Partida Rol por web

Los Ojos Violetas

Escena I: Las avellanas, el queso y el cesto de huevos.

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13/11/2013, 22:53
Wulfila ExBjornaer

“¿Monedas?… Creo que no veo una moneda en años. Me temo chico que por estos pasillos también escasean las monedas… al igual que escasea la autoridad que les confiera valor. Déjame  que piense – el joven se rascó con fuerza la recia barba mientras escudriñaba el ennegrecido techo de la gruta, tal vez con la ilusa esperanza de poder encontrar allí los recuerdos enterrados en el fondo de su memoria- Sí, ya me acuerdo: la última vez que vi unas monedas fue en Coimbra, donde desenterramos bajo el suelo de tierra apisonada de una destartalada choza una tosca vasija de cerámica con dinero mahometano en su interior ¡Vete tú a saber por qué lo escondieron allí! El valor de cada una de las monedas del tesorillo era tan grande que no hubiéramos podido darles uso en la localidad… así que volvió a atesorarse, esta vez en una iglesia en forma de donativo a cambio de la salvación de nuestras almas ¡Esos medio-hombres están acumulando toda la riqueza con cuentos para vieja!- Wulfila respiró hondo, casi siempre que hablaba de la Iglesia acababa irritado, gruñendo y dando un puñetazo sobre la mesa para acto seguido abandonar en lugar en forma de lobo, pero por suerte hoy había sabido frenar a tiempo- De todas formas estoy seguro de que esas mujeres podrán aceptar otro tipo de pago…en especie o por los servicios que les podamos prestar… y, desde luego, no estaría mal probar un alimento con más substancia la próxima vez-  dijo al tiempo que vertía un cucharón de sopa aguada en uno de los cuencos de madera-“.

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15/11/2013, 14:37
Helena Ex Bjornaer

Helena se posó en la rama de un árbol cercana a la casa. Emitiendo un gritito lastimero para que Clarice lo reconociera. Esperó un tiempo prudente y luego buscó otra entrada a la casa, quizás por el tejado hubiera algún hueco.

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15/11/2013, 22:22
Director

Clarice escuchó muy cerca de ella el ulular de una lechuza. Demasiado cerca para tan abierta mañana.

¿Helena?

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15/11/2013, 22:23
Director

Sobrevolando la casa, Helena distinguió un pequeño patio con unas caballerizas. No era el patio de armas de un castillo, pero era bastante más de lo que los aldeanos podían poseer.

En su forma de lechuza, vio a Clarice cruzar el patio y adentrarse en la casa.

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17/11/2013, 12:10
Clarice Ex Miscellanea

Clarice iba a pedirle a Isabel unas cuantas bellotas, para ofrecer al brujo, pero antes de poder hacerlo, el marido apareció diciendo que el Brujo quería verla antes de ayudarle. Esto sorprendió a Clarice, que por un momento pensó que realmente encontraría al Brujo dentro, así que se calló y acompaño a los señores a dentro. Mientras cruzaba el patio, escuchó el ulular de una lechuza:-¿Una lechuza tan activa y cerca estando la mañana tan avanzada? No, no puede ser una lechuza normal, o son imaginaciones mías o es Helena en su forma animal. Bueno, supongo que pronto lo averiguaré.–Pensó Clarice.  

Después de cruzar el patio y entrar en el salón, se llevó una sorpresa y una decepción al mismo tiempo. Soros estaba allí sentado tranquilamente jugueteando con una copa, esperando a los señores, y no había nadie más. Parecía que Soros no había terminado con su suplantación del Brujo, pero esta vez Clarice no iba a tomar otro camino, pensaba ser espectadora de lo que Soros tuviese en mente. Así que quedándose en un segundó plano, se dispuso a ver que hacía Soros por el marido de Isabel, sin abrir la boca.

 

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18/11/2013, 17:04
Dante ex Jerbiton

El mago alargo su mano para recuperar el libro antes de ponerse en pie y sacudir su trasero.

- Ve con cuidado, vas a hacer daño a alguien. Dijo a Wulfila sonriente.

Acto seguido acompaño a Wulfila y Yago a la cocina. Acomodándose donde pudo, Dante seguía ojeando el libro y dándole vueltas a la cabeza, aunque trataba de mantener cierta atención a lo que hablaban los otros.

- Eso es una gran idea. Daría lo que fuera por llevar a mi estomago una comida decente. Dijo sin levantar la mirada. - Sin ofender... Añadió el mago sacando la cabeza de entre las paginas del libro y mirando a Wulfila con complicidad. - Pero antes quiero que eches un vistazo a esto. Dijo el Dante a su compañero al tiempo que dejaba el libro abierto en la tosca mesa.

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18/11/2013, 20:08
Director

Dante tendió el libro a Wulfila. Las tapas, de cubiertas de seda de color verde brillante, revelaban lo que parecía el diario de un Verditius, a juzgar por los signos de las primeras páginas. No obstante, las páginas mostraban rasgos de humedad y, aquí y allá, habían aparecido borrones que impedían leer el texto.

Wulfila lo ojeó* rápidamente las páginas que Dante estaba leyendo*. Después, cerró el libro (1) y pidió a Yago que los guiara hasta la aldea.

--------------

En la casa de las viudas la más joven se despedía de la más anciana al hacer el relevo en el caldero. El guiso de la mañana tenía un intenso color naranja y un fuerte olor a zanahoria, castañas y conejo. La anciana iba vaciando las hogazas de pan recién hecho que acababan de llegar para servir los cuencos. En pocos minutos la cola se alargó y la mujer exhibía su sonrisa desdentada mientras rellenaba los panes.

Yago miró suplicante a los magos y se colocó tímidamente en la cola detrás de ellos.

- Son dos monedas- dijo la anciana, mientras con destreza ofrecía el humeante guiso a Dante.

Notas de juego

"[...]perseguidos. Por mi parte, quizá lo de aquella muchacha tuviera que ver, aunque... supongo que si yo fuera su padre no me parecería excesivo. Por suerte encontré al mago árabe en las montañas. No dijo nada, pero aún no le he agradecido lo suficiente que llegara justo a tiempo [...]

[...]a mi también me sorprendió, no esperaba que mi martillo fuera tan... "poderoso". Pediré una forja; este lugar parece hecho a medida [...]

[...]...la aleación sea suficiente fuerte para las cadenas de abajo. Tiene razón, no es un riesgo que debamos correr, aunque algo me dice que él solo podría contener lo que fuera que atravesara la puerta negra. En cuanto a las otras, esta cueva es la prueba de que [...]

[...]duendes! Es increíble, ¡toda la vis que necesitamos! [...]

(1) Dejo a tu elección si devuelves el libro o no.

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19/11/2013, 14:58
Aline Ex Criamon
Sólo para el director

Accesos cerrados a un altar faérico. Probablemente un nodo de energía, un Portal o un tesoro al que varios podían querer llegar... ¿Quiénes? Si los símbolos no hubieran sido claros, las cadenas y las cerraduras eran elocuentes.

Nada bueno suele haber tras una puerta atrancada... salvo que se trate de una salida y quien esté encerrado sea uno mismo –razonó Aline-. Pero nosotros podemos salir por otros lugares, por lo que no se trata de vías al exterior... sino al Otro Lado. Claro que los del Otro Lado también pueden llegar por otras entradas. Es la trampa que atrapa al cazador, el anzuelo con que una trucha pescaría hombres.

Examinó con curiosidad los símbolos de las puertas, y luego el altar*. Se concentró para realizar un pequeño hechizo que pudiese dar oriente**. Por último, arrojó sus tabas buscando una dirección***.

Todo puede ser verdad y todo puede ser mentira. Sólo la Esencia persiste... junto con la Duda.

Finalmente, por no alterar más la disposición de las cosas, se dirigió a la puerta decorada con motivos vegetales.

Notas de juego

*Supongo que no todos son símbolos Herméticos. Mmm... ¿Teoría Mágica, tal vez, o Cultura Faérica, o Mitos, o Sabiduría Enigmática, u Ocultismo? Aunque imagino qué son, Aline quiere identificar los símbolos y si es posible averiguar más sobre ellos: qué origen tienen, para qué sirven...

**InVi espontáneo. Qué tipo de magia está relacionada: la tierra, los bosques, las percepciones, los pensamientos, la Esencia misma...

***La idea es saber hacia dónde podrían estar los duendes luminosos.

Si ninguna de las tiradas resulta determinante o contraindicada, Aline abrirá la puerta sin cerradura para continuar la búsqueda.

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19/11/2013, 19:00
Helena Ex Bjornaer

Helena mientras sobrevolaba la casa, vio como cruzaba Clarice por el patio. Instintivamente ululó para llamar la atención de la joven. Ignorando si la había escuchado, bajó el vuelo intentando buscar un recóndito hueco por el que entrar y ver lo que ocurría en el interior de la casa. Pero de pronto, el vuelo de la lechuza cambió bruscamente, se alzó en el aire y se posó en la primera rama que encontró cerca de la casa.

¡Malditos piojos! Pensó mientras escudriñaba con su pico bajo el ala derecha.

Tras dar con el pequeño insecto e ingerirlo, Helena aleteó sus alas, extendiéndolas. Como si estuviera calentando sus movimientos. Y se dejó caer al vació para sobrevolar el patio hasta encontrar una entrada discreta. Si no la hallaba, su siguiente parada sería el monasterio. El leve recuerdo de su hechizó picó su curiosidad.  

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19/11/2013, 22:59
Soros ex Jerbiton

Soros se quedo mudo al ver aparecer a Clarice al lado de lady Auset. No sabía como iba a salir de aquel embrollo, pero tenía claro que ni el señor ni su mujer sabían nada del brujo. De pronto se acordó de una manera de salir del embrollo y volver con los demás. Usaría la fragancia de dulces sueños.

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20/11/2013, 15:58
Wulfila ExBjornaer

Wulfila leyó con atención el libro ofrecido por Dante.

“Interesante…  y yo creo haber encontrado la forja y el martillo del que habla este texto”.

El mago antes de devolver el libro puso la mano sobre él y se concentró… tal vez pudiera traer a su mente las sombras del pasado, tal vez pudiera ver al escriba y rellenar con las imágenes perdidas en el tiempo el texto desaparecido. Solo deseaba que el libro no fuera demasiado viejo…

Tras convocar el hechizo partieron los tres hacia la casa de las viudas con la esperanza de degustar un buen guiso. El lobo que habitaba en el interior del mago supo, a poco que llegaron a la cola, que las esperanzas no eran infundadas ¡Qué maravilloso olor! Las tripas rugieron y esperaban ansiosas su ración de sabrosa comida.

Por fin les llegaba el turno, la anciana tendió el cuenco a Dante y reclamó el pago de dos monedas.

“Disculpe, buena mujer, pero no tenemos dinero con el que pagar… ¿No podríamos pagarles con nuestro trabajo tan rico manjar?”

- Tiradas (1)

Motivo: Int Im

Tirada: 1d10

Dificultad: 20+

Resultado: 2(+11)=13 (Fracaso)

Notas de juego

Hechizo “Sombras del Pasado” Int Im 20

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21/11/2013, 21:42
Director

Helena, tras dar dos vueltas alrededor de la casona, se decidió a entrar por una chimenea. A pesar del calor que emitían los rescoldos, no tuvo problema en alcanzar la sala en la que Salvador Ausset había recibido a sus invitados.

La hechicera llegó justo en el momento en el que Salvador explicaba a Clarice y la mujer que la acompañaba, Isabel Ausset, cómo el Brujo iba a ayudarle a volver a casa. Sentado en la mesa, con una copa de vino, Soros ex Jerbiton exhibía una mueca de desagrado.

Se trataba de una sala no muy grande, acogedora cubierta de pieles que hacían las veces de alfombras. En la chimenea humeaban los rescoldos y en la mesa se estaba sirviendo un delicioso tentenpié. El aroma cálido pronto alcanzó a Salvador, que se abalanzó sobre la comida salpicándose la camisa de dormir que aún llevaba. Entre bocados, repetía una y otra vez que nunca más tendría que ver la cara arrugada de Isabel, que el Brujo lo iba a ayudar.

Los nervios de Isabel llegaron a su límite cuando Helena, en forma de lechuza, entró en la sala por la chimenea. La mujer gritó; se puso blanca y se desvaneció. Mientras, Soros preparó un hechizo que tanto Clarice como Helena reconocieron: La fragancia de los dulces sueños.

Mientras el aroma de las lilas reemplazaba poco a poco el olor apetitoso del desayuno, Salvador aún apuró un par de platos antes de levantarse a ayudar a Isabel, para caer finalmente desvanecido también. Helena y Clarice empezaron a sentir cierta somnolencia y Soros se encaminó hacia la puerta, bostezando.

Notas de juego

Tenéis un turno más para salir o quedaros a dormir.

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21/11/2013, 22:17
Director

Aline examinó con cuidado los símbolos de la puerta. Reconoció sin mucha dificultad los de la puerta negra, pues los había visto antes dibujados de la mano de Starvos. Señales demoniacas y, junto a ellas, una advertencia clara. Alguien se había tomado muchas molestias para que la puerta no pudiera ser abierta desde el otro lado, e instaba a que tampoco se intentase desde este.
En la puerta blanca, los símbolos eran divinos. Si bien las cadenas eran similares, quienquiera que las colocó tampoco quería dar cuentas al regio celestial. No obstante, Aline comprobó que, de desearlo, esa puerta sería bastante más sencilla de abrir que la anterior.

En la tercera puerta, en la que no había cadenas sino una llave sencilla, la hechicera se sorprendió al encontrar un poema popular que se escuchaba con cierta frecuencia en las plazas. No había muchas explicaciones, pero la puerta era muy mundana. Y tal como suponía, la puerta azul era hermética, así como la última, que se encontraba abierta, correspondía con una entrada al reino de las hadas. En el altar no encontró símbolo alguno más allá de la espiral.

Aline lanzó su hechizo y sintió cómo "rebotaba" en las cadenas de las dos primeras puertas. La espiral aceleró su ritmo por unos instantes, como si se hubiera alimentado de la magia. Sus tabas flotaron en el aire y salieron despedidas con fuerza en todas direcciones, quedando dispersas por la habitación. Aquel lugar rebosaba magia, sin duda. La anciana se dirigió finalmente a la puerta con motivos vegetales y, al abrirla, se encontró con su propio reflejo en una especie de espejo líquido. Pero no era la Aline de siempre, sino una Aline joven, hermosa y sin achaques.

Notas de juego

¿Sigues queriendo ir a buscar a las hadas?

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25/11/2013, 17:43
Dante ex Jerbiton

Dante alargo su cuello y se dejo embargar por el delicioso olor que despedía el cuenco que le tendía la mujer. Alargo su mano para cogerlo, pero no se lo arrebato de las manos.

- Mi compañero esta en lo cierto, no tenemos monedas, pero seguro que hay algo en lo que podemos ayudar ¿Verdad?- Hizo una pausa. - En estos tiempo que corren todos necesitan algo- Termino diciendo el mago, poniéndole intención a cada palabra, tratando de embaucar a la mujer con su voz y su rostro.

Su pensamiento se centraba en llevarse al estomago algo caliente y rico, ya se preocuparía luego escabullirse si no era de su agrado la tarea que le esperaba.

 

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26/11/2013, 21:42
Director

Wulfila se concentró en su hechizo. Al acariciar el libro una imagen relampagueó en su mente.

Había una puerta negra, que una zarpa inhumana trataba de abrir, mientras dos magos y un aprendiz trataban con todas sus fuerzas de mantener cerrada por el otro lado. El aprendiz pelirrojo empujaba todo su peso, pero la criatura detrás de la puerta le iba ganando centímetros. A solo unos pasos, un mago de extraños rasgos árabes y manto azul, contenía con magia a la criatura. Un tercer mago, con el martillo que Wulfilia había encontrado, cerraba a toda prisa una cadena alrededor de la puerta.

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26/11/2013, 21:53
Director

Dante observó como su compañero se concentraba en el hechizo, pero fingió no darle importancia e instó al niño a que los guiara a la casa de las viudas.

Una vez allí, ambos ofrecieron sus servicios a la anciana que estaba removiendo el guiso, a cambio de comida. La mujer observó a su alrededor. La cola se alargaba y muchos curiosos, interesados en saber si la mujer cedería ante la propuesta de dar comida gratis, se arremolinaron a su alrededor. Yago no tardó en colocarse entre ambos magos, aprisionado y temeroso.

La vieja cocinera dudó por unos instantes y finalmente sacudió la cabeza.

- Todos necesitan algo, es cierto, joven. Nosotras necesitamos monedas. - dijo, y miró a su alrededor - ¡Necesitamos monedas! - repitió, aún más alto - El niño puede comer, y no os echaré mientras no termine su cuenco. Vosotros sois fuertes. Podéis trabajar a cambio de monedas; después esta viuda os dará de comer, como a los demás.

Cuando terminó su explicación, entregó el cuenco al niño y los azuzó a apartarse de la cola.

En el tocón de madera que hacía de silla, Yago comió con ansiedad el cuenco de comida, oyendo rugir las tripas de Wulfilia y Dante. Pasaron unos minutos; la cola de huéspedes quedó servida y el caldero casi vacío. La viuda colocó otro en su lugar, lo llenó de sabrosos ingredientes y, mientras el fuego empezaba a calentarlo, fue a sentarse junto a los magos. Consigo trajo los restos del caldero; en el fondo aún quedaban un par de raciones.

- Creo que conozco a los que son como vosotros - dijo despacio, mostrando el caldero - Aquí quedan dos raciones. Una es para mi, y la otra para mi prima, que está ahora descansando. Si no me he equivocado, con esto sois capaces de hacer dos raciones más, cuatro en total. Entonces podréis comer, claro, y hablaremos de qué podéis hacer por nosotras.

Notas de juego

El caldero contiene esencialmente verduras. No es un hechizo difícil; un Muto Herbam nivel 5 espontáneo (con requisito ignem) debería ser capaz de hacer "crecer" la cantidad de comida una ración más. Deberéis hacer el hechizo dos veces (o llegar al nivel 10) para conseguir las cuatro raciones que requiere la anciana.

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27/11/2013, 15:09
Aline Ex Criamon
Sólo para el director

Trabajosamente, Aline fue recogiendo una a una sus tabas desperdigadas por la sala. Era la primera vez que su arte le fallaba de aquella manera. Las tabas podían responder cosas sin sentido, podían contestar a preguntas no formuladas, pero nunca se negaban a contestar de aquella manera.

Finalmente, deduciendo de la ausencia de cadenas una cierta seguridad en cuanto al acceso, abrió la puerta de las flores.

Se sorprendió al descubrir a alguien junto a la puerta, mas pronto se percató de que era un reflejo. Se encontró a sí misma mirándose desde la superficie de un estanque vertical. Aunque no era exactamente ella misma: para empezar conservaba su ojo ciego, su piel carecía de arrugas y conservaba todos sus dientes. Aquella era la Aline que Aline querría ser.

¿Soy o no soy yo quien está ahí? ¿Soy yo de joven? ¿Acaso una parte de mí se ha conservado en este lugar en el que nunca estuve? ¿O se trata de otra yo, en cuyo caso ya no soy yo? ¿Era yo de niña la misma persona que soy ahora o no es así? ¿Por qué, si somos tan diferentes, digo que soy yo? Y si no lo soy, ¿cuándo se produjo el cambio de persona? –una nueva faceta del Enigma se abría a su análisis.

Así pues, cada uno es una familia de seres que conviven en una misma casa y cuyos miembros no llegan a conocerse porque nunca están en ella a la vez –concluyó tras unos minutos de meditación.

Aquella imagen, sin embargo, podía ser completamente falsa. Tratándose de duendes, sería realmente apropiado. Más bien se trataría de la idealización de una perfecta Aline, la suma de todas las cualidades que podría poseer...

Una vez más, se trataba de una cortina de humo. La pregunta verdadera era otra: ¿Adónde llevaba el acceso? Y la Maga creyó conocer la respuesta: al Reino de los Duendes.

Así pues, había hallado lo que buscaba. Por esa puerta entrarían en la Alianza todos los seres faéricos que lo desearan. No quedarían a salvo con clausurarla, pero mejoraría mucho su defensa. No obstante, esa decisión y la consecuente acción a emprender eran algo que no tenía fuerza moral ni mágica ni física para acometer. Debía exponer el hallazgo a sus hermanos.

Aline cerró cuidadosamente la puerta y emprendió el camino de regreso. Un número de nuevas cuestiones iban formulándose en su mente a cada paso que daba por los corredores.

La menor de ellas no era quién había abierto o cerrado los demás accesos y por qué.

Notas de juego

Nada, de vuelta en busca de los demás.

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27/11/2013, 15:32
Clarice Ex Miscellanea

Al ver aparecer la lechuza por la chimenea, Clarice supo que se trataba de Helena. Aprovecharía para contarle sus averiguaciones, pero el hechizo lanzado por Soros no les iba a permitir ponerse al día, al menos no en aquel salón.

—  ¿Helena? Me alegra verte. Compartiré contigo y con Soros, si le alcanzamos, lo que he averiguado. En realidad es sobre el brujo, y no sobre el ser que durmió a los monjes, como yo quería, pero creo que es igualmente interesante. — Mientras hablaba, Clarice, que había omitido la palabra “duende”a propósito sabiendo el efecto que provocaba en su compañera, empezó a notar los efectos del hechizo de Soros, y notaba como el sueño la invadía poco a poco. —Pero salgamos de esta casa antes, o caeremos dormidas igual que ellos. Además, cuando despierten van a querer explicaciones que no podemos darles.

Clarice confiaba en que Soros no les hubiese tomado demasiada ventaja, para poder intercambiar averiguaciones con él también. Se había hecho pasar por el brujo, así que algo habría averiguado y podría ser complementario a la información obtenida por ella.

Clarice no tenía muy claro que el brujo fuese a ayudarla a encontrar al duende, pero el hecho de que nadie recordase su rostro, le llamaba la atención: algo tenía que ocultar respecto a su cara y quería verle en persona para salir de dudas.

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30/11/2013, 13:51
Dante ex Jerbiton

El mago no le quitaba ojo. Miraba a Yago cada vez que este se llevaba el cuenco a los labios y sorbía. Por la cara que ponía el crió debía saber mejor que olía. Dante trataba de parecer fuerte, pero su estomago rugía en alto haciendo que su pose despreocupada pareciera un tanto ridícula.

Estaba preparándose ya para irse cuando la mujer se acerco con los restos del caldero. Ella parecía saber muy bien que eran tanto Dante como su compañero.

El mago se concentro en el caldero, en los resto de comida que aun quedaban. Estaba descansado, así que se esforzó por lograr su objetivo. Se limito a mirar al interior del recipiente al tiempo que movía su mano derecha en el interior de sus ropas, todo muy sutil. El fondo del caldero dejo de verse, se volvió borroso.

-A mi me parece que hay para todos. - dijo el mago fingiendo no entender a la mujer y señalando el interior que de nuevo era visible con claridad.

-¿Ahora podemos comer? - El mago mostró su dentadura al sonreír.

- Tiradas (1)

Motivo: Muto Herbam

Tirada: 1d10

Resultado: 9(+12)=21

Notas de juego

Si no me he equivocado, creo que saco dos raciones mas.

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30/11/2013, 20:55
Wulfila ExBjornaer

Wulfila sonrió al ver suficiente comida para los cuatro ¡Por fin podrían saciar su hambre con una buena comida! Las tripas del joven rugían impacientes con furia sabedoras ahora premio que les esperaba.

“Bien, si ha sobrado suficiente comida, buena señora, no tendrá inconveniente en compartirla con nosotros ¿No es así?”