Partida Rol por web

Antes de que nadie pueda reaccionar Sara dispara su ballesta sobre el mercenario que ha propuesto mataros, el pivote golpea en el pecho. Que a pesar de estar protegido por su armadura, le provoca una fea herida, que hace que mane sangre. Si ya de por si estaba herido por las explosiones, esto es casi la puntilla para el tipo que se deja caer y cae pasillo abajo hacía los gusanos.  La suerte que tiene es que dos mercenarios con más animo y conciencia que el resto, lo consiguen poner a salvo en los asientos.

El resto os mira con odio ante el ataque, pero el mercenario que hablo primero les dice:- Calma, calma en cierto modo se lo ha buscado. Si dices la verdad sobre que podemos irnos con Knin. No habrá que empezar una pelea.- El resto heridos como están por la explosión y viendo el tiro certero de Sara, están dispuestos a guardar las armas, aunque sea de mala gana.

Alma contempla la escena con aire imperturbable, pero quien está cerca nota como sus rasgos se relajan cuando ve que la sangre no va a llegar al río y os dice mentalmente:- De acuerdo entonces. Hablaremos más cuando lleguemos a la ciudad...- Pronto os dais cuenta que tanto Knin como el sargento se empiezan a mostrar signos de conciencia y os miran dubitativos antes de que vuelvan a la conversación, como si no hubiese pasado nada. Knin fanfarrón le dice al sargento:- Bueno, ¿Que me dices?. Podríamos así buscar ayuda para el resto...-  Pero le detiene el característico ruido del Skoriet, el animal de tiro que os había llevado durante todo el camino al final ha decidido volver por su propia decisión. Aunque quizás tal vez no. Knin escupe:- Brujeria...- y frunciendo el ceño mira a Casandra. Pero Lyonell sonriente dice:- Buena providencia o buen trabajo, eso es lo que es. Reunamos a los supervivientes, y quien sea que lo controle, que siga haciéndolo.-

Os encontráis montados en el trozo de cola del vagón. El cuál ha sido partido en tres partes, dos de ellas formando un inestable triangulo, y la otra parte siendo tragada con rapidez por la arena. Incluso podéis escuchar los gritos de los desafortunados que han sobrevivido a la explosión, pero han quedado atrapados en esa parte. Bajo vuestros pies, podéis escuchar un barullo impresionante y ruidos de pelea.

Pero tendréis que llegar a la parte central del triangulo, donde están los boquetes, para entrar a una de las partes del vagón. Cuando estáis en ello, veis como el Skoriet, el gran reptil que os servia como bestia de tiro, vuelve mansamente hacía el vagón y como los gusanos que vorazmente  muerden el aire desaparecen ante un depredador mayor. Os preguntáis como es posible con lo asustadizas que son esas bestias, que haya vuelto por su propio pie al lado del lugar de la explosión.

Mis ganas de ir con aquella extraña mujer iban en aumento cada vez que se comunicaba con nosotros, al menos en mi caso, seguir con aquellos mercenarios solo significaría una enorme cantidad de muertes en mí mismo bando, y no estaba por la labor de sesgar la vida de hombres temerosos e ignorantes. Miré a la extraña mujer y asentí, las cartas estaban echadas y solo quedaba avanzar.

Pero uno de los mercenarios habló de matarnos… y simplemente negué con la cabeza, me puse de pie y puse una mano en mi ballesta, no la sacaría a menos que fuese necesario, pero no me dejaría amedrentar con un grupo de orangutanes con armadura. Pero antes de algo mas pudiese pasar, Sara dispara un virote certero al pecho de mercenario, en otra ocasión incluso hubiese alabado la buena puntería de la chica, pero algo me decía que eso solo alentaría a mas confrontación.

Para mi sorpresa, la cosa se queda ahí, no hay más violencia aunque las miradas de odio van de un lado a otro. Quito mi mano de mi arma y espero tranquila a ver qué pasa. Más la tensa paz de la que  “disfrutábamos” se interrumpe ante los pasos del animal que nos había traído hasta aquí, la bestia volvía y con ella la mirada amenazante de Knin, que culpa al a brujería y a mí de su vuelta. – Pobre ignorante temeroso – pienso, más de mi boca no sale palabra, solo una ligera sonrisa se muestra en mi rostro ante su comentario, si realmente fuese una bruja, aquél hombre ya estaría muerto.

Lyonell una vez más intenta calmar a la mercenario, y le dedico una leve inclinación de cabeza a modo de agradecimiento. 

Sorprendido por la respuesta de los mercenarios al disparo de nuestra compañera, envaino nuevamente la espada con un gesto conciliador y cargo el escudo a mi espalda, lo que me obliga a coger nuevamente el bastón. Asiento, confirmando que no tengo ninguna intención de ir con el mercenario, que empieza a hablar con el sargento.

La llegada del Skioret desvía finalmente la atención de Sara y del resto de nuestro grupo. Aunque Knin vuelve a girarse hacia Casandra, el sargento le interrumpe con habilidad.

- Está bien, vayamos a echar una mano a los heridos - digo a mis compañeros. - Pero será mejor que no nos separemos mucho unos de otros... - añado mirando de soslayo a Knin. - ¿Sabéis dónde se han metido Lya y Mikor? Saltaron del vagón y no he vuelto a verles desde entonces.

Selisse se mantuvo un poco atras ante lo que sucedia con los mercenarios, a ella no le gustaban las luchas y de hecho no era buena en ellas, aun asi los nervios hicieron que llevase sus manos hacia sus armas, las cuales no era muy visibles en parte por no ser comunes, ya que no eran muy normales ya que los sisk no eran armas muy comunies, aun asi cuando todo se calmo suspiro profundamente, aprecia que todo estaba calmandose

Mira a todos y dice:

- Bueno, yo los que saltaron la verdad que no los he visto, pero viendo los gusanos esos, no se si estaran a salvo, aunque espero que si que lo esten...umm cabremos todos en la bestia con los heridos?

Ninguna seguridad se podía encontrar allí encaramado. Poco a poco la arena se estaba tragando la parte a la que habíamos llegado y eso sólo podía significar más problemas.

-Tenemos que llegar hasta allí si no queremos que nos trague la arena o nos pille uno de los gusanos.

Señalé hacia la parte central de lo que quedaba de vagón, el único que parecía tener un hueco por el que nos podíamos colar. Me estaba preparando para echar a correr de nuevo hacia allí cuando, para mi sorpresa, el Skoriet volvía hacia nosotros y los gusanos desaparecían a su paso. Algo no iba bien... nada bien.

-Pero qué coño pasa ahora. Milkor, tenemos que movernos ya. Los gusanos parece que nos dan una tregua pero no sé si vendrán problemas mayores.

Alma ya no parece querer hablar más utilizando su mente, sino que parece taciturna y da ligeros cabeceos, como si estuviese teniendo una mala pesadilla. En tanto los mercenarios ahora libres de la tensión de los gusanos que había en el extremo que tocaba con la tierra, ayudan a sus compañeros más afectados por la metralla a subir por el vagón para estar más cerca en caso de auxilio médico. Algunos de los compañeros más avispados, hacen pequeñas vendas con sus ropas y algunos desinfectan con bebidas espirituosas de poca calidad, pero de suficiente poder desinfectante. 

Lyonell se acerca a vosotros y os dice:- Voy a buscar más supervivientes en las otras partes del vagón. Quizás allí esten vuestros compañeros... Si han tenido suerte.- A pesar de lo grueso que es el hombre, parece no dejar de tener energía para moverse. Knin no dice nada, pero ayuda a otro de los mercenarios gastando el alcohol que tenia guardado en una pequeña petaca. Para llegar a la parte de arriba solo tendríais que escalar entre los asientos, aunque tambien podríais ayudar a los enfermos.

Ahora libres de la presencia de los gusanos y con el sol de justicia golpeando vuestras espaldas, podéis proseguir la escalada del trozo de vagón hacía la abertura. Los ruidos de pelea cesan a vuestros pies, y podéis ver como una figura sale del vagón escalando por el lado contrario a vosotros. Lleva la ropa llena de sangre, y os mira sorprendido.

Al veros el joven espadachin os sonrie de forma divertida con su pelo pegado por la sangre y sus coloridas ropas llenas de los restos de sus adversarios y os saluda con la mano:- Vaya, vosotros sois los del grupo tan... extrafalario. ¿Saltasteis del vagón? Impresionante, no todo el mundo sobrevive a los gusanos.-  Limpiando su espada comenta:- Como los pobres que se quedarón en la parte del vagón de la que yo vengo. Los gusanos han hecho una auténtica escabechina con ellos. Vaya, parece que hay supervivientes en la otra parte del vagón. ¿Me acompañáis?- Saber si está mintiendo o no, es cosa vuestra...

Selisse estaba realmente ansiosa por poder continuar con el camino, asi que asinete y comeinza a escalar dificultosamente mientras dice:

- Venga chicos, que seguro que en la ciudad nos esperan muchas cosas interesantes, muchos artefactos y cosas, que gansa, que ganas, ademas montar en ese lagarto, seguro que es muy interesane

Decia mientras escalaba por los sillones, ella no era especialmente agil ni habilidosa, por lo que no penso en llevar ella a nadie a fin de cuentas todos eran agerridos mercenarios que podrian hacerlo todo mejor que ella, que solo era una investigadora y poco mas

Aun no podía creerme que lo habíamos conseguido. Ni rastro de gusanos, aunque el sol seguía pegando con fuerza y no aguantaríamos mucho más aquel insoportable calor sino encontrábamos refugio cuanto antes. Agarré mi arma con fuerza al comprobar que alguien más se encontraba cerca de nosotros, presta a usarla sin pensarmelo ni una sola vez. Me quedé mirando fijamente al joven, escuchando su explicación y valorando hasta que punto podría estar diciendo la verdad o sólo intentaba llevarnos a una trampa.

-¿Y tú quién eres? ¿De dónde has salido? -Era reticente a confiar plenamente en él, pero también sabía que no nos podíamos quedar allí parados por mucho tiempo y que, a pesar de que no fiarme ni un pelo, era mejor ser tres que dos.

-Sí, será mejor que vayamos a ver qué ha pasado. Aquí tampoco es que estemos muy seguros.

Pero si piensas que te voy a dar la espalda y no te voy a vigilar... lo llevas claro.

Asiento en respuesta a Selisse.

- Voy contigo - le digo mientras empiezo a trepar por el vagón, siguiendo a la nano y al sargento. - Tenemos que encontrar a Lya y a Mikor.

Le echo una mano para trepar pues, a pesar de que mi armadura limita ligeramente mis movimientos, estoy acostumbrado a escalar con ella. Cuando nos alejamos lo suficiente del resto como para estar seguro de que nadie nos oiga, me acerco a la nano.

- Selisse, sé que estás especialmente interesada en la búsqueda de artefactos, pero no dejes que tu ansia de conocimiento te ciegue. No conocemos a Alma ni sabemos hasta qué punto podemos fiarnos de ella... - añado. - De todas formas, llegado el momento, tú eres la más apropiada para investigar ese Numenéra. Tal vez sea destruyéndolo como se desate el terrible mal del que nos ha hablado, así que me gustaría que lo estudiases antes de que tomemos ninguna decisión al respecto. - Es probable que esté de acuerdo, pues pocas veces Selisse dejaría pasar la oportunidad de estudiar alguno de los artefactos de otras eras, pero prefiero dejarlo claro antes de empezar esta misión.

Selisse mientras sube trabajosamente escucha lo que le dice Tian y dice:

- Si...no voy a perder la oportunidad de mirarlo y ver como es, un artefacto que puede acabar con una era, sin duda es algo que no se ve todos los dias, hay que verlo y ... bueno yo tambien pienso que puede ser peligroso destruirlo o mantenerlo, que hay que tener mucho cuidado y mirar que es, a lo mejor incluso puede no se, dar clave para algo, porque sabes yo pienso que no todo es malo, las cosas son buenas o malas segun la uses, a lo mejor se puede aprender de eso alguna aplicacion buena no?

Se notaba que estaba bastante aansiosa y con ganas de ver aquello

- Bueno con poder meter mis manos y exainarlo me conformo de momento

Cuando mis compañeros hablan de ir a por los heridos niego con la cabeza - Yo me quedo aquí, no quiero que se me culpe de mas cosas  - les digo señalando ligeramente a Knin, aquél cabeza hueca me la tenía jurada ; y usaría cualquier excusa para conseguir su cometido.

Así que espero abajo y alejada de los mercenarios a mis compañeros, aunque por precaución cojo mi ballesta y un virote, solo por las dudas. 

Lya tras hacer la pregunta reconoce que el espadachin que está frente a ella, es quien había prevenido sobre los gusanos que pueblan este desierto. El muchacho hace una ligera reverencia hacía ella y sonriente le dice:- Pues he salido de los restos de nuestro ajado vehículo, como lo habéis hecho vosotros en vuestro momento...- Tiene un algo de burlón en sus palabras, pero no continua hablando cuando se gira hacía atrás y dice a los recien llegados de la otra parte del vagón. Reconoces a Selisse y a Tian que están acompañados del orondo sargento:- Buenas, al parecer no somos los únicos que hemos salido en buenas condiciones de este estropicio.- Mikor anda más taciturno que de costumbre, aunque ahora que hay más público sin duda será el de costumbre.

Junto con Lyonell llegáis a la "salida" del vagón y os encontráis que en el techo de la otra parte se encuentra tanto Lya como Mikor, junto al espadachin que previno sobre los peligros de los gusanos del desierto. Al fijarse en vosotros con una sonrisa apacible, a pesar de que lleva su ropa cubierta de sangre os dice:-  Buenas, al parecer no somos los únicos que hemos salido en buenas condiciones de este estropicio.- Al parecer ya estáis reunidos, ahora solo es cuestión de buscar una forma de llevarse a todos los que están en el interior del vagón hacía la ciudad, que no está muy lejos, a paso de Skoriet.

A pesar de la evidente tensión con parte de los mercenarios, durante el poco tiempo que tarda el resto en llegar al extremo del vagón, nadie ten ofrece una mirada o un reproche. Los hombres están dedicados a cuidar de sus compañeros y lo hacen en silencio solo interrumpidos por los gruñidos de dolor que hacen los que reciben las curas.

En tanto Alma esta sentada cerca, parece algo exhausta por el control mental con el que esta manejando al enorme lagarto, al que puedes oir moviendose fuera del vagón. Francamente parece estar muy sola.

-Como los pobres que se quedarón en la parte del vagón de la que yo vengo. Los gusanos han hecho una auténtica escabechina con ellos...

En cuanto aquel tipo hizo su aparición, su pose pedante y actitud burlona le cayeron mal a Mikor, que brevemente comparte una mirada rápida con Lya; tampoco ella se había tragado su basura sobre los gusanos en el vagón de atrás.

-Vaya, parece que hay supervivientes en la otra parte del vagón. ¿Me acompañáis?- 

Mikor asiente con la cabeza y extiende la mano invitando al extraño a tomar la delantera -Andando-. Le dice, y con el movimiento más casual balancea su gran montante, asegurando su agarre sobre la empuñadura y colocandolo en un angulo que le permitía adoptar una posición de combate rápidamente... por si acaso

Seguía sin fiarme de aquel tipo y, tanto Mikor como yo, estábamos alerta y preparados ante cualquier movimiento amenazante del espadachín.

Respiré aliviada al ver a Selisse y a Tian, parecía que ellos también habían conseguido salvarse, mejor tener a gente conocida al lado que a completos desconocidos, como era el caso del espadachín. Visto lo que había pasado era del todo imprudente fiarse de cualquiera.

-¿Algún superviviente más?