Partida Rol por web

El cabo dejó el auricular con rapidez y miraba frenético el mapa que tenían en el oruga sin poder localizarse con precisión. Miró la brújula del vehículo, pero era un dato insuficiente. Desesperado gritó a sus compañeros para hacerse oír entre el estruendo del vehículo y el avión:

- ¡¿¡POSICIÓN, SEÑOR!?! ¡DENME UNA POSICIÓN PARA QUE LOS NUESTROS NOS LOCALICEN! ¡Tiene que estar en ese mapa!

Antes de bajarme del oruga, cojo el mapa y la brújula que tiene Philipp.
Sólo necesito unos segundos para encontrar nuestra situación.
- Estamos aquí Philipp. Le indico con el dedo sobre el mapa. - Dales la posición y rápidamente ponte a cubierto.
Después saltó del vehículo y corro unos cincuenta metros a un lado del oruga y me tiro cuerpo a tierra en la primera cobertura que encuentro.

Si mi sargento, comenta con entusiasmo Carss a las órdenes Von Bray. Bueno, hagamos, a ver si salimos de esta. No parece que se fuera a intentar lo que él pensaba; ya, si, era muy arriesgado, pero el resultado era fiable. Pensaba que lanzar el combustible sería una interesante forma de reducir su autonomía.

- Las coordenadas son: 32.033692,23.44873 . Díselas rapido. Antes de que vuelva a pasar el caza te quiero ver a cubierto. Y ahora si me bajo del oruga y corro a cubirto.

- ¡Si, Herr Feldwebel Bauer! ¡Gracias, señor!

Tenso y mirando cómo el resto de la unidad se ponía a cubierto cómo podía, Philipp continúo transmitiendo hasta obtener confirmación:

- ¡Coordenadas son Latitud 32.033692  Longitud 23.44873! ¡Repito! ¡32.033692 y 23.44873! ¡Solicitamos apoyo! ¡Ataque aereo inminente! ¡Corto y cierro!

Parecía el momento de salir corriendo y buscar algo de cobertura en aquella grieta dónde se habían ocultado. Cogiendo el mapa en el último momento, el cabo salió a toda prisa del semioruga agachándose e intentando protegerse ante el ataque de las ametralladoras del avión de la RAF.

Confirmado cabo, veremos que podemos hacer, pero no espere mucha ayuda!

Corto y cierro.

Tras haber dado la orden de cubrirse, salto por la parte de atrás del semioruga y me escondo debajo del antiaéreo (casilla Q12). Sé que va ha ser blanco del avión, quiero estar cerca por si hay que moverlo o desengancharlo mientras los que saben lo preparan y cargan.

-¿Hay que desenganchar el antiaereo para disparar?- pregunto a voz en grito a cualquiera que pueda oirme.

Con una mano en la.herida y la otra colgando no podía hacer mucho en el flak. Ya había dado la orden de emplazamiento y objetivo. Y quien estaba al mando. Ahora su única preocupación era salir vivo de esta por lo que para ver mejor por donde se movía el avión después de atacar salio como pudo de debajo del motor y se colocó al este del semioruga. Pegado a la cadena y tirado en el suelo, protegido por todo el blindaje del vehículo ya que el caza venia del lado contrario

- Allan, Rudolf, la ametralladora deberia prepararse para rechazar al camioneto. Hans tu prepara el cañón, yo no puedo hacerlo, así que estas al cargo, yo te indicare rumbo y tiempo aproximado de llegada.
Me pongo a mirar al cielo mientras espero las ametralladoras triples soltar su maldita carga sobre nosotros y ver pasar la estela del caza para poder darle las indicaciones pertinentes a Hans.

Rudolf está flipando con las ideas de bombero de los oficiales. Pelear en lugar de huir. Tirar el combustible, tan o más vital que el agua. Pelear con los ingleses que vienen por dos lados... Pero obedece, que los oficiales tienen el gatillo fácil con la tropa. Monta la ametralladora con Konigsberg. Qué manía tienen todos de llamarme Rudolf, ni qui hubiéramos ido juntos al colegio...

- Konigsberg, si te hace ilusión dispara tú. A mí se me da regular.

Al oficial Rademacher:

- Señor, hay que montar la cureña del antiaereo por narices. Porque si no no hay forma de apuntar y con un disparo daría volteretas.

Deja cerca su rifle y la munición. Por si necesita suicidarse...

En cuanto llegó a la cobertura, Sven se tumbó cuerpo a tierra pesando que los demás harían lo mismo. Levantó la cabeza y con los ojos como platos vió como intentaban hacer frente al caza.Estos están locos. Pensó Sven y agachó de nuevo la cabeza.

Intento ponerme en el camino del carro, tumbado, a ver si puedo hacer algo para si el carro se acerca. Mi prioridad es estar metido en una zanja para ocultarme a la vista de los carristas, para que cuando se acerquen, joderlos.

Al ver ningún sitio de cobertura más que el propio vehículo, el cabo decidió que lo mejor era tomar como cobertura el propio blindaje del semioruga. Justo entonces escuchó las órdenes del joven sargento von Bray y recordó su herida del hombro. Su deber era estar allí, así que agarrando el maletín de primeros auxilios se metió al lado del chico para intentar ayudarle.

- No debería gritar así, señor, o su herida empeorará.