Partida Rol por web

¿Cómo de grande es esto?

Viéndolo desde casa parecía un recinto medianamente extenso, pero no lo suficiente como para no encontrarse ningún tributo en horas. Gretchen podía pensar que estar sola en medio de la Arena sería una buena señal, que podría descansar y tener el tiempo justo para esconderse, buscar sustento antes de entablar lucha con otro, pero sabía perfectamente que el Capitolio necesitaba acción continua, prohibiéndole la tranquilidad que ansiaba.

Aprovechó otros segundos para recuperar el aliento, de nuevo comprobando cada pocos pasos si alguien la seguía. Pueden estar en cualquier parte.- El hecho de no escuchar más cañones le hizo intuir que no sería la única con este dilema, eso o todos estaban haciendo una alianza para buscar al resto, quedándose aislada del grupo fuerte.

Se retiró mechones de cabello sudados del rostro, avanzando esta vez más despacio hasta que lo vio de lejos. No supo por qué pero se agachó, como si creyera que alguien se había dejado el arma perfectamente colocada sobre el tronco y estaría a punto de volver, esperando unos eternos minutos en el follaje de la Arena.

Se acercó como pudo, estando esta vez más atenta de todo lo que acontecía a su alrededor hasta que estuvo lo suficientemente segura como para levantarse y coger el arma. Una lanza.- Pasó la yema de los dedos lentamente por el filo para comprobar su corte, aunque evitando hacerse daño. Luego calibró el peso del arma, sujetándola tanto con ambas manos como con una.

Nunca había usado una, acostumbrada demasiado a sus queridas hachas, pero sabía que podía servirle para cazar peces si encontraba un río.

No sabía si había sido un golpe de suerte o un regalo de su patrocinador, pero sonrió agradecida al cielo, como si buscara la cámara que la estaría enfocando.

Tenía que seguir caminando y buscar sustento, usando la lanza a modo bastón para guiar sus pasos y adentrándose todavía más en la arena.

Para aclarar. Los números del hexágono corresponden con los siguientes puntos cardinales.

1- Norte

2 - Sur

3- Noreste

4 - Suroeste

5 - Sureste

6 - Noroeste

El río es muy caudaloso. Lo suficiente para no poder atraversarlo sin ser arrastrado por las turbulentas aguas. El terreno que te rodea esta salpicado de charcos como los que viste con anterioridad, un barro denso y oscuro. A pesar del sonido del agua distingues claramente pasos que provienen del sur. Siguiendo con la vista el cauce del río ves, a lo lejos, en dirección NE un gran puente de piedra que cruza el río. En el centro del mismo parece haber una especie de estructura de metal oscuro. ¿Una cabaña?¿Un almacén? No acabas de distinguirlo.

Al escuchar el ruido Hiroshi no pudo evitar acercarse tratando de hacer el menor ruido posible. No sabía lo que había sido, así que prefirió intentar llegar hasta allí haciendo el menor ruido posible para averiguar qué era lo que se había oído.

Con lentitud extrema, procurando hacer el menor ruido posible te acercas a una distancia prudencial del matorral. Distingues un par de zorros. Percibes inmediatamente que estos animales son una de las mutaciones del Capitolio. El color negro intenso y los colmillos superiores mucho más grande de lo habitual son prueba de ello.

Me encamino con cautela hacia la mochila. esta por el hecho que estuviera ahí sin más me resultaba sospechoso, e hizo moverme con mayor precaución. Doy hasta estar junto a la mochila, chequeo a mi alrededor en caso de percibir la presencia de algún tributo o una trampa, y me coloco de cuclillas en frente de esta para poder examinarla.

Miro lo que parece ser una cabaña, un lugar donde podrian haber unas proviciones por lo que comienzo a caminar a ese lugar y casi llegando a la cabaña comienzo a ir en sigilo por si alguien mas estuviera por ahi. - Debo tener cuidado tengo a varias personas queriendo matarme para esto.

Por fin le pareció escuchar agua. Aquello la animaba y a la vez le obligaba a suponer que más gente acudiria allí para ir a abastecerse. ¿Los demás tendrían recipientes para poder llevar agua encima? ¿Les habrian dado armas? A ella desde luego nada de nada.

Elevó su mirada y valoró la posibilidad de trepar a un árbol e intentar ver algo desde allí arriba. Estaria pendiente por si alguien la veia subir, al estar más expuesta, y poder dejarse resbalar con rápidez por el tronco del árbol.

Al ver a los mutos Hiroshi decidió dar media vuelta y volver por donde había venido para evitar que lo vieran. No tenía intención de enfrentarse a ellos sin haber encontrado nada que pudiera serle de utilidad como arma. En ese momento se dio cuenta que aquello podría ser un problema y debía de empezar a pensar en buscar algún tronco o algo que pudiera ayudarle a defenderse, y también debía de buscar algo de comida.

Por el momento decidió poner algo de espacio entre él y los zorros para evitar así el peligro.

La niña se mordió una de las uñas, nerviosa. Sabía que no iba a ser sencillo, sin embargo le preocupaba llevar ya media mañana sin ver ni escuchar a nadie, aún cuando si había escuchado el cañón que indicaba que ahora eran sólo once. De pronto, pudo escuchar el rumor del agua, haciendo que se animara y comenzara a avanzar entre las ramas de los árboles con cuidado pero más de prisa. Se sentiría más segura una vez que estuviera cerca del río, pues además de contar con agua fresca tendría más posibilidades de encontrar árboles frutales o incluso podría intentar hacer una red con lianas para atrapar algún pez. Sí, un río era una buena idea.

Llegas hasta la mochila sin ningún percance. Parece que este año los vigilantes de los Juegos, en lugar de concentrar las armas y recursos en un solo lugar las ha diseminado por la arena. Sois menos tributos que otros años así que parece que el Capitolio prefiere evitar los baños de sangre y veros morir poco a poco.

Te hace con la mochila  y en ella hay un kit bastante completo de primero auxilios, vendas, antibióticos, pomadas cicatrizantes, antiquemaduras, prácticamente todo lo necesario para curar heridas en la Arena.

El puente está lejos. Teniendo en cuenta la referencia del hexágono estaría como dos hexágonos más hacia el NE por lo que tardarías un par de horas en llegar.

Trepas sin esfuerzo a un gran árbol cercano.  Tus salidas al bosque en tu distrito te han acostumbrado a ello. Al comenzar el ascenso ver que, del matorral en el que habías oído ruidos, salen un par de zorros corriendo hacia ti. Percibes inmediatamente que estos animales son una de las mutaciones del Capitolio. El color negro intenso y los colmillos superiores mucho más grande de lo habitual son prueba de ello. Cuando consigues alcanzar una altura lo suficientemente segura miras a tu alrededor.  Mires donde mires ves multitud de copas de árboles. La Arena es inmensa. El río está más lejos de lo que parece.  Parece que la Arena está diseñada para amplificar los sonidos. Al Norte y  al NE puedes distinguir entre los árboles y ancho y caudaloso río.

Habia supuesto que habría algún bicho en aquello matorrales pero no se imaginó que fueran aquellas malditas mutaciones. No poseia armas, así que sabia que tendria que ingeniarselas para conseguir una. Una mejor que la piedra que tenia en las manos. Aún así quiso intentar a ver si tenia suerte. Descendió lo justo para que aquellos zorros no la alcanzasen y apuntó a la cabeza de una de las bestias. Luego la lanzó con fuerza
 

Consigues separarte de allí  sin que los terribles zorros noten tu presencia. A la que vas caminando reparas en piedras  de un tamaño apropiado como para lanzar ante un peligro.