Partida Rol por web

Entre una cosa y otra, el ambiente de la casa comienza a introducirse en vuestros corazones. Realmente no ha pasado nada extraño, nada sobrenatural. Pero por alguna razón están sucediendo cosas de difícil explicación. Las luces en el exterior, los cuervos que parecen querer deciros algo, los portazos repentinos, ancianos que se desfallecen y como guinda, Rick Fabiano que parece haber perdido la razón...

Rubí, una de las personas que mejor puede conocerle intuye que algo raro ocurre. No es propio de Rick comportarse como un histérico...

Cargando con el octogenario, el grupo se adentra a través de la puerta de doble hoja del final de esta parte del pasillo. La linterna de Jimmy ilumina una nueva estancia...

La luz de la linterna de Jimmy resbala tímidamente por los objetos de la nueva estancia, donde se ha metido Rick en su extraña huída de no se sabe que. El grupo entra tímidamente cargando con el octogenario.

La primera impresión que teneis es que es una habitación grande, y a primera vista os dais cuenta de que esta debía ser la cocina de la casa. En el centro de la estancia hay un pollo de grandes dimensiones, de piedra y madera donde deben estar los fogones y el horno, a buen seguro antiquísimos. Hay ventanas en una de las paredes, la que debe dar al fronti de la casa, que desde vuestra posición queda a la izquierda. Existen armarios y pollatas pegadas a todas las paredes, con puertas en los bajos y cajones de aspecto robusto. También hay varias alacenas coladas en todas las paredes menos en la que tiene las ventanas. Al otro lado de la habitación, justo en la pared contraria, se ve una puerta aparentemente cerrada.

A primera vista no hay rastro de Rick...

Al entrar en la habitación, espero ver al jugador de rugby. El no verlo hace que no me fije demasiado en el entorno, y que busque con la mirada dónde puede estar.

- La tierra no se lo ha comido,, eso seguro pienso mientras enfoco el haz de la linterna al suelo, buscando las pisadas de Rick sobre el manto de polvo que cubre el piso.

Jimmy levanta las manos palpando la oscuridad en la nueva habitación y tratando de escuchar al quaterbag, o al menos localizarlo.

No si tiene guasa... vamos Rick, deja de hacer el canelo y sal de una vez. me jode la gente que hace bromas en los momentos más inoportunos.

Pareces ser el único que de momento mantiene algo de plomo. De manera muy inteligente buscas en el suelo huellas... El suelo es de un material parecido al mármol. Está desgastado y el tiempo ha pasado por él claramente. Eñ polvo se ha depositado durante años y la humedad ha acabado con su brillo y pulido.

Mientras Jimmy llama directamente a Rick, tu observas el suelo. Parece que se ha dirigido detrás del pollo central. Debe estar agazapado al otro lado del pollo, fuera de la vista...

Siguiendo las huellas del fornido deportista, el haz de mi linterna se dirije al "pollo".

- Rick, sal de ahí detrás. ¿Qué ha pasado?

yo ...yo ...

la linterna ilumina su pálido rostro mientras balbucea incorporándose en la esquina de la habitación en la que se ocultaba en posición casi fetal.

Sin avanzar ni un paso el deportista hace notables esfuerzos por comunicarse pero que resultan infructuosos.

El.. eh.. ee... el...

En su rostro cualquiera que le mirara de cerca y con mejor iluminación podria ver la presión del llanto contenido.

Como un resorte dejo escapar de golpe todo el aire que habia contenido en mis pulmones y me avalanzo hacia mi chico

-Oh cariño! ¿Que te ha pasado?- Agarro su cara entre mis manos tratando de al mirarle, asi de cerca, a los ojos, vea que ha visto, que tiene en su cerebro o cuerpo o lo que sea...

-Rick contestame..-

Si tuvieramos algo que cocinar, ese seria un buen lugar o tambien para matar a alguien y deshacerse de sus restos...

Rubi mantiene entre sus manos la cara del fortachón y aparentemente invencible Rick Fabiano. Sus ojos la miran pero a buen seguro no la están viendo. Salta a la vista que el chico está en un estado de shock absoluto y es incapaz de comunicar al resto lo que ha visto...

Todos están dentro de lo que parece ser la cocina del edificio. Tan vieja como sucia y grande. Fuera, en el dintel, ha quedado el viejo Marcos Saenz. Débil y semiinconsciente.

Te dejan medio tumbado contra la pared, en el dintel de la puerta de doble hoja que parece dar acceso a la cocina del caserón. Tus gafas empañadas por el sudor no te permiten ver casi nada en la penumbra. Tus oídos palpitan y notas el latir de tu corazón, debilitado, en los tímpanos. La lengua se te pega al paladar y tienes sed. Mucha sed.

No lo notaste venir. De ninguna manera. En estas condiciones eres presa fácil...

Unas poderosas manos te rodean el cuello. Sin piedad. Rugosas, fuertes, duras. La presa alrededor de tu cuello es fija y certera. Lo que quiera que sea que te está haciando esto queda fuera de tu vista. Pero notas el olor. Un olor rancio. A tierra húmeda, a ancestral. Los chicos dentro están centrados en Rick. La cocina es lo suficientemente grande como para que tú hayas quedado totalmente en penumbras. No te ven. Y tampoco te oyen, porque no puedes gritar y dada tu debilidad, tampoco moverte.

Estás siendo estrangulado...

Una vez encontrado Rick, me vuelvo hacia el bibliotecario. - Seguro que Rubi sabe cuidarle mucho mejor de lo que a mí me interesa hacerlo..

- Marcos, ¿cómo vas? ¿estás mejor?

La mano del deportista aferra con fuerza el brazo de su chica, sus ojos miran hacia el pasillo del que ha venido como una exhalación.

Mientras, sigue balbuceando solo incoherencias:

el... ahi... ja ... aa ...so eeeeeh...

El grupo se centra en Rick que balbucea incoeherencias en un estado ps´quico lamentable.

El arquitecto parece ser el único consciente de que el bibliotecario ha estado a punto de perder la vida. Spinner se incorpora y mira al dintel. La luz de su linterna enfoca al lugar donde debería estar el viejo. No observa nada y no hay respuesta...

Con la linterna recorro la puerta, el lugar donde dejamos a Marcos

- Rubi, a Marcos lo dejaste tumbado en la puerta, verdad? digo dudando del lugar exacto.

Sin dudas, me acerco a la puerta, y alumbro el pasillo, en busca de indicios del bibliotecario.

Las manos te presionan la garganta con una fuerza destructiva. El enemigo te ha arrastrado unos metros por el pasillo sin mucha dificultad, dada la poca resistencia que puede oponer. Escuchas la voz de Spinner que te pregunta: -- Marcos, ¿cómo vas? ¿estás mejor? -

No puedes contestar. Solo esperas que tu silencio le alerte y se acerque a donde estás y que lo haga antes de que la bestia acabe con tu vida... Como en sueños observas la luz de una linterna enfocando el lugar donde estabas apoyado hace solo unos segundos.

Los pasos y las voces tienen sus consecuencias y notas como el enemigo aprieta más sobre tu cuello. Finalmente afloja las manos y sale corriendo por el pasillo...

Notas como la sangre de repente llega a tu cabeza. Te desplomas definitivamente y quedas en el suelo tendido...

Lo que pasa a continuación sucede a gran velocidad.

Alguien corre!

Escuchas claramente unos pasos pesados y sonoros. Alguien ha echado a correr por el pasillo. Instintivamente te das cuenta de que no puede ser Marcos... Aprietas el paso los escasos metros que te quedan hasta encarar el pasillo.

Marcos yace tendido en el suelo, de lado, con los ojos semiabiertos y respirando con una dificultad extrema...

Enfocas la luz al pasillo y observas como a lo lejos, al otro lado justo, desaparece una sombra en medio de la oscuridad. Alguien corpulento, grande que parece haber ascendido al piso superior... Pocos detalles más puedes vislumbrar en las décimas de segundo que has tenido de contacto visual.

Justo cuando Mark se incorpora y dirige sus pasos hacia el pasillo en busca del bibliotecario, todos podeis escuchar unos pasos pesados y sonoros que recorren el pasillo.

Alguien ha echado a correr y todos teneis la seguridad de que no ha sido Marcos...