Partida Rol por web

- No...no puede ser, dice con las lágrimas saliendo de sus ojos, ¿por qué no me dijo nada? Podía contar conmigo...entonces mira a la chica como si no fuera ella, devuélmemla...haz que despierte...yo la cuidaré...este no es tu cuerpo...

¿No veas que plan, no?

Michael mira la escena sin tener muy claro que decir e intentando digerir el asunto.

Rachel... - llama Ziva con una dulzura inesperada en ella - Está diciendo la verdad. - algo en su forma de decirlo que hace entender que no sólo se refiere a "su historia es cierta" - Y si ni siquiera la única representante del Equilibrio ha podido despertarla...

- ¡Habla claro por una puta vez! ¿Que me vas a decir que no somos diez para completar el ritual?

Será mejor que lo veas por ti misma - dice antes de susurrar unas palabras en hebreo mientras te toca suavemente la frente.

Tras un parpadeo tu percepción cambia. No ves cuerpos ahora, sino esencias puras. Miras a tu alrededor y te recuerda a aquella primera vez en el lago, en la que viste a cada uno de tus compañeros por lo que realmente son, sólo que ahora ves más.

Miras a dónde estaba León y ves una silueta oscura, casi como un boceto de una sombra, grande, silenciosa, sin rasgos. En lo que sería la frente tiene una especie de marca o tatuaje que brilla con luz de plata. Dentro ves una foto de vosotros cinco. También hay un par de anillos entrelazados pequeños pero que te dan la sensación de pesar como el plomo y unos grilletes llenos de tatuajes y símbolos nazi, pero no sólo eso. En un pequeño rincón hay una taza de té exquisita, una estatuilla de una mujer negra de muchos brazos, una capa y un puñal.

Junto a él, Michael es una silueta mas corpórea, como un cianotipo en colores cobrizos que muestra superpuestos a un joven y a un hombre sin pelo de edad incalculable. Dentro hay plumas y atrapasueños y sangre y hierbas, y unas fotos de una pareja mayor, su perrillo y de una chica a la que no conoces, pero no sólo eso. En una esquina hay un águila atrapando a una serpiente, hay armas y unos grilletes y una tira de tela larga y estrecha con caracteres orientales bordados.

A tu lado, Ziva es una silueta invisible, esbelta como un junco, tensa como una cuerda de arco, una impresión que apenas alcanzas a ver por el rabillo del ojo pero que si buscas no encuentras. Dentro están sus cuchillos y un uniforme militar, su colgante de estrella de David y una foto de un chico de oriente medio con una mujer madura que lleva el mismo colgante que ella. Pero entre esas cosas, como escondidas, hay botellitas de alcohol, una bolsa de marihuana y otro retrato: el de Ziva con la misma mujer.

Abrumada y no sin algo de miedo miras a Istyarem. Aún es una silueta que parece un garabato hecho con mil lápices de colores. Entre las líneas ves a Rosenkreutz¹, libros, material de laboratorio y un diablillo hecho de barro. A un lado, en un pequeño montoncillo, ves cuadernos de dibujo, pinturas, una foto de una familia latina y otra de una chica morena con la cara lavada y una florecilla² del mismo azul claro que sus ojos en el pelo. Tu foto.

No puedes evitar comparar y notar que esas cosas que hay dentro de las siluetas de los demás parecen más brillantes, más ¿vivas?. No es tanto que las de Istyaren estén muertas, pero sí muy carentes de vitalidad. Algo así como Magnus en su cama.

Rachel os mira uno a uno hasta detenerse por fin en Istyarem.

- ¿Que tengo que ver? , dice encarándose a la oriental

¿Has reconocido las partes de cada uno de nosotros que no son "nuestras"? - pregunta ella en un visible esfuerzo por mantener no sólo la serenidad sino también la comprensión - ¿No has visto que las de Istyarem ocupan el mismo lugar que las de aquellos a quienes hemos absorbido nosotros? Y no sólo eso - añade luchando porque no se le quiebre la voz - ¿No has visto que las de Istyarem son... menos intensas?

- Si, lo he visto - dice rompiendo a llorar. Si pudiera verme a mí misma supongo que vería a parte de la Keegan también apagadas...no quiero eso para Istaryem, quiero que vuelva....

Con algo de torpeza y duda, Ziva abraza a Rachel al tiempo que rompe a llorar también.

- Yo también lo quiero, Rachel - susurra entre lágrimas - Ella fue la primera que me aceptó tal cual, confió en mí sin tener razón alguna para hacerlo... Pero mientras ella esté allí, vivirá en cierto modo. Como vive Evelyn en ti. Como vive mi hermano en mí.

Rachel no termina de escuchar lo que le ha admitido Ziva y se separa de ella: Pues pidamos que vuelvan, podemos pedir lo que queramos ¿no?

Ziva se queda blanca ante las palabras de Rachel - Pero... ¿Y la Misión? Sólo podemos usar el poder para una cosa...

- No puedes hablar en serio... - dice incrédulo León

- Eso no es cierto ¿no vamos a pedir restaurar la magia y el equilibrio? ¿Por qué no podemos pedir también recuperar a los absorbidos?

Algo no te cuadra de todo eso. Devolver el equilibrio y mantener la magia parecen dos cosas con una cierta relación (al fin y al cabo son magos los que están devolviendo dicho equilibrio), pero traer de vuelta a una serie concreta de personas... Aún siendo parte de los que devuelven ese equilibrio no terminas de verlo.

Creo que esto hace tiempo que dejó de ser "lo que queremos que sea" para convertirse en "lo que DEBE ser". Rachel, las cosas han salido asi, si el tipo de la máscara nos hubiera elegido primero a uno de nosotros, a mi mismo por ejemplo, yo hubiera estado feliz de contribuir a arreglar esto, porque de esto no depende una vida... dependen muchas. Creo que es el momento de ser generosos y creo que ella no hubiera preferido otra cosa.

Dice poniéndole una mano en el hombro

Creo que solo podemos pedir una cosa, y debe estar en relación con la guerra que se va a librar de un momento a otro al otro lado del Velo. Ten por seguro que aqui va a tener sus ecos. Muchas vidas, que no son tan especiales para ti pero sin duda serán muy especiales para alguien, dependen de las decisiones que tomemos ahora.

La tierra se sacude con tal violencia que os cuesta mantener el equilibrio. En la distancia se oye un estruendo enorme: la mansión ha caído. No podéis evitar mirar en aquella dirección para confirmar vuestras sospechas y lo que veis os coge por sorpresa. Es como si sólo vierais parpadeos¹, pero ahí está, una batalla entre criaturas de todo tipo y forma, haces de fuego y relámpagos, espirales de oscuridad, gritos escalofriantes, rugidos...
 

Rachel mira a Michael pero no responde, su cara con lágrimas y el maquillaje corrido es un esperpento. Respira agitada y comienza a balancearse sobre sus pies con la vista en el cuerpo de Istaryem que ahora controla un hombre ¿era como una violación consentida?

De pronto la mansión salta hecha trizas y la chica pega un repullo, vuelve la vista al caos reinante y habla hacia los otros dejando de llorar y con voz cansada: De acuerdo, haremos un último sacrificio...pero cuando todo se solucione no participaré en nada más. Se acabaron los mundos en peligro, los elegidos y el dejar mi vida de lado, yo tomaré mis propias decisiones y viviré como yo quiera.