Partida Rol por web

El contundente novio de Rubí se acerca unos pasos a su chica, en el momento en el que la llave cambia de mano y observa interesado. Las palabras del empollón han despertado cierto interés en él aunque nunca lo reconocería.

Rick con gesto distraido rodea la cintura de Rubi con su fuerte brazo de lanzador, tratando de hacer recuperar a la situación algo de normalidad.

Observando con detenimiento la llave veo que es de un tamaño normal , los brazos de Rick me rodean mas fuerte de lo normal y creo saber porque... mirando tambien los cajones de la comoda que antes hemos estado mirando observo a ver si hay algun cajon que este cerrado....

Si no me la guardare, nunca se sabe cuando te puede hacer falta....

Tus observaciones sobre la llave son bastante acertadas. Se trata de una llave grande. Miras la cerradura de la puerta principal. Aunque está muy oscuro intuyes que la llave debe pertenecer a la puerta principal...

Rubí observa detenidamente la llave a la esquiva y tenue luz de la linterna de Spinner. Debe sacar sus propias conclusiones, porque tras observarla unos segundos se la guarda en un bolsillo.

Por su parte Mark, el arquitecto, parece también haber sacado sus propias conclusiones de la observación del crucifijo. No las comparte con nadie, aunque tampoco nadie le pregunta. A ratos cada uno parece ir a lo suyo, sin preocuparse de una realidad patente. Estais en un lugar desconocido en un paraje inhóspito. Aunque no querais, es posible que esta noche os necesiteis los unos a los otros...

Parece que salvo la puerta que se disponía a abrir el bibliotecario hace unos segundos, no hay nada más que mirar aqui.

Observas despacio el crucifijo, atraído como el resto por la obra. Manipulas tus gafas para enfocar lo mejor posible en esta penumbra. Está visiblemente deteriorado, descamada la pintura y con algo de musgo en los recovecos más estrechos... Es de madera, y no de pasta, por lo tanto debe ser bastante antiguo. Al menos ochenta o cien años...

Tanta obra sacra no te cuadra... Esto no es mera santería...

Marcos permanece absorto observando el crucifijo. La luz de la linterna se mueve en todas direcciones provocando sombras grotescas en la estancia, pero los ojos del anciano siguen fijos en el crucifijo.

¡Oh vaya! Cof, cof, gruuuunnn.

Se rasca la garganta. Tose y finalmente carraspea.

Vosotros tal vez seáis muy jóvenes para daros cuenta de esto. Pero este crucifijo es una auténtica obra de arte de las de antes de la guerra. Tiene por lo menos un siglo y estoy bastante seguro que el decano de la universidad y el director de la biblioteca, que soy yo, nos encantaría tener algo así en una exposición permanente.

Marcos permanece pensativo. Cada vez que escucha una de las quejas o temores de los jóvenes hace un gesto con la mano para restarle importancia. Mira al animador y a la chica rubia, abrazados uno al otro y pone un gesto indescriptible.

Imaginaos si tiene este tipo de obras al descubierto, lo que tiene que tener guardado bajo llave.- La voz de Marcos cambia radicalmente cuando dice "bajo llave" y mira a la llave que sostiene Rubí en la mano. Sus ojos se le iluminan y sin más se abalanza sobre la llave que sostiene la chica.

¡Dámela, dámela! Tenemos que abrir lo que sea que tenía tan guardado el dueño de esta casa. Seguro que ... ¡oh Dios! No puedo ni tan siquiera imaginar qué pueda ser.

Medio divertido por la animada actitud del bibliotecario, que se deja llevar por sus instintos sin pensar, veo como Marcos le arrebata la llave a Rubi justo cuando ésta estaba a punto de guardársela en el bolsillo.

- Calma, Marcos. El crucifijo, coincido contigo, debe de datar del siglo pasado. Y está perfectamente tallado, por lo que seguro que no les costó barato a sus dueños. Pero tampoco me sorprende, viendo el calado de la casa. Vuelvo a acercarme al crucifijo, y sacando un boli para no tocarlo, señalo un par de puntos

- Pero fíjate que necesitarás restaurarlo bien antes de poder agregarlo a cualquiera de las exposiciones que tienes en la cabeza

Incorporándome de nuevo, y mirándole a los ojos, cambio un poco el gesto - Pero no creo que tengas razón en lo de la llave. Las llaves que esconden cosas que se quieren proteger, no se dejan tiradas en cajones. Las llaves que están en cajones están simplemente guardadas. Cualquier intruso podría cogerlas...

Rubí forzejea con el octogenario. La chica se ha visto sorprendida por el gesto del bibliotecario... Parece que este viejo es más de lo que aparenta...

Rubí debe coincidir con las observaciones de Spinner: -Las llaves que están en cajones están simplemente guardadas. Cualquier intruso podría cogerlas...-

La rubia añade: tranquilo Marcos... Además creo que esta llave es justamente de la puerta principal.

Efectivamente, la llave entra en la cerradura de la puerta principal aunque ésta parece estar atascada por el frío y el óxido, puesto que apenas logra girar...

El mediano de los Skilton parece divertirse con el gesto avaro y a la vez torpe de Marcos al intentar quitarle la llave a Rubí. El viejo además de viejo es un ladrón; y ya piensa hasta en saquear la casa, llevarse el crucifijo ese hortera de la entrada y todo lo que pille.

Tranquilo abuelo. Vamos a intentar hacer el menor número de cosas ilegales. Menudo greñas debiste ser en tus tiempos mozos... No me extrañaría que los libros que faltan en la biblioteca te los quedes tú... Menudo tío...

Sin prestar demasiada atención a lo que acontece, Jimmy gira el pomo de la siguiente puerta. Ésta cede con facilidad...

La puerta hace un sonido quedo en el ambiente que acalla la conversación entre Marcos, Rubí y Spinner. Jimmy ha abierto la puerta que da acceso a las entrañas del caserón... La luz de la linterna apenas llega más allá de la puerta en sí...

Oscuridad.

Oscuridad y frío...

El asalto a Rubí pilla por sorpresa a Rick, que avanza unos pasos bastante reticente a reaccionar de la forma habitual con Marcos. Por más que sea para protegerla, el contundente novio sabe que Rubí no apoyaría que le partiera la cara a alguien de la edad del bibliotecario. Viendo como su chica no da importancia al gesto del abuelo, se concentra en observar a Jimmy, que parece decidido a abrir la puerta.

El chasquido de la puerta es inquietante y aunque la curiosidad le hace acercarse al umbral, el frio le para en seco casi diria que es mayor en esta habitación que fuera. Cada vez es más claro para el deportista que este es el último lugar donde querría pasar la noche, la curiosidad desaparece tan rápido como vino, simplemente le apetece irse. ¿qué hace que los demás estén tan interesados? sin embargo sabiendo que en ocasiones le pasan desapercibidas cosas que para otros son evidentes y temiendo quedar como un estupido, además de como un cobarde, no hace más que mirar hacia dentro de la oscura habitación.

Marcos se recoloca las gafas. Se le han caido hasta casi la punta de la nariz quedando su cara en una mezcla entre cómico y despistado. Ve la reacción del jugador de fútbol americano, pero aparenta no tener ninguna reacción hacia ello.

Entonces el joven Jimmi que había comentado algo sobre él, abre la puerta.

¡Vamos, vamos, vamos! El tiempo pasa muy rápido y tengo la impresión de que aquí hay muchas ... muchas ... muchas cosas que hacer.

La última frase la pronuncia con el entusiasmo de un niño.

¡Oh Dios! He nacido para esto. De pequeño siempre quise ser explorador y aunque no os lo creáis tiene mucho que ver con mi afición por los libros. Vamos a ver qué sorpresas tiene este viejo caserón y tal vez encontremos obras de un valor que ni sus dueños actuales conocen. Podré contactar con el decano John Patrick y comentarle lo que hemos encontrado, luego podría reunir al sector de historia moderna y contemporánea y obtener fondos de la beca del ejército. El departamento de moderna siempre consigue esas becas, pero ...

La voz de Marcos se va volviendo más y más ansiosa a medida que habla. Retuerce sus manos y choca sin querer con Jimmi.

Eh! Cuidado viejo! No te emociones no se te vaya a reventar la próstata. Aquí deben haber cosas interesantes, pero lo que seguro que no hay es un set de reanimación cardiopulmonar para ancianos... Joder!

Vamos Mark, acerca esa maldita luz. Aquí hay un pasillo enorme...

Me acerco tranquilo y relajado a la puerta abierta, donde mi viejo amigo está al borde de un ataque de ansiedad. El borracho jugador de fútbol americano espera a un lado de la puerta para dejarme entrar en el pasillo, iluminando nuestro camino.

- Calma Marcos, tenemos tiempo: toda la noche le digo guiñándole un ojo..

El arquitecto hace caso a Jimmy y se acerca cauto a la puerta recién abierta. Al intelectual le cuesta moverse. Aún sigue como hipnotizado por la obra de arte y las pequeñas conclusiones obtenidas del hall de entrada. Casi habla en voz alta, como haciendo nota mental de lo encontrado.

Atraviesa el umbral de la puerta abierta, cauto, despacio. La luz d ela linterna mira primero a derecha y luego a izquierda. Un largo pasillo se extiende a ambos lados. A primera vista podeis observar algunas puertas localizadas en la pared de enfrente y desperdigadas a izquierda y derecha. El final del pasillo de la izquierda queda rematado por una puerta de doble hoja. No se observa lo mismo hacia la derecha... este pasillo parece no acabar. Es más grande que el otro. En la pared de enfrente, donde están las puertas, y a espacios regulares hay grandes cuadros colgados. Justo enfrente vuestro teneis uno de esos grandes cuadros.

La luz es escasa, y desde luego no alumbra lo que cada para de ojos individuales quiere observar... Una ansiedad creciente se apodera de vosotros, por querer ver y no distinguir.

El jóven deportista no es especialmente perspicaz, y observa con desgana el pasillo, incapaz de fijarse en pequeños detalles o pistas sutiles. Tan solo los grandes y visibles cuadros, uno de ellos justo enfrente de él, ocupa su mirada.

Hay algo en esos cuadros, aunque nunca le ha interesado especialmente el arte. Tal vez sólo sea el resto de la atmósfera oscura y lóbrega, en todo caso Rick abre mucho los ojos, convencido de que las pinturas de las paredes son tan inquietantes como todo el resto de la casa.

El largo pasillo sumido en la oscuridad, sumado a la humedad del ambiente, produce una sensación de intranquilidad en mi interior. Poco a poco vuelvo a ser consciente de la situación en la que estamos - Centrate, Mark, no te dejes llevar por lo que hay en la casa.. Estamos perdidos, sin gasolina y una noche fría y larga se aproxima. Hay que buscar el mejor sitio para pasar la noche...

Pero al momento de entrar en el pasillo, mi mirada se queda como enganchada en el gran cuadro de enfrente. Nuevamente me olvido de nuestra situación y me acerco a mirar aquella extraña obra.