El kai parecía estar en lo cierto. El Aliento de Ishir tardaría demasiado en alcanzar el barco de Thorkrag y era evidente que el enano y su menguado batallón no podría resistir tanto. La única opción era la dársena principal. Los barcos anclados en la zona interior del puerto ofrecían la única cobertura posible para alcanzar el Leal. Luego habría que saltar hasta La Serpiente Negra y dejar el polvo de los enanos para que el hechicero lo volase por los aires. Era una completa locura. Dusk lo sabía perfectamente, pero el Iniciado no parecía demostrar ningún miedo mientras se ofrecía a abrir camino con su espada desenvainada y su mirada decidida. En la dársena comenzaba a apilarse un reguero de cadáveres de soldados y giaks. Willem disparaba sus últimas balas mientras su equipo de hombres trataba de apagar el parapeto en llamas que les protegía de las flechas enemigas. Junto a las humildes barcas de pesca las enormes tuberías amenazaban con caer sobre ellas para destruir vuestra única oportunidad.
Solo para los héroes!
Esto pesa una tonelada. Me voy a partir la espalda. Aunque, bueno, lo más probable es que acabe reventando y volando por los aires. Pum y adiós. Aunque.
Edge, quiero que me JURES que si esto revienta conmigo y. n.o. m.e. m.u.e.r.o, me cortarás el cuello.
Yuhuuuuu, vamos allá!!!
¿Qué tiro?
- Lo juro - miento descaradamente. No pienso cortarle nada. En todo caso le chamuscaré y se lo daré a mi amigo para que se lo coma. Así todo quedará en familia.
Pero algo me dice que lo peor no pasará. Llámalo intuición, llámalo esperanza, llámalo bromance...
El tiempo que otros gastan en rezar a sus dioses, yo lo empleo en contemplar las posibilidades, hacer balance y tomar una decisión. Todo es estadística, en el fondo se reduce a matemática pura. Así como los logaritmos, hablando de los cuales...
¿Dónde estará?
Pregunta:
Si pongo Silence en el barril durante 60 segundos... ¿protegerá a Dusk y a Lince ante la posibilidad de que el otro hechicero o cualquiera ataque al barril y lo vuele junto a mis compañeros?
-¡¡¡ Corre insensato!!!- grito a Dusk, viendo el estado de las tuberías y el desastre que se avecina.
En medio del fuego, las flechas, los cadáveres, semejante al modelo de infierno que imagino, trato de no perder de vista el objetivo y liberar el camino de indeseables. Dusk me sigue, pese a la carga que lleva, y con no pocas dificultades, saltamos a una de las barcas. Colocamos el barril en el centro y nosotros en los extremos remando, para equilibrar el peso y no caer. Intento coger una tela, la humedezco y cubro el barril por si algún fuego perdido se le ocurriese caer en mal sitio.
Pregunta:
Si pongo Silence en el barril durante 60 segundos... ¿protegerá a Dusk y a Lince ante la posibilidad de que el otro hechicero o cualquiera ataque al barril y lo vuele junto a mis compañeros?
Es una buena pregunta sobre física. Si se genera el vacío alrededor del barril se producirían dos efectos: El primero, en efecto, sería que no habría sonido ni posibilidad de explosión, puesto que para la detonación sería necesario oxígeno (algo que no fue entendido científicamente hasta entrado el siglo XIX). El segundo es ya más pernicioso para tus coleguis: no podrían respirar, como ya habrás imaginado... así que tú misma (60 segundos no es tanto tiempo). Pero tardarán más en llegar al Leal, y un poquito más en alcanzar el Serpiente Negra.
Lince Silencioso y Dusk emergen de la barricada al unísono. El fornido montaraz porta el barrilete de pólvora mientras el kai va abriendo camino a través de las barcazas de pesca toraníes. El kai salta a la barca con presteza y recoge el barril que le lanza Dusk. Luego éste salta sin problemas hacia el primer barco. Mientras tanto, Willem y sus hombres abren fuego con su mosquete y sus arcos a los giaks de la dársena para distraer a los enemigos. El estruendo es ensordecedor. Edge observa atento los movimientos de sus compañeros a la espera de la ocasión para desatar su poder.
Vosotros aprovecháis para avanzar hacia el siguiente barco. Hay dos posibilidades. O bien tomáis el más lejano a la dársena, más protegido de los giaks, pero con la ominosa presencia de una gigantesca tubería que en cualquier momento puede aplastar la barcaza. O bien elegís el más próximo a la dársena infestada de pestilentes giaks.
Si preferís la primera opción, pasad a la sección 74.
Si preferís la segunda opción, pasad a la sección 96.
Mis dedos comienzan a arder indicando como mi poder va en aumento. Espera a la orden de ser liberado, que no tardará mucho en llegar, pues mis ganas de carbonizar a los asaltantes también se intensifica. Poco a poco voy asimilando esa faceta oscura de mí que surge cuando la adrenalina de la batalla se junta con el miedo. Un miedo que a su vez empiezo a darme a mí mismo.
Le llamaré el oscuro pasajero.
Mientras, observo como mi compañero y el recién llegado se abren paso a través de la vorágine con actitud firme y decidida. No pierden el tiempo a pesar de que parece una dura tarea.
De pronto observo los dos caminos que tienen delante. Dos posibilidades, una decisión y quién sabe cuántas consecuencias. Comienzo a hacer mis cálculos…
Si eligen la opción de enfrentarse a los giaks podría silenciar el barril. Subirían en seguridad pero ralentizarían su marcha por lo que estarían más tiempo expuestos al peligro. Además se encontrarían sin oxígeno, nada grave, sólo durante sesenta segundos pero con el paso de los años he descubierto que la gente suele asustarse ante lo desconocido y ante el hecho de ser embrujados por sorpresa.
Por otro lado podrían ir por el barco que está más alejado, pero el peligro de los adversarios se traspasa a esa tubería gigante. ¿Qué puede pesar? ¿Cinco hombres? No podría hacer levitar a cinco hombres en un solo golpe pero sí en cinco turnos seguidos. Si la tubería todavía está sujeta eso implica que tiene un punto de apoyo, o al menos de momento. Por lo tanto pesa menos.
- Equilicuá. – se me escapa como si fuera un hechizo.
Eso me da tiempo para seguir aplicando levitación hasta acumular la magia. Mis cinco hombres.
- ¡Marchad por el lejano! ¡Yo me ocupo de la tubería! – grito desde mi posición – aunque no os aconsejo que os demoréis mucho… - murmuro con poco convencimiento.
A continuación el ardor desaparece para dejar paso a un cosquilleo placentero. Pronuncio unas palabras. Observo a la tubería, visualizo el campo gravitatorio que la rodea y aplico levitación. Un suave humo de color morado claro aparece y desaparece rodeando la tubería y protegiendo al barco.
Adoro las matemáticas. Tanto o más como la magia.
Me concentro para la siguiente ronda.
Los giaks no son personas, pero son más parecidos a las personas que una tubería. Tienen brazos, piernas, cabeza... la tubería tiene, pues, forma de tubo.
No me gusta la gente. Tampoco siento un especial amor por las tuberías. Sin embargo, mientras que las tuberías no me molestan, la gente sí.
Prefiero ir por la tubería. Las cosas son simples y no piensan. Si la tubería se cae y nos chafa, es mucho mejor que si los giaks empiezan a pensar -en pensamiento giak- y vienen hacia nosotros...
Voy a ir por la tubería - le digo al kai.
¡Vamos por la tubería! - le grito a Edge.
Let´s rock!
Dusk y Lince saltan al barco, que comienza a agitarse peligrosamente por las extrañas mareas y corrientes que se están generando en la bahía. La inmensa tubería de mece a vuestro costado y se inclina sobre vosotros como el dedo de una inmensa criatura marina. Ambos conseguís estabilizaros en la barca, aunque Dusk debe dejar en las tablas de la cubierta el barril a punto de desequilibrarse. En sus ojos se refleja la tensión por ante la amenaza de una explosión que termine con todo. Sin dilación lo levanta mientras Lince silencioso pasa a la siguiente barcaza. Dusk le tira el barril para poder pasar al otro lado. Corréis ignorando la batalla y algunas flechas perdidas que pasan a vuestro lado. La presencia del barco pirata ahora es más ominosa que nunca. Su castillo de proa aún luce las heridas provocadas por los rayos de Edge, pero su negra estructura todavía muestra signos de una gran resistencia.
Mientras os movéis por el bauprés de la barca para alcanzar la dársena de nuevo y salir de esta primera etapa entre las pesqueras de Toran, escucháis un grito ensordecedor: Thorkrag, el mago negro dirige uno de sus cuatro brazos en vuestra dirección. Los piratas drakkarim que luchan contra los valientes soldados del Leal dirigen la mirada hacia vosotros. Los piratas comienzan a avanzar hacia la proa, donde tendréis que saltar para alcanzar el Serpiente Negra. A vuestra espalda, algunos giaks se acercan corriendo para atacaros sin piedad.
Es ahora o nunca.
Si saltáis al Leal, id a la página 33.
Si preferís sacar las armas y luchar contra los giaks, id a la página 12.
Si queréis buscar otro modo de llegar al Serpiente negra, id a la página 65.
Tirada oculta
Motivo: Destreza D
Tirada: 1d10
Resultado: 3(+19)=22
Tirada oculta
Motivo: Destreza L
Tirada: 1d10
Resultado: 9(+17)=26
Tirada oculta
Motivo: Percepción malo
Tirada: 1d10
Dificultad: 30+
Resultado: 8(+25)=33 (Exito)
Miro a Lince Silencioso. Podría decirle que yo voy a saltar, pero entonces a lo mejor se le ocurre una idea mejor y quiere discutir lo que debemos hacer. Entonces tendríamos que hablar, y hablar cuesta.
Sin embargo, Lince Silencioso debería tener, al menos, alguna idea de lo que voy a hacer. Así que
Miro a Lince Silencioso, al Mago Pulpo, y a los marineros.
HAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAH NOS VEMOS EN EL INFIERNO, DESGRACIADOS!!!!
Salto.
Motivo: Saltar al Leal.
Tirada: 1d10
Resultado: 5
Motivo: Saltar al Leal.
Tirada: 1d10
Resultado: 4
Motivo: Saltar al Leal.
Tirada: 1d10
Resultado: 4
Saco 5, 4 y 4.
No me lo puedo creer. Este tipo está de atar!! Pero no hay otra forma de seguir adelante que no sea saltar...
-¡¡¡¡¡Allá vooooooooooy!!!!!.
Motivo: saltar
Tirada: 1d10
Resultado: 2
Dado: un puñetero 2...espero que sea suficiente para no ahogarme con mi propia saliva.
Me es difícil relatar lo que pasó en aquellos días pues mis artes no son, ni nunca fueron, las de un historiador con el don de la palabra ni la magia de la memoria. A cambio, presento un recuerdo borroso impregnado de la esencia de lo que verdaderamente sucedió. Los detalles de esta aventura se perdieron como lágrimas en la lluvia, como las mismas piedras que cada uno de nosotros dejó atrás con los pasos que avanzamos. No sé muy bien por donde empezar, muchos se decantarían por el principio pero por esta vez comenzaré por el final.
Parecía, de hecho, el final de una ciudad repleta de esplendor y cultura como era Torán que en aquel momento se veía reducida a polvo y escombros por el feroz ataque de los piratas del norte encabezados por el hechicero Thorkrag. Dusk y yo, recién llegados al lugar después de una larga travesía, nos apresuramos en busca de la ayuda de la hermandad aunque desgraciadamente en vano, el caos no sólo se había llevado consigo vidas y piedras, sino que también arrasaba con nuestra única esperanza.
La esperanza es un concepto muy curioso, un sentimiento que depositamos en algo enorme, superior a nosotros mismos incluso hasta divino, pero que en realidad se nos muestra casi siempre en algo tan común y pequeño que hasta parece insignificante. Así fue nuestro comienzo, ese es el verdadero inicio de esta historia.
Se produjo una explosión en la cúpula, de pronto cayó el peso de Torre así como una enorme responsabilidad sobre nosotros. Dos jóvenes contra un ejército oscuro sólo podía significar fracaso propio. Los cálculos no salían, nos hacía falta mucha más fuerza… como mínimo un hombre más. ¿Tres jóvenes contra un ejército oscuro? Sí, eso ya sonaba mucho mejor. Fue Lince Silencioso nuestra esperanza, así como nosotros fuimos la suya y de alguna forma u otra conseguimos vencer lo que parecía invencible.
Recuerdo como mis ojos observaban desde el puerto, salvaguardando a esos dos compañeros que avanzaban entre espadas y gritos hasta llegar al barco del enemigo llevando a cuestas un barril inflamable. Me aseguré de que ambos ya nadaban suficientemente lejos de donde habían colocado la pólvora cuando uno de mis rayos impactó el tonel provocando la explosión y hundimiento del navío pirata.
La ciudad no tardó en recobrar el aliento aunque su aspecto no volvería tan deprisa. A continuación siguieron las horas de burocracia, examen y entendimiento de lo ocurrido. De alguna forma u otra nuestro nuevo grupo, incluyendo a Log, se vio involucrado en el asunto de una boda real de la que me ahorraré los detalles soporíferos. Después de algunas horas de descanso y provisiones añadidas, nos encontramos rumbo a una nueva tierra en busca de una princesa prometida y sin invitación para su enlace.
Lo que nos dejó una única opción: colarse como maleantes. ¿Cómo? La primera idea fue simple y directa. Se trataba de infiltrarse en el castillo a la vista de todos como parte del equipo de jornaleros encargados del banquete (pues dicen que el mejor escondite siempre se encuentra a la vista de todos), pero no, era un plan sencillo, demasiado seguro con pocas probabilidades de frustrarse… Por lo que escogimos el segundo, una ruta oculta que comenzaba en las cuevas de un acantilado. Nuestra elección se basó en la siguiente lógica: el plan número uno era excluyente del dos, mientras que el segundo podía incluir al primero. Una vez dentro tendríamos la oportunidad de realizar nuestro pequeño e improvisado teatrillo, aparentando estar al cargo del supuesto trabajo ficticio cuando en realidad estaríamos ocupándonos del nuestro. Sin embargo, jamás contemplamos seriamente los peligros que acechaban en la oscuridad.
Mi cabeza da vueltas, quizás porque me topé con la muerte, aunque aún atisbo arañas gigantes, muertos vivientes y una cabeza descomunal atascada a través de una puerta. Sobrevivimos de algún modo a lo que no estábamos preparados pero nuestra aventura no terminó ahí aunque aquí termine esta página.
Notas del autor:
Estas memorias están escritas por y para mí. Como medida preventiva me ahorraré la transcripción de nombres ajenos al grupo así como de tierras y lugares donde estos acontecimientos dieron lugar. En caso de mi muerte, las aclaraciones y particularidades morirán conmigo.
Edge.