muebles parecían extraños a ojos de Nobu y ni siquiera sabía como debía sentarse en ellos, por lo que decidió permanecer de pie y alerta. Los muebles no eran lo único extraño de la habitación, a parte de la chimenea, la cual proporcionaba una cantidad de luz más que aceptable a la par que calor, había unas pequeñas vasijas transparentes que brillaban con fuerza. ¿Qué clase de fuego habitaría en su interior? ¿Como lo avivarían de ser así? ¿Serían más bien Kamis de fuego encerrados? Fuera lo que fuere, Nobu prefirió mantenerse al margen y no preguntar.

Una vez comenzaron a hablar fue cuando a Nobu le empezó a doler la cabeza. ¿Había dicho Halona que su casa era una representación de su mundo y el de Raijin? Es decir...¿No eran de este mundo? Si bien era cierto que el encuentro con Arcadia no había sido especialmente normal, siempre la había considerado una especie de Shugenja Gaijin, nunca había valorado la idea de que no perteneciera a su mundo. Las cosas parecían más complicadas de lo que parecían a simple vista, por lo que la cara de Nobu se tornó en un espectáculo de muecas;-Areee.....Creo que me vendría bien un poco de Té, este tema comienza a provocarme algo de dolor de cabeza.-Mientras tanto, Nobu se llevaba una mano a la nuca tratando de asimilar toda la información, aunque hubiera términos que no entendiera del todo.

Por los kamis que no estoy entendiendo nada de lo que dicen...

Tras unos momentos de reflexión personal y al terminar de escuchar todo lo que tenían que decir tanto Halona como Jake, Nobu encontró oportuno tratar de aclararse en voz alta, tanto para él, como para el resto del grupo;-Es decir...¿Ni Arcadia-san ni Raijin-san, ni ustedes tampoco son de este mundo?- Nobu estaba confundido de pies a cabeza- Que los kamis nos ayuden a entender esta situación...-Tratando de aclarar un poco más la situación añadió;-En otras palabras-Miró a Jake y a Halona respectivamente- El lugar del que proceden estaba en guerra, y de alguna forma habéis venido al Rokugan o bien por accidente-Aprovechó para mirar a Arcadia-o bien en busca de algo o alguien. Y eso ha terminado por involucrarnos a todos de una forma u otra.- Al menos poco a poco entendía algo mejor la situación.

-Y es más, la mancha tal y como la conocemos no solo existe en el Rokugan, si no también en otros lugares, con el nombre de "Caos".- A la mente le vinieron todas las veces que Jake mencionó algo similar durante el combate con la impostora.- Y debido a la llegada de los "Gaijin"-Nobu usaba esa palabra para referirse a ellos de alguna forma-Se ha vuelto más agresiva que de costumbre. Al menos eso nos aclara algunas cuestiones...- Nobu frunció el ceño cuando Halona hizo referencia a la ignorancia del Rokugan. Pero hizo oídos sordos debido a la complicidad de la situación.

Seguramente fuera debido a lo absurdo de la situación, a lo extraño del lugar, o a la normalidad con la que se expresaban acerca de "Otros mundos y tiempos" pero Nobu no pudo reprimir una carcajada que al menos denotaba buen humor. Con una leve sonrisa en el rostro añadió;-Tenéis razón Halona-san, es difícil de entender. Pero si la mancha así como las bestias del Jigoku se han puesto en movimiento por esto, debemos hacer algo. A mi parecer que estén dispuestos a colaborar en solventar este problema dice mucho a favor de su honor.- Decía, mientras se inclinaba en una ligera reverencia de respeto.- 

Girándose esta vez hacia Jake dijo;-La verdad es que una clase no nos vendría mal para entender toda esta situación tan descabellada. Más después de todo lo que vivimos cuando nos enfrentamos a la impostora.- Mientras una sonrisa cómplice aún se mantenía en su rostro.- Y respecto a los "Kamis Salvajes" que menciona, creo que mis compañeros estarán más que encantados de saber más. A mi parecer solo tengo dos preguntas más, ¿Quién es ese Setsu-san del que tanto hablan? y ¿Qué significa que nuestro encuentro estuviera destinado?

Tras formular sus dos últimas preguntas escuchó las palabras de la monje dragón, las cuales consiguieron desconcertar aún más al pobre Nobu, pero como en primera instancia se había dirigido a Niou, encontró inoportuno responder en su lugar, dejando la pregunta en el aire.

Yusei simplemente, estaba flipando.

Primero, la casa. Qué extraña decoración tenía. Eso sí, el ambiente era bastante... cálido, por lo general. Yusei, al ver como los Gaijin se sentaban en el sofá, él se aventuró a imitar a sus compañeros. "Guao, qué cómodo es esto..." 

Dejó reposar su espalda en el sofá y escuchó con atención, aunque era imposible seleccionar todas las ideas que iban saliendo en la conversación. ¿Qué demonios...? Esto era más complejo de lo que él se hubiera podido imaginar. Ante tanta charla, Yusei intentó parecer lo más natural posible, tomando también una bonita taza de té. Admiró la porcelana y sus dibujos. Tras atender como podía a la explicación de los Gaijin, el joven Mantis se aventuró a lanzar algunas preguntas.

-Son... demasiadas cosas. Supongo que es difícil elegir por dónde empezar a preguntar... pero confío en que entre todos podremos sacar las conclusiones oportunas y tratar de que no se nos escape nada- bebía un poco de té. -Entonces... ¿la causante principal de todo esto es su hermana, Halona-san? ¿Por qué ocurrió aquella lucha en su mundo? Aunque no sepa lo que planee ella ahora... ¿qué planeaba entonces? ¿Podría hablarnos más de su hermana, por favor? El tema de la Mancha es especialmente delicado... Y me temo que sin un control mucho más riguroso, podemos ser un peligro que podría descontrolarse. No quisiera ni pensar en que pudiera hacerle daño a Arcadia- le dedicó una mirada de preocupación a la vez que también podría visualizarse cierto cariño o dulzura.

-Por otro lado... habláis de enseñarnos un conocimiento que lógicamente, desconocíamos pero... Si Arcadia ha sido enseñada para controlar el tiempo y ser... ¿Una Caminante? No entiendo ese concepto...- hacía una pequeña pausa, pensativo. - ¿No podríamos aprender algo tan ambicioso como controlar un pequeño espacio de tiempo? Algo así como... ¿hacer cambiar células de nuestro organismo? Quizá eso podría ser la llave maestra para sosegar la Mancha...- "aunque tampoco tengo muchas esperanzas, no sé bien qué podríamos hacer entonces para tratar ese tema..."

-¿Cómo podremos saber quiénes podemos aprender a controlar algo como "Un Kami Salvaje"? Está claro que necesitamos formación, a niveles muy generales... si tenemos que aceptar que estamos hablando de una especie de problema entre... ¿líneas del tiempo?- 

Pobre Yusei, se esforzaba por tratar de aceptar todo lo que le decían pero a cada palabra que recordaba más raro le sonaba. Luego escuchó como intervenían Nobu y la monje. Alzó la cabeza para mirar a Niou, aguardando una respuesta por su parte. ¿Harumi? Qué raro, ¿qué tendría él que ver aquí...? Y ya del famoso hombre del Clan Araña, ni hablar, vamos. Menuda historia aquella... Aguardó a que los demás compañeros intervinieran mientras bebía su té, perplejo.