Partida Rol por web

Asomó su cabeza por el quicio de la puerta al oir como Greta decía que no tenía nada y le preguntaba a Aron como era eso posible. Liam tampoco encontraba explicación a eso, su mente le estaba fallando ante tal circunstancia y aunque intentaba mantener la compostura, su cuerpo no parecía responderle. Aún así, entre tiritones por el frío que sentía, habló.- No se como eso es posible...No entiendo lo que está pasando...Lo siento..No...No..No lo entiendo.- Dijo con sus dientes castañeteando mientras se abrazaba así mismo intentando mantener el calor corporal.

No había más que muebles viejos en esa habitación. Una típica austera habitación de monasterio. Abrió un cajón y encontró una vieja llave.

-Chicos, aquí hay una llave.

La cojo y la muestro al grupo.

Tal vez se debiera a las circunstancias, o a que su razón ya no le resultaba confiable, pero ver a Liam en ese estado tan deplorable le provocó compasión. Por una vez en la vida, Greta sintió que empatizaba con el tragalibros y no deseó otra cosa más que estar de nuevo en el campus, todos juntos, pelando con su hermanastro o riéndose del embobamiendo de Evelyn para con Liam.

Sin embargo, su estilo práctico se impuso. No tenía sentido lamentarse por lo que no era. Ella era una cazadora, nunca una presa y no iba a permitir que aquella casa y todas sus historias de fantasmas la vencieran.

-Bien hecho, hermanito -asintió, sin una pizca de sarcasmo, ante el hallazgo de Lenny. En ese momento, eran todos aliados, ya habría tiempo de recuperar la rivalidad entre ellos, una vez que encontraran a su compañera de cuarto y salieran de aquel apestoso lugar.

-Debemos encontrar donde calza la maldita llave.

Liam escuchó la pregunta de la rubia y alzando la mano como pidiendo un momento de atención.- ¿¿Tiene unas iniciales escritas?? Porque....El único lugar que se me ocurre es la puerta del sótano...- Dijo controlando el castañeteo de sus dientes.

A continuación se empezó a dar sacudidas con los brazos haciendo que su cuerpo entrara en calor por la fuerza del ejercicio.- ¿Vosotros no tenéis frío?- Comentó visiblemente molesto por su ropa mojada.

Aarón salió de sun ensimismamiento, al ver que Greta se recomponía. No entendía absolutamente nada, y palideció al escuchar que no era el único al que los escalofrios le recorrian el cuerpo. Era como si toda aquella estancia hubiese bajado de golpe varios grados. Casi podia ver el vaho blanco manando de su boca.

Miró ojiplático a Liam y espetó - ¿de verdad crees que es buena idea ir a mirar? No me agrada mucho la idea de bajar de nuevo... pero... por otra parte estaremos más cerca de la salida. Y no quiero parecer cobarde ni nada, pero... deberíamos estar cerca por si acaso.

Miró a su alrededor. No quería parecer un cobarde delante de los demás. ¡Eso nunca! pero lo cierto es que le gustaría quedarse el último del grupo y que otros fuesen por delante.

asió de nuevo su navaja, absurdamente. A cada momento estaba más convencido de que fuese lo que fuese que se iban a encontrar, de poco le iba a servir. Pero él era fuerte, y si la situación lo requería, tendría que ser el que defendiese a los débiles del grupo.

Efectivamente, la llave tenía unas iniciales escritas. Las mismas iniciales que tenía que haber tenido el antepasado de Greta. H y B. Hernando van de Berghe. Los chicos se estremecieron. Aquello era demasiado real para ser una broma y, empezaban a comprender que ningún aparato eléctrico podía haber causado dolor a la rubia...Y que era totalmente inviable montar un equipo inalámbrico para asustarlos. Para que pudiese funcionar tenía que tener alguna batería que, con toda aquella humedad no hubiese resistido. En aquel momento, Remy, que había estado callado durante mucho tiempo habló.

—Es verdad... Puede que esa puerta sea del sótano, pero no hemos mirado nada más, Liam... Ahí fuera hay una capilla y un cementerio, y aquí hay más celdas. ¿Y hemos mirado toda la planta baja?— La voz del nerd era especialmente baja, tanto que costaba entenderlo entre el rugido del viento y la lluvia. —Pero...no es solo eso. Si Evelyn estuviese aquí dentro nos habría oído ¿no?— El joven calló, esperando que el silencio calase en las mentes de sus compañeros

Las palabras del nerd la golpearon. ¿Cómo no haberlo pensado antes? Evelyn no podía estar en el monasterio. Con todo lo que habían gritado, sus voces debían haber llegado hasta los rincones más escondidos del lugar.

Si se ha ido sin avisar, la mato. El pensamiento de Greta quedó plasmado en su expresión. Allí estaban, en medio de una historia de fantasmas y ella, en lo único que podía pensar, era en que había sido traicionada por su compañera de cuarto, que había huido dejándolos a ellos solos a merced de los espíritus.

-Ya... tenemos que buscarla por afuera. Ya veremos que hacemos con esa llave después. No perdamos el tiempo, con este barro seguro que ha dejado huellas al salir. Y cuando la encontremos... me va a escuchar.

- O eso, o está dentro y por la razón que sea no quiere que la encontremos. O... Puede que no esté consciente ahora mismo.

Se sintió súbitamente mal. Peor aún, cuando decía estas palabras. Estaban asustados, pero.. ¿eso era todo? ¿habría sido atacada por alguien?

- Yo creo que es mejor hacer caso a Remy por esta vez. Mejor mirar el sótano, ahora que sabemos donde está la llave, y luego vamos ascendiendo hacia arriba. Parece la forma más lógica de registrar todo el inmueble. Y si Evelyn está dentro, la encontraremos. Si vamos yendo de un lado a otro es más fácil que nos despistemos.

Miró a Greta. Era muy raro que Aarón la contradijese en lo que fuera, pero la idea de salir de la casa le inquietaba más aún que la de permanecer dentro. El perro del muñeco que atacó antes a los demás, la lluvia torrencial.. la falta de luz.. No, no parecía buena idea.
 

Liam seguía frotándose los brazos ya mas calmado respecto al frío que sentía. Miró al pasillo y observó algunas puertas.- Ya que estamos, podemos mirar las estancias de aquí arriba para no tener que subir de nuevo... Hay mucha ventolera y se me hielan los huesos, maldita sea...- Dijo a sus compañeros con ese tono suyo de obviedad, como si explicase que dos mas dos son cuatro.

-Yo estoy de acuerdo con Liam- añadí mientras guardaba la llave en un bolsillo.

- Podemos acabar de investigar por aquí y luego bajar. Suponiendo que Evelyn siga aquí no creo que esté encerrada en un sitio cuya llave estaba en un cajón polvoriento.  ¿Os parece que acabemos aquí?
 

Al parecer todos los hombres incluido el suyo (algo que le costó a Aaron una mirada desaprobadora cargada de bronca) se habían puesto en su contra. Incluso el tonto de Remy, a pesar de que había sido él quien había hecho notar que Evelyn ya no debía estar allí. Sin embargo, Greta no era idiota aunque a veces lo pareciera, por lo que no iba a lanzarse sola en una cruzada personal para encontrar a su compañera de cuarto. Si los demás insistían con deambular por el interior del monasterio, seguiría con ellos, pero con todo el desagrado que la contrariedad le provocaba plasmado en el rostro.

-¿Y a qué esperamos? Recorramos esta maldita planta de una vez, no quiero perder más tiempo.

Remy se encoge de hombros. Sus palabras habian sido escuchadas y defendidas por el atletico novio de la tonta y rubia hermanastra de Lenny. Era una sensacion nueva, aunque la aterradora situacion por la que estaban pasando le impide disfrutarlo como mereceria tamaño hito en la historia de su vida.

-Prosigamos, pues.

Dice con una timida sonrisa, envalentonado, quiza en exceso, por que los demas le escuchen.

- Pues no se hable más. Volvamos al pasillo y será mejor que echemos un vistazo a la celda siguiente.

Lenny sale al pasillo intentando aparentar aplomo y se dirije a la siguiente celda. Antes de entrar se gira a ver si le siguien los demás compañeros.

Poco a poco, y vigilando su alrededor, los chavales entraron en la celda contigua. Les gustase o no, aquello se había convertido en una auténtica película de terror. La celda estaba completamente vacía y, por mucho que la registraron no encontraron nada. El horror lo encontraron al girarse. La puerta estaba bloqueada por el cadáver de una monja que colgaba de una soga atada a una viga. El cuerpo parecía moverse levemente, como mecida por el viento y el crujir de la soga resaltaba en el silencio de la habitación.

Se llevó las manos a la boca para tapar el grito que amenazaba con salir y dio un paso atrás. Respiró profundamente de forma pausada y se acercó lentamente alumbrando con la linterna. Tenía la mirada afilada y después de las anteriores impresiones, no dudaba de la veracidad de lo sobrenatural que estaba pasando. Ahora su curiosidad mandaba sobre él, necesitaba descubrir el motivo por el cual aparecían esos espectros y el misterio que allí se escondía.- Así que te colgaste...mmm... Eso va en contra de tu religión jodía monja... Supongo que no te fuiste al cielo por eso y aquí estás dando sustos de muerte...Puta mierda.- Le dijo sin titubeo a la monja colgada. Mantuvo la distancia que su propia lógica le decía, no quería tocarla, no fuera que se contagiara de algo o se manchara más de lo que ya estaba. No pudo reprimir el escalofrío que le causaba todo esto, aunque, mantuvo la mente fría igual que el clima imperante.

Greta se adentró en la habitación por detrás de Aaron. Aún no se recuperaba del ataque sufrido en la estancia anterior, por lo que no quería arriesgarse a ser el blanco de la ira de otro de los fantasmas que poblaban el lugar.

La habitación era de lo más normal. Nada parecía fuera de lugar. Resoplando, se dio vuelta para salir de ahí y pasar a la siguiente cuando descubrió el cuerpo de la monja que colgaba de una de las vigas cercanas a la puerta.

-Aaaaaahhhhhhh! -sin poder evitarlo, el terror la invadió. La visión del cadáver se sumó a la tensión que había experimentado hasta el momento, logrando que su entereza se quebrara. Presa del miedo, la chica hizo oídos sordos a lo que decía Liam y, con desesperación, pasó por su lado dándole un empujón. Rápidamente esquivó el cuerpo colgante y salió corriendo de allí, rumbo a las escaleras. En ese momento, la única idea que llenaba la cabeza de Greta era alcanzar el exterior, salir de aquel sitio maldito y dejar todo el horror atrás.

Ante tamaña visión, Greta salió corriendo despavorida de la habitación atravesando el cadáver de la monja, pues ocupaba toda la puerta y era imposible de esquivar. Parecía que no era solida, y sin embargo, claramente no era un holograma, pues al pasar no se vio reflejado en el cuerpo de la rubia.

Lenny ya se había acostumbrado a que en cada celda pudiera pasar algo así. Supo controlarse, aunque no pudo evitar que un escalofrío le recorriera su cuerpo y sus vellos se erizasen.

La visión de la monja dejó paralizado a Aaron, quien, sobrecogido, dejó completamente libre a Greta. Vió coomo esta rompía en pánico y atravesó a la monja colgada como si esta fuese eterea, pero, a diferencia de lo que ocurría con los rudimentarios hologramas que él había visto en su vida, esto era algo mucho mas sólido e intangible a la vez.

Lo supo. Lo confirmó, con certeza. Toda su teoría de que había sido Evelyn, o los pueblerinos intentando asustarles, se desmoronó ante sus ojos y le rompió todas sus solidas convicciones por dentro. Toda esta meirda era una experiencia sobernatural, y fuese lo que fuese, estaba claro que quería hacerles daño.

De súbito y ante los ojos de sus compañeros, Aarón rompió a llorar, acompañado de un gorgojeo gutural y un llanto más propio de un niño lactante que de un enorme hombre cómo él. Se llevó sus manos a la cara, tapandose, y se arrodilló de cuclillas. No tenía ni dea de que cojones estaba pasando, ni de que hacer. ¿Cómo iba a defender a su novia de algo completamente intangible? Toda su fuerza para nada. Sintió una opresión que le iba bajando desde la garganta hasta sus adentros, y que iba creciendo por momentos, y al tiempo él sentía que se iba debilitando y que sus orgullosos y fuertes brazos se estaban convirtiendo en colgajos inútiles.  Intentó respirar. Nada tenía sentido.

-¡JODER! ¡ME AHOGO!

un jadeo quejumbroso de perro viejo brotó de su garganta. Ignoranando a todos los que estaban presentes, dio media vuelta y salió corriendo hacia las escaleras, respirando ansioso. Se ahogaba, tenía que respirar, y estar cerca de toda esa mierda no hacía sino oprimirle el pecho. Sentía que se estaba muriendo por dentro. Bajó las escaleras a trompicones y casi no veía nada, con los ojos irritados, enramados y llorosos... Al llegar abajo inetntó calmarse, pero. Joder, como le escocían los ojos Casí no podía abrirlos. Palpo el final de la barandilla y se detuvo, pensando que cojones había pasado y que debía hacer.