Partida Rol por web

Sí, los que se hallaban arriba del todo, junto a la hoguera, habían percibido a los acechantes restantes miembros del grupo. Y los que abajo, agazapados, temían por la procedencia del humo, pudieron relajarse al ver en aquella posible amenaza solamente la presencia de sus perdidos amigos.

En mitad de la colina se reunieron parte de los expedicionarios, y por fin juntos ascendieron a lo alto, hacia la hoguera. Exceptuando el malogrado Miguel, parecía que todos los presentes se hallaban bien, agotados, algo confusos por lo vivido, pero sanos y salvos, que era lo que realmente importaba.

Denise, como cabeza de la expedición, les ordenó sentarse a descansar durante un rato. Necesitarían reponer fuerzas tras los episodios acontecidos, y aquel era un lugar tan bueno como cualquier otro para mantener una reunión urgente y decidir el rumbo a seguir.

-Camaradas- llamó la atención sobre su persona- Lo primero que debemos hacer es apagar la hoguera para no llamar la atención de animales salvajes o nativos poco amigables. O de cosas peores. Después de lo de Kalkamal estoy dispuesta a creer cualquier cosa.

Extrajo del macuto su cantimplora y echó un buen trago, vaciándola por completo.

-Debemos buscar agua y un buen lugar en el que pasar la noche, seguro. Establecer turnos de vigilancia, prepararnos por si sucede algo como... como... bueno, todos sabemos de lo que estoy hablando. Pero más que nada, debemos permanecer unidos. Somos una expedición de rescate. Hemos venido a rescatar unas personas. Quizás las vidas de algunos de ellos dependan de que no nos demoremos más buscándonos unos a otros. Y desde luego, si vamos a buscar la construcción de aquel grabado, debemos de tener muy presente cómo vamos a obrar a partir de ahora. Temo por mi padre, Baldwin y los otros dos muchachos, puesto que de dos ya conocemos el triste destino...- bajó la mirada, tratando de no cruzar sus ojos con los de Devlin- Debemos ser eficaces, al máximo. Ir, rescatar y regresar cuanto antes.

Eso, si aún hay alguien a quien rescatar. ¡Vamos, Denise! ¡Sé realista! Lo has visto con tus propios ojos. Esos dos muchachos, Miguel... ¿Qué horrores habrá al final del camino? ¡No! ¡No! ¡No! ¡Jamás se debe renunciar! Esa máxima te la enseñó papá. Nunca has de abandonar mientras haya una ínfima esperanza de dar con alguno de ellos con vida.

-Bien, compañeros. Debemos organizarnos y buscar cobijo. Y debemos hacerlo ya. Elaboremos un buen plan de acción.

Quarter había dejado que la mujer se explicara, y tras apagar la fogata, sencillamente, la escucho en penumbras.

Bueno, si quiere organizarse, este es el lugar, aún es tarde.

La hoguera, nos protegías de felinos, y animales más pequeños e igual de peligrosos. El fuego quería amiga, es una herramienta indispensable en esta selva.

Sé que nadie conciliara el sueño esta noche, y menos después de lo vivido. Pero sus cuerpos necesitan descanso.

Devlin y yo, podemos encargarnos de la seguridad, tengo un par de trucos de cazador en la manga, para proteger esta zona hasta que amanezca. Pero tengan presentes, que en cuanto el sol anuncie su salida, saldremos de aquí rápidamente.

Hay que volver a encontrar un rastro.

Sentencio el hombre, el único que en aquel inhóspito lugar se sentía como en casa.

Luego medito lo que iba a decir a continuación. Dudo, porque se le notaba en la cara, pero al final, algo le impulso a hablar.

Al único que no veo, y espero no ver es a Gordon Lockly. Y esto lo digo por lo siguiente. Lo observer, no sé porque, pero siempre me dio mala espina. No se sorprendió al encontrar el lugar, ni al descubrir los cadáveres.

Y en cuanto …. Bueno, fue el primero en moverse del zigurat, estoy convencido de que sabe muchas más de lo que pensamos, y me pregunto, como señorita Denisse contacto con este hombre.

Se dejo guardada la idea de que parecía saber a dónde se dirigían todo el tiempo. Como si aquel camino ya lo hubiera practicado antes. Era como si aquel viejo zorro, ya hubiera pasado por aquello, y eso solo le llevaba a dos conclusiones. Y ninguna era buena. 

Gianna se encontraba más aliviada después de aquel cacao caliente y sobre todo después de que apareciera el resto de sus compañeros, aunque todavía no se encontraba muy lúcida, pero lo de apagar la hoguera, por muy tentadora que le era la idea, no le terminaba de convencer; muy a su pesar estaba de acuerdo con Allan, aunque la idea de mantener la hoguera encendida le provocaban escalofríos prefería los métodos del que se supone experto en convivencia en zonas como esta.

Denise, con tu permiso, sabes que el señor Quarter está más experimentado y es tarde para andar buscando agua y demás cosas necesarias, es mejor que descansemos y al alba emprendamos de nuevo el viaje.

Gianna pensaba que era lo más lógico y después de haberse reunido no podían separarse a buscar cosas a esas horas en las que solo la Luna y las Estrellas marcaban las siluetas de la noche y encima con la hoguera apagada. Pareciera que Denise se llenara de energía con la vuelta del resto de la expedición y tenía muy claro lo que quería pero era demasiado por ese día. 

Conseguir que el grupo estuviera reunido de nuevo, podría haber sido una optimista sensación, si no fuera porqué el problema que tenían entre manos. Y ese no era otra que sobrevivir.

Gloria estuvo a punto de replicar las palabras de Denise: ya no era cuestión de rescatar al grupo de expedicionarios desaparecidos, no... La cosa había cambiado: ahora eran sus propias vidas las que estaban en peligro!

Cierto que el misterio de todo lo que sucedía en aquella jungla, atraía la curiosidad de la periodista, pero también quería poder llegar a explicarlo algún día, acompañada de una buena copa de whiski escocés.

-Estoy con Allan. Prefiero arriesgarme y dejar el fuego encendido, a quedarme a oscuras en esta maldita jungla del demonio y desaparecer sin saber quién ni como acaba con mi vida...-Gloria se dió cuenta que no había escogido demasiado bien estas últimas palabras...-Quiero decir que...bueno...eeeeehhh... Que no sé qué demonios sucede en este lugar, pero el fuego nos puede proteger!

Respiró hondo. No quería perder los nervios...delante de ellos no. Eso la debilitaría, y no queria dar el gustazo a aquellos hombres de ver otra mujer desmontándose frente a una adversidad. Ella no...

-Allan, estoy de acuerdo en que monten algún tipo de trampa o sistema de seguridad. Nos puede ser útil...o como mínimo darnos algo más de tranquilidad. Si les puedo ser de ayuda, solo deben decírmelo. Y mañana será otro día... Podremos iniciar la maldita búsqueda y volver a casa.

Comprendo a la perfección las ganas que tiene de ir en busca de la antigua expedición le digo a Denise acercándome a ella y poniéndole la mano sobre el hombro a modo de consolación pero tenemos que ser prudentes y sensatos. No debemos dejarnos llevar por las prisas o nuestra propia seguridad correrá peligro.

Yo también opino como el señor Quarter y deberíamos de dejar la hoguera encendida ya que espantará a más bestias de las que atraerá. Y también concuerdo en que debemos de descansar, pues de otro modo seremos menos eficaces a la hora de buscar a la anterior expedición. El cansancio nos puede hacer cometer un error fatal tanto para aquellos que buscamos como para nosotros mismos.

¿¡Expedición de rescate!?. ¿Pero acaso se ha vuelto loca?
La impotencia hace que cierre mis puños, apriete la mandíbula y no diga nada mientras trato de tranquilizarme.
Ese era el objetivo en un principio sí, pero ahora ha cambiado todo. Los que debemos ser rescatados urgentemente somos nosotros, deberíamos irnos mañana a primera hora para no regresar jamás.
Dirijo mi mirada hacia la hoguera y me quedo mirándola unos minutos.
Mi miedo tampoco me hace ser racional, tampoco creo que sea capaz de pensar con mucha claridad.
Me acerco más a la hoguera y me siento en el suelo, el calor poco a poco me va reconfortando.
Yo también dejaría la hoguera encendida, si el humo negro nos encontrase siempre podríamos coger palos encendidos que nos ayudasen a ver mientras corremos.
Esta elección tampoco cambiará mucho, estamos elegiendo el tipo de veneno que queremos. ¿Cianuro o cicuta?

Devlin se había mantenido en total silencio, escuchando las palabras de los demás. Mordisqueaba una brizna de hierba mientras observaba a sus compañeros. De pronto, tomó la brizna entre sus dedos y la destrozó en un santiamén. Abrió de nuevo el puño y dejó caer los minúsculos fragmentos de hierba, arrugados y destrozados, que fueron a dar al suelo, sin vida.

-No me gusta lo que están viendo mis ojos. Percibo miedo en el grupo. No soy partidario de que las expediciones las compongan personajes sin experiencia. Vuestras caras... Vuestros rostros os delatan. ¿Por qué no huir? Lo veo escrito en vuestras miradas. Les diré el motivo. Un auténtico expedicionario en misión de rescate JAMÁS cesa en su empeño por volver con aquellos a quienes busca. ¡Jamás! Váyanse si quieren, sus miradas son demasiado evidentes, puedo leerles el alma en estos momentos.¡Váyanse si quieren! Yo no lo haré. He venido a buscar a la expedición Williamson, y no saldré de la jungla sin ella.

Dicho esto, el ofendido Devlin se puso en pie, molesto e iracundo. Introdujo las manos en los bolsillos y se alejó lentamente del grupo. Antes de desaparecer de vuestra vista, se giró por unos instantes y encaró a Quarter.

-Voy a dar una vuelta por los alrededores. No me alejaré más que unos metros. Puede contar conmigo para las guardias, sin duda.

Y sin esperar respuesta, desapareció tras el tronco de un grueso árbol. De vez en cuando se lo veía aparecer entre los troncos, paseando en círculos sin alejarse del grupo, pero gozando de cierta intimidad que necesitaba desesperadamente.

Ellos quieren abandonar, lo sé. ¡Malditos todos! ¿Qué tienen ellos que perder? Aquí soy yo quien más ha perdido. ¡Miguel! Debería morirme. Era como un niño, como mi hermano menor. ¿Por qué no pude hacer nada? ¿Por qué?

Tras ver a Devlin salir de escena para recluirse en su dolor, el grupo permaneció en silencio durante unos segundos. Al cabo de unos instantes, antes de que nadie pudiera hacer nada ni decir nada, el grupo al completo percibió el sonido de unas pisadas furtivas, cautelosas, y al mismo tiempo familiares. En dirección contraria al lugar por donde Devlin se había alejado, apareció Lockly, con la misma expresión socarrona de siempre. Traía en sus brazos una buena selección de ramas secas, ideales para seguir alimentando la hoguera. Al llegar al grupo las dejó caer justo tras las señoritas Trace y Stasi, con desprecio.

-Con esto bastará para que no se apague en toda la noche.

Se frotó las manos despreocupadamente y se alejó hacia su macuto, dispuesto contra un tronco caído, a un par de metros del círculo en torno a la hoguera. De espaldas a vosotros lo visteis llevarse un cigarrillo a la boca y encender un fósforo con una sola mano, en un ágil juego de manos.

Allan estaba muy mosqueado con Gordon. Así que mientras él tipo inocentemente traia madera para que la hoguera no se apagara se fue hasta donde estaba, y se puso a su lado.

Me vas a explicar, porque ni pestañeaste cuendo descubrimos el zigurat, y como supiste que tenias que salir corriendo en cuanto el bueno de Miguel termino de mover la piedra.

Allan no tenia un tono amigable, y mucho menos abierto que nadie interrumpiera.

Y si por si no lo has notado. Es un interrogatorio.

Dijo mostrando bien su arma.

Estaba bien claro que tenia claras dudas sobre la implicación de aquel hombre en lo que estaba pasando. Y no iba a permitirse el lujo de viajar con alguien en quien no confiara. 

Gianna escuchaba a cada uno su opinión pero se quedó asombrada con el repentino interrogatorio de Allan hacia Gordon, fue claro, sin pelos en la lengua.

Gianna no se había percatado de todo lo que estaba contando el señor Quarter, y no querría recordar ahora nada de todo aquello.

Podía reconocer la ira, el odio, la frustación de Stuart por lo sucedido a su amigo Miguel, pero también debía tener en cuenta que no eran expedicionarios experimentados.

Todos sabían de las dificultades que tendrían que afrontar cuando la gran mayoria de miembros del grupo eran ratas de biblioteca. Incluso ellas, una mujer de alta autoestima y ego desagradable, se había sentido en más de una ocasión, una carga para aquella misión. Siendo sinceros: no eran el mejor grupo de rescate.

En un primer momento, le hubiera gritado algo desagradable, fruto de la impotencia de la situación, pero Gloria sabía que solo empeoraría las cosas. Stuart no lo decía en serio...

Mientras Quarter preguntaba de forma inquisidora la forma de actuar de Gordon, la periodista pensó en dirigirse a Stuart para reconfortar su dolor...pero tenía la sensación que Gordon escondía información. Y una buena periodista no deja una noticia a medias.

Situándose al lado de Quarter, afreció apoyo a las preguntas de su compañero:

-Gordon, y sabes algo sobre lo sucedido, será mejor que lo compartas ahora. Puede que no salgamos con vida de esta...pero tu tampoco.

Cuando Devlin se aleja lo miro y me da un poco de pena.
Con esas palabras no sé si es un insensato o un valiente, sea como sea el cementerio esta lleno de los dos tipos.
Estaba distraido en esos pensamientos hasta que el tono duro del señor Quarter me hace girarme sorprendido.
¿Pero qué significa esto?
Mis ojos centran su atención en el arma del señor Quarter mientras inconscientemente me alejo un par de pasitos.
Creo que podríamos hablarlo como personas civilizadas, estoy seguro que el señor Gordon no tiene ahora mucho que esconder.
Suponiendo que las acusaciones sean verdaderas.

Las palabras de Devlin me tocaron una fibra sensible y a punto estuve de saltar en su contra. ¿Querer abandonar? ¡Nadie ha dicho nada así y no dejaré jamas a un amigo como Tyronne tirado de semejante manera! ¡Abrase visto tamaña desvergüenza! pero comprendía que la muerte de Miguel lo tenía abatido y mentalmente alterado. Cualquiera lo estaría en estas circunstancias.

Además los ánimos parecían estar bastante alterados en estos momentos. Casi parecía que la idea de volver a juntarnos haya sido contraproducente. Al parecer los músculos de la expedición habían decidido enfrentarse entre ellos. Por fortuna los cerebros aún conservaban la calma y trataban de reconducir la situación. La señora Trace y el señor Heket tienen razón, seguro que tiene una explicación razonable. Todos estamos alterados por los últimos acontecimientos pero debemos mantener la calma y la razón. En estos momentos riñas y peleas internas es lo último que necesitamos.

El cazador sin pestañear siquiera y sin dejar de mostrar la boca de la escopeta a su antagonista contesto con mucha calma y tranquilidad a aquellos que pedían mediar.

No se equivoquen, mis dudas y sospechas empezaron antes de lo de miguel. Y no me están viendo perder la calma, ni mucho menos, ser agresivo.

Estoy siendo terriblemente diplomático.

Estaba claro, que si no encontraba lo que buscaba, nada ni nadie iba a evitar que Quarter le metiera un tiro en la cabeza a Gordon Lockly.

Gordon aspiró una calada de su cigarrillo sin abandonar ni por un momento su aire de indiferencia absoluta hacia la escopeta de Quarter. Retiró el cigarro y expulsó el humo con parsimonia, deleitándose en el sabor del buen tabaco que estaba fumando.

-No lo hará- comentó, sin siquiera molestarse en mirar a Quarter- No me disparará. No mientras crea que yo sé algo sobre Williamson y el resto. Y da la casualidad de que sé algo que quizás ayudaría a hallarlos a tiempo.

No dijo más. Aspiró nuevamente una calada, con lentitud, gozando de cada segundo de aspiración, como si hubiese todo el tiempo del mundo.

El hombrecillo se puso en pie al instante.

-Usted... ¿Usted sabe dónde se encuentra mi amigo? ¿Sabe dónde están el resto de mis alumnos y el bueno de Baldwin? ¿Usted...? ¿Usted sabe algo?

Su rostro mostraba una profunda ansiedad, cierta desesperación por conocer el paradero de la expedición, una pista, un atisbo, lo que fuera.

-¡Alto!- la alta y espigada Denise se incorporó y de dos ágiles zacadas se colocó a la par de Quarter. Respiraba agitadamente, pero aún así trató de mostrarse natural, al mando de la situación- Nadie va a matar a nadie. ¡No seríamos mejores que el humo que ha acabado con Miguel!

Si Devlin estuviera aquí... Es más fuerte que Quarter y Lockly, no me cabe duda. Espero que vuelva. Quizás así podríamos bregar contra estos dos animales salvajes.

-Lockly, si sabe algo, haga el favor de decirme qué es. ¡Se trata de la vida de mi padre! ¡Y la de uno de mis mejores amigos! ¡Y la de unos muchachitos inocentes! ¿Es verdad que sabe algo o se está echando un farol?

-Sé algo- arrojó el cigarrillo al suelo y lo destrozó de un pisotón- Pero si alguien decide seguir jugando a los héroes de acción, quizás me vaya con el secreto a la tumba. Amén de que yo también tengo una escopeta, y soy un tirador excepcional.

Miró a Quarter con desdén, y de sus labios brotó una sonrisa burlona.

Quarter miro a Gordon con una sonrisa socarrona.

Te equivocas, si piensas que no apretare el gatillo. Y te equivocas si piensas que saldrás de esta selva sin decir lo que yo se que sabes.

Tienes exactamente, y escucha con atención. Tres exhalaciones de aire para empezar a hablar, y más vale que me guste lo que oiga.

El cazador estaba serio, como una piedra, inmutable. Sabía que aquel hombre era peligroso, lo supo desde el principio, era como una de aquellas fieras indomables y mortales de la selva.

Pero jugaba a los Gallos con él. Y Allan Quarter no estaba jugando. Al mínimo indicio de que no hiciera lo que le había pedido, una de las rodillas de Gordon desaparecería para siempre.

El matón tenía razón. Y más ahora que había confirmado sus sospechas, no podía matarlo, aunque le sobraran motivos.

Pero si podría herirlo. Y tentarlo con dejarlo en la selva herido. Esa era su siguiente carta, y estaba tenso, preparado para ejecutarla si el idiota que los había llevado a una muerte segura no hacia exactamente lo que le pedía.

El resto, habitantes de la ciudad, que habían venido a la verdadera esencia de lo salvaje no eran aun conscientes de lo que se estaban jugando.

Pero el sí, y tenía claro que si Gordon disparaba, tras ese primer disparo, acertara o no, huiría como hiena. Porque no estaba aquí por el rescate, sino por las riquezas que debía de pensar que podía conseguir.

Teniendo eso en su memoria, sabia como jugar con aquel deleznable personaje.