Partida Rol por web

La alegría se desvanece súbitamente del rostro de la muchacha. La consciencia de que ni la fuerza ni lo que parecía la muerte han podido con el ser que ha saltado por la ventana la devuelve a la realidad. Se están enfrentando a algo mucho más poderoso que un hombre, que un montón de hombres. Hay magia y hay maldad sosteniéndolos.

También ellos tienen lo sobrenatural ayudándoles, claro. Ella misma ha vuelto de la muerte. Pero no pueden olvidar, no deben olvidar, que las fuerzas que se mueven a su alrededor son las de dioses antiguos y poderosos...

El hombretón corre hacia la ventana tras reponerse del asombro, intenta buscar al monje con la mirada en mitad de la oscura noche...

-¡Millones de rocas! ¡Es imposible! ¡Todos lo hemos visto!...le...ese golpe hubiese partido cualquier pedrusco...

El mundo de Mélegat se desmorona...comienzan a pasar cosas para las que no encuentra explicación alguna...

Al instante os llegan gritos de alarma del exterior, seguidos de sonidos de lucha.

El escándalo que se produjo en la habitación atrajo la atención de los soldados que montaban guardia y se acercaron para ver qué ocurría. Ahora podéis ver desde la ventana como se enfrentan con el Monje.

De pronto, sonidos de lucha, el combate no ha terminado, allá afuera los bravos soldados de Devalin hacen frente al monje en su huida.

Los gritos de Willer resuenan en su cabeza, al verle saltar por la ventana con la espada desenvainada, no puede pensar en otra cosa que no sea en agarrar de nuevo su pesado martillo y saltar tras su hermano, en dirección al siniestro siervo del mal...

-¡Henry, Illianna, avisad al resto de invitados!

Tras su grito, los hermanos Ansey desaparecen por la ventanuca del cuarto, causando el último un pequeño estruendo al tocar suelo.

Reaccionando por fin, saliendo de su estupor, Illianna se acerca a la ventana por donde han desaparecido los dos hermanos, se asuma un breve segundo haciéndose una idea de lo que ocurre abajo, y sale de nuevo a escape hacia la puerta para pedir ayuda.

-¡Vamos Henry! ¡Despertemos a todos! No se enfrentan a un hombre, ya lo has visto...

La joven Illianna sale de la habitación en la que se encontraba al parecer velando el descanso de su hermano, corriendo y gritando desaforadamente.

Algo ha sucedido allí dentro, eso es evidente, y al estruendo producido por la rotura de algo que ha sonado como cristales, ha seguido la salida de la muchacha pidiendo ayuda a voz de grito.

-¡Abajo, fuera! ¡Ayuda! ¡Uno de los malvados monjes!

Sigue corriendo haciéndose oir por todo lo que queda de edificio, hasta salir al exterior en busca de los que decidieron acostarse en tiendas o al raso...

- ¡Joder! - dice el soldado, igual que tantas otras veces.

Se levantó casi de un salto echando a un lado la manta y recogió su arma. No se había descalzado siquiera, una costumbre muy común cuando uno se encontraba en una zona insegura. Se aprendía a dormir con cualquier cosa y en cualquier lugar...

Probó el tobillo en las dos primeras zancadas y no miró a ver quién le seguía. Con la espada y es escudo se fue directo hacia el interior del edificio a encontrarse con un monje, un demonio, más tierra vomitando o lo que hiciera falta...

En menos de lo que tarda en caer una hoja del árbol, la planicie de hierba que se hallaba frente al Mesón se convirtió en un improvisado campo de batalla, donde el infame Monje luchaba frente a todo aquel que le salía al paso.

Inicialmente fueron tres soldados, que se habían acercado al edificio al escuchar el escándalo de la pelea, los que avistaron al servidor oscuro que huía tras saltar por la ventana y se lanzaron a por él.
Uno de los soldados no tuvo tiempo de llegar ni siquiera hasta la mitad de la distancia que los separaba del Monje, pues éste le apuntó con su bastón y fue lanzado hacia atrás con una fuerza inusitada, golpeado por una onda invisible de energía. Recorrió una gran distancia por el aire y se estrelló de forma bastante violenta contra un árbol, el cual emitió un leve crujido de protesta, para caer a continuación al suelo inconsciente.

Sin embargo, sus dos compañeros pusieron inmediatamente al Monje a la defensiva, atacando de forma coordinada cada uno por un lado. Al principio éste se las apañó para detener las estocadas de uno con su bastón y esquivar las del otro retrocediendo ligeramente con cada movimiento, pero a los pocos segundos uno de los soldados consiguió superar sus defensas y le causó una fea herida en el costado que inmediatamente comenzó a sangrar.

En esos instantes, los hermanos Ansey se acercaban al peligroso enemigo por su espalda, tras saltar por la ventana del edificio, mientras que Dammeryn llegaba hasta la altura de los dos soldados para apoyarles de frente.

Mélegat corre junto a su hermano en dirección al monje, la carrera es trepidante,pero finalmente llegan hasta el siniestro siervo del mal, que se encuentra combatiendo contra dos soldados...junto a un árbol yace el tercero...que ha corrido peor suerte...

Mélegat lanza un sonoro grito mientras alza su pesado martillo de guerra y lo deja caer en dirección al enemigo.

-¡¡¡¡VUELVE A LAS SOMBRAS DE LAS QUE PROCEDES!!! ¡ARGGGHH!

La muchacha se había conseguido quedar dormida con la manta que el soldado le había proporcionado, ahora estaba otra vez con su familia, en el campo recogiendo margaritas.... Y de pronto, ¡¡Un empujón!! Que le saca del golpe de aquél maravilloso sueño...

- ¿Qué esta pasando aquí?

Se incorpora rapidamente buscando bajo su falda, siempre preparada, siempre atenta... Observando que todo esta en su sitio...

Lo primero que puede llegar a ver cuando se incorpora es a Dammeryn corriendo como un loco hacia el edificio empuñando su espada y su escudo, dejando atrás a todos los heridos sin protección alguna.

Ve a la joven illiana corriendo y gritando como si el mismo demonio le persiguiera, entonces Alexandra saca su daga y comiendo a observar toda la escena... esta aturdida...

¿Cómo es capaz un sólo monje de armar semejante escándalo?

Ve como sale uno de los soldados disparado por los aires y es cuando decide ella también atacar.

¡¡¡La vida de todos corre peligro!!! ¡¡Malditos monjes!! Ya decían yo que me daban mala espina...

Se esconde por detrás de los árboles esperando pacientemente su turno, por encima de todo le gusta la discrección y apesar de que no sea la forma más adecuada en los momentos de caos.... hasta ahora es lo que mejor le ha funcionado.

Henry duda que hacer, corre junto a Illiana tratando de despertar a los demas compañeros de viaje, que hacer en esta situacion? sus habilidades de combate lo hacen un completo inutil en esta circunstancia, quizas deba observar y luego contar todo lo que sabe sobre la magia

Ante los gritos desesperados de Illiana, Tarkean solo pudo responder asomandose a su perta para percatarse de lo que sucedía, mas tan solo pudo ver como Dammeryn corría espada y escudo en mano al encuentro del peligro. Al escuchar de Illiana "uno de los malvados monjes", el joven viajero ya tenía más que suficiente para emprender su acción. Sin más demora buscó entre sus cosas y dió con su arnés para armas que portaban su espada y su puñal. Mientras se lo ajustaba bien a la cintura descendía por las escaleras mientras su pequeña Fergie clavaba sus pequeñas zarpas en el hombro de su cmpañero para no caer por el traqueteo. Con la camisa aun rasgada, Tarkean salió como una exalación por la puerta del mesón cuando pudo observar la situación que se le presentaba, un solo monje rodeado de al menos cinco hombres con una expresión vacía de sentimientos y emociones. A pesar de la diferencia en numero, el monje parecía estar tranquilo y sereno algo solo visto en los más acostumbrados al combate y ni siquiera en ocasiones sucedia tal cosa, aparentemente parecía estar poseído por una fuerza ausente al cuerpo del monje.

Sacando ambas armas, espada en su distra y puñal en la siniestra, Tarkean se dispuso a enfrentarse al monje mientras analizaba la mejor estrategía en su mente:
-Relájate Tarkean, visualiza tan solo a tu objetivo y marca tu ataque, abandona toda emoción por él puesto que no hayarás ninguna en tu oponente....adelante.-

Cuando ha volado llevando a todos los rincones del Mesón, a todos los oídos del lugar su grito de angustia, Illianna corre de nuevo hasta el lugar donde está teniendo lugar la batalla. Parece algo imposible, un sólo hombre rodeado por muchos, y, sin embargo, la lucha está igualada.

Debe hacer algo, algo más, pero, ¿qué...?

Se concentra entonces. Su terrible experiencia vivida hace un momento le ha brindado a pesar de todo una mayor profundidad en su Don. Así que intentará aprovecharlo, quizá no pueda, quizá no sirva. Pero debe intentarlo...

Cierra los ojos, tan próxima como puede situarse del Monje, y deja que su espíritu tantee...

Metódico y eficaz, Dammeryn cubre la distancia que le separa del monje una vez avistado. Lo estudia en carrera en su enfrentamiento con los otros dos y busca el lugar donde parece más vulnerable, sin confianzas ni prejuicios. Sin duda es un rival extraordinario.

Se prepara cuando está cerca y ajusta su paso al tiempo de la lucha. Procura cogerlo desprevenido y asestar el golpe más rápido y letal posible.

Esa es la vida de un soldado, y ese es su oficio.