Partida Rol por web

- Doctor, no se aleje demasiado!! Antes de movernos habrá que decidir hacia donde- le dice a Lucius cuando este comienza a caminar divagando sobre teorias e hipotesis acerca de la ciudad. Luego se gira hacia el resto -Quizas es buena idea echar un ojo mientras vamos hacia el centro de la ciudad- sugiere.

-No creo que te escuche, Gabriel. Miralo, esta como un niño en una tienda de golosinas, creo que se ha olvidado incluso de nosotros- algo mas relajada sonrio mirando el entusiasmo con el que Lucius fotografia todo lo que encuentra a su paso -Sera mejor seguirlo antes de que lo perdamos de vista. Parece que se dirije hacia ese edificio. Es buena idea como bien dices echar un ojo a todo. Si Lucius ha elegido empezar por alli empezaremos por alli- Sin saber porque me siento mas tranquila y sonrio a Gabriel mientras le hablo, volviendo la cabeza busco a Norman con la mirada- Vamos Norman, tenemos que cuidar de que nuestro cientifico no se despiste demasiado.

La ciudad ha despertado mi curiosidad, es totalmente diferente a todo lo que he visto en mis viajes, la ocasion es unica y no pienso dejar ningun lugar por explorar. 

Le guiño un ojo a Alison mientras avanzo enarbolando mi revólver.

- Rock and Roll, cerebritos -digo, intentando darme más ánimos a mí que a ellos- Me sentiré mejor cuando esté seguro de que no hay más robots vigía ni nazis trasnochados. Y os recuerdo que tenemos que encontrar una salida de este sitio o pasaremos a formar parte de las ruinas.

Con Lucius absorto encabezando la marcha, avanzais hacia lo que parece un coliseo. Por el camino solo encontrais desolación, casas vacías y ningún rastro de vida reciente hasta que algo llama poderosamente vuestra atención: Clavado literalmente en la pared de un edificio veis el cuerpo sin vida de un hombre; Viste ropas de abrigo y luce la esvastica nazi en ellas; Parece haber sido empalado por varias saeta so lanzas dentadas y todavía sostiene una pistola en su mano muerta. parece que se defendió contra lo que fuera que le atacó. Curiosamente, por su estado, no parece que haya muerto recientemente y mucho menos que sea tan antiguo como los restos reptilianos que encontrasteis en la torre.

-Oh... - Lucius se queda un momento parado, señalando hacia el cadáver, visiblemente agitado - ¿Ha-ha-ha-habéis visto eso?.

Por un momento amaga un paso hacia atrás, asustado, pero el hecho de que el hombre ya este muerto y su curiosidad le llevan a acercarse despacio, haciéndole varias fotos antes de tocarlo. - Obviamente no puede ser tan antiguo como estas ruinas, pero tampoco parece una de esas... cosas.... d-del submarino. Tal vez pueda dilucidar cuándo murió - musita con algo de miedo, mientras desabrocha un poco la camisa para tocar el cadáver.

Solo un experto forens epodría determinar la edad del cuerpo ya que la baja temperatura lo ha conservado en buen estado; Pero su equipo delata la época en la que llegó aquí: Casco y gafas de aviador, máscara y chaquetón de piel, así como comida enlatada, cantimplora y las armas típicas de los nazis de después d ela segund aguerra: Pistola Luger y escopeta corredera.

Entre sus pertenencias lleva también el boceto de una ciudad rodeada por una muralla y que forma anillos concéntricos que os resulta familiar. El detalle es que parece estar dibujada desde arriba, como si hubiese tenido una perspectiva aérea de ella.

Gabriel observa el cadáver y una vez el doctor ha terminado de hablar se acerca hacia el cuerpo.

- Esta claro que yo no soy el experto de armas del equipo, pero las armas que porta este desgraciado pueden ser útiles?- pregunta girándose en última instancia al exmilitar.

Me acerco al cadáver y le arranco la pistola de las manos. Tengo que utilizar la culata de la mía para partirle los dedos congelados. Si no fuera un nazi a lo mejor me hubiera dado lástima.

Sontengo la Lüger y registro sus ropas en busca de documentación y municiones.

- ¿Después de setenta años? Desde luego, si todavía es operativa me hago fan definitivo de la tecnología alemana.

La reviso concienzudamente, tal vez todavía podamos aprovecharla...

la escopeta corredera está en el suelo, destrozada como si le hubiese pasado un tren de mercancías por encima. la luger, en cambio, con un buen engrase y limpieza podría volver a disparar.  En una cajita sujeta al cinturón hay cinco balas que no tuvo tiempo de cargar y disparar.

Sin nada más que hacer aquí y con una extraña sensación reconfortante tras haber encontrado un cadáver humano, seguís avanzando hacia el coliseo. El edificio es realmente espectacular; de forma circular, con sus muros adornados con afiladas aristas y la piedra rojiza de su exterior, parce claro qué tipo de espectaculos se mostraban aquí. Las enormes puertas están abiertas de par en par y os conducen directamente a la arena. Desde el interior solo podeis confirmar lo que ya pensabais: La zona inferior donde os encontrais es el escenario donde los espectadores, sentados en las gradas que os rodean disfrutaban de espectaculos violentos y sangrientos. En el suelo todavía pueden apreciarse manchas oscuras que tiñen la tierra todavía hoy. Si cerrais los ojos no os cuesta imaginar los gritos de los que se sentaban en las ahora desiertas gradas, aunque por nada del mundo podeis comprender cómo eran ellos o los espectaculos aquí mostrados.

Desde donde estais podeis ver una gran reja metálica entreabierta que conduce a la parte interior del coliseo.

Un circo de gladiadores... no hay que ser un genio para saber lo que significa.

- No sé qué mierda de bichos vivía aquí, pero os puedo asegurar que no eran amables -mascullo, esperando que salga un insecto metálico de cualquier esquina- Tal vez desarrollaran algún tipo de arma que quieren esos nazis locos de arriba. Por otro lado... tal vez haya armas por aquí. Y algún cuerpo más, este lugar tan desierto me está poniendo los pelos de punta.

- Exploremos el interior - dice Lucius, convencido - Tal vez nos hagamos una idea de quién vivía aquí, o a quién hacían luchar. - Esta vez parece no atreverse a bajar solo y en cabeza, esperando que los demás se muevan hacia el interior.

Desde que vi el cadaver la tranquilidad a dado paso de nuevo a la inquietud. Han pasado algunos años desde que alguien mato al pobre desgraciado que encontramos, pero no tantos como a mi me gustaria. Con cautela observo la arena y las manchas de sangre que aun se aprecian en ella. 

-Aqui no hay mas que signos de que en algun tiempo hubo luchas sangrientas entre no sabemos quienes. Mirad aquella reja, esta entreabierta y conduce al interior del coliseo. Vayamos y veamos que queda dentro. 

La parte interior del coliseo es una construcción simple que consta de dos partes bien diferenciadas: Una gran sala donde debían entrenar y esperar los "gladiadores" y un largo pasillo repleto de celdas donde se debían guardar las bestias. La parte de los gladiadores está completamente vacía y cualquier resto de mobiliario y demás ha quedado reducido a polvo. En el pasillo de las celdas comprobais que éstas tienen un mecanismo de cierre muy simple que hace que puedan abrirse desde el exterior pero nunca desde dentro; Los barrotes son extremadamente gruesos y duros y algunas celdas están abiertas completamente mientras que otras permanecen cerradas. Da la impresión de que alguien se molestó en soltar a algunas de las criaturas aquí encerradas de forma apresurada, dejando a otras encerradas para siempre.  Efectivamente, en cada celda cerrada podeis ver los restos casi desintegrados de seres que escapan a vuestra comprnsión e imaginación: Placas óseas, cuernos, huesos y dientes de las más diversas formas y tamaños así como otras cosas inidentificables. pero la mas sorprendente lo encontrais en la última celda cerrada, justo al final del pasillo. En su interior parece haber una estátua de algo similar a un gorila en postura agazapada aunque con la piel cubierta de escamas como las de un armadillo y una cabeza con cuernos parecida a la de un búfalo; Su cola ganchuda no tiene comparación con nada que hayais visto antes y se levanta más de dos metros del suelo a pesar de su postura. La estatua es tremendamente real. tanto que al acercaros a la celda abre sus ojos y los clava en vosotros.

Lucius va haciendo fotos de todos los huesos extraños que ve, pero sin tocarlos para no contaminar la escena - Interesante... -dice, totalmente metido en sus pensamientos - ¿Son animales desconocidos o huesos de animales diferentes?... uhmmm...

Sigue andando haciendo fotos hasta la última celda, donde se para por un momento - Eh, A-Alison, mira... aquí hay una estatua - dice mientras levanta la cámara para hacerle una foto, momento en el que la estatua abre los ojos. - Oh... - dice increíblemente tranquilo, centrado solo en sus estudios científicos - ¡Vive! ¡Qué gran descubrimiento!

Lo que veo escapa a mi comprension, una a una voy mirando las celdas intentando comprender que clase de animales estuvieron encerrados alli en su dia. De pronto el grito de Lucius me hace volver la vista hacia donde señala. Algo enorme totalmente inmovil ocupa un rincon de la ultima celda. Parece una estatua y me acerco para verla mejor. En ese momento abre los ojos y me mira, sorprendida miro a Lucius- Parece que esta vivo!! Pero que es? Nunca habia visto una bestia como esta... Eh! Chicos acercaos, mirad que hemos encontrado!- Emocionada hago una seña a los demas para que vengan a verlo con sus propios ojos. No puedo evitar clavar mis ojos en "aquello" que nos observa. 

Al igual que sus compañeros,Gabriel observa todo a su alrededor con gesto de desconcierto, sorprendido de que una raza que parece supuestamente avanzada, tuviera este tipo de espectaculos, hasta que en una de las celdas una de esas criaturas abre los ojos pro sopresa y se queda mirando al grupo.

- Joder!!- exclama -No creo que a esa cosa lo hagamos demasiada gracia, seguro que está bien encerrada?- pregunta echando mano a su revolver.

- ¡Me cago en la sota de bastos!* -grito, apuntando a esa cosa con el revólver.

El aspecto sobrecogedor de la extraña bestia es realmente terrible, pero el hecho de que esté encerrada en su jaula os da cierta tranquilidad. El ser se limita a miraros, sin mover un músculo; No se atisba ningún salvajismo en sus ojos ni hace gesto alguno que os resulte amenazador, aunque su aspecto diga lo contrario. Una vez más cierra los ojos y se queda esperando, como una estátua.