Partida Rol por web

El viaje en coche no estuvo tan mal... mientras no respirase.

La brisa nocturna que entraba por la ventanilla era gélida y mis cabellos rojos bailaban al son del viento, acomodé mi cabeza sobre el asiento y me dejé mecer por el bamboleo del vehículo mientras el Nosferatu conducía, siempre con un ojo abierto.

Pensé en lo que me esperaría al llegar al Elíseo, en lo que vería allí, y en como afectaría esta información a la colmena de zánganos que allí habitaría. Lo mas interesante de la noche para mi aún estaba por empezar.

Una vez entramos, no estaba preparada para aquello, un genio de la literatura universal estaba allí delante, ante mis ojos, al principio creí que era un broma... pero no. En otro tiempo habría estado conversando horas y horas con tan brillante mente, pero ahora...

Saludé con una breve y fría inclinación de cabeza, y empecé a hablar- Señor Shakespeare traemos información importante del devastado Club Halley, el Elíseo está comprometido -Anuncié potentemente, dando gravedad a mis palabras. Si tenía que intercambiar impresiones a cerca de sus obras literarias, sería mas tarde.

- Graves noticias sin duda, que es mejor que discutamos dentro. Pasen, haré que preparen algo para ustedes. - dijo, dejándoos pasar.

Un tipo fascinante. Seguro que tiene un montón de ideas en la cabeza en ese momento. ¿Estaría preparando en ese momento alguna nueva obra?

William había emitido una leve mirada de soslayo, casi imperceptible. Te da la impresión de que desconfia de vosotros, y de forma más acusada, de Leroy. Pero daba igual, las leyes del Eliseo amparaban a todos los vástagos fueran quienes fueran mientras se encontraran en él. No había que preocuparse por vuestra integridad, o al menos, por vuestra integridad física.

El Guardián del Eliseo os guió por los pasillos que redondeaban el teatro, hasta subir de planta dos veces. Arriba, buscó una mesa apartada donde poder hablar. Mientras caminabais por el piso superior, empezasteis a ver gente a vuestro alrededor. Vástagos y ghouls, asiduos del Eliseo, que os miraban como si fuerais carnaza fresca que despiezar. Sin duda, al poco estaríais en boca de las arpías, durante al menos un par de minutos.

Una vez se hubo sentado, William os miró, severo.

- El Club Halley, ¿verdad? Bien, ¿qué amenaza esta vez mi querido teatro? Contadme, por favor. - inquirió, con voz agradable.

¿qué amenaza esta vez mi querido teatro? Contadme, por favor.

A medida que me interno en el Teatro y detecto la presencia de las harpías se crispan mis nervios: Criaturas depravadas, sin duda alguna! Lo peor de la noche... Cuando entre El Mago con Los Cazadores será una escabechina!

Tomo asiento, con William y Evelyn, me reclino en la oscuridad en Silencio y confiando que La Chica revele al Guardián el peligro que acecha el Eliseo, Suficientes problemas me han causado los excesos verbales!

Avancé sin miramientos entre el grupo de personas que se congregaba dentro del teatro, mirando con indiferencia cada rostro y devolviendo las miradas ofensivas, aquel lugar me ponía enferma...

Tomé asiento junto a la mesa teniendo cerca a Leroy por si tenía que aportar algún dato mas.

- Entramos en el Club para investigar lo ocurrido, y allí encontramos una mujer joven en letargo, una Toreador que aseguraba ser dueña de ese dominio -Hablaba desde la objetividad, aquella mujer no me inspiraba confianza y menos después del numerito de Leroy- Llevaba diez días así, y su socio, un tal Miller, había atrancado la puerta y la había estacado para ocultarla de los atacantes. Fueron cinco, según su testimonio, probablemente cuatro cazadores y un mago, buscaban a uno de los suyos, e irrumpieron con violencia destrozándolo todo, y a todos los que se cruzaban en su camino. Los otros humanos tenían una descripción bastante normal, pero el mago era una persona de raza blanca, calvo, y con el globo ocular marcado por un... tatuaje o algo parecido -Toqueteé la mesa- No sabemos si el mago es un vástago, un mortal, o algo peor, lo que si pudimos ver fue su poder, el destrozo que hicieron en el lugar fue... -Sonreí al pensar en medirme en fuerzas con el supuesto mago en cuestión- ...enorme, y si interrogaron a alguno de los sirvientes puede que hayan descubierto el emplazamiento del Elíseo, y ateniendonos a los hechos y a su búsqueda... es posible que planeen un ataque.

Terminé con una sonrisa, quería ver si el Señor Shakespeare se cagaba de miedo ante el peligro.

Pendiente de la más mínima reacción de Sir William, reclinado en el asiento junto a la suave fragancia de Evelyn, escucho su rigurosa exposición a la vez que, sumido entre las sombras que me envuelven, asiento con la cabeza cada una de las afirmaciones de mi acompañante.

Que se presenten dos insignificantes chiquillos a advertirte del compromiso en que se hallan los Dominios de los que se te ha encomendado la seguridad ha de ser necesariamente irritante... estoy bien alerta a la respuesta del Guardián!

El dramaturgo escuchó con atención cada palabra que decía aquella joven, sin mostrar gesto alguno. Cuando Evelyn terminó, tardó un momento en responder, como si midiera las palabras.

- Muy bien, se tomarán las medidas pertinentes. Mientras tanto, me gustaría que dispongan de lo que deseen durante su estancia. El amanecer esta cercano ya, y me temo que deberán hacer noche aquí. - explicó, para levantarse después - ¿Cuál dice que era el nombre de aquella Toreador? - preguntó, mientras notabais que volvía su vista de nuevo hacia el pasillo de la puerta por la que habíais entrado, que se veía vagamente desde la cornisa de la planta elevada.

La pregunta del dramaturgo deja en evidencia la evidente laguna en nuestras pesquisas: Si fuera capaz de ello diría que, avergonzado, incluso me subirían los colores... Me mantengo firme, evidenciando escaso interés en el nombre de nuestra confidente:

- No llegó a presentarse... - excuso - ...era socia del tal Miller -. Acompaño la consabida afirmación de un gesto hacia Evelyn, certificando que ella ha aportado cuanto sabemos de la Marchita y restando importancia a su identidad - Agradezco su hospitalidad, Sir William: Si dispusiera de un teléfono quizás pudiera añadir algún dato relevante... - suspicaz, miro a mi alrededor, casi sin atreverme a formular la siguiente demanda - ...por otro lado, reanimar a la anónima Chiquilla me ha costado bastante... no sé hasta qué punto podría disponer... ya sabe: Sustento...

Me mantengo alerta: No sé si deseo descansar rodeado de las harpías del Eliseo... creo no tener opción posible!

Cierto es que había sido una noche larga desde el encuentro con mi contacto a la investigación en el local... y algo en mi interior maldijo cuando Shakespeare preguntó por el nombre de la florecilla.

Ella sí se molestó en saber quienes eramos... obviamos ese detalle cuando la muy zorra empezó a cantar.

Aquello podía ser grave si nuestro anfitrión pudiera pensar que le estábamos lanzando un farol, nuestra fuente era anónima y para poner en pie de guerra sus acomodados culos puede que hiciera falta algo mas, para despedazarnos por lanzar calumnias y amenazas falsas seguro que haría falta mucho menos... tenía mis motivos para desconfiar.

Asiento ante las palabras de Leroy, que me hecha un cable al no tener que rebajarme para explicar tan estúpido error.

- Leroy ha establecido un punto de contacto con la mujer, si tan importante es su nombre lo sabremos muy pronto.

Me quedo en silencio meditando la posibilidad de salir pitando de allí o quedarme, ambas opciones tenían sus pros y sus contras.

- Quizás pueda ofrecerles algo, pero no podrá ser mucho, lo lamento. - negó con la cabeza - No me malinterpreten, no resulta de importancia, o quizá sí, quién sabe. Quizás... quizás hablaron con la responsable en lugar de la víctima, o quizás no... ¿quién sabe? Quizá fuera sólo una quimera de algún Ravnos ávido por sembrar el desconcierto en mi Dominio. O quizás pudiera ser una amenaza real. Lo discutiré con la Vara Negra. - terminó, y empezó a recorrer a buen paso el pasillo para salir de allí.

Evelyn miró la hora. En efecto, eran las 7:23 AM, faltaban apenas quince minutos para la salida del sol.

quizás hablaron con la responsable en lugar de la víctima (...) quizás pudiera ser una amenaza real...

Cavilo, con atención, el mar de dudas en el que nos sumen las palabras del dramaturgo... No! Imposible! No hay alternativa! Que La Marchita fuera la beneficiaria en lugar de la víctima? Ni hablar! Cómo, sino, se entiende su presencia estacada en una Sala bloqueada??? No tiene explicación coherente! Ha de ser como Ella contó! Aunque... en estos tiempos oscuros cualquier cosa es posible... incluso Eso! Una amenaza real??? El Mundo está a punto de caer víctima del caos y el desconcierto: Por supuesto que hablamos de una amenaza real!!! 

Veo a Evelyn ensimismada, su mirada dirigida al reloj de la Sala: Si, Muñeca, parece que no hay alternativa, somos prisioneros en el Eliseo... por lo menos hasta que vuelva a caer el sol!

De manera elocuente, busco un rincón en el que tumbarme hecho un ovillo, una madeja de carne y pútridos huesos... Una Noche más, acaso la última, veremos qué nos depara la siguiente!

Me recreo brevemente ante el singular lujo reinante en el Eliseo:

- Sé el enorme sacrificio que ello te puede llegar a suponer, Chica... - obviamente me dirijo a Evelyn - ...pero habida cuenta las circunstancias en que nos encontramos quizás sería conveniente pasar el día juntos... - mi escuálida lengua asoma grotesca y lujuriosa entre los labios resecos, sin dejar lugar a dudas acerca de mis lúbricos sueños con la hechizante Toreador.

Escuché con detenimiento las palabras del genio de la literatura, lo cierto es que la Toreador que habíamos encontrado no me daba buena espina, y de haber podido habría forzado un enfrentamiento con ella si no fuera por su control sobre Leroy... O quizá lo que había pasado era lo correcto y el echo de tener las cosas en mi contra había sido beneficioso... Un dialogo tenso pero pacifico nos había aportado mucha información, ya fuera verdadera o falsa... eso no lo podía saber aún.

- Hable con quién tenga que hablar, la información puede ser valiosa... y, si no le importa, tomaré una habitación individual señor Shakespeare -Otra vez "Chica"... Aparté a Leroy como quién aparta a una mosca, una mosca enorme y bípeda- No tome tantas confianzas señor Leroy, aunque su fealdad sea fascinante y su compañía no sea incomoda preferiría dormir rodeada de ratas.

Ñumm... ratas...

Aguardo hasta el momento de dormir, pensar en comida no alivia la incomodidad de pasar el día allí...

William se giró.

- Suponía eso por descontado, querida. No se preocupe. - dijo, antes de perderse por los pasillos. Abajo, la puerta sonaba de nuevo, y el Guardian tuvo que desviar su curso para atender la puerta. Aún no conseguíais ver quienes eran los nuevos invitados, pero por lo menos no parecían hostiles, o William ya habría gritado.