Partida Rol por web

Un día normal en la oficina. Te desperezas lentamente en la cama, reniegas de tu gris trabajo mientras contemplas tu rostro más afeitado en un espejo seguramente quebrado en varios puntos, como tu espíritu. Te tomas un café y esperas a que haga efecto. Te ajustas la corbata, alisas las arrugas de tu traje. Le echas una mirada melancólica a tu pequeño piso, que necesita un toque femenino urgentemente, y vas al trabajo. A soportar al mamón de tu jefe. Y entonces él estalla en pedazos y todo el mundo intenta matarte. Para colmo, te ves inmerso en una batalla campal.
—¡Eh Claude! ¡¿A qué no esperabas que el día fuera a tornarse tan interesante esta mañana?!
No, claro que no. Aunque él y su jefe habían jugado con fuego y secretos. Y les habían explotado en la cara. ¿Qué habían encontrado en esas ruinas?
La granada hizo efecto, parcialmente. Las cosas nunca son tan buenas como uno espera. Salieron de las oficinas. Estaba tan agujereada que resultaría más fácil tirar todo el edificio que tratar de taponar todos los agujeros que habían sido provocados en ella. Salieron, el exterior era una batalla campal. Billy les indicó a sus compañeros quienes de los soldados de la Roal que veían eran los “poseídos”. “Habría que buscar un mejor nombre, o esta aventura puede convertirse en un hito de serie B”.
Iba a ser muy complicado atravesar ese jardín. Apenas había parapetos y Billy tenía la sensación de que todo el mundo quería matarles. Era duro ser tan popular. Escapar utilizando los transportes de los tejados era incluso más complicado, ya que llegar a los tejados sería complicado. Aunque él podía hacerlo, llevaba los retrocohetes bien cargados en sus botas. Pero no dejaría a sus compañeros atrás, claro. Ni a Claude. Claude era la clave de todo.
Antes de que pudiera pensar algo, y de averiguar si las palabras que Echo había filtrado por el comunicador había puesto al equipo de seguridad de la Roal de su parte, apareció la exo armadura, haciendo añicos una pared y pasándose de largo. Iba a ser un hueso duro de roer.
—Esta tenacidad me recuerda a una de mis exnovias, ¿Sabes Dunn? Tuve que atarla a la cama la última vez y salir corriendo, pero eso no creo que funcione con esa cosa.
Él bromeaba, Echo intentó inutilizar la exo armadura disparando a sus articulaciones. Si aquello no funcionaba, las palabras de Echo reverberarían en su mente durante unos momentos “Más potencia de fuego”. No, podrían herir al piloto.
—¡No necesitamos más potencia de fuego, señor, solo un disparo en el sitio adecuado! —Le arrojó a Echo su mira láser a la par que enfundaba el bláster —. Seguro que sabe cómo funcionan esas cosas, señor. Son como primos suyos. Seguro que hay un punto débil donde colocar una única bala. Uno que no hiera al piloto.
Si Echo tenía dentro de su cabeza los planos de la exo armadura podría encontrar un punto débil, o bien un punto clave de aquel entramado robótico, un punto donde colocar una sola bala para inutilizar toda la exo armadura; el nodo de comunicaciones interno, la fuente de energía. Cualquier cosa valdría. Si Echo le señalaba el punto con la mira láser, Billy solo tendría que disparar.
Sacó uno de sus revólveres. El tacto frío se contrarrestaba con el ardor que sentía en su corazón. “Siempre esa misma sensación”. Una única bala, un único acierto. Podía sentirlo; el peligro, el creciente aroma de la pólvora, la tensión, el miedo. La vida. Un parpadeo, colocó la bala justo allí donde le dijera su superior.
Y luego podría pensar en cómo salir de aquel atolladero.<*

Ningún fabricante diseñaría una servo armadura de combate que tuviese componentes críticos tan expuestos como para ser inutilizados de un solo impacto con un arma de calibre inferior… y de hacerlo, es improbable que alguien la comprase- le dijo Echo a Billy sin dejar de disparar -Los lugares más vulnerables serían el sistema óptico del casco, el punto de distribución del sistema hidráulico y las articulaciones…- le informó -La probabilidad de atravesar el blindaje en estos lugares es mayor que en el resto… y aumentará aún más si enfocamos todos los disparos en sólo uno de ellos- añadió mientras disparaba de nuevo.

La situación era aún peor de lo que esperaba la capitana. Uno o dos boom-boom normales, de los de mecha y estuche rojo eran sencillos de controlar sin generar mayores daños pero ella sabía que no tenían a nadie equipado para algo como esto. Un paso en falso y la colmena contaría con una consciencia menos, el planeta tendría que prescindir de su bonita taberna y la tripulación estaría varada en lo que se convertiría en un cráter repleto de huesitos calcinados.

Jack!!! Cariño! Tenemos un...emm... ligero problema. No crees que podrías subir a nuestra habitación y luego zum zum hacia abajo algo así como parecido al...ahora? Tenemos...o sea, tienes un par de cosas que ver aquí antes de que todo..bueno...emm..tu sabes...haga BOOM! con nosotros dentro?

Ok...calma. La tripulación necesita de un guía calmado y decisivo. Inciso 9, página 417 del tomo II, sub-sección 8 -Susurró su propia voz dentro de su cabeza mientras otros ojos leían el manual por primera vez.

Ahora lo que importaba era evacuar lo antes posible. Salvar los aparatos confiscados, reducir a los guardías y salvar las galletas para el té...o la misión sería un completo fracaso. Eso sin contar las preocupantes entradas finales. No...no había más opción; la hora del té sería cancelada y reagendada según necesidad. La voz de Greeny sonó dentro de la mente del Khaali llena de enojo mal contenido

Roddy! Es una catástofre! Mira este polvo! este desorden! No..no, no, no... no me gusta nada de nada. Asique me niego a registrar una sola habitación más! Asiii queeee....NUEVO PLAN! hasta donde específica el manual del usuario de este tipo de juguete ultra-duper peligroso que tanto gustan usar entre ustedes, el maestro de boom-boom debe estar cerca de los juguetes si quieren que funcionen... Ya que evacuar no es una opción... nuestra mejor opción es hacer que quien sea que tenga el boom-boom maestro esté lo suficientemente cerca de estas preciosuras como para que no apriete el botón y haga un agujero que ni todas las condenadas horas del té podrán llenar. Si estallan no habrá donde esconderse... pero si ellos están demasiado cerca no las harán reventar...emmm...creem... creo.

En cuanto a Jack -agregó más jovial- creo que viene enseguida...de seguro ya se está preparando! Ahora... no quiero ningún agujero en tu hermoso y lustroso tejido, asi que necesitamos un medio de mantener a nuestros niños cerca y dentro del edificio...A TODOS, mientras llega la caballería. Ideas?

Bueno, había un tipo. No tenían el nombre porque la tostadora y sus cálculos matemáticos decidieron que no era un sitio adecuado para un interrogatorio.  Malditos fueran sus transistores. Jim recapituló, mientras esquivaba balas. Había un tipo y unas ruinas que eran la clave de todo. Un trato no cumplido, llegó a sumar a su escueta lista de pistas luego de escapar de la muerte en forma de exoesqueleto metálico asesino. 

Al menos Billy parecía en su salsa. 

- Es tu atractivo animal, Dee. Seguramente te persigue a ti para preguntarte que colonia usas -contestó mientras su mente seguía desarrollando teorías en voz baja, mientras corrían de un lado al otro.

- Concéntrate Jim. Un tipo. No McKey, Johnny, el rengo. No, era un tipo. Eso es un tipo nuevo, alguien que no era de allí, no era interno. Al menos eso parecía. Alguien que les había propuesto un trato. Eso quiere decir que la Roal dejaba a este tipo hacer algo, ¿a cambio de que? ¿dinero? ¿silencio? ¿amenazas de destruir la sede de una importante companía minera sin importar las consecuencias?

Había hueso de donde roer con los datos que tenían. Si tan sólo su primer oficial no fuera tan práctico James pensaba que lo tendría casi cocinado. Pero estaba el pequeño inconveniente de la batalla campal donde estaban metidos. Billy quería deshabilitar la exoarmadura a lo Guillermo Tell y Echo quería llenarla de plomo a la vieja usanza. ¿Era él el único que veía un pequeño defecto en el plan? Eran 3 contra 20 mas una exoarmadura. ¿Por que demonios no escapaban como Dios mandaba? ¿Era acaso él el único cobarde práctico? Bueno, seguro que no lo era, apostaba que Claude era uno de los suyos.

- Yo digo que corramos en zig zag hacia nuestra nave a toda prisa, señor -dijo mientras desenfundaba y disparaba sin ningún tipo de miramientos ni objetivo en especial hacia la exoarmadura. No era su prioridad ni las articulaciones, ni el visor ni la madre que lo parió. No, James quería irse de allí cuanto antes.

—Correr es siempre un buen plan, ¡Sobretodo cuando nos están disparando!—añadió a las palabras de Dunn —.Pero también hay que dejar claro que somos la clase de tipos a los que no se jode. ¡Y perdón por la palabrota, señor!—seguro que había una puñetera ordenanza que específicaba que los miembros de la URI no debían decir palabrotas. Él era el primero que prefería correr a pelear, no por cobardía sino por honradez; las cosas no solían terminar bien para los tipos del otro bando y él no se sentía cómodo matando a alguien. Pero la exoarmadura era una amenaza demasiado grande como para dejarla a sus espaldas mientras acometían una retirada táctica.
Atendió a las palabras de Echo, no a sus quejas, sino a la información. El sistema óptico del casco quedaba descartado, no quería volarle la cabeza al pobre diablo que había sido "poseído" por una mente superior. El sistema hidráulico serviría. Esperaba. Entrecerró sus ojos y abrió el que tenía en el corazón; sentiría al hombre dentro de la máquina y trataría de que su disparo lo evitase.
—¿Calibre inferior, señor?—su sonrisa se ensanchó tenuemente mientras su diestra sufría al mantener su pesaso révolver en alto —. Puede que mintiese un poco cuando hice el inventario de mi equipamiento, pero desde luego Betsy y Daisy no están cargadas con munición de fogeo.
Hablar le ayudaba a concentrarse, evitando que pensase en que alrededor había un ejambre de balas dispuesto a dejarle como un colador. Hablar le ayudaba a mantenter el pulso constante, la cadencia de la respiración, la mano firme. Cuando lo vio claro, disparó.
Y luego, a correr.

-Si tiene detonador por tiempo no tiene que estar cerca para que funcione...Capitana

Detonador...por tiempo? 

Un minuto entero pasó antes que el ojo de la capitana se abriera más de lo que se creería posible. La tecnología militar era un tema casi taboo dentro de los kurdzianos. El solo entrenamiento de un agente de campo, que consideraba manejo de armamento de distinto calibre, requería una votación planetaria y autorización directa de Kudzo.

SIII! Eso dijo... un botón análogo. Si, eso mismo. Loco eh? Y pueden ponerlo como un reloj?! Lo sé! pero es que debes reconocer que es bastante listo -Las voces de la Colmena rebotaban al interior de las lianas de la joven capitana a medida que intentaba defender la idea que tanto le desagradaba.

Detonaaaador por tieeempo! -Repitió en medio de gritos de júbilo y shock dentro de la cabeza de Rod- DEEETONADOOR POR TIE-E-MPO! Ok, ok, ok... hay que decir que ustedes son....emmmm....ingeniosos! Si, eso queremos decir...O sea, booom! woow! por tiempoooo!

Si, nos calmaremos...lo siento -dijo tras unos segundos nerviosos, intentando mantener la serenidad- analizemos la situación; dijo..tu y yo, vale? No tenemos como desactivarlas y el... objeto-de-tiempo hace que mantener a los "ellos" cerca no represente cualquier tipo de seguridad. Qué sugieres? Oh! espera! podríaaaaamos, emmm... tomar las boom-boom y llevarlas a fuera o arriba o a alguna parte, con suficiente ruido todos saldrían y salvaríamos los archivos. O, podríamos sacar los archivos e intentar evacuar! ...O, podríamos.... 

Las ideas y el tiempo se acababan de prisa, pero eran más lenta que el contador de las bombas.

-...Eso...eso es lo que dije yo. Buscar las bombas y tratar de llevarlas al piso más alto. Con suerte habrá salas de conferencias vacías o algo así y será más fácil evacuar a la gente...

Continué

Oigo cuatro tipos dos en un cuarto y vuelvo a señalar la pared y dos en el pasillo. Quizá podamos noquearlos y si les retenemos en esta habitación seguro que cooperan a riesgo de no morir implosionados...

Lo primero es desactivar esta. Creo yo. E ir a por los dos del pasillo. ¿No?

Oguru, que por descontado estaba bastante seguro de sí mismo, podía coincidir con la opinión que Jack había expresado. Solo un suicida decidiría tenderle una emboscada. El problema es que se había cruzado con muchos suicidas en su vida, y el hecho de estar seguro de sus capacidades no le volvía descuidado. Otros capitanes piratas sufrían ese mal, se enamoraban demasiado de su propia leyenda, se creían las historias que los demás iban contando, y acababan cargando de frente contra un crucero de la flota estelar. Él no era un necio crédulo. Por otro lado, tres Skyjets nuevos eran un botín demasiado tentador. Generalmente la gente como Oguru nutría sus flotillas con deshechos. Naves de cargas reconvertidas, armas abandonadas en mitad de la batalla, despojos encontrados en desguaces. Nada de primera calidad. Un par de flamantes cazas nuevos, de última generación, podían darle una ventaja enorme en los bordes exteriores. Con ellos podía planear asaltos a convoyes realmente valiosos en lugar de conformarse con simples naves de carga solitarias.
Sin perder de vista a Jack, bebió en un par de tragos su bebida. Era evidente que en aquellos momentos estaba intentando tomar una decisión.

-De acuerdo, podemos echarles un vistazo… mañana. Esta noche va a ser movidita. Podrás encontrarnos en estas coordenadas-

Le mostró a Jack unos vectores espaciales que señalaban a un asteroide cercano. Un asteroide que conocía bien. Era una pequeña fortaleza dónde se reunían piratas, contrabandistas y fugitivos. La clase de sitio donde puedes encontrar un pasaje a cualquier lugar o comprar cualquier mercancía, siempre y cuando sobrevivas lo suficiente. Lo llamaban simplemente calavera, y con toda seguridad habría gente que reconociese a Jack.

-¿Qué nos traemos entre manos?- sonrió. -Un pequeño encargo, muchacho. Uno sencillo, pero para un patrón realmente importante. Si esto nos sale bien, y no hay forma de que salga mal, nos van a pagar una pequeña fortuna. Lo bueno es que el trabajo en sí mismo es lo de menos. Ese tipo… acojona un poco, pero nadie paga mejor que él en todo este condenado sector. Demonios, ¡en ningún sector! -

Oguru revisó la hora una última vez. Le hizo un gesto a sus hombres, y todos se levantaron al unísono. Tenían que irse moviendo.

-Yo de ti, no me quedaría por aquí esta noche-

Sin más, se encaminaron hacia la puerta. Todo el mundo dentro de la taberna se sintió bastante aliviado. La camarera soltó un fuerte suspiro, y luego una especie de sonrisa nerviosa. Se encaminó hacia la barra y se sirvió una bebida a sí misma, probablemente para relajarse.

-Al menos no han roto nada esta vez...- dijo para sí misma. Luego se acercó a Jack y le devolvió su chaqueta. -No deberías tratar con esa gente. Son piratas, ¿sabes? Por aquí pasan muchos como ellos, pero el de los seis ojos da miedo.-

Justo en ese momento Jack recibió la transmisión mental de la capitana.

Echo decidió pedir la colaboración de todos los guardias de Roal. Obtuvo cierta reacción. Más disparos en su dirección porque les había dado una ubicación más clara. La situación era demasiado confusa como para detenerse a escuchar a nadie. Tenían compañeros disparándose entre sí, una exoarmadura empotrada en el muro, un boquete en la pared del edificio principal, y todo había empezado con la llegada de los agentes de la URI.
Mientras tanto Billy dirigía sus palabras a Claude. El pobre estaba tan asustado que ya había mojado sus propios pantalones. Se había hecho un ovillo y gritaba de puro terror. No iba a poder moverse por sí mismo. Tal vez habría sido buena idea dejar que respondiese a James, porque un disparo desviado podía acabar con cualquier atisbo de información que el pobre diablo tuviese.
Quizás James llevaba razón. Quizás fuese mejor echar a correr cuanto antes. A cada segundo que pasaba el enfrentamiento se recrudecía. Llegaban más refuerzos, todos moviéndose hacia la zona en la que estaban. De esos refuerzos muchos seguían volviéndose parte del enemigo.
Si Billy tenía razón, si alguien les estaba controlando, ¿por qué no controlar a ninguno de los agentes de la URI? Tal vez Echo fuese inmune de algún modo, pero James y Billy eran tan humanos como cualquiera de los guardias. Prestando atención notaron algo interesante. Los “poseídos” habían alcanzado un número fijo. Solo se producía una nueva dominación cuando caía uno de ellos. En total debía haber unos veinticinco, lo que curiosamente era un pelotón estándar en cualquier fuerza militar.

La armadura disparó más o menos en su dirección. Aún no se había soltado del todo, así que el ángulo solo le bastó para impactar un par de metros a la derecha, volando parte del muro en el que se cubrían. Si no conseguía soltarse no iba a poder abrir fuego de forma más certera. Ya que no lo conseguía dando tirones, lo intentó de un modo un tanto más extremo. Disparó con el brazo que se había quedado encajado en el muro. La explosión sonó más potente porque el proyectil no tenía ningún espacio que recorrer. El propio cañón debió reventar. La armadura cayó de espaldas al suelo con el brazo que había estado atrapado echando humo. El pobre diablo que la pilotaba debía tener quemaduras en todo el brazo, además de algún hueso roto, pero estaba libre. Pronto comenzó a moverse, levantando el pesado armazón para apuntarles una vez más. Ya no tenían sitio donde cubrirse.

Billy abrió fuego, impactando justo al lado de donde debía estar el torso del piloto. Su pistola tenía bastante más potencia de la que parecía, así que consiguió hundir un poco el blindaje. El rifle de Echo tampoco se quedaba corto. Su disparo hizo un pequeño agujero en el armazón. La armadura comenzó a levantar el brazo una vez más, cargando el que sería el disparo definitivo. Billy disparó de nuevo, perforando definitivamente el blindaje. El siguiente disparo de Echo entró por el mismo agujero. Era casi milagroso que el humano y la máquina estuviesen disparando con semejante precisión en tan poco tiempo. Empezó a salir vapor por el agujero, pero no se conformaron con eso. Ambos siguieron disparando mientras veían el cañón apuntándoles directamente. Mas humo, más vapor. Al final se escuchó el sonido del sistema vaciándose de líquido, y las extremidades de la armadura quedaron colgando pesadamente. El piloto intentó hacer toda la fuerza posible para volver a levantar el cañón, pero apenas consiguió balancearlo un poco. Hacía falta muchísima fuerza para moverlo sin los motores de la propia armadura.

Como recompensa a su hazaña, tuvieron que cubrirse rápidamente. Una nueva ración de disparos les llovió de los alrededores. Se habían librado del enemigo más peligroso, pero no de todos los demás. Al aguantar la posición se habían complicado la huida, aunque también habían conseguido un nuevo camino. La exoarmadura había abierto un nuevo boquete en el muro, así que también tenían esa ruta disponible. Era el camino más corto, pero también el más evidente.

-Yo puedo desactivarlas- Respondió Garret por el comunicador. -Si puedo llegar hasta ellas, sé como desactivarlas, pero tendréis que ayudarme a llegar-

No lo decía por decir. Era un tipo bastante grande equipado con una especie de armadura que lo hacía pesado. No iba a poder moverse con demasiado sigilo como para llegar a los dispositivos de implosión. Quizás el plan de Rod era mejor idea. Por la naturaleza de ese tipo de artilugios, subirlos al tejado probablemente destruiría la última planta, pero no debía dañar mucho más la estructura del edificio. Por supuesto también tenía sus riesgos. Mover un explosivo activado nunca es una buena idea. En realidad ninguna solución parecía demasiado buena.

Mientras tomaban una decisión el tiempo seguía corriendo. Rod pudo escuchar como estaban terminado los preparativos de una bomba más. No debía quedarles mucho, pero estaba bastante seguro que al menos les quedaba poner una más en la habitación más al fondo del pasillo. Tampoco le faltaba razón en que probablemente no querían quedarse allí a verlas explotar, así que ese era su margen de tiempo. El necesario para acabar de situar las cargas y salir del edificio.

-Capitana.O decide algo ya o desaparezco de este hotel. Hay que encargarse de los 4 hombres que las están poniendo. Y tratar de llevarlas arriba por si acaso había alguien más encargado. 

Según digo esto cojo todos los papeles que son útiles de la habitación.

-Prueba a llamar a llamar a Jack lo mismo puede accionar una alarma de incendios abajo y en lo que se evacúa el edificio nosotros retenemos a estos payasos y desactivamos o alejamos los artefactos. Decidas lo que decidas hazlo rápido. En 2 minutos yo salgo por esa ventana y me voy a la nave.

Echo era una máquina de alta precisión, un no-organismo repleto de sensores, detectores y capaz de trazar complicados cálculos matemáticos en cuestión de segundos. La ciencia puesta en escena. Como las matemáticas, igual que la ciencia, la máquina no fallaba. Su ojo cibertrónico era su corazón y donde ponía el ojo, allí iba el disparo de su arma. Billy no tenía nada de eso. Decir que las cuentas se le daban mal era ser bastante generoso, tampoco poseía un centenar de sensores para analizar su entorno, y desde luego sus neuronas no irían nunca tan rápidas como los pensamientos binarios de Echo, salvo cuando bebía tequila de Gusano Rojo.
Pero había dado en el blanco de igual forma. Durante unos momentos, Echo y él hicieron una tanda de disparos certeros y precisos, acompasados como una sinfonía de destrucción. Echo era claramente superior, pero en un concurso de tiro al blanco allí estaría Nueve Manos tratando de ponerle las cosas feas.
El silbido del vapor sonó a victoria. Humo, una explosión y la exoarmadura quedó inutilizada. Sintió una punzada de remordimientos en su corazoncito el pensar en el piloto. Solo era una marioneta, como los demás. Le guiñó el ojo a Echo.
—Buena puntería, jefe. Aunque me siento un poco incómodo, nunca había compartido el mismo agujero con la pistola de otro —otra sonrisa; seguían vivos, ese era buen motivo para sonreír.
Sus enemigos no pensaban igual. No le costaba mucho imaginarse como se habían convertido en los tipos más odiados del barrio. Antes de la llegada de la URI, todo estaba enorme. Ahora la base estaba agujerada, había muerto gente y su jefe estaba desparramado por la oficina.
—Joder, Echo, sabía que no eras popular, pero este recibimiento tampoco es normal —¿Tienen sentido del humor los robots? Seguiría intentándolo.
No dejaba de resultar curioso que ni Dunn ni él se viesen afectados por el titiritero. Eran unos buenos blancos, pero por algún motivo habían sido ignorados. Y no creía que por intereses.
—Por algún motivo no puede controlarnos—les dijo a sus compañeros mientras se asomaba de su parapeto para contemplar la escena; uno de los petardeos de la exoarmadura había abierto un boquete en un muro. Aquello era una salida —. Es una buena opción, pero si nos exponemos trataran de dejarnos como un colador. O salimos ahí fuera devolviendo el fuego o pensamos algo —pensar estaba bien, de ahí salían grandes planes, ideas y estrategias, pero para él la vida era un torrente de fuerza, no había tiempo de pararse y meditar, era el momento de coger la ola —. La prioridad es sacar a Claude de aquí. Echo, eres el único antibalas y el único que puede cargar con él en una carrera. Si no se te ocurre nada mejor, propongo que te eches una carrera con Claude mientras Dunn y yo te cubrimos.
Contra una compañía de soldados y guardias de seguridad entrenados no iban a durar mucho, pero al menos tendrían una oportunidad.

Sus sanas intenciones de alejarse del tiroteo no tuvieron buena acogida entre sus compañeros. Como recompensa a su heroísmo habían conseguido deshabilitar la exoarmadura y abrir una nueva puerta mágica por donde escabullirse. Si no la tomaban Jim pensaba seriamente en recomendar una evaluación psiquiátrica a Billy, y una limpieza de engranajes a Echo.

Las balas seguían decorando la pared a su alrededor y cada segundo perdido era un paso mas hacia el frío abrazo de la parca. Su compañero se preguntaba por qué no podían controlarlos, y era algo que venía carcomiendo la mente de James desde hacía un rato. Desde la explosión de sesos, aproximadamente.

- Jefe -exclamó, mientras seguía disparando-, ¿Hay registro de que los empleados o guardias de la Roal lleven un chip o algo? Tal vez ese pudiera ser el motivo por el que los controlan a ellos y no a nosotros. Igual, aunque te conozco poco, no se me ocurre nadie que quisiera entrar en tu cabeza, Billy.

Se agachó, pensando en lo bien que estaría si se hubiese quedado en la nave o con la capitana, pero no, tenía que elegir el sitio de los muertos y las explosiones. Alguien allá arriba no lo apreciaba. Y por allá arriba se refería a los altos mandos de la URI.

- Coincido, cubramos a Echo y luego salgamos de aquí, quisiera ver en que otro sitio pueden dispararnos, ya me aburrí de este. 

No eran solo las palabras del peludo oficial de cubierta (o lo que fuera que le había caído en cargo), sino los miles de ojos que se levantaban media galaxia más lejos esperando la decisión de Greeny... todos empujando un poco más de presión sobre ella. El tiempo se había detenido a su alrededor, como si los minutos hubiesen decidido detenerse y correr en dirección contraria.

Tienes razón, condenados humanos o proto-humanos o mamiferos o lo que sea que se llamen a si mismos! -dijo en voz nerviosa sin perder del todo  su tono de broma. Su cuerpo, como parte de la reacción nerviosa-defensiva de su especie, comenzó a emanar miles de esporas que salían volando de su cuerpo con cada pequeño movimiento. Si la bomba no lo destruía todo, la habitación sería una pesadilla para el quipo de limpieza- Jack! Última oportunidad, necesito una distracción...tu sabes como hacerlo no? botella aquí y allá, le das con un muro en la carita de alguien pero necesito ruido...mucho ruido. AHORA! PERO YA!!

Ahora volvió a girarse hacia Rod- Tienes razón, ra-pi-din-din-din movamos esto... ventanas probables para lanzarlo? rutas de subida? necesito cálculos kurdzo! -agregó casi hablando a si misma pero concentrandose en mirar al khaali- A mover, mover, mover!... ... ... eso también va para ti mi soldadito, corre! T -2 en prioridad azul, Garret, AZZZZUL

Greeny abrazó una de las bombas mientras flexionaba las piernas, lista para levantar una de las cargas explosivas.

Donde uno acaba, nosotros persistimos -enseguida respondió su mente por voluntad propia. Un antiguo dicho de su planeta sobre la supervivencia del Nido por sobre cualquier otra cosa.

-Nada de lanzarlas, hay que subirlas. O por dentro o por fuera del edificio... Pero hasta que este no haga ruido no podemos salir por la puerta. 

Me coloco en posición frente a la puerta esperando que haya movida para salir de la habitación.

-Mira si puedes subir el dispositivo saliendo por la ventana, trata de dejarlo lo más arriba posible. Yo trataré de limpiar las habitaciones mientras.

...vamos capullo haz ruido...

Por fin podía relajarme un poco y espatarrarme en la silla dando un buen trago de cerveza… con Oguru y sus matones fuera, el ambiente había cambiado de forma radical y lo más importante: seguía de una pieza. – Ni en broma voy a ese asteroide – pensaba dando otro trago – seguro que aún me buscan por lo de la última vez jejeje… que les den!

Fue entonces cuando empecé a prestar más atención a las comunicaciones y joder… en menudo marrón se habían metido. – Lo sé preciosa, pero no deberías meterte donde no te llaman… siempre acabas con problemas… como el que te estén llenando el edificio de bombas, así que yo de tu iría activando alguna alarma y echando a estos patanes de por aquí – comenté a la camarera mientras me levantaba de la silla y me ponía la chaqueta – ¿Cómo cojones quieren que cree una distracción? – y un pequeño chispazo saltó… Oguru no paraba de mirar el reloj… seguro que tenía algo que ver con todo esto… pero había dicho que la fiesta sería esta noche…

- ME HABÉIS OÍDO PANDA DE BORRACHOS MUGRIENTOS Y NAUSEABUNDOS… NO OS QUIEREN POR AQUÍ – empecé a gritar mientras me iba dirigiendo hacia la recepción del hotel e iba volcando mesas y sillas – ASÍ QUE YA ESTÁIS LEVANTANDO VUESTROS ASQUEROSOS, APESTOSOS Y FEOS TRASEROS Y NOS DEJÁIS A MI Y A LA SEÑORITA UN POCO DE INTIMIDAD – esta vez puse más hincapié asegurándome que las mesas y las sillas que iba tirando estuviesen bien llenas u ocupadas por algún pobre desgraciado. Fue entonces que, sin mirar atrás, aceleré el paso escaleras arriba – Como esto no vaya a estallar en breve, ¡os juro que os mato! – comenté por el comunicador mientras me dirigía a reunirme con la capitana y compañía.

Tu habilidad con disparando ha sido un 27.46% mejor a lo anticipado, las correcciones que he debido efectuar han sido mínimas- le respondió Echo a Biily después de que ambos consiguieron inutilizar el sistema hidráulico de la servo-armadura, lo cual aumentaría considerablemente las probabilidades de éxito a la hora de escapar… claro que por desgracia, estas sufrieron de nuevo un rápido descenso cuando, en lugar de seguir sus indicaciones, los miembros del cuerpo de seguridad de la Roal que no estaban siendo controlados, empezaron a dispararles. Y a pesar de que una parte de Echo registró con curiosidad e incluso cierta satisfacción como los orgánicos, una vez más, desafiaban todas lógica posible, pues eso significaba que aún le quedaba mucho por aprender de ellos, la situación actual hacía que tal comportamiento resultase altamente inconveniente en aquel momento.

No tengo registrada una acepción de “popular” que sea adecuada para esta situación…- le respondió a Billy -Pero hay un 43.12% de probabilidades de que haya cometido algún tipo de error desconocido con mi mensaje… aunque soy incapaz de determinar si se debe a un error en el lenguaje o a otros factores indeterminados- añadió mientras se cubría de los disparos.

Aunque tú análisis de la prioridad actual es exacto, te informo que el termino antibalas es inexacto. A pesar de ello, ciertamente mi unidad corporal puede resistir mayores daños que las vuestras antes de sufrir un deterioro de su capacidad de funcionamiento- dijo -Tú proposición es la que tiene una mayor probabilidad de éxito en esta situación, si me proporcionáis cobertura hasta el muro más cercano podré subir por él con facilidad y usar la altura para cubrir vuestro escape mientras la supervivencia de Claude no se vea comprometida- les dijo al tiempo que accedía a los registros de personal, informes médicos y registros de equipamiento de la plantilla de seguridad asignada a la base en busca de la información que James le había pedido

En los próximos minutos todo podía irse al infierno. No era una novedad para nadie. Todo el mundo sabía que pertenecer a la URI conllevaba ciertos riesgos. A veces podía tratarse de un virus alienígena que había estado milenios incubándose en alguna cripta descubierta accidentalmente. En otras ocasiones un mal entendido cultural podía llevar a algo peor que un intercambio poco amistoso de impresiones. Incluso eran conocidos casos de naves cuyos sistemas habían enloquecido al acercarse demasiado a una singularidad. En aquel momento el peligro era algo mucho más mundano. Bombas.

Jack creía haber salido más o menos airoso de la situación en la que se había visto involucrado. El destino, en forma de mensaje mental de su capitana, le demostró que aún no estaba precisamente a salvo. No mentían ni bromeaban. Era el momento de una distracción. La camarera quedó perpleja ante las primeras palabras del agente. Obviamente pensó que bromeaba de algún modo. ¿Llenar el hotel de bombas? Nadie tendría interés en hacer algo así, no en un planeta pequeño, minero. Allí no había grandes mafias y la actividad criminal tampoco era especialmente elevada. Sí, pasaban piratas o contrabandistas, pero precisamente siempre estaban de paso. Sin embargo Jack se levantó, arrojando muebles y sillas a uno y otro lado. Los clientes de la taberna reaccionaron primero con estupor. Creían que el momento de tensión ya había terminado. Luego pensaron que Jack debía haber bebido demasiado. Finalmente echaron a correr cuando más de uno de ellos se vio a sí mismo en el suelo, con su propia bebida derramada por encima.

Era la oportunidad que Rod había estado esperando. No solo comenzó a escucharse ruido desde el piso inferior. Pronto comenzó a sonar una alarma en todo el hotel. Quizás la distracción había sido demasiado. Su afinado oído le indicó que los piratas en el pasillo también se habían sobresaltado… lo cual no era especialmente recomendable cuando manejaban explosivos. Aún así no hubo percances. Aún no. Tanto los piratas que estaban en las habitaciones como los del pasillo, se acercaron a las escaleras. No sabían a qué venía todo ese escándalo, pero sabían que no les convenía.

-¿Qué cojones está pasando?- Preguntó uno.

-No creo que el capitán haya vuelto a liarla, ¿no?- le respondió un segundo

-Si el capitán la hubiese liado, no quedaría nadie para hacer sonar la alarma-

Entonces se unieron a la conversación los dos piratas provenientes de las escaleras.

-¿Qué más da? Aún no había acabado de poner la última-

Después siguieron unos instantes de silencio tenso. Silencio solo roto por el sonido de los piratas preparando las armas.

-Sea quien sea, nos lo cargamos. En cuanto asome por el rincón le volamos la tapa de los sesos-

La buena noticia era que estaban de espaldas a Rod, dándole vía libre para salir de la habitación. Si se movía en silencio podría evitar a los piratas. La mala noticia es que estaban esperando la ascensión de Jack. De un modo u otro el tiroteo parecía inevitable.

Mientras tanto Greeny se había hecho con el primer artefacto explosivo. No era demasiado pesado, así que no le costó mucho salir por la ventana, trepando tal como había hecho para entrar, y llegar hasta el tejado. La bomba no estaba desactivada pero al menos causaría menos daños en esa zona.