Pues bien, un frío diciembre del que para nosotros es el lejano año de 1926 reciben una misiva que les conmina a presentarse en Madrid el día 18 del corriente a las once de la mañana en el Café Gijón con motivo de una entrevista para un trabajo que, al parecer, necesita de sus habilidades. La carta va acompañada de un billete de tren, una invitación para el flamante Hotel Palace y una generosa propina por las molestias. Tienen pagada la estancia durante tres días, durante los que pueden consumir lo que consideren oportuno de forma gratuita. Tantas atenciones no inducen a otra cosa que pensar que, tras esta oportunidad de trabajo, se ciernen peligros inciertos.
En los bajos fondos de la España de los años 20 se habla del infame Juguetero. Para el pueblo es un terrorista, un criminal e incluso un demonio, pero las autoridades lo señalan simplemente como un peligroso anarquista. Ni las fuerzas del orden ni los verdaderos anarquistas saben nada cierto sobre él. Sus ingenios hacen volar por los aires sedes bancarias y asesinan a hombres poderosos. Sus sicarios se volatilizan sin dejar rastro tras cumplir con su cometido. Es rápido, eficaz y letal, y parece que maneja poderes más allá de la comprensión humana. Por eso el rey Alfonso XIII y el director de la Guardia Civil han decidido reunir en secreto a un grupo especializado en casos pocos convencionales. Vosotros sois ese grupo, gentes de mala reputación, hambrientas de saber oculto. Debéis detener y capturar al Juguetero, vivo o muerto. ¿Aceptaréis el reto y os enfrentaréis al submundo arcano de la España de los Mitos de Cthulhu?
Madrid es un poblachón mal construido en el que se esboza una gran capital.
Manuel Azaña.