Partida Rol por web

Javier miró a Oliver con una expresión de enfado y hastío. Le estaba empezando a tocar las narices su prepotencia y altanería, pero probablemente siempre había sido así y él no se había dado cuenta. Era muy fácil jugar a ser majo y encantador cuando estabas en la cúspide de la pirámide, cuando las tías se te rifan y los camareros se desviven por satisfacer tus caprichos porque tienes el dinero por castigo. Lo único que iba a conseguir es que los mataran a todos.

Miró a la chica y negó con la cabeza. Suspiró y le dijo a los dos

D1: "Mirá, si sus queréi liá a tiro sus liaís, si queréi jugá a vé quien lo tiene má gordo, adelante, pero a mi lo que me preocupa e una niña de 5 año questa ahí fuera. Así que si teneí que mataro, ligerito, y hasé el favó de daro en la cabesa pa no darme má trabajo" - Los miró a los dos y les dijo - "Y si no os queréi matá lo mejó e que cada uno se vaya a una punta de la tienda y que no sus habléi. "

Miró a Yoli y le dijo

D2: "Está cabreao, y tiene motivo pa está cabreao, que le has reventao una mano" - y luego miró a Oliver para decirle - "Y sí, es una putá, pero si te quisiera muerto ya lo estaría. Así que, si queréi hasé er capullo adelante, yo me voy a buscá a la niña, que iguá tié más sentio común que los do juntos. Sus debería dar verguensa. "

Miró a ambos lados y se giró en dirección a la puerta. Tal vez ahora le dispararían por la espalda, pero si con aquello no dejaban de hacer el capullo los dos nada lo haría.

Ahora que ya había visto que funcionaba, no pensaba salir nunca más sin escudo. También era cierto que quizás no le durara mucho tiempo entero, pero aún si lo hacía un encuentro más, ya era un encuentro extra en el que tenía algo de protección para su torso descubierto. Y claro, es verdad que Oli no había estado muy feliz de verla ir al ataque, pero seguro lo entendería luego.

Realmente se había desquitado con esos zombies. Bueno, con la chica zombie, pues del otro se había encargado Javi. Y es que había sido hasta terapeútico reventarle el cráneo con la llave de tuercas, imaginándose a ratos que era la dependienta de la pistola y no el bicho asqueroso que realmente tenía en frente. Si es que al terminar hasta había salido más calmada. Al menos eso hasta que el hombre se puso a gritarle, claro.

Había notado que la había mirado enfadado antes, pero había pensado que era por los putos zombies. ¿Estaba enojado con ella? Sí, definitivamente lo estaba, por lo que le soltó enseguida. Lex frunció el ceño, dispuesta a responderle de mal humor por creer que podía mandonearla y regañarla como si fuera una niña solo por no hacerle caso, y hasta se iba a enfadar por insinuar que necesitaba que la protegiera siempre -que un poco sí que lo hacía- pero apenas había abierto la boca para reclamar cuando el hombre continuó y la dejó tan desconcertada que su boca se cerró de inmediato. La había dejado sin palabras, así como si nada. Es que aquello la habia tomado totalmente por sorpresa. ¿Que no podía vivir sin ella? ¿Sin ella? Pero si la conocía desde hacía nada, y hasta ahora... Frunció el ceño otra vez, aunque en esta ocasión de confusión, porque con la lengua de oro que tenía el hombre era rarísimo verlo tartamudear tímidamente. Y ella ahí, como estúpida, sin saber ni qué decir, que es que ni siquiera se le ocurría una respuesta en su propio idioma, mucho menos en el de él.

Perdón por no hacerte caso... - se disculpó, ya por decir algo, porque no se arrepentía realmente. Mordiéndose ligeramente el labio, lo miró durante algunos segundos, sin saber si querría hablar más o... Seguramente no. Ya se iba con la dependienta - Ya me encargué de Oli, pero se lo reviso - sonrió con la comisura de los labios tras un breve suspiro. Estaba claro que había más cosas de las que Lex quería hablar, pero mientras no tuviera la mínima claridad mental para formar una frase siquiera al respecto... Con algo de suerte, podrían detenerse un segundo ahí, descansar, y conversar más tranquilos. - Si quieres hablar luego... - dijo en voz baja, lo suficiente alta para que la escuchara y al mismo tiempo, lo suficientemente baja para que pudiera fingir no haberlo hecho si así quería.

Se giró hacia Oli para volver a caminar hacia él, con intención de ir a mirarle el dedo. Se movía más lento de lo normal, no fuera a ser cosa de que a la loca inestable le diera un arranque y le disparara a ella también. Aunque, para ser justos, la tal Yolanda ya estaba más calmada, aunque con la de malas noticias que soltaba ella misma se empezaba a poner nerviosa. ¿Eso significaba que lso zombies también estaban en Londres? ¿Estarían bien sus padres? No es que hablara mucho con ellos, pero de ahí a quererlos muertos... Necesitaba llamarlos. Apenas encontraran un teléfono, tenía que llamarlos.

Mirando hacia Javi cuando este les pidió que se dejaran de pelear, Lex asintió, comprometida a hacer su mejor esfuerzo. Luego de imaginar que la mataba, se sentía un poquito más dispuesta a armarse de paciencia por un rato. Es que había sido como un sueño hecho realidad.

Ya con Oli al lado, sonrió a él también. Sabía que al lanzarse contra zombies él se asustaría más que si él mismo estuviera ahí al medio, así que quería que viera que estaba bien. Aunque, si era sincera consigo misma, esta vez le había costado más sonreír. Pensar en sus padres convertidos en zombies la había puesto algo tensa, y eso no mejoró con el griterió de la cajera. Sin embargo, cuando la escuchó gritar "¡Atrás!" y levantar el arma, ni se lo pensó dos veces antes de interponerse entre Oli y la pistola con los brazos abiertos. - ¡No! - Si quisiera dispararle en la cabeza al informático seguro llegaría de todas formas, porque ni con plataformas de diez centímetros lo cubría en altura, pero quería creer que la chica solo era tonta y estaba asustada, no que era una puta psicopata.

No tienes que darle el arma, vale - dijo con la respiración agitada y el corazón saltándole en el pecho. ¿De verdad se había puesto en medio de un disparo? ¿Quien se creía que era? ¿Rambo? ¿Highlander? Alguna de esas, porque o se pensaba muy dura o inmortal, no había otra puta opción. Y como por esos segundos se creía durísima, hasta reprochó a Javi con la mirada por decir que estaba bien si los mataba mientras les diera en la cabeza. Ella sabía que era irónico, pero ¿lo sabía la puta loca esa? Claro, cuando vio que pensaba irse, la mirada pasó enseguida a una mezcla de desesperación, incredulidad y preocupación, rogando por su ayuda, pero viendo que Javi les daba la espalda, buscó los ojos de Yolanda para hablar directamente con ella.

No tienes que darnos el arma. Yo tampoco nos la daría, no nos conoces - su tono era suave, pero su expresión destilaba seriedad. No quería que pensara que no se la tomaba en serio, o que se la estaba jugando - Pero seguro tienes donde guardarla bajo llave, ¿no? O donde dejarla.  - apretó los labios - Si te soy sincera, yo hasta me conformaría con que la bajaras, aunque me da terror que alguien no conozco vaya con una de esas en la mano, especialmente si estás tan asustada como yo - que estaba aterrada, aunque lo manejara de forma distinta. Además, Lex tenía la suerte de tener ahí a dos personas en las que confiaba, dos chicos buenos y amables, cuando no los hacían enfadar, claro, que se preocupaban de que estuviera bien y entera a pesar de los dolores de cabeza que les daba - No tienes que quedarte sola. Nosotros también queremos refugiarnos, escondernos de esos bichos. ¡Y tú también nos necesitas! No puedes estar alerta todo el tiempo, ni despierta todo el tiempo. Necesitas alguien que te cubra la espalda. - le sonrió suavemente con la comisura de los labios - Por favor... Solo queremos salir vivos de esta...

Paso de Javier y sus palabras, que no somos críos. El que se haya cargado unos zombies o nos ha salvado la vida no le da el derecho al sermón. No es quien para ello y yo estoy muy cabreado como para aguantarle esa. Así que paso, no voy a discutir y me salva que se fuera a ver a la asiática. 

El tema es esta tía idiota que tengo delante y su arma. No iba a ceder, pero tampoco es plan que no razone. Estoy hasta los cojones de ella, y la ira me carcome, todo por el dolor que esa imbécil me ha provocado. Pero como todo y cuando menos lo espero, Lex aparece tras decirle a Javier que se ocupará. 

La miro a los ojos, encima la tonta de psiquiátrico vuelve a apuntarme y dice que no confía en mí. ¿Y yo que díantres le hice? Si me ha disparado a mi, estamos locos. Igual no puedo enfrentarla, Lexie se pone delante mío para intentar hacerla entrar en razones. 

- Joder... - digo por lo bajo. 

Le cojo la mano a la rubia y la llevo a otro lado, prefiero que no se exponga por mi. No quiero. 

- No, ya está. En serio Lex... Está lloviendo muchísimo, encima tenemos que compartir techo con esta tipa armada...que le hable el otro y la vigile. No te expongas más. 

Tras decir aquello, busco el bote con analgésicos y alguna botella con agua. 

Al asomarte al aseo de hombres hay un hombre de mediana edad tendido en el suelo en medio de un charco de sangre que mana de una brecha en la cabeza. El lavabo está roto partido, con restos de sangre. Hay salpicadura en paredes y baldosas del piso. Si te acercas, compruebas que el tipo, inconsciente, respira todavía.

En ese instante escuchas un ruido de chapoteo de pasos, al girarte observas entre la cortina de lluvia a una chica corriendo, cojea ligeramente, que se dirige directa a la entrada de la tienda. Ella no repara en ti.

Parece que el tipo tumbado en el suelo aun respira, pero no sabe si los zombies respiran. Si resulta que es un zombie que respira, entonces están acabadas si se levanta del suelo. Pero si es una persona que necesita ayuda, entonces tienen que ayudar. En eso está cuando puede ver por el rabillo del ojo como una mujer corre hacia la gasolinera. Eso levanta dudas... ¿los zombies corren? ¿O son zombies lentos? Normalmente, se arrastran porque han tenido un accidente antes y han muerto y se han partido algunos huesos. Pero esa mujer parece correr en buenas condiciones.

Se pregunta si está viva o es una muerta viviente. La observa desde la seguridad de la esquina, entre la cortina de agua que cae. Se aparta el cabello de la cara e intenta decidir si avisar de que no entre en la tienda. Puede usar el chaleco reflectante. Le hace señas a la pequeña para que se quede detrás de ella y no se mueva demasiado. La verdad, es que es fácil comunicarse con ella por señas y no hablando. Le gusta eso.

El sujeto inconsciente está vivo. Respira, le late el corazón. A simple vista no tiene mordiscos ni arañazos. Su corazón bombea sangre, de acuerdo, no sabes cuanto tiempo más.

Después tu atención va hacia la chica corriendo. Te resulta difícil saber si es una de esos muertos vivientes. Llueve demasiado ahora. No tiene pinta, sus movimientos son resueltos, ágiles, sincopados, solo esa pequeña cojera arítmica. Dirías que no es una zombie. Además, va resuelta hacia la entrada. De hecho, antes de que te decidas, se cuela sin pensárselo dentro de la tienda en cuanto se abren las puertas automáticas.

En el interior no se escuchan más disparos. Ningún otro ruido. Miras por las cristaleras, a media altura, tienes una visión parcial, sangre aquí y allá. Javier está hablando con alguien, hacia el mostrador.

Si hay que ayudar  al tipo del lavabo no podrás hacerlo sola. Sujetando a la niña de la mano, te aventuras en la tienda.

En el interior de la tienda tenía lugar un drama Shakesperiano ajeno a la auténtica hecatombe y catástrofe que tenía lugar afuera. En el mundo entero, que aseguraba la loca.

-¿Una niña? –repitió preguntando la dependienta.

Javi pasaba del asunto y se largaba. Lex se interponía entregando su vida por su chico. Y Oliver no quiso exponer más a la mujer que amaba, o que le gustaba y con quien compartía techo y cama. Se fue en busca de calmantes y Yolanda  pareció tranquilizarse con las explicaciones  más sensatas de la inglesa.

-Si yo no quiero hacer daño, de verdad. –De nuevo bajó su arma, medio convencida por Lex y Curro. –Mira, la pistola me la quedo. ¿Vale? La guardo. –Se la colocó entre el cinturón de sus Jeans después de un titubeo.-Nos necesitamos, claro. Estoy de acuerdo. Coged lo que queráis, podemos pasar la noche aquí. O llamo a emergencias a ver.

Pero antes de cualquier cosa o de que Javi saliese del establecimiento, las puertas automáticas se abrieron de par en par y apareció una joven toda empapada, en shorts y una camiseta, con aspecto fatigado y urgencia en la mirada. Se topó con Curro, luego os vio al resto, reparó en los cadáveres ensangrentados. Entre eso y vuestro aspecto, se echó para atrás, asustada. Pero con ánimos para gritar:

- ¡Hemos sido atacados! -¡Help me! ¡Necesito ayuda! ¡Pólice! –dijo con marcado acento extranjero. Sus ojos nerviosos pero decididos no cesaban de moverse. Maldiciendo en inglés, buscó la estantería de ropa, se quitó la camiseta mojada, se secó con otra y se puso una tercera.  Entonces se abren una vez más las puertas automáticas, y veis a una precavida Yukino observando la escena desde esa zona *. A partir de ahí la desconocida comenzó a relatar su historia, en inglés, algo en español. Yolanda la entendía y lo que se le escapaba a Javi se lo vais traduciendo. Y mientras la chica explicaba también iba pidiendo un teléfono, que se llamara a la policía, intercalando con frecuencia ese ruego o exigencia.

Es danesa. Viajaba con sus padres y su hermano menor en una roulotte de vacaciones. Al encontrarse con un grave accidente de un autocar y varios coches,  pararon y ella y su padre se decidieron a ayudar. Había muchos heridos, mucha sangre, lamentos y gritos de socorro, y se dieron cuenta de que la gente se comportaba como loca, se atacaban unos a otros, se mordían, se perseguían. Asustados, regresaron a su vehículo, pero ya estaba rodeado de varias personas enajenadas de mirada vacía aporreando la roulotte. Su padre quiso apartarlas…y…aquí rompió a llorar…Sin embargo logró rehacerse, parecía una muchacha con coraje. Su padre cayó atacado por esa horda y ella huyó corriendo en busca de socorro, perseguida no sabe por cuántos de esos locos.

-¡We must hurry! ¡Please! ¡My mother and my brother are there!

Javier tuvo que luchar para no pararse ante la mirada de Lexie solicitando ayuda, pero, aunque ella no lo creyera estaba ayudando. Yolanda tenía una pistola, ellos no, aunque Oliver se comportara como si fuera el mismísimo Iron Man. Si Yoli tenía un ataque de nervios les descerrajaría tres tiros y listos, y ya había intentado hablar con ella y no creía que lo fuera a creer así que la única solución era el intentar desviar la atención en algo más importante, la niña. Todos adoran a las niñas, tan pequeñitas, tan inocentes, que estaba seguro que si Oliver dejaba de intentar suicidarse todo se calmaría, mientras salía sin volverse atrás respondió

"Tiene sinco años y se llama Lucía, es sordomua, pero no quiero que vea gente matándoze. Ya ha muerto hoy zu familia, ha tenio bastante..."

Se abrieron las puertas para salir cuando un torbellino azul cruzó a su lado. No la había visto, había sido muy rápida y si hubiera sido un zombie ahora estaría muerto. Se chocó con ella pero no le hizo daño aunque claro, al ver el paisaje de la tienda y a él llevando el gato ensangrentado se asustó. Normal. Que el mundo se hubiera ido a la mierda no quitaba para que la gente no tuviera reacciones normales al estrés. Javi le sonrió y dejó el gato en el suelo mientras le decía

"No problem my frend, aquí, todos amigos, this bad sombis, very bad, they it persons... ñam ñam persons" - dijo tocándose la barriga para reforzar el mensaje. No sabía si le había entendido o no, pero bueno, ya se lo contarían los guiris, que él tenía que ir a buscar a Lucia y cuando estaba de salida entró Yukino a la tienda de la gasolinera. Javier la miró y le dijo

"Güer is the gerl? Lucia? Lucia is Ok?" - No la veía y eso le ponía nervioso. Que le habría pasado a la chiquilla? No podía imaginar que le hubiera podido pasar nada. Mientras miraba si la veía la chica empezó a relatar su historia de la que entendía cosas a medias, lo importante, que era otra guiri más, que en Málaga había de todo menos malagueños, y que habían sido atacados en un accidente de autobús. Curro no era muy bueno para las matemáticas pero si todos estaban zombificados eso debía hacer como 60 o 70 de esas cosas, 70 contra un manco, un retaco, una china y un cazurro... parecía un chiste malo. Javier quería ayudar pero aquello era un suicidio. De todos modos le preguntó

"Jau meni sombis? 10? 100? Far from jier? "  - La miró con frustración y dijo - "Cagontó, si salgo d'esta me voy a apuntá a una academia, mis muertos ya de guiri"

70 de esos bichos sueltos y. Espera, un momento, si ella había escapado parte de esos zombies habrían ido detrás de ella, entonces.... Tenían que largarse, ya, mientras pudieran, o subirse al tejado, que allí pasarían frío pero no morirían. Decidió compartir su preocupación en voz alta aunque supuso que se reirían de él, el listo era Oliver, la guapa Lexie y Yukino, no sabía que era porque no conseguía comunicarse con ella, pero era japonesa, alguien del país que ha inventado la playstation tenía que ser más lista que él fijo. Aun así, con el atrevimiento y desparpajo típicos de Javi dijo

"Tenemo que inno de aquí cagando mistos. Si la han seguió vendrán pacá.... y no tenemo arma pa controlá a mushos. Yo subiriía al tejao de los baños y la estasión a pasá la noshe. Tal vé apagá las luses también vendría bien, que esto se ve mejó que el faro ese de Almería de los egipsios..."

Se fue a un estante y abrió una monster. Iba a necesitar estar despierto o acabaría en la barriga de una de esas cosas, menos ahora que Lexie quería hablar con él, aunque no había mucho margen para hablar, Lexie era la novio o lo que fuera de Oliver y eso se respeta en España, la regla de la novia del colega es inamovible, aunque te tengas que arrancar los huevos de la pena.

Lex se dejó mover por Oliver, aunque el corazón seguía latiéndole acelerado en el pecho. Mientras Oliver retrocediera y se quitara del otro lado del cañón, podía quedarse conforme, y más aún tras escuchar a la chica ceder y acceder a guardar su arma.

Gracias - le dijo a la dependienta, que aunque no era su persona favorita en el mundo y seguía sin fiarse de ella, estaba mostrando ser razonable. Y al final nada de lo que había dicho era mentira. Si podían quedarse ahí por las buenas, tanto mejor. Bueno, "por las buenas", con Oli con un dedo menos.

De todas formas, la nueva chica la distrajo, así que no pudo detener a pensar más en ello. A medida que hablaba, Lex traducía a Javier, para que no se perdiera nada. Ni había notado que había una estantería de ropa hasta que la danesa se había ido a cambiar, lo que le trajo una enorme felicidad a ella también. Al fina podría cubrirse un poco, que al final era carne expuesta para los zombies y eso no lo había considerado en su outfit al salir. Lo haría luego, cuando tuvieran tiempo de curarse y tal.

O quizás no. Si Javi tenía razón, y venían tal cantidad de zombies... igual no era la mejor idea quedarse ahí dentro. Claro, tampoco quería ser ella la que le dijera a la peliazul que su madre y su hermano ya estaban jodidos y probablemente muertos... Y la verdad, no s ele daba tan bien consolar gente tampoco - Estoy de acuerdo. Subamos al tejado. Total, si vienen en horda, algún día se van a dispersar, pero andar de noche ahora por un lugar que no conocemos bien... - eso le sonaba fatal. Ya podían irse durante la mañana si eso - Voy a tomar algunas cosas. Yoli, pásame unas bolsas. - le pidió, para poder mover las cosas con más facilidad. Entre el espacio que le quedaba en el bolso, y las bolsas que le diera - o lo que pudiera improvisar - estaría bien para cargar comida, agua, algo de ropa para ella y bebidas energéticas. También miraría si encontraba mecheros, baterías externas, linternas, navajas suizas, o cualquier otra cosa útil. Si tenía suerte, quizás hasta podría pillar algunas mantas y cuerdas, aunque lo primero, a malas, lo podían reemplazar con aún más ropa encima, que igual hasta les hacía de armadura blanda.

En medio de esto, la tipa que me ha disparado cede y Lex se encuentra hablando con Javier que ha sugerido algo. La idea de la azotea no es que me hace especial gracia, llueve con ganas afuera y no sé si es bueno pillarse una enfermedad en medio. Aunque claro, también está el asunto de los zombies y lo que significa ello. 

- No es mejor cercar bien la entrada y quedarnos encerrados aquí. Digo, está lloviendo feo afuera y más allá de que es peligroso estar en un lugar así, se puede cerrar la entrada con unas estanterías y las heladeras. No sé, yo me aseguraría de esa forma antes que estar fuera. - sugiero. 

Si bien el grandote tenía merecido el apoyo por salvarnos el pellejo, no era muy lúcido con las ideas. El asunto es que Lex le apoya y quizás a ella es donde deba apuntar. Luego aparece una chica de cabellos azules, la saludo y escucho un poco. Es entendible su situación, todos de alguna manera la atravesamos, pero es evidente el final de aquella gente tras estar rodeado de zombies. Lo sentía mucho, en verdad. 

Por suerte la ira va bajando, igual es un puto placebo si ni me hizo efecto el calmante. Eso sí, busco unas bebidas y las voy lanzando para que tomen algo. En especial la rubia que había vomitado y debe tener la boca pastosa mal, pobre, al menos que se libere de eso. 

Se aparta un poco y la cabecita de Lucía aparece detrás de Yuki. Están ilesas, un poco mojadas, la japonesa conserva la mochila con las herramientas. Echa un vistazo a la situación, a toda aquella sangre y antes de decir nada va escuchando el relato de la joven desconocida. También las diferentes propuestas mientras se mueve por la tienda apartando a Lucía de los dos zombies desmadejados en el suelo.

- These zombies were in the bathroom. The door was broken down. There is an injured man in the men's toilet. A strong blow to the head -se señala la cabeza- A lot of blood.

La peliazul niega con la cabeza, no parece comprender del todo a Javi, pero más o menos. No sabe cuántas de esas personas. -¿Zombis? -Aquí se queda con cara de WTF?. Explica que había mucha gente, ni idea, medio centenar, no se fijó, si que lo hizo en su vehículo, un puñado, un docena tal vez pero que luego varios de esos y de otros la perseguían y ya dejó de mirar atrás, no los veía con la lluvia y oscuridad. Unos diez minutos habrá corrido. O menos.

-No responden en la policía ni bomberos, comunica. Y en los otros teléfonos de emergencias o pita o te sale la locución. Qué mierda -anuncia Yoli, que sigue medio lloriqueando aunque más serena, con su móvil en la mano- Y no va internet, joder. No se me conecta.-levanta la cabeza como un resorte al escuchar a Curro.

-¿Qué? ¿Al tejado? Pero qué dices tío.

Hay un plan. O dos. Oliver propone otra cosa - Las puertas se pueden bloquear -anuncia la dependienta. Mira a Oli - tío, de verdad que me sabe fatal -se disculpa de nuevo, pero con cara de "la pistola la tengo yo".

Afuera sigue lloviendo. También hay alguien tirado en el aseo de hombres. Pilláis bebidas, Lex empieza con su saqueo particular. Yuki le da un zumo y unas galletas a la nena. La muchacha danesa no entiende nada, súper perpleja de que no le hagáis mucho caso. Le pide con urgencia el móvil a Yoli, aclara que quiere contactar con su madre. La dependienta se muestra reticente y le indica que pruebe con el fijo.

A la peliazul se le ilumina la cara tras unos segundos de angustia al teléfono- Mom, mom! Are you OK? Yes? What do you say?  It´s noisy...-la chica atiende, entre riéndose, llorando, esperanzada y al mismo tiempo con ojos horrorizados.

Entre que Yukino hablaba rápido y que tenía acento asiático no le entendía un carajo, man, toilet, poco más, que igual decía que el baño de los tíos estaba sucio que había zombies que habían ido al baño. Las noticias de Yoli hicieron que se le cayera el gato al suelo con un estruendo. Si no contestaban al teléfono de emergencias solo podía decir una cosa, había empezado como en TWD todo a la vez. Sin mirar a nadie se agachó a recoger el gato y dijo

"Ha empezado como en TWD, todo a la vez, no hay sitio donde ir, hay que ir a una prisión, o un castillo o algo así. Aquí lo de las puertas no funcionará. Parte de las paredes son de cristal y en cuanto sepan que hay alguien las romperán, y mientras haya cosas de esas aquí no podremos salir. Hay muchos víveres, pero se acabarán, no podemos quedarnos aquí, menos si vienen tantos zombies para acá. "

Con gesto rápido se acerca hacia la niña y le sonríe mientras pone una C y hace el símbolo de OK. A continuación le revolvió el pelo a la niña con cariño y marcó una Le hizo el gesto de ser muy fuerte mientras le sonreía. Era valiente, y solo una niña, no podía irse, aunque era lo que había que hacer, no podía dejar que llegaran hasta ellos. Javier empezó a sacar las cosas en la mochila mientras empezaba a coger botellas de cristal. Era una idea tonta pero podía funcionar. Si las llenaba de gasolina podía hacer cocteles molotov e ir en busca de los zombies. El fuego no los mataba inmediatamente, pero morirían, y eran más lentos, así que lanzar, retirarse, lanzar retirarse y llevárselos lejos, apartarlos de Lucía. Y de Lexie.

"Voy a intentar apartarlos de aquí, apagad las luces y bloquead las puertas, y si no llego en una hora es que ya no voy a llegar. Ey yu, blue girl, I help.... I help...."

Si era como en TWD poco importaba lo que hicieran. Iban a morir todos, y puestos a morir mejor haciendo algo que fuera bueno. Aunque no sabía como iba a dejar a Lexie atrás..... y a Oliver, que aunque fuera a veces un poco estirado de marcha era buen tío, y a Yukino, y a Lucía. Cócteles molotov y un gato de coche, ese era el plan, y, con suerte salvaría a los familiares de la pelo pitufo, y si no, pues tendrían una rulotte, que eso molaba, en TWD tenían una rulotte.

Esperó a ver como sentaba su plan y si la peliazul se animaba mientras vaciaba una botella de vino en la entrada, para al final darle un buen sorbo.

Bebe un poco de agua. La nena la imita. Ambas llevan ahora el calzado deportivo. Yukino entiende alguna cosa en español pero no demasiado, en la expresión de su cara se combina la confusión y el miedo. Da unos pasos tímidos hacia la joven de cabellos azules para enterarse de lo que sucede y se topa con los dos cadáveres con sesos fuera, los ve de cerca. Da un respingo y un gritito y no avanza más. Mira a Lex, interrogándola con la mirada, preguntándole qué sucede.

Intento pensar, buscar una forma de hacer las cosas y siento que Javier no contribuye a ello. No sé si tiene complejo de héroe o es un inconsciente total, pero la cuestión es que esto no es un supermercado. Si bien hay formas de cubrirlo con las estanterías o las heladeras la entrada, no necesitas ir a que los zombies te persigan. Que te puede ir muy mal. 

No sé qué le pasa por la cabeza, tal vez luego de esa seudo confesión se le despertó el espíritu valiente, pero la cuestión aquí es usar la cabeza. No pasarse de listo, es que sino mueres en la primera de cambio. 

- No me parece Javier, si eres suicida. Ve. - respondo. - Pero no es la forma, podemos estar a oscuras, las heladeras cubriendo la entrada. Se busca la forma... Tiene que existir una antes que salir corriendo para que los zombies te sigan, lo siento hermano. No pasa por ahí, pero libre. 

No sé, es una situación delicada. 

- Oye, tú, rubia... ¿Movemos las heladeras? - pregunto a la que me quitó el dedo y a Lex. 

La información de Yoli la pone a refunfuñar por lo bajo en su idioma natal, aunque lo hace tan rápido que probablemente ni ella se entendería. Eso era una pésima señal. O había tantos casos que estaban todos ocupados, o peor, el personal de emergencia había dejado todo y velado por sí mismos. O peor aún, que ya esperaba que no, estaban todos muertos o zombificados. Malas opciones todas.

A pesar de su mal humor, Lex asiente suavemente a la idea de Oliver. Luego se dispersan un poco cada uno a lo suyo, así que aprovecha de darle vueltas a las posibilidades. Tapiar un lugar sonaba a que demoraría, pero era cierto que podían hacer barricadas con la heladera y cosas así. Bueno, podían igual sonaba a manada, porque seguro lo que aportaría ella en fuerza era más o menos lo mismo que podía aportar Lucía.

Le agradece con una sonrisa a Oli la bebida, aunque no es hasta que le da un trago que se da cuenta de la sed que tenía. Si es que ya tenía la boca hasta pastosa, y beber un poco de líquido había sido como revivir de entre los muertos. Vale, quizás visto lo que pasaba en ese caso, esa no era la expresión más adecuada... pero así se sentía.

Yukee dice que estos zombies estaban en el baño, y que habían echado abajo la puerta. Y que dentro del baño hay un hombre con un golpe feo en la cabeza y mucha sangre. - frunció ligeramente el ceño. Si lo iban a buscar para llevarlo con ellos, y los zombies era como decía Oli, y se les llegaba a morir, tendrían uno que los pillaría desprevenidos. Por otro lado, ¿podían dejarlo morir ahí? Un par de segundos le bastó para decidir que sí, que ella podría, pero tampoco iba a impedir que lo salvaran si eso querían. A malas, habría que estar atento para matarlo si las cosas salían mal.

¿Un castillo? - preguntó frunciendo el ceño. Había uno perfecto, no, perfectísimo para evadir zombies, pero llegar ahí sería casi imposible - La Alcazaba, right? - miró a Oli y Javier alternadamente - Ahí hay... fuck, como se llamaba - frunció el ceño - Esa entrada, que es como dividida, ¿como es que se llama? Bueno, eso. Que está hecha para combatir invasiones, dijo el guía, porque es estrecha y no pueden pasar muchos, y además no pueden ir recto. Y que tiene muchos sistemas de defensa, ¿no? - seguro los chicos sabían más de eso, así que se los dejaba a ellos.

Claro, estando ahí en medio de la nada, y con Málaga llena de zombies, igual no era buena idea. Pero era el único castillo que conocía relativamente cerca. Y prisiones no tenía idea donde habían. Eso no estaba en los tour, y no le había dado por preguntar.

Hell to the bloody no - dijo tan pronto escuchó al showman - Que no, olvídalo. No te vas a ir solo, ¿estás loco? ¿Quien te crees que eres para luchar contra una horda entera de zombies? ¿El capitán américa? - lo regañó con el ceño fruncido, para luego mirar a Yuki, que se veía un poco perdida - Sorry, love. - respiró profundo. Si es que hasta se le había olvidado ir traduciendo - Javier wants to go fetch the blue-haired girl's mom and brother, who are fucking surrounded by bloody zombies. He says that we should wait for an hour here, and that if he hasn't come back by then...¹ - miró a Javier en un reproche silencioso y luego se giró a la danesa - Look, I'm sorry, but we are nothing against that many zombies. I'm really really sorry, babe, but if you and him go out now, it's gonna be a fucking suicide for both of you. Tell your mom that, and see if she wants you to go anyway.² - le explicó, quizás demasiado molesta, porque entendía que no fuera culpa de ella, pero ahora mismo le preocupaba el showman no la chica de pelo azul. Enseguida, volvió a girarse a él.

Mira, no se puede. Te diría que si vas a insistir, fuéramos todos, porque solo estás muerto, pero de ahí seguro que Lucía no vuelve viva, y muy probablemente algunos de nosotros tampoco. Sé que es una mierda, pero no podemos, Javi. No hay como volvamos todos vivos de eso. - y puestos a elegir, entre extraños o ellos, definitivamente prefería que siguieran vivos ellos. - Si te quedas, podemos quedarnos aquí esta noche, descansar, armar bolsos y salir a buscar un refugio decente y lo más permamente posible mañana. Pero ¿de noche, llenos de zombies, luego de un accidente de coche? Fuck - espetó con rabia - Si sales no vas a volver, Javi. - lo miró, en este punto ya angustiada por no saber que más decir para impedir que saliera a hacer de héroe. Si quería hacer de héroe, ya suficiente lo necesitaban ellos ahí. Y a pesar de que escuchó a Oliver, no respondió por el momento. Temía que si por un segundo apartaba la mirada de Javier, si dejaba de ver lo preocupada que estaba por él, el chico lo usara de excusa para que se le hiciera más fácil marcharse.

Yolanda asintió y rápido corrió unos metros detrás a la zona donde estaba un armarito con los interruptores y tocó varias palanquitas, apagando todas las luces exteriores. Luego, dudó a la petición de Oli, pero decidió ayudar y se movió ágil y rápida hacia la heladera.

La peliazul gritó que su madre y hermano seguían vivos dentro de la roulotte pero que no entendía bien, había mucho ruido e interferencias, algo de unos hombres. Estaba excitada y finalmente la comunicación se cortó *

-Mom? Mom? Mom! -Intentó de nuevo llamar pero no hubo forma. Después se le iluminó la cara con la explicación de Lex acerca de las intenciones de Javier.

-Thank you, thank you! Come on! -No hizo más caso de las advertencias de Lex, aunque antes de marchar empezó a buscar con la mirada alguna cosa que le sirviese de arma y protección.

Tenía ganas de reír y de llorar. El capitán América? Solo era un cazurro que no había hecho nada bueno en la vida, que se ganaba la vida haciendo el payaso delante de guiris borrachos y cuya relación más larga se cifraba en 2 meses. Solo quería hacer algo bueno, algo antes de morirse. La miró a los ojos midiéndola, sopesando si sería capaz de largarse detrás de él. Era un bluff, debía ser un bluff, no arrastraría a Lucía a eso, ni Oliver iría, imposible.

Miró a la otra guiri, la del pelo azul, y bajó la mirada, avergonzado. Abrió los brazos y le dijo

"I'm sorry, I can't go, I must protect .... three woman, he is " - movió el dedo de la mano para hacerle notar que estaba herido - "and a little girl, I'm the only to protect, I can't go...sorry...sorry...."

Se dirigió hacia la puerta mientras se pasaba el brazo por los ojos con un gesto de rabia y frustración. Se giró cuando estaba en la puerta con los ojos brillantes y dijo

"Voy a mirar al tipo del baño, tal vez a ese si lo podamos salvar... alguien puede cubrirme mientras el resto prepara la barricada?"

Javier entró en razón y decidió no marcharse. Parecía un poco locura hacerlo, pero el mundo se estaba yendo al traste, y de lograrlo significaba disponer de un vehículo. Quizá el sentido común se imponía. Para mejor o peor, nunca se sabe.

Hablaban de barricadas, de resistir y de castillos y prisiones.  Yukino decidió acompañar a Javi, ella había visto al hombre, y. aunque asustada, también quiere colaborar. le explicó con gestos a Lucía que se quedase con los demás. La niña no asintió ni negó, la miraba con sus grandes ojos, su conejito en los brazos y la mochila a la espalda, comiéndose la galleta.  Yuki y Javi salieron al exterior. Antes, Yuki, tal vez más cerebral, encuentra y coge una linterna colocándole las pilas.

A la peliazul se le demudó el rostro cuando comprendió, más o menos *, que aquel hombre que se prestaba a yudarla,  cambiaba de idea.  -¡Oh, no, no, noooo! –Además, Lexie se lo explicó con buenas palabras y sensatez. Por supuesto, la muchacha negaba con la cabeza reiteradamente y con furor.

La chica solo veía por los ojos de su madre y de su hermano.  Miró alrededor suyo. En la tienda sobre todo había bebidas, comida, chuches, parafarmacia, lubricantes, repuestos. Cogió a toda prisa una llave inglesa arrancando su recubrimiento y unas tijeras de buen tamaño.  Y se fue corriendo tras la pareja.