Partida Rol por web

Tarde...

Y así lo siento, cuando veo que el móvil no funciona, cuando escucho a la asiática hablar. Pero allí estoy en medio de un lío con mi embotamiento, con el maldito golpe que tengo en la cabeza. No puedo decir mucho cuando Lex ve mi teléfono y está la pantalla rota, se ha jodido y es una posibilidad menos que tenemos. 

- Sorry. - solo puedo decir. 

Luego Yvonne se incorpora, es extraño porque no sé que tiene, aún así me alegro de que esté viva. Contemplo allí de pie como el reencuentro con su primo surge, debe ser agradable para Javier saber que no la ha perdido y oye, para mi también. Aunque su cuello no está nada bien, eso es raro. ¿Y sus ojos? Que cojones, más raro aún. Pero quizás es mi visión medio borrosa o el mismo golpe que me hace ver cualquier cosa. 

El asunto es que la rubia quiere acercarse, yo la miro desde mi lugar pero algo anda mal, muy mal. Por suerte mis sentidos ya andan mejor, pero la prima del colega la coge del brazo y parece que quiere morderla. ¡No me jodas! ¡¿Pero qué diantres?! Esto no puede ser así, claro que no. Así que camino decidido y le doy una patada a Yvonne para separarla de Lex de forma muy brusca, pero joder es que no la voy a tocar. Está rara. 

Yvonne seguía avanzando hacia ellos y algo en sus ojos y en la forma de caminar le estaba dando grima, mucha grima. Si aquello era algo que había hecho el cristo de la buena muerte lo había hecho con el culo, que a ver, que él estaba contento de que su prima estuviera viva pero ya se podía haber esmerado. Gruñía, tenía el cuello más doblado que la torre de Pizza, y los ojos, y como olía, su prima nunca había olido así, le recordaba a sus zapatillas cuando era adolescente, esas zapatillas con la que juegas al fútbol, te vas a la playa y que no te quitas hasta que se caen a trozos.

Iba directo a por él y con una sonrisa tranquilizadora y poniendo la estampita del cristo de la buena muerte entre ellos le dijo.

"Enga miarma, perdóname, tu zientate que se te va a reventá la pienna. Ahora llamamo po teléfono pa que venga una ambulansia.. por favó, carmate que mèstás dando más mieo que trabajá en una ofisina"

Pero ni la elocuencia de Javier consiguió detener a Yvonne. Lo único que hizo que cambiara de destino fue la aparición de una despreocupada Lexie. Su prima se acercó y la cogió de un brazo mientras todo empezaba a encajar en su cabeza. No estaban en una de esas pelis de acción, en las que los coches explotaban, las balas silbaban arriba y abajo y al final la chica se daba el lote con el protagonista. No, aquello no era una peli de acción, era una peli de zombies.

Zi ze mueve como uno de guorkin dé, intenta morderte como uno de guorkin dé, gruñe como uno de guorkin dé..... y resusita como uno de guorkin dé.... illo, mi prima se ha convertio en una guorkin dé y ara la japuta nos quiere convertí....

Reaccionó ya cuando vio que la tenía cogida y solo pudo decir

"Noooo, para ya prima....para ya....lusha contra el monstro....lusha..."

Pero no respondió, ni le miró, así que el héroe que había dentro de Javier empezó a actuar. La cogió de la mata de pelo que tenía y estiró hacia atrás para impedir que la mordiera mientras le pateaba por detrás la rodilla buena, esperando que no le aguantara el peso. Con un grito deseperado les dijo

"Es una guorkin dé, es una guorkin dé..... traé la llave de tuerca del maletero que hay que epachurrarle la cabesa.... the ki of tuercs.... harry harry...."

Mandaba cojones. Para una vez que salía con tres chicas y tenía la esperanza de ligar tenían un accidente y su prima se convertía en un zombie.

Había cometido un error. Un error muy importante, pero ¿Como se suponía que lo evitara? ¿Quien se iba a imaginar que Yvonne se convertiría en zombie? Ciertamente, ella no. De hecho, a ella ni se le había ocurrido aún esa palabra. Y es que, dentro de todo, era muy difícil pensar con claridad y hacer comparaciones cuando una puta loca se te abalanza encima. No era momento, al menos para Lex que estaba en peligro directo, de consultar referencias culturales.

En un principio pensó que la pobre chica estaba intentando pedir ayuda y aferrarse a alguien para seguir en pie, pero tan pronto la vio girarse hacia ella con esa mirada vacía, supo que no tenía nada que ver con eso. Había algo en esos ojos que gritaba muerte. Y Lex no era particularmente supersticiosa, ni nada así, pero eso daba escalofríos. Tanto así, que el impacto de esos ojos la paralizaron por un segundo, quedando quieta como una presa perfecta para el hambre insaciable de la prima de Javi.

Tan solo el olor de la boca de Ivonne hizo que a Lex le dieran arcadas. No recordaba haber olido algo tan asqueroso y desagradable en toda su vida. Si la mirada de la mujer era muerte, su aliento era la puta fosa común. Chillando desesperada por quitársela de encima, intentó sacudirse y moverse para quitarse del agarre, tirando para alejarse de ella, esperando poder escabullirse si la pillaba en el ángulo correcto. - Let go of me, you fucking bellend! - le gritó asustada.

Comienza a estar más despierta y con la cabeza más en el sitio, por suerte. No se ha partido la crisma de milagro. Además, no entiende al chico español cuando habla. O intenta hablar en inglés y la deja aun más perdida y con un poco de dolor de cabeza. Quién la mandaría irse a España para estamparse contra un árbol. Se lleva una mano a la cabeza mientras intenta ponerse en pie. No parece estar herida, salvo por algunos rasguños.

-What happened? Why we had a crash!? - mira a Oliver, pero parece tan atontado como ella.

Todos están más o menos igual, aunque a algunos parece haberles afectado más. Se apoya en el árbol una vez se levanta y intenta ver si aun puede caminar sin sentirse mareada. En ese momento, su mirada se fija en la prima con la pierna y el cuello desencajados. Y, bueno, parece más muerta que viva. Porque alguien con el cuello así no puede estar vivo. Solo puede ser... un...

-Zombie! She is dead!

Y, efectivamente, se echa sobre Lexie que intenta defenderse.

-Kuso!*

No va a tener tiempo de llegar al coche y coger lo que sea que quiera Curro que cojan. Mira a ver si hay alguna piedra lo suficientemente grande para hacerle daño. ¡Deben darle en la cabeza!

Ella no es mi prima, parece repetirse en la cabeza de Javier. Es una muerta viviente. Una chorrada en otras circunstancias.  Pero la tenéis ahí delante, gruñendo, tratando dealcanzar con sus mordidas  a la pequeña Lex. El hedor a putrefacción que sale de su boca es horrible. Y esos ojos…más ciegos, más muertos, con un gran glaucoma persistente…

Lexie forcejea, conteniendo el ímpetu salvaje de la loca de Ivonne. Sus mandíbulas chasquean entre quejidos roncos. El tirón de pelos de Curro ayuda, separándola un poco, hace que el cuello le gruja de nuevo. La muerta estira una mano como una garra intentando agarrar a su primo. Un Javi lloroso, que mientras fluyen sus lágrimas golpea la pierna de su querida prima.

No la verán más sonreír, ni cantar, ni bailar.

La pierna cede, por un momento,  y cae de rodillas, aunque arrastra con ella a su presa, Lexie. Al fin, Oli reacciona, ya es suficiente, su cerebro se aviva, recupera el control de su cuerpo y su mente.  La patada va directa al tórax, y acaba por derribar a la zombie hacia atrás, pero su fijación por el deseo de morder y la fuerza que conserva son tales que no suelta el brazo de la inglesa, y esta se derrumba sobre Ivonne. 

Más cerca de sus caninos, de su aliento pestilente. Lexie no puede evitar una arcada y vomita sobre aquello que antes fue Ivonne. Es en ese momento que Yuki entra en acción, se le ocurre tirarle una piedra a la atacante, no es muy grande el pedrusco ni demasiada la potencia, pero le acierta de refilón en la frente, justo lo necesario para distraerla unos segundos. 

Entras en shock, tras el ataque al que estás siendo sometida. Tú decides si te quedas paralizada, si reaccionas golpeando a Ivonne salvajemente, o si logras soltarte y salir corriendo pendiente arriba (si intentas esto último lanza por fuerza +1).

Parecía que Yukino había llegado a la misma conclusión que él. Solo había entendido una palabra de lo que había dicho, Zombi, y en eso es lo que se había convertido su prima. No sabía como, porque en las películas para convertirte en zombi te tenían que morder o lamer, o alguna mierda de esa, pero su prima lo único que había hecho era estrellarse con el coche, estrellarse y matarse. Porque estaba muerta, cada vez estaba más seguro porque con el tirón que le estaba dando del pelo si estaba viva debía estar llorando del dolor y no lo notaba.

Estiró con fuerza intentando retirar la boca de Yvonne, o de lo que había sido Yvonne, de la piel de porcelana de Lexie. Había soñado tantas veces con morderla él.... y resultaba que la que iba a pillar cacho era su prima convertida en zombi y eso no podía permitirlo. Una cosa es que Oli, que era un máquina, la tuviera, pero si había un Jiménez que iba a morder a Lexie iba a ser él. Redobló su esfuerzo mientras estiraba del pelo con fuerza y Lexis forcejeaba con su prima. Entonces la boca intentó volverse en su dirección y Javier pateó la rodilla del monstruo con la esperanza que relajara su presa, pero no solo no la relajó sino que Lexie estaba en mayor peligro que antes.

Oliver no lo hizo mejor y su patada hizo que Yvonne cayera y Lexie encima suya. Afortunadamente entre el vómito y la piedra arrojada por Yukino parecieron distraer al muerto viviente pero en aquella situación, o actuaban ya o Lexie no lo iba a contar. Tragó saliva y se encomendó al cristo de la buena muerte mientras cogía el brazo aprisionado de Lexie y empezaba a estirar con fuerza y le daba patadas a la cara a la criatura. Si había suerte le saltaría los dientes, o tal vez le desencajaría la mandíbula y así no podría morder. No quería matarla, porque, tal vez aquello que le había pasado tenía cura, igual con una inyección todo se arreglaba, pero no podía dejar que le hiciera daño a fisanchis, ni a Oli, ni siquiera a la guiri japonesa que no se enteraba de nada. Era su familia y los Jiménez se ocupaban de sus asuntos, y si tenía que rematar a Yvonne y explicárselo todo a la tía Angelita lo haría.

Siguió pisando y estirando del brazo de Lexie con fuerza mientras decía

"Oli, estira, estira fuerte que esta tie más hambre que un caracó pegao a un cristal! A la cara, pégale a la cara...."

Era irónico. La cantidad de tiempo que habría usado Yvonne en arreglarse para intentar ligarse a Oliver y ahora le iban a caer patadas hasta que consiguieran que soltara la presa.

No somos ná....no somos naiden.....

La patada está bien dada y la hago retroceder, bueno, caer al suelo. El asunto es que se lleva a Lexie y eso ya no me mola nada, pero todos estamos afrontando esto y la verdad me pongo tan ciego cuando veo a la rubia en peligro que no pienso en otra cosa más que liberarla de lo que sea que es Yvonne.

- Mierda, puta mierda. -  puteo cabreado. 

Y asqueado gracias al Vómito de la pequeña mientras la japo le tira una piedra. Por suerte Javi reacciona e intenta hacer algo, me da indicaciones y yo cojo de la cintura a Lex con la intención de tironear de ella con un brazo, mientras pienso en algo. Seré el nuevo Bruce Lee del condado, pero creo que es lo mejor. 

- Lo siento hermano, pero aplasta su cabeza con lo que tengas. Venga, ese cuerpo la revienta. ¡Confío en ti! - digo y tironeo a la rubia. 

Confío en el colega, sé que puede. Es la prima que lo sé, pero se va a cargar a Lex si no lo hace. 

Viendo que el zombie no suelta a Lex y que se agarra a ella como si fuese lo más sabroso que comerá nunca, o algo así, decide buscar en el coche algo con lo que puedan hacer que la suelte. Si eso fuese EEUU, ya habrían sacado todos sus armas para acabar con la zombie, pero es España y ahí las armas como bien común están prohibidas. Vamos, que no te vas a la tienda de la esquina y te compras una pistola o algo así.

Intenta abrir el maletero del coche para buscar en el el kit de sustitución de ruedas. Es lo más pesado y contundente en lo que puede pensar. Deben ayudar a Lex a librarse de ella. La verdad, es que intenta no pensar en los vómitos, la sangre, las babas y los sonidos guturales de la escena.

Por suerte para ella, no entiende el 99% de lo que están diciendo. Aunque tampoco es que quiera entenderlo en ese momento.

Le dais duro a la muerta viviente. Ya no es Ivonne. No es la prima de Javi. No es humana. No la estáis matando, la estáis liberando de una maldición. Pateando su cabeza, golpeando, tirando de Lex para salvarla de ese horrible engendro.

Pero la criatura persiste, no queda inconsciente, estira sus garfios tratando de arrancar carne, de apartar los pies de su primo. Entretanto Yuki se las arregla para abrir el maletero, no está bloqueado, y la mayoría de su interior se desparrama: ropa, bolsas, un par de libros, la mochila de Javier, y otra donde hay diversas herramientas, entre ellas la llave de tuercas. 

Cuando se acerca con esa mochila de herramientas, la intrusa que finge ser Ivonne, gruñe, muerde el aire, recibe hostias, nada la detiene. Hasta que una nuevapatada más potente la aparta un poco, y luego es Lex, fuera de sí, la que no cesa en su empeño frenético de escabullirse. Sus patadones no son precisamente tibios, y en uno de ellos se escucha un definitivo crack, justo que ya la japonesa enarbolaba la pesada llave.

La zombie ya no gruñe, se queda callada, su cuerpo deja de moverse, tirado como un guiñapo sobre la hierba. Os cuesta reconocer en su rostro destrozado la que na vez fue una chica simpática, animosa, llena de vida y de ilusiones. Y ahora ahí tirada, con una parte de los sesos fuera. Y muerta, muy muerta.

Recuperáis el aliento. Desorientados todavía, perplejos. ¿Y ahora qué? Hay que avisar a la policía. ¿Y cómo le explicáis lo sucedido? Menudo lío. Adiós fiesta. Adiós juerga.

Hay que moverse por si el coche explota, que no tiene pinta, pero nunca se sabe. Unas palabras de despedida, quizá un cante sentido.  Y terraplén arriba, ascendiendo en busca de ayuda hasta la carretera. Desierta, ni un coche circula. A la derecha hacia la N-340 dirección Málaga. En dirección contraria es por donde circulabais, a unos 30 metros se encuentra en el arcén el coche con que habéis chocado, está en posición normal pero visiblemente abollado, ha debido dar unas vueltas también. 

El tipo al que casi atropelláis o que sí fue golpeado, tiene la mitad superior del cuerpo dentro del vehículo a través de la ventanilla, se sacude su cuerpo, agitado. También hay una mujer arrodillada en medio de la calzada sobre un cuerpo tendido. Diríais que se lo está...comiendo...

(algo así, solo el coche siniestrado)

Mis brazos continúan aferrados a la cintura de Lex y yo lo intento, separarlas al menos, pero la pequeña sí que saca carácter y bien que conviene el no hacerla enojar. Lo bueno es que entre la llave, los pisotones y las patadas de la rubia, de alguna manera la pesadilla termina, logrando que libere finalmente de mis brazos a la pequeña. No sé qué está pasando, jamás en mi vida he visto algo similar, y vale, que me leí todo TWD con mis amigos, pero eso no significa que lo vivamos realmente. ¿No?

- Lex. ¿Estás bien? - pregunto un tanto preocupado. - ¿Javi? ¿Yuki? 

No sé si esta mierda es como en los cómics que si te toca te lo pillas o esa maldita conspiración que hinchaban los locos de mis amigos -todos informáticos- sobre que era algo del ambiente y que al fin de cuentas todos lo somos, pero se desata cuando tienes una herida. No sé, igual no me apetece probarlo y lamento haberme burlado de mi amigo Johnny cuando dijo que era el momento de juntar previsiones porque nunca se sabe que puede pasar. 

Lo traté de paranoide, ahora el maldito debe estar como un rey. Pero volviendo a la situación actual, desvío la mirada hacia la carretera y el auto con esas fachas. Sé que caminar no es la idea más inteligente, pero no quedará otra y pensar que quizás alguien pasa por aquí. Aunque debemos considerar la opción de que encontremos hermanitos de Yvonne. 

- Miren, hay que hacer algo... Sugiero que juntemos las cosas y retomemos el camino. - digo y me dirijo hacia el baúl del auto. 

¿Habrá un martillo? Me molaba ese negro dando golpes secos con eso, así que me pongo a buscar. No sin antes dejar un dulce beso en el cabello de Lex y un abrazo que dice cuanto la quiero. Pero siento que perdemos el tiempo y hay que seguir. 

Javier intentaba convencerse de que aquella mujer no era su prima sino una sombra de lo que había sido, que no estaba cometiendo un asesinato, que no estaba matando a alguien con quien se había criado de pequeño y había compartido tantas cosas. Yvonne la había animado a venir, y le había insistido en que debía dejarse de tonterías de gallito y centrarse, dejar de fumar hierba y costo, y, con el tiempo tal vez alguna mujer que valiera la pena repararía en él, en lugar de todas las balas perdidas de una noche a la que estaba acostumbrado. Yvonne le había aconsejado y siempre se la había tomado a chufla, aunque, en el fondo sabía que lo hacía porque lo quería y, él, como pago le estaba dando patadas para evitar que se comiera a una guiri, novia de otro guiri, liberales, guays, todo eso que su prima le decía que no valía la pena hasta que conoció a Oliver,  y por Oliver perdió la cabeza.

La cabesa del tó....que por el guiri lo huevo se me ha sombificao......

Pero no podía parar de pegar, algo muy visceral le obligaba a seguir pegando. Aquello era su prima, pero ya no era su prima, era algo sucio, algo vil y si su prima estuviera viva querría que la mataran, el querría que lo mataran si estuviera así. Así que estiró para intentar liberar a Lexie mientras Oliver hacía lo propio. Lexie parecía valerse por ella misma y empezó a golpear a Yvonne y Yukino apareció con la llave de tuercas, y golpe tras golpe le pegaron hasta que se quedo quieta del todo. Una vez comprobado que Lexie está a salvo Javier se retira un poco y vomita en un árbol mientras comienza a llorar de nuevo. Aquello era malo, muy malo, no solo su prima había muerto sino que ahora que le iba a decir a la tía Angelitas?, que le iban a decir a la policía?. Miró a su alrededor cayendo en un detalle, el notas que había hecho que se saliera de la carretera podría ser.... otro. Se secó las lágrimas con los jirones de su camisa y se dirigió hacia el coche ignorando a Oliver. Sabía que le estaba diciendo algo pero una parte de su cerebro no procesaba que esas palabras eran para él, recogió su mochila y cogió la botella de brandy peleón que había traído y el gato del coche, que podía servir también como arma improvisada si le daba con la parte central como un martillo.

Se dirigió hacia el cuerpo de su prima y se arrodillo junto a ella, la cogió de la mano, y apretó con fuerza. Tembló pero aguantó el grito que pugnaba por salir. Sabía que si habían más de esas cosas no podía gritar, no podía llamar la atención.  Se santiguó ante ella y derramó el contenido de la botella de licor, los cigarrillos de la risa y con un gesto le tiró el encendedor. Le daba igual si ardía el bosque entero, le daba igual si ardía el mundo entero, pero su tía no vería aquel monstruo, era lo único que podía hacer por ella.

Javier se levantó con la mirada perdida y asintió a lo que decía Oliver. En la carretera tendrían más posibilidades así que se limitó a decirle de forma máquinal

"Sí, en el camino tendremo má posibilidade....pero cuidao, creo que podría haber má, Yvonne se estrelló esquivando a uno d'ello...."

Javier lo dijo mucho más lento de lo que hablaba normalmente y con mucha menos alegría, pero parecía que estaba entero, o en shock, o las dos cosas, pero en cuanto estuvo seguro que todos iban a ir para arriba. Al llegar al borde de la carretera lo que vio le sobrecogió dos de esas cosas estaban comiendo ,y, de tener algo en el estómago habría vomitado. Bajó la voz y pidió que se detuvieran un segundo mientras decía

"nesesitamo matarlo...esa gente podría tené móvile, tenemo que llamá a la polisia... Allá, mobail for coling the polís... mierda inglé....traduse a la shina Oli....voy a intentá asercarme y estampá el gato ensima de la cabesa de esa. Hay que aprovechá ahora que está comiendo...."

Javier se acercó intentando moverse sigilosamente para ponerse en posición. Desde allí le soltaría un buen golpe en la cabeza a la criatura desprevenida y .... y luego no sabía que iba a pasar, tendrían otra cosa de esas para encargarse, pero, que iban a hacer si no? correr? esconderse? Igual pasaba demasiado tiempo hasta que viniera alguien y tendrían que cuidarse ellos solos, lo había visto en todas las películas de zombis, y en las de acción....

Ojalá tuviera er trabuco aquí..... se iban a enterá.....

Había pateado con toda su fuerza a aquella criatura - porque a esas alturas no se le podía llamar persona, por muy prima de Javier que fuera. Cuando sonó aquel crack ni siquiera fue consciente de dónde exactamente la había golpeado. De hecho, no paró inmediatamente. Le soltó algunas patadas más, aterrada, hasta que fue consciente de que había dejado de moverse y que sus sesos estaban repartidos por el suelo.

Ni siquiera le contesta a Oliver. En realidad, lo que hace tan pronto deja de patear, es girarse quien la sostneía por la cintura y aferrarse a él como si fuera un gato asustado, clavándole las uñas incluso al agarrarse de su espalda. Respiraba agitada, y el cuerpo le temblaba en una combinación de adrenalina y miedo. Escondiendo la cabeza en su cuello, buscó algo de consuelo, refugiándose en su olor. Necesitaba olvidar el de la boca de Ivonne, aunque probablemente nunca lo haría. No si, como ahora, las imágenes seguían golpeándole la mente como si siguiera en aquella pelea por su vida.

El sonido de Javi vomitando la tensa, robándole el aliento por un momento al temer estar reviviendo el minuto que recién había pasado. Pero no, su suerte no era tan mala. Los gruñidos ya no se escuchaban. Estaba a salvo, aunque fuera unos segundos más, en brazos de Oli.

Poco a poco lo va soltando a medida que se calma, y va comprendiendo que es lo que acaba de suceder. Su mente va rellenando los vacíos, quien la tiraba de donde, quien hizo qué. Ahora, con calma, aunque no puede ver cosas que no vio, le da algo de sentido a todo. A todo, claro, menos a lo que no lo tenía. Los zombies no existían. O al menos, hasta ahora, no lo habían hecho.

Si dependiera de Lex seguiría aferrada a Oliver como si fuera un salvavidas en medio del océano, pero el chico tenía razón, y por el momento tendría que conformarse con su dulce beso y la necesaria calidez de su abrazo antes de separarse. Deberían moverse, ir a buscar ayuda. Tomar sus cosas quienes la encontraran. ¿Dónde había dejado el móvil del chico? Ni se había dado cuenta cuando lo había tirado, o se le había caído. Frunciendo el ceño miró alrededor por si lo encontraba para recogerlo mientras Oli se separaba para ir al coche.

Abrazándose a sí misma, vio la despedida de Javier sin atreverse a acercarse. Lex nunca había sido lo suficientemente hipócrita para fingir arrepentimiento, y lo cierto era que no se arrepentía de nada. Y no quedaba bien decir que estaba mejor muerta Ivonne que ella, así que prefirió guardar silencio y lamentar que el pobre hombre tuviera que pasar por ello, porque por mucho que Lex no quisiera cambiar el resultado, él no se lo merecía.

Asintiendo a la decisión de los chicos, le hizo una señal con la cabeza a Yuki para indicarle que iban a subir hacia la autopista. Aún tenía el corazón latiéndole a mil por hora, y algo le decía que si hablaba diría una ensalada de cosas sin sentido que hasta sería mejor que permaneciera muda un minuto más.

Tan pronto subieron hasta al autopista y vieron la escena con la mujer, su cuerpo volvió a tensarse por completo. Esto de verdad estaba pasando. Eran zombies. Como los de las películas. Había uno ensartado en el vidrio, esa mujer en la carretera devorando a alguien... Maldijo tantas veces en su interior que bien podría haber escrito un libro de obscenidades en su idioma nativo. Estaban en la mitad de la nada, sin armas ni refugio, sin nada, y zombies aparecían. Estaban jodidos.

Deteniéndose a la señal de Javier, no apartó los ojos de esa mujer de la carretera. Si había una amenaza, quería verla venir. ¿Habría algún otro de los accidentados tirado por ahí, en la oscuridad, con ellos?

He wants to collect someone's mobile - le explicó a la asiática en un susurro, porque en realidad no le quedaba claro si le quería robar el móvil a la mujer zombie, al cadáver, al del parabrisas, o a cualquiera. Estar alerta la obligaba a ser funcional, aunque su cabeza ahora mismo iba demasiado rápido para entender hasta lo que ella misma pensaba  - He says he's gonna hit her while she eats - añadió, recién cayendo en lo que el hombre pensaba hacer. Entreabriendo los labios por la sorpresa, estiró una mano para detenerlo, pero ya era muy tarde y el chico iba hacia allá. Así que, intentando buscar alguna forma de ayudar, se agachó y tomó alguna piedra que le cupiera en la mano, atenta a la mujer que comía. Si dejaba de comer, si parecía haber escuchado algo, lanzaría la piedra contra algún coche para meter ruido y mantener su mirada lejos de Javier y dle grupo. Su mirada, su boca, esos dientes putrefactos y... Mejor pensar en otra cosa. Con algo de suerte, la zombie seguiría el sonido y serviría para cubrirlo suficiente para que metiera un golpe o huyera. 

Vale. Aquello se ha convertido en una batalla campal de todos contra uno. Y ese uno es la antigua Yvonne. Pero es que es el zombie o ellos y, sí o sí, tienen que ganar ellos. Tras una lucha férrea, consiguen acabar con la zombie y liberar a Lex. Intenta recuperar el aliento mientras se aparta del cuerpo remuerto. También intenta calmarse porque han matado a una persona, aunque ha sido en defensa propia y porque estaba intentando comérselos. Bueno, solo a Lexie. Pero no van a dejar que se la coma, ¿no?

Los dos más afectados son Lex, que casi se convierte en el plato del día, y Javier, que ha perdido a su prima y, encima, la ha tenido que rematar. Lex ya está recibiendo el apoyo de Oli así que se acerca a Javier para ponerse una mano en la espalda. Le preguntaría si está bien, pero, obviamente no lo está y sería una tontería preguntarlo. Con el gesto intenta transmitirse apoyo antes de ir a ver como está Lex.

Intenta no mirar demasiado al cuerpo zombificado de Yvonne. ¿Cómo van a salir de ahí? ¿Dónde van a encontrar refugio? ¿Van a servir todas las pelis de zombies que han visto? Pero esas pelis están ambientadas en EEUU... allí las cosas son diferentes, ¿no? Bueno, ya verán como se las apañan.

-Lexie, ¿are you okay?

Parece que la inglesa no tiene ninguna herida y que esta todo lo bien que puede estar después de lo que han pasado. Tras comprobar que la zona está limpia de atacantes caníbales, deciden que lo mejor es volver a la carretera a ver si pueden encontrar a alguien que les lleve o algo así. Pero al llegar arriba solo pueden ver más zombies comiéndose a pobres víctimas no zombificadas. Y a Javier no se le ocurre otra cosa que acercarse a la zombie que se está dando un banquete para intentar golpearla con el gato.

Mira a Lexie con cara de "WTF" con el plan. Ella se hubiese ido de ahí sigilosamente y se habría alejado, pero no... ahí están: intentando matar a otro zombien.

En el maletero no es que haya mucho material, que además se han salido la mayoría de objetos. Aparte de lo que coge Javier, Oliver encuentra dos triángulos en sendas cajas rectangulares y rojas; dos sillas plegables, de jardín o playa; una lata de aceite para el coche; anticongelante; dos botellas de litro de agua mineral. Algunas revistas de moda y salud. Limpiaparabrisas, caja con bombillas y fusibles. Una chocolatina caducada y una caja de galletas también caducada desde el año pasado.

En la carretera el más decidido es Curro, tras la “incineración” improvisada de su prima. El chico está un poco fuera de sí. La japonesa se solidariza con él, lo mismo que Oli hace con Lex, reconfortarla después del trance que ha sufrido.  Pero Javi se va directo a por la mujer zombie. La criatura no se entera de nada, ni del brutal golpetazo que recibe con el gato del coche en la cabeza, aunque necesita otro más para reventarle los sesos. La piedra que sostiene en su mano la inglesa no la llega a lanzar, tampoco la chica ve a más zombies de los que tienen delante, sin embargo, no está segura si ha visto una sombra en los asientos traseros del interior del vehículo accidentado.

Ahí están los cuatro, con mal aspecto, sucios de sangre, con diversas laceraciones, magulladuras y contusiones en el cuerpo. Yuki con la bolsa de herramientas y la llave de tuercas en la mano, Lexie con su piedra y el móvil de Oli, que sigue sin funcionar, y  Javi, mochila a cuestas y el gato del coche, y Oliver con lo que haya recuperado del maletero del Ibiza.

El tipo que está medio metido en el coche saca la cabeza, le cuelgan coágulos de sangre y carne de la boca, se estaba merendando al conductor. A los primeros que ve son a Oli, Yukino y Lex. Y se va para ellos, al estilo de Ivonne, gruñendo, estirando los brazos y las manos en plan garras y los mortecinos ojos rojos y a la vez ansiosos por la carne humana.

Javi, por su lado, no le da tiempo a comprobar si la mujer lleva móvil, no solo por el nuevo ataque sino porque la víctima caída, con el cuello y media cara desgarrada, bañado en un charco de sangre, se agita, se sacuden sus brazos y piernas, abre los ojos de enfermiza suciedad y mira al showman como si fuera su postre.

Ni siquiera el consuelo de Yukino podía deshacer el nudo que tenía en el pecho. Quería llorar, quería gritar y no sabía si esa sensación de querer vivir y morirse alguna vez pasaría. Había machacado a su prima, la había quemado aunque, tal vez el fuego se apagara antes de quemarla por todo y ahora se encaminaba silenciosamente hacia otra de aquellas cosas, otra que había sido una mujer no hacía tanto tiempo, que tendría familia, sueños, ambiciones en el trabajo y allí estaba, comiéndose a una persona como el que se come una pizza después de 1 día sin comer.

Aquello era repugnante, los soniditos de la boca desgarrando carne y ropa, y el olor, el olor era indescriptible, pero él ya no tenía nada en el estómago. Así que se acercó a la mujer como si fuera un gato, con la agilidad que siempre había exhibido a lomos de caballo caminar sin hacer ruido no era nada y, antes de ser detectado, armó los brazos para golpear con el gato en la cabeza de la criatura con todas sus fuerzas. El primer golpe sonó a hueso roto pero la criatura se giro hacia él y sin pensarlo le volvió a dar hasta que se quedó quieta. Miró a la pobre mujer y pensó en dedicarle una pequeña oración cuando la victima se transformaba en cazador, o lo intentaba.

La persona en el suelo quería comérselo. No necesitaba pensar más. Ya le daba igual si tenía móvil o no, como se llamaba y si tenía hijos o no. Lanzó el golpe para reventarle la cabeza, intentando que no se levantara porque mientras estuviera en el suelo sería vulnerable, mientras esquivaba los intentos de la criatura de cogerle. Vio de reojo como otra de esas cosas se iba tras los chicos, pero no podía encargarse de eso, se las tendrían que apañar. Mientras intentaba estar atento por si algo en el coche se movía, si aquellos bichos eran como los the The Walking Dead todos los del interior del coche se iban a levantar.

Es momento de irnos, no se debe dar más vueltas al asunto y joder, estoy comenzando a ponerme nervioso considerando que soy el tipo que pasa de todo siempre. Pero de alguna manera la situación con la prima de Javier y ver a Lex así, hace que no pueda evitar el preocuparme o querer hacer algo, en especial por la rubia. Y más allá de que no me va el romanticismo en ninguna de sus facetas, verla así tan vulnerable entre mis brazos ha sumado muchísimo. 

Pero eso pasa a otro plano y cuando reviso el maletero no encuentro más que porquerías, así que recuerdo esto de que la asiática tenía la bolsa con las herramientas. Rápidamente me acerco a ella, está claro que debemos tener algo con qué defendernos porque nos convertimos en uno de esos y la tenemos jodida, son bastante duros de roer. No será nada simple. 

- Oye. ¿Me das alguna herramienta? - pregunto. 

Javier me pide que le traduzca a Yuki, si apenas le entiendo yo, que le voy a traducir. Y no me parece buena idea acercarse a esas cosas. Son zombies joder, te mordisquean en automático y tienes que terminar apaleando con algo para bajarlo de una puta vez. No se puede ir ahí, no sino hace falta. 

- Hermano, vas por mal camino. Ni te acerques. - le digo y miro que uno nos intercepta. - Mierda, dame lo que tengas Yukino, hay que bajarlo. 

Le pido a la asiática y ya sea me dé la llave o lo que tenga a mano, voy directamente a aporrearlo con eso. 

Yeah, thanks. Just a bit gobsmacked. I thought I was gonna pop my clogs with that one. -  respondió con una sonrisa algo nerviosa. Aún no dejaba de temblar del todo, pero sabía que era cosa de tiempo. De tiempo y de alejarse del cadáver de la que casi se había convertido en su asesina a base de mordiscos, claro, así que se sintió mucho mejor cuando dejaron las cercanías del coche y del cuerpo.

Ya arriba, coincidió absolutamente con la cara de sorpresa e incomprensión de Yukino. Pero una vez Javier ya había partido, no quedaba más que esperar que le fuera bien e intentar hacer lo que se pudiera para ayudarlo. Por eso tomó la piedra, aunque al final acabó por no ser necesaria - Creo que hay algo ahí... - murmuró mirando con más atención el coche en el que había visto una sombra moverse. - Take a butchers at that saloon car. Do you see anything on its rear seat, Yukee? - le señaló el coche. Mejor que dos ojos, eran cuatro.

De todas formas, tampoco pudo dedicarle muchísimo tiempo a mirar, porque el zombie que estaba metido en el parabrisas decide salir de excursión a buscar una nueva merienda. Y no, se negaba a enfrentarse a una boca pestilente como la de Ivonne otra vez. Y mucho más, se negaba a convertirse en una.

Oh, for fucks sake, I'll be blowed! - exclamó a medio camino entre enfadada y hastiada. Aún no se resignaba a que seguirían encontrando criaturas como aquellas, y solo quería que dejaran de aparecer para poder llamar una ambulancia. Asumiendo que vendría, claro.

Guardando el móvil en su bolsillo junto a la piedra, se acercó a mirar el bolso que la asiática había rescatado - Sorry, love - se disculpó por ir a meterse ella directamente, pero no quería que Yukino se quedara sin arma por estar ocupada repartiéndolas y ya tenía que pasarle una a Oli. Mejor así a la vez, que ahorraban tiempo.

Sacó del bolso un destornillador, que se guardó en el borde del pantalón con el mango sobresaliente, y con la otra mano tomó la llave de tuercas, que parecía menos pesada que la llave inglesa. Su plan era no acercarse a los bichos mientras pudiera, pero si veía que Oliver o Javier no acertaban en sus golpes o necesitaban ayuda, ir a darles a los zombies con la llave de tuercas en la cabeza. Además, ahora si se acercaban más de la cuenta tenía un plan b: destornillador en el ojo. Si funcionaba en personas, tenía que funcionar en zombies mientras les revolviera el cerebro, ¿no?

El zombie tirado en el asfalto dio un zarpazo que desequilibra al iracundo y decidido primo de la malograda primera víctima del accidente. El bestial golpe que pretendía desparramar los sesos de esa cosa por la carretera, impacta contra el suelo cerca de la cabeza, sin rozarla.

El muerto viviente intenta morder sin éxito, aquí Curro es más rápido y ágil evitando sus dientes portadores de muerte negra. Pero la pesadilla bañada en sangre que tiene frente así alarga sus manos forcejeando por agarrarle, gruñendo y baboseando sangre. Javi no tiene tiempo ni respiro para mirar hacia el coche ni lo que sucede con sus amigos.