Partida Rol por web

Creco. Mediados de Junio. Soleado

Como cada mañana te despiertas, te duchas, desayunas y vas en coche hasta el instituto. Llevas una vida atareada y estresante. Estudiar, trabajar, cuidar de tu madre... Pero siempre te mantienes alegre y activa y pocas veces te quejas por ello. Has madurado muy rapido.

Como todas las mañanas te pones la radio y escuchas las noticias en el pequeño tramo que hay desde tu casa al instituto. No le prestas atencion pero te das cuenta que las ultimas semanas solo tratan de lo mismo.

"Buenos dias Cresco, hoy tenemos un dia soleado...btzzz...la proxima cancion esta dedicada...btzzz...las fronteras de kazakhstan siguen cerradas y los paises cercanos como rusia o uzbekistang siguen en estado de alerta roja. Todavia no se sabe muy bien que es lo que esta ocurriendo puesto que la información que sale de estos paises es con cuentagotas. Nuestras tropas estacionadas en Afghanistan se enfrentan a grupos rebeldes. Hablamos con el Sargento Michaels del 3er regimiento de infanteria.
-En efecto, es extraño, llevabamos meses sin enfrentarnos con...insurgentes per....arece que se han vuelto a poner en activo...o lo esperabamos,y estamos luchando duramente contra ellos pero resistimos.
Ya han oido amigos parece que de momento nuestras tropas situadas en territorio afghano mantienen la situacion bajo control."

Ultimamente las noticias hablan de lo mismo. Al llegar al instituto aparcas el coche y entras en él saludando a tus compañeros.

Carretera 6 hacia Creco. Mediados de Junio. Soleado

Llevas dos dias conduciendo. Siempre has mantenido la compostura, es dificil ponerte nerviosa o estreesarte, pero ahora lo has conseguido, y tu sola. Miras con nervios el papel de la direccion. Debe quedarte media hora para llegar a Cresco. Decides parar antes para echar gasolina y tomar algun refresco.

Alli a una joven, y tipica mary, le pides una cocacola y estiras tus musculos. La noches que has pasado en el motel de carretera no ha sido especial mente confortable. Vuelves a mirar el papel. Por algun motivo extraño el hecho de visitar a tu hermana y a tu madre despues de tanto tiempo te aterroriza. Ni siquiera sabes que les vas a decir o si eso de la sorpresa es una estupidez y seria mejor dar media vuelta. Mientras te tomas la bebida lo vuelves a pensar, sabes que son los nervios y estas dispuesta a ir, es lo que quieres. Distraida miras la television, en la que siguen poniendo anuncio sobre la guerra de afghanistan, ultimamente solo hablan de eso.

"Buenos dias Cresco, hoy tenemos un dia soleado...btzzz...la proxima cancion esta dedicada...btzzz...las fronteras de kazakhstan siguen cerradas y los paises cercanos como rusia o uzbekistang siguen en estado de alerta roja. Todavia no se sabe muy bien que es lo que esta ocurriendo puesto que la información que sale de estos paises es con cuentagotas. Nuestras tropas estacionadas en Afghanistan se enfrentan a grupos rebeldes. Hablamos con el Sargento Michaels del 3er regimiento de infanteria.

-En efecto, es extraño, llevabamos meses sin enfrentarnos con...insurgentes per....arece que se han vuelto a poner en activo...o lo esperabamos,y estamos luchando duramente contra ellos pero resistimos.

Ya han oido amigos parece que de momento nuestras tropas situadas en territorio afghano mantienen la situacion bajo control."

Pagas la cuenta. Es hora de ponerse en marcha-piensas mientras vuelves a mirar el papel.

Sentada en el viejo taburete de la cafetería escucho de fondo las noticias sin prestarles demasiada atención. Es lo habitual cuando repiten lo mismo día si y día también. Además, están demasiado alejados de aquí y suficiente tengo con mis problemas personales. No, creo que hoy no tengo un día revolucionario, no voy a despotricar contra el gobierno y sus guerras.

Extiendo bien el mapa sobre la barra y aprovecho el hecho de no estar conduciendo para perder unos minutos en situarme bien. Si tuviera pasta de verdad me hubiera comprado un GPS... pero prefiero gastarme ese dinero en comida y cosas más útiles.

Después de dejar un par de monedas y apurar la bebida cuelgo de nuevo mi raída mochila en un hombro y salgo del local emitiendo un resoplido de cierto asco ante la calor que asola la carretera.
Me apremio para volver a mi viejo jeep de tercera mano y con la ruta algo más clara arranco para proseguir el camino y enciendo la radio.

Evito en todo lo posible pensar en mi madre o en mi hermana, pues aunque estoy deseando verlas no tengo ni idea de cómo pueden reaccionar al verme y como tiendo a imaginarme lo peor... mejor no imaginarse nada.

 De nuevo te poner en marcha. El camino a la ciudad se empeiza a mostrar mas industrial. A tu derecha puedes ver el aeropuerto  y pronto divisas el cartel de bienvenida. Miras la oja una vez mas y observas la direccion, ya la has memorizado pero aun asi lo vuelves ha hacer. Empiezas tu recorrido por el barrio sur de la ciudad, quizas el barrio mas pobre de esta por su aspecto, pero enseguida puedes ver las avenidas mas grandes. La ciudad tiene una calidad de vida bastante buena por lo que puedes observar. Las tiendas ya estan abiertas y el bullicio general de la ciudad se oye por todas partes.

-Ahí está... bienvenida a Creco- digo en voz alta con un suspiro de alivio al llegar a la ciudad. Ahora puedo relajarme un poco más ya que temía haberme desviado por alguna interestatal que no debía pero parece que todo ha ido bien así que a pesar de sentirme cansada y sucia decido que no voy a dar rodeos ni a engañarme a mí misma, me voy directa a casa de mamá y Nidia. Sólo espero que no se hayan cambiado de dirección sin que yo lo supiera o algo así...

Es probable que mi hermana esté estudiando a estas horas pero estoy casi segura de que podré encontrar a mamá. Y si no la esperaré en el jardín, qué diablos, después de un año ahorrando para esto ya no me importa esperar un par de horas más.

Entro clase con la misma cara de sueño que todos los días y después de saludar a todos me sineto en mi sitio a esperar a que llegue el profesor. Suelo hacerlo todas las mañanas porque suelo ser bastante antisocial recién levantada. Esta mañana, como todas, se me acerca Claire para darme conversaciones vanales, tales como "Tyler a preguntado por ti" a loq ue yo respondo "guay", o me dice "Ayer estuve con Michael" a lq ue vuelvo a responder "guay". Sus conversaciones son aburridas y más si son de chicos, hace tiempo que dejé d einteresarme por ellos. Las chicas suelen ser abstante más interesantes, exceptuando a Claire, por supuesto.

El día pasa lento, como siempre, pero en cuanto termina salgo pitando a casa de Richard, el único hombre que quiero en mi vida, bueno, y a su padre que es como el mío verdadero, pues del mío sé bastante poco. Conduzco rápido pero alerta, hoy trabajo y tendré que salir pronto de allí para llegar bien al trabajo.

Suelo estar cerca de un par de horas en casa de Richard, pero hoy sólo estaré media hora. Hablamos de cosas interesantes, no para los demás, sino para nosotros: vienen a ser mis constantes lloros por cosas familiares, mis agobios por el trabajoq ue me toca hacer antes de tiempo, mis rayaduras en el trabajo o sus lloros por estar enamorado de mi y no ser correspondido a loq ue se rinde y admite que somos como hermanos, por la muerte prematura de su madre... En fin, lo que suelen hablar unos amigos mientras fuman un cigarro detrás de otro.

El día pasa rápido mientras cobro a la gente que viene a comprar al supermercado. Vuelve a visitarme la ancianita que siempre me deja alguna moneda de más o  me trae algún regalo, es extremadamente encantadora. Roger, el guardia de seguridad, intenta tener una conversación conmigo, pero es uno de esos hombres a los que escupiría a la cara nada más ver la expresión de su cara. Asique mi día transcurre mientras sigo cobrando y cobrando a clientes habituales y no tan habituales y mientras comparto alguna broma con mis compañeras cajeras.

Recorres la calle y aparcas en la acera de enfrente. Te quedas un rato mirando por la ventanilla. Quieres hacerlo pero tu cuerpo no se mueve. Expulsas el aire y te levantas decidida. Cruzas la calle, pasas el jardin el jardin y llamas al timbre. Parece que nadie contesta pero al poco tiempo escuchas una suave voz:

-Quien es?

-¿Mamá? S-soy yo, Ruth...- me sorprendo a mi misma al darme cuenta de que hasta me tiemblan las piernas. Resulta increíble que ahora esté nerviosa y no lo estuviera cuando salí de casa de mi padre dando un portazo... Pero claro, la diferencia es que la opinión de mi madre y de mi hermana sí me importa y la de ese viejo borracho no. Lo cual me recuerda que tengo que intentar no llamarle así delante de ellas.

Me atrevo entonces a asomarme un poco más a la puerta que sigue cerrada, a la expectativa. Cualquiera diría que tienen miedo de abrir a cualquiera...

 Com---hija?! Ruth?!

Rapidamente se abre la puerta de golpe. Karen, cuyo parecido con sus hijas es mas que evidente, aparece en la puerta y la abraza fuertemente. Se queda unos segundos mirandola antes de decirla que pase.

No me lo puedo creer, por que no me avisaste? Cuanto me alegro. Ven pasa sientate. Ay dime, quiere algo de beber? un zumo? un cafe?.

Karen no deja de hablar y de preguntar cosas a su hija. Se la ve nerviosa, lo que es normal despues de tanto tiempo. Rapidamente la trae a Ruth lo que ha pedido y se sienta con ella en el salon mientras la tele suena de fondo.

-¡Sorpresa...!- espeto cuando mi madre abre la puerta con entusiasmo, momento en el que le devuelvo el abrazo con gran alivio y un pequeño suspiro, después la miro sonriente y la sigo al interior de casa, tan acogedora y limpia como la recordaba.

Me distraigo bastante apreciando cada detalle y cada foto, incluso el papel de las paredes me trae buenos recuerdos.
-Eh... un zumo será más que suficiente- le respondo un poco despistada mientras tomo asiento y dejo la mugrosa mochila a un lado. Creo que la tengo desde hace casi 10 años pero es uno de esos objetos a los que a la larga le coges cariño.

-Me apetecía venir a daros una sorpresa y no quería prometeros que vendría para que a última hora me cambiaran el turno en el trabajo o algo así y tuviera que cancelarlo- le doy las gracias por la bebida y la apuro con relativa rapidez. Creo que enía más sed de la que yo misma era consciente.

-¿Dónde está Nidia?- pregunto entonces a sabiendas de que si estuviera por ahí ya hubiera hecho acto de presencia.

 P-pero...-se emociona y casi empieza a llorar-Que alegria me da que estes aqui, no me lo puedo creer. Tu hermana estara en el insituto imagino. No llega hasta casi la noche, despues del instituto trabaja en una tienda. Pero seguro que se emociona al verte. Bueno te quedaras a comer imagino, por cierto, ¿cuanto tiempo te quedas? No me digas que te vas mañana... Bueno cuentame que tal todo, como te va? y...bueno, que tal esta tu padre?

-Vaya, vaya, qué hermana más ocupada tengo... Creo que iré a verla a la tienda entonces- le guiño un ojo cómplicemente a mamá y después me recuesto en el mullido sofá. Da gusto que no le falten muelles por todas partes.

-Pues no estoy segura... tenía pensado quedarme toda la semana a no ser que os moleste. Más os vale que no- me río despreocupadamente porque sé de sobra que no será así y después me encojo de hombros -Como ya te dije la última vez no puedo quejarme, al menos he podido independizarme... Pero tengo que trabajar muchas horas para un sueldo más bien bajo. En fin, quizá encuentre otra cosa dentro de un tiempo, quién sabe- no le doy demasiada importancia y desde luego o voy a recalcar mis posibles problemas.

-La última vez que le vi estaba... - "borracho" - ....bien. Nos discutimos cuando me fui así que no hemos vuelto a hablar- admito con sinceridad -Me iría bien una ducha y cambiarme de ropa, la verdad es que el viaje ha sido un poco largo. ¿Continuamos charlando luego?- supongo que después de haberle dicho que me tendrá por casa muchos días no le importará.

 Ay claro cariño que tonta si debes estar muy cansada. La ducha la tienes arriba la puerta al final del pasillo. Date una ducha si quieres mientras voy preparando las cosas y luego si quieres podemos hablar mas tranquilamente mientras preparo la comida-le dijo su madre mientras le indicaba donde estaba la ducha. 
 

 Modifica un poco tu post hasta que estas en la tienda currando xfis

-Creo que después te ayudaré. Me vendrá bien aprender un poco de cocina decente para variar- me levanto recogiendo la mochila conmigo y le doy un beso en la mejilla antes de desaparecer escaleras arriba.

En el piso superior me asomo a todas las habitaciones sin llegar a entrar dentro para comprobar cuanto han cambiado o si por el contrario continúan casi igual, como la de mamá. Finalmente me meto en el cuarto de baño y me tomo la libertad de disfrutar del agua caliente y abundante antes de salir y ponerme ropa limpia, dejando mi fiel bolsa en una de las esquinas hasta que sepa donde voy a tener que dormir.

Bajo de nuevo y me reúno con mi madre en la cocina para ayudarla a preparar la comida. No soy demasiado buena cortando o pelando pero nunca es tarde para aprender supongo.

 Pasas la mañana con tu madre. Hablais de todo un poco y lentamente empiezas a sentirte mas tranquila y relajada. Mientras comeis no para de preguntarte por tu trabajo, si te alimentas bien, si tienes novio... Pasas una agradable comida charlando con ella hasta bastante despues de comer. Descansas un rato y te decides al fin por salir e ir a recojer a tu hermana en el lugar donde trabaja. Tu hermana ya te lo habia contado por telefono en otras ocasiones pero tu madre te explica como llegar en coche y te hace un pequeño plano en un folio. Sin pensartelo mas, sales de casa deseando ver por fin a Nidia.

-Joder, yo y los planos cutres- comento en voz alta tras meterme en el coche y ojear las indicaciones que mi madre tan amablemente me ha dibujado. Por suerte no es muy difícil y creo que ella misma trabajaba ahí de joven así que sé dónde está, el problema será recordarlo después de tres años sin pisar Cresco.

Finalmente arranco y conduzo hasta el sitio en cuestión aparcando en el primer hueco libre y algo amplio que encuentro, entro en el supermercado y observo a las cajeras inquisitivamente mientras contengo a duras penas una sonrisa nerviosa.
Seguro que el cabello de Nidia destaca esté donde esté.

 En efecto puedes ver a una cajera, bastante jove, y de cabello rojizo terminando de cobrar a unos señores. No cabe duda, tiene que ser Nidia.

Sonrío traviesamente al distinguir a mi hermana afanada en una de las cajas y me acerco hasta allí con cautela. Está tan ocupada ayudando a llenar bolsas y cobrando que ni siquiera me presta atención.
-Señorita, ¡me ha cobrado mal hace un momento!- le espeto en un tono que intenta resultar ofendido aunque no me sale demasiado bien.

Cuando se gira para mirarme me río y aunque esté lleno de gente me acerco para darle un pequeño abrazo. Si estuviéramos en casa la achucharía más pero sé que está liada y la gente que forma cola enseguida se quejarán así que me aparto enseguida dejándole espacio para hacer su trabajo.

-Qué ganas tenía de verte, como has crecido...- comento con un deje de orgullo sintiéndome un poco vieja por un momento, pero la alegría supera esa sensación con creces -¿A qué hora acabas el turno?- le pregunto entonces mientras ayudo a un señor de ceño fruncido a meter las cosas en sus bolsas para que deje de mirarme como si quisiera fulminarme ahí mismo.