Partida Rol por web

El sonido de la puerta casi hizo que pegara un grito del susto, dando un salto hacia atrás cautelosa mientras veía cómo se abría lentamente. Esperó unos eternos segundos mirando el interior desde su posición sin llegar a cruzar el puente, cotilleando un poco lo que había antes de alzar la vista de nuevo.

- Gracias.- No sabía si había sido ella o el destino le había brindado un poco de suerte, fiándose por primera vez y cruzando con cuidado de no caer y apoyando su lanza en la pared.

Leyó el cartel y entendió el mensaje al instante, mirando entre todas las opciones que tenía por delante.

Nunca antes había agradecido tener un hacha tan cerca. Aunque era cierto que todavía no había tenido problemas con la lanza, ese arma era como estar de nuevo en su distrito, su casa, asiéndolo con fuerza para calibrar su peso y ligereza al igual que hizo en la sala de entrenamiento. Por si acaso alzó levemente el hacha para señalar que sería esa el arma escogida antes de dejarlo a un lado para mirar las mochilas.

No necesitaba el agua teniendo en cuenta que había encontrado un río y pensaba no alejarse demasiado de su cauce, también creía que podía pescar gracias a la lanza o capturar algún pequeño roedor, así que cogió la mochila que contenía el kit de primeros auxilios, llevándose una correa al hombro y cogiendo después un mapa.

Agarró el hacha con una mano y la lanza del principio con otra, saliendo después por el mismo camino que había tomado e hincando una rodilla en el césped para abrir la mochila. Quería ver si había algún tipo de recipiente que funcionara de cantimplora para llenarla de agua, además de observar con más detalle el mapa.

Los ves a gran distancia. Uno al sur y otro al suroeste. No ves dónde apuntan exactamente. La única referencia que tienes es la luz que sale del cielo.

Sales del puente por su lado norte, el mismo por el que habías entrado. El kit de primeros auxilios contiene vendas, pomadas para alergias y quemaduras, antibióticos para infecciones, hasta aguja e hilo para dar puntos. Además cuenta con una cantimplora de un litro.

Por favor. Todos aquellos que hayáis encontrado objetos y/o armas añadidlas a la pestaña de equipo del personaje. Gracias.

Había más de lo que necesitaba, sonriendo al aire pensando en su “hada madrina”, quien sabría que la estaría observando en estos momentos a través de las cámaras. Gracias, Raziel.- No sabía si eso la ayudaría a poder encontrarle, pero sí para sobrevivir unas horas más, lo suficiente para seguir avanzando.

Cogió la cantimplora, agitándola para comprobar si estaba llena y, en caso de que no fuera así, la llenaría del agua que corría en el río, dándole un par de sorbos y volviendo a rellenarla antes de guardarla en la mochila. Después desplegó el mapa en el suelo, sujetando con sus manos ambos extremos. Intuyó que las zonas oscuras serían las zonas caídas, mirando hacia atrás de su posición al ver que sólo quedaba una casilla para llegar hasta la que se situaba.

En cualquiera de los casos tenía que ir hacia el sur, trazando una ruta con el dedo mientras bordeaba el río. Los que quedan dudo que se hayan movido del río, es lo más seguro ahora mismo.- Tendría que cruzar el puente hacia el otro lado, cogiendo el mapa antes de internarse de nuevo en el almacén para salir por la otra puerta.

Antes de cruzar el puente divisas a una persona en la otra orilla, bastante alejada. No te cuesta nada reconocerla. Es Kumi, la chica del distrito 12. Ella está mirando también hacia ti.

Si tuviera que describir en una palabra lo que sintió al segundo de ver otro tributo, sin duda sería “miedo”.

Había parado su paso antes de volver a pisar siquiera el puente cuando vislumbró una silueta en la lejanía, descifrando al poco que se trataba de la chica del 12, Kumi. Tragó saliva notándose la garganta seca a pesar de que acababa de beber y apretó con tanta fuerza las armas que llevaban en sus manos que le dolían los brazos.

No quería luchar. No quería matar. No quería siquiera tener que huir de ella para que no acabara con su vida.

Paralizada sin saber qué hacer, recordó los pocos momentos que habían compartido, sobre todo para tener en cuenta si era alguien peligrosa. Sin embargo juraría que era de las suyas, otra víctima de los juegos que no quería derramar sangre, o esa fue la impresión que le dio en la fiesta al verla tan tímida y distante del resto.

Se hizo una promesa antes de salir de su distrito, y era que no mataría a nadie. Por favor, no seas mi enemiga.- Sabía que ella ahora mismo la estaba observando y esperaba que no huyera de primeras, clavando con movimientos lentos la lanza en el suelo y dejando el hacha a su lado, apartándose de las armas un par de pasos antes de arrodillarse, sin dejar de apartar la mirada en su dirección.

Quería que la viera desarmada sin intención de luchar, tal vez buscando el pacto que no lograron entablar en la fiesta.

Tardo unos momentos, pero usando su boca y sus dedos logró soltar las ramas de sus pies lo suficiente como para ponerse en pie y escalar nuevamente uno de los árboles, para comenzar a moverse tan rápido como podía entre las ramas en la dirección en que se había iluminado y anunciado la Cornucopia 2.

Al otro lado de el  puente divisas a una persona en la otra orilla, bastante alejada. No te cuesta nada reconocerla. Es Gretchen, la chica del distrito 12. Ella está mirando también hacia ti. Cuando te reconoce ves que deja caer al suelo su lanza y un hacha. Abre las manos para mostrarte que está desarmada.

Logras zafarte de las plantas y reemprendes la marcha. Los focos señalan un almacén metálico de color negro situado a gran distancia en un puente de piedra sobre el río. Para llegar hasta él, deberías continuar hacia el nordeste.

Kumi eleva las manos con su rama en la diestra, luego deja la rama en el suelo para que ella vea que no tiene intención de dañarla. Luego se cruza de brazos y espera qur se marche para acercarse ella al puente.

No va a ser tan tonta de pensar que no tiene nada oculto y no piensa aproximarse con ella allí

Ves como Kumi eleva las manos con una rama en la diestra, luego deja la rama en el suelo. Tras esto se queda quieta y cruzada de brazos.
 

Le alegró que Kumi no estuviera lo suficientemente cerca como para ver sus manos temblar, escondidas en su regazo mientras esperaba su “respuesta mímica”. Observó cómo cogía un palo preguntándose si realmente la joven no tendría arma o la tenía escondida, aunque de primeras le dio a entender que ambas buscaban lo mismo: No morir.

Respiró aliviada aunque seguía sin fiarse del todo, sonriendo mientras se levantaba todavía con cuidado.

Cogió sus armas y alzó brevemente su lanza para que la viera, al igual que se giró para señalar la mochila que llevaba colgada en la espalda antes de señalar al almacén metálico que las separaba, indicándole que todo estaba ahí dentro.

Después, por si ella no se fiaba tampoco, se alejó unos pasos del puente, esperando que fuera ella la que fuera a su posición con el río protegiéndolas a ambas.

Gretchen cogió sus armas y alzó brevemente su lanza para que la viera, al igual que se giró para señalar la mochila que llevaba colgada en la espalda antes de señalar al almacén metálico que las separaba.

Luego dio unos pasos separándose del puente y se quedó inmóvil.

¿Y dónde vi la primera, al sur o al suroeste?