Partida Rol por web

El vinazo raspaba a gusto el gaznate al beberlo de un soplo. Se limpió unos goterones en el brazo.

-Ta güeno -él prefería los cubatas de bacardí cola, el vino era cosa de gente mayol y sobre todo era pa la hora de comel-.

Asintió a lo que dijo el Kevin.

-Pérate aquí -dijo y se escurrió en la cocina, para salir con dos cuchillacos grandes como sus brazos, y mordisqueando un chorizo gordo-. Un filo pa ca uno. Ámono a por la tele pal yayo, chacho.

Estaban en un paraíso del robo y pensó que deberían haberse traído una lista de la compra. Allí todo era vendible. Qué cojones, pa algo estaban en un centro comercial.

Cogió el cuchillo con una mano y recuperó su tarta de whisky para llevar en la izquierda, un tentempié para el camino. A buscar una tele pal yayo y tabaco, que no se les olvidará el tabaco. Iba con los ojos bien abiertos, si además de la comida pillaban unos cuantos cartones, serían los héroes en casa.

-Cagontó, Kevin ¿se pué sabé ónde carajo va?

-Poh la tele, cohone... Y poh tabaco, a ve si encontramo un cartó...- miro a su hermano de reojo, había que explicarle to chaicho. -Tú que ice qu'ere má fuehte, poh saca la caja al carro.

-Ah, po si te va... ¡llévate eta!

El Kevin estaba tan concentrado en sus mierdas de robar que el Brandon no se podía creer que hubiera colado. Se partió el ojete.

-Anda chacho, al lio -le dijo pasando a su lao.

-¡Poh en tu boca no molehta!- le contestó al Kevin, con su sacada de dedo correspondiente.

-¡La tuya jí, que te apesta! -respondió el Brandon levantando ya el puño y mordiéndose ya el labio.

La paya se revolvía que daba gusto. Pero no había paya que pudiera conmigo. Con la Choni Heredia. ¿Cuántas veces me había a quedado con mechones de pelo en la mano? ¿A cuántas payas había pinchao por mirar a mi Cristo? Pero yo lo que quería era meterla al puto maletero. De los pelos, a hostias, a patas o lo que fuera.

Que tocada de coño la puta paya.

- ¡Callate la puta boca y entra, o te pisho! - Alli ninguno hacía mas na. Por mi la rajaba y la dejaba aallí que se la comiera un perro.

-¡Poh bien que te guhta la tuehta! se llevó de nuevo la mano al paquete, él tenía que acabar siempre por encima, pa eso era el futuro patriarca. El Brandon tenía que saber dónde quedaba su sitio.

-¡Anda yiaaa, que la tiene to muerta!

¡Habla la endivia que sabeh que lo peta!

-¡Lo único que peta es lo que yio te meta!

-¡Qué vah a metéh ji ni se te pone tiesa!

-¿Ji? Po tu boca la rompe de gruesa.

-Rompeh íse... ¡Poh la mía parte mesah!

-¿Mesa? Po pa tu boca mi mayionesa.

-¡Y pa la tuya mi crema!

-¡O tapartas o la mía te quema! Cuidaito con mi tema que en tu culo hase flema lo que sale de mi yema.

-Ira el rapero de pega, que no sabeh ni la hueva... Máh que decih miehda, pohque no sabe lo que me pesa cuando la tengo tiesa. 

-Cuando tú la tiene tiesa no te pesa, ni tabulta el pantalón, ni en la bragueta hase presa, peaso maricón, de culo de agua limón por mi nabo juguetón que asusta a la mierda ésa.

Postureando.