Partida Rol por web

 - Yo lo haré. - Respondí con resolución a Ameri. - Todos necesitamos descansar algo, pero yo puedo encargarme de vigilar que nadie nos siga. ¿Alguien quiere acompañarme?.

 Mientras esperaba la respuesta del resto del grupo, miré el claro, en busca de cualquier cosa sospechosa.

El rostro de Alexander se ha transformado en una máscara de cera, como si se hubiera ido convirtiendo poco a poco en un fantasma real, un hombre que ha abandonado retazos de su vida pasada a cada paso del camino que lleva al ascenso a la montaña.

Se había marcado un órdago y lo que fuera que jugaba con su cabeza había descubierto finalmente el farol, creciéndose contra su voluntad y escarbando en partes oscuras y profundas de su pasado, de su infancia, y de su juventud...

El recuerdo traumático de cómo el NEG había desechado a sus padres arrebatándoles su ciudadanía y sus derechos como seres humanos había acabado por aflorar, como la mierda que acaba filtrándose a la superficie hasta embarrar el suelo cuando una cañería se rompe bajo el efecto de la presión...

Apenas se había convertido en un hombre cuando arrebató su primera vida, y desde aquel entonces una larga serie de fantasmas se habían ido añadiendo a una lista que por momentos parecía no tener fin.

Es lo que eres Romeo... susurró con un tono vicioso la voz de Virginia... No tienes familia, no tienes amigos, y en realidad la única gente que ha llegado a importarte en tu vida ha sido aquellos a quienes has acabado matando...

Kaufman arrastró sus pies, un paso tras otro hasta reunirse con el resto de sus compañeros.

Kurokaze había estado vomitando sangre durante las últimas horas de ascenso. Lesiones internas casi con toda seguridad; tendria suerte si salía de esta con vida. Todos tendrían demasiada suerte... Kaufman no se llevaba a engaño mientras observaba al resto de la unidad. Lo único que le diferenciaba del resto de sus compañeros era que él ya había aceptado y asumido su destino.

No, no volveréis... se dijo a si mismo. Toda su vida había sido el resumen de opciones por descarte. Supervivencia obligada debido a que otras personas ajenas a su vida habían decidido por él y lo habían manejado como una marioneta.

Y él habia aceptado metiéndose de cabeza en una ciénaga profunda y espesa de cuyo olor a podredumbre no podría librarse nunca. Recordó como solían ser las orillas del Ganghes... las piras funerarias antes de que la Tormenta debastara la zona; los niños sumergiéndose entre las aguas oscuras y cargadas de tóxicos en busca de cualquier fruslería roada a los cadáveres con la que poder comerciar para sobrevivir.

Él no era diferente. Ahora ya no.

Suspiró mientras los demás se acomodaban para pasar la noche y escuchó como Kerrigan se ofrecía para hacer la primera guardia.

-Yo iré contigo- dijo con sequedad y con un tono su voz que no diera lugar a que se cuestionase su recién adquirida y poco deseada autoridad.

Sabía que necesitaba descansar, tanto o más que los demás.

Pero Alexander Kaufman, sentado en silencio mientras observaba aquel claro sabía que el descanso ya no iba a tener que preocuparle más. Dentro de sí, mientras las voces seguían con su incansable prospección que amenazaba con penetrar hasta su última defensa... Pudo alcanzar un pequeño y débil, apenas vislumbrado instante de paz.

Y en ese instante la voz de Virginia retornó por un segundo a la normalidad para decir con un tono de lástima, quizás de reproche... Lo sabes, Alexander... Ahora sabes que no lo lograrás: Nunca saldrás con vida de esta montaña.

No habría verdades ocultas en las que seguir rebuscando entre toda la podredumbre de la guerra. No volverían y por más que descubriera la verdad eso tampoco iba a devolvérselos, ni le devolvería tampoco la vida robada que nunca llegó a conocer.

En su lugar Kaufman había convertido su vida en una ofrenda que sabía que acabaría entregando para que quizás con suerte otros lograran salir de todo aquello.

La noche cerrada lo sorprendió sabedor de que ya había demasiados asesinos en el mundo. Nadie iba a echar en falta uno menos...

 - De acuerdo, vamos.... - Respondí al ofrecimiento de Kaufman.

 Mientras vigilábamos, le miré preocupado:

 - ¿Y como llevas todo esto?.

El equipo se dispone a descansar unas horas y para su seguridad deciden que Kerrigan y kaufman van a hacer de guardia. El viento por un momento pareciera detenerse y por ese instante pareciera que todo se hundiera en una calma sepulcral, sin viento, sin nieve. Solo el terreno y el silencio.

Los dos centinelas se mueven para comenzar a definir un perímetro…

Inician su marcha, sin alejarse demasiado del equipo. Kerrigan intenta iniciar una conversación con Kaufman, este luce abstraído, algo ocupa sus pensamientos, y casi juraría que no está del todo aquí en esta montaña. De repente, en la distancia Kerrigan parece notar algo, son unos sollozos, unos sollozos tristes, al parecer femeninos…

Sientes que la atmosfera del lugar se hace tensa, todos lucen depresivos, inclusive ves como Harris se aleja cada vez mas del grupo, permanece siempre aislado, totalmente callado. La sensación de aislamiento se extiende como una plaga en medio de todos los miembros del equipo, Sabes que la moral se desintegra, y sin moral la voluntad flaquea, y con ella la lucha por sobrevivir…

Sin darte cuenta tu mente se ha ido deslizando hacia un estado de frustración y ver la baja de tus compañeros esta cobrándose tu trozo de moral en ti. Sientes que realmente el desespero se comienza asomar y pareciera que quisiera gritarles a todos, no es solo un grito de frustración, también tiene una fuerte dosis de temor…

Notas como el silencio del lugar se asenta de tal manera que las imágenes a tu alrededor se convierten en acciones lejanas sin ningún rastro de inmediatidad. Inclusive pareciera que lo que reinara fuera una sordera absoluta, y entonces… Lo escuchas, es una voz femenina que se lamenta, pero no logras distinguir de donde viene, es uno sonido sordo que cuelga en un ambiente donde nada mas tiene sonido, es casi surreal, nada emite sonido, solo ese lamento lejano que bien podría venir del interior de tu cabeza...

Por un instante podrias haber jurado que era la voz de tu hermana, pero te sacudes esa idea de la cabeza, aun asi ese lamento sigue ahi...

Kaufman arrastra desganado los pies sobre la nieve mientras camina junto al hechicero de la unidad, mientras ambos se dirigen hacia el promontorio elevado más cercano a fin de convertirlo en un puesto de observación provisional que les permita asegurar el perímetro.

De repente la voz de Kerrigan y su pregunta rompen el rítmico sonido de los pasos amortiguados por el manto mullido de nieve que perla el suelo de la montaña.

-¿Cómo llevo todo esto?- repite Alexander incrédulo ante la pregunta... -Kerrigan... ¿Cómo crees que lo llevo? Estoy a mil putas millas de considerar que estoy bien, pero me mantengo tan entero como puedo, igual que los demás. Estamos hechos polvo y cada minuto que pasa las voces se vuelven más insidiosas; lo sabes tan bien como yo...- pronuncia con tono tajante.

Tras unos segundos de pausa la voz de Alexander continua hundiéndose en el silencio de la noche como un cuchillo penetrando la carótida de un animal condenado a morir sin que siquiera sea consciente de ello.

-Tú pareces ser el que mejor está soportando esta situación... Supongo que os entrenan para ello. Aunque de momento tu entrenamiento no nos está siendo de demasiada ayuda, y eso es preocupante porque se supone que este tipo de mierdas son tu especialidad. Supongo que no puedes protegernos contra este tipo de ataque psíquico, montar algún tipo de salvaguarda pero... ¿Quizás al menos rastrear la fuente de origen? Quedarnos sin hacer nada y soportar estas violaciones mentales no va a ayudarnos salvo a hacer que finalmente acabemos creyendo que caminamos como ovejas al matadero y...- en ese momento Kaufman guarda silencio.

Y observa el rostro de Kerrigan que parece haberle tomado el relevo en lo tocante a parecer distanciado. Su mirada parece volverse a la oscuridad de los valles montañosos y nevados, escrutando la negrura como si buscara algo con sus ojos.

Algo que evidentemente Kaufman no puede discernir.

-Kerrigan... No me hagas jugar a esa mierda de "soy tu superior". Yo no soy el perro de Malloney. Así que dime: ¿Qué cojones está pasando?- gruñe con rabia y frustración el nuevo hombre al mando de la unidad.

- No te estoy ignorando, relájate. ¿No lo escuchas?. ¿Como los sollozos de una mujer?. - Pregunto extrañado. - ¡Mierda, ya vuelven a intentar volver mi cabeza del revés!. Si ves que empiezo a comportarme de manera rara, pégame una bofetada en la cara. - Dije con resolución, lo último que quería es perder la razón precisamente ahora.

Urgh...eso era todo el pensamiento racional en la mente de Mark, dolor fisico y dolor del alma...mala combinacion; no ayuda a sobreponerse al marron en el que estaban metidos y por ello, necesitaba salir de ese pozo de mala baba en el que su mente parecia estar mas que contento de perderse.

Noto al tirador del grupo acercarse con Crystal y que entre ambos le echaban una mano; la verdad es que agradecia el gesto; su cuerpo estaba al limite entre su mente y la paliza del dia...joder que mala pata.,..

Mil gracias compadre trato de sonreir Kurokaze solo para mostrar dientes ensangrentados pero si crees que te voy a librar del 25% estas muy...un pinchazo en los riñones le recordo que calladito estaba muy guapo...urg...gracias compadre...logro articular de nuevo apoltronandose en el hueco que los demas habia preparado para pasar la noche; en cualquiera de los casos, Sajabarbas y mumbojumbo estaban de patrulla de modo que Mark se relajo un poco...si solo pudiera librarse de ese lamento...empezaba a atacarle los nervios pero...bueno, tampoco es que pudiera hacer nada al respecto....curate, recomponte...

Adaptate, improvisa, supera......tres simples reglas del buen cabron...era hora de ponerlas en practica...

La voz es lejana, pero al mismo tiempo pareciera que susurrara en tu cabeza, es agónica, es lastimera. Su lamento viaja con el viento, lo monta, lo usa para transportarse.  El sonido no se va, y de repente un silencio sepulcral reina en el lugar, entonces como si de lo único con capacidad de emitir sonidos se tratase, el lamento regresa claro, definido, aun distante…

Sollozos

Sollozos de una mujer que llora

Una mujer joven quizá

Sollozos

La sordera del lugar se rompe por instante con los intercambios de palabras, sin embargo así como empezó termina y de nuevo el silencio y el silvar del viento reinan. Mantienes la vista fija en un punto pero entonces por el rabillo del ojo notas como se acerca una mujer a tocarte…

Su rostro es ovalado, blanco de piel limpia y suave, pequeños copos de nieve contrastan hermosamente sobre su negra y lisa cabellera, sus ojos son bonitos, oscuros, rasgados…
Hi..hi..hitomi…

Pronuncias su nombre entre labios, pero entonces un grito de locura amenaza con escapar de tu alma…

La angustia te desgarra la garganta en un grito contenido sin saber por cuanto mas. El silbar del viento y los copos de nieve no hacen más si no acrecentar la sensación de abandono. Aun con tus ojos abiertos como platos te mantienes pendiente de lo que Harris hace, te acercas un poco, cambias de ángulo y le ves. Le ves como con su cuchillo se hace sendas pasadas por su antebrazo, cortes superficiales que le filtran la sangre dándole un nuevo color a la blanca nieve. Entonces el te mira…

Estas solo en esto Valla, y solo no eres nada…

Sus ojos lucen lúgubres terroríficos, en contraste con la nieve sus ojos se han tornado de un negro blasfemo que ha consumido inclusive el blanco de sus ojos, ahora son solo dos orbes negras que te miran directamente al alma…

No lo soportas el terror amenaza con arrancarte la cordura, el grito que ahogas pareciera cobrarse forma y abrirse paso escarbando en tu carne para salir airoso a la superficie, sudas, sudas en medio de esta paraje helado, te congelas en el sitio mientras tu boca se abre para liberar el ser de miedo y locura que lacera tu garganta…

Una voz conocida - Agggrrr, me muero, ayúdenme, ahh, ayúdenme…

¿No piensas hacer nada “lobo”? aggg, me muero en este lugar y me abandonas como a un pedazo de carne echada a perder, si, ese eres tú “lobo”

Ahora reconoces que es la voz de Viadura -  si, abandóname, déjame aquí, morir, no es tan malo, te liberas del dolor. Aahhhhgg, pero como duele, duele mucho, mir, mira lo que me hicieron, me han violentado, me han desgarrado, me han hecho mil cosas, hubiera sido más humano ser abusada por un perro…como tu…

AHHGGG….AAAAAAAA!!

la sensacion de temor se incrementa amenazado con congelarte de terror y angustia, deseas con tu alma huir a toda velocidad de aquel lugar, pero sientes que tu cuerpo no fuera a responderte, aun asi sientes mucho temor, solo quieres huir, huir lo mas lejos que puedas de esa maldita voz!

-Descuida Kerrigan... Te metería una bala entre los ojos al menor atisbo de que...- la voz ronca de Alexander enmudece en mitad del arrebato de agresividad hacia su compañero fruto de la frustración, mientras explora la oscuridad con sus propios ojos...

-Sí... no sabría decir si es... sugestión por lo que acabas de...- de nuevo la voz de Kaufman calla y escucha en silencio mientras su rostro se vuelve lívido y refleja una inquietud que va dando lugar al pánico y progresivamente después al puro terror.

Con la mirada desencajada se vuelve hacia Kerrigan y susurra...

-Gabriel, hazme un favor y si me ves abandonar...- vacila por un instante antes de continuar -Si me ves dudar o tratar de huir de todo esto. Apunta a la cabeza y no dudes al apretar el gatillo. Yo no dudaría en hacerlo si fuera al revés...- finaliza con aire sombrío mientras le da la espalda al hechicero de la unidad.

No es ella, no es ella... No es ella... Es lo único que puede repetirse a si mismo mientras esconde las lágrimas que brotan de sus ojos...

 - ¿Entonces también la oyes?. - Pregunto muy serio. - Pues entonces se me ocurren dos cosas: Alguien intenta liarnos la mente con la misma ilusión... O realmente ahí fuera hay una mujer llorando, una superviviente del anterior grupo, tal vez, pero también podría ser una trampa...

Kaufman permanece clavado en el suelo como si todo su cuerpo se hubiera convertido en una estaca, un poste de aviso para caminantes desprevenidos sobre el peligro de muerte que las montañas entrañan y ocultan entre los meandros que sortean cumbres y valles...

La voz de Kerrigan suena apagada, puede sentir su presencia a su lado, y ladea su cabeza como un perro que busca desgajar un trozo de carne fírmemente asido al cuerpo de su presa. Cuesta concentrarse, cuesta no ceder al impulso de salir corriendo en mitad de la oscuridad...

-No, no es una superviviente... La voz... imita a alguien que conocí... alguien cuya voz yo...- Kaufman duda acerca de continuar abundando en explicaciones acerca de lo increible que puede resultar convivir con la voz interior de un fantasma conocido... -Escucho. En ocasiones me acompaña, aunque sé que no es real, y ahora estoy convencido de que desde luego no es ella. Virginia Vidaura, mi instructora se hubiera matado sin dudarlo en mitad de una misión antes de verse relegada a comportarse... así- explica con la voz teñida de desprecio y amargura.

-Claro que juegan con nosotros. ¿Si pueden hacer esto significa que saben dónde estamos? ¿Puedes rastrear el origen de esta... cosa, Kerrigan? Caminamos como ovejas al matadero, y si seguimos así estaremos jugando al juego que la Tormenta quiere imponernos... No estoy dispuesto a eso, no llevaré a esta unidad a los brazos de una muerte segura si es lo que el enemigo ansía de nosotros...- de nuevo la voz ronca de Kaufman lanza las palabras una tras otra, con gran esfuerzo tratando de escuchar sus propios pensamientos por encima de la presencia de la voz que amenaza con carcomerle por dentro.

Una voz femenina - Tengo frio, por favor...ayudenme, por favor...

Una voz femenina - Tengo frio, por favor...ayudenme, por favor...

 - Ahora está pidiendo ayuda... Maldita sea, si que toca la moral, lo mejor es avisar a los demás y decidir lo que hacer...

 Mientras hablaba, usé mi poder de Facultades arcanas...