Partida Rol por web

- Pues si vamos a quedarnos, me parece una buena solución el no dormir...- apenas susuro para que me oiga sólo Vincent, está claro que esta gente es damasiado confiada para según que cosas. Me quedo miran a Allan esperando su reacción.

-No lo se...- dice Walter -¿Recuerdan ustedes lo pedante, descortés y chulo que era Lockley la primera vez que lo vimos?... Pues mirémosle ahora, acurrucado y casi llorando... a mi ese tipo de miedo en una persona como él me da, al menos, un respeto.-

Allan se aclara la garganta.

-Entonces... si hemos encontrado enormes cantidades de material mohoso, roto y oxidado, y también un reloj en perfecto estado que llevaba menos de dos días abandonado... quiere decir que mientras que los desechos pertenecían a la primera expedición -la cual estará a semanas de distancia en el tiempo, no a dos días-, el reloj pertenecerá a un tercer grupo o individuo, que es el que nos saca los dos días aproximados de ventaja. Me pregunto quién será -farfulla errabundo dejandose la colilla a medio terminar en la boca y aspirando una buena ración de humo mientras cierra lo ojos-.

-Lo que está claro es que yo tampoco pienso conciliar el sueño aquí. Dispongo de algunas drogas en mi equipo y creo que no me costará permanecer toda la noche en vela -al menos en condiciones normales, que dudo que se den esta noche-. Si alguien más quiere abstenerse de dormir, propongo que pasemos la velada en mi tienda, para hacerlo todo más llevadero.

- Hombre, yo no tengo mucho problema en quedarme despierto, pero me parece un poco absurdo eso de permanecer en vela toda la noche, por muy horribles que puedan ser esas pesadillas. Mucho peor sin duda es estar somnoliento y lento de reflejos en mitad de esta selva y con jornadas de viaje por delante. - apunto yo.

Personalmente no doy demasiada credibilidad a estas paranoias supersticiosas. Más aún viniendo de Lockley que, de por sí, no le otorgo mucha credibilidad.

-Hagan ustedes lo que les parezca. Yo estoy agotado y no voy a perder el sueño por una absurda maldición.

Ayudo a montar el campamento (o monto mi propia tienda) y me preparo para pasar allí la noche con toda normalidad.

-Señor Grey, creo que nos espera una larga noche.- dice Walter y, mirando al resto, agrega -Y a quien quiera acompañarnos, claro... señor lockley ¿Usted va a dormir esta noche aqui?- termina preguntando como si se le acabase de ocurrir.

Bueno por mi hagan lo que quieran , pero si se van a comprometer a estar despiertos , haganlo ya que no vamos a hacer guardias si se quedan despiertos ... pero como dice el señor Mortimer a mi me parece una tonteria no dormir por un absurdo rumor - Dice Thomas mientras prepara el campamento e instala todo para pasar una placentera noche .

Optáis por dormir, o no dormir en el claro de la pirámide, donde montáis el campamento. Lockely se muestra nervioso, pero, ante la idea de dormir con vosotros, o irse solo, opta por la opción que le parece menos mala, y se queda en vuestra compañía, con la firme intención de no cerrar los ojos en toda la noche.

Pronto el cansancio vence a los que no están de guardia, aunque algunos se quedan despiertos acompañando a Lockley en su vigilia.

Os despertáis todos con una ansiedad nacida del puro miedo. Algunos de vosotros gritáis con terror, otros ahogan el alarido, pero todos sudáis como si la vida se os fuera en ello.

Durante la noche escuchásteis susurros incesantes y murmullos en voz baja. Luego todos visteis paisajes de pesadilla, con ruinas mayas y nieblas viscosas. Criaturas obscenamente deformes se arrastran lentamente por encima de las piedras, y se retuercen grotescamente entre la niebla.

Cuando os despertáis os dais cuenta, al poco tiempo, que todo era un sueño, incluso los que pretendieron quedarse despiertos cayeron en los brazos de un obsceno y malintencionado Morfeo.

Os dais cuenta, también que todos habéis soñado lo mismo y veis aterrados, como Lockley se pone de pie y empieza a recoger su equipaje dispuesto a marcharse inmediatamente.

Las pesadillas inundan la mente de Thomas que no puede evitar un grito de terror , que sale de su garganta sin darse cuenta . Se despierta bañado en sudor y con las imagenes nitidas en su mente , tarda unos instantes en darse cuenta que se encuentra dentro de la tienda , que no esta rodeado de obscenas criaturas ni dentro de unas extrañas ruinas mayas ... por lo menos no por ahora . Se levanta y otros gritos similares al suyo le hacen comprender que no solo ha sido él , y que no ha sido solo la sugestión de lo relatado por Gordon antes de dormirse lo que se las ha provocado .

Walter se levanta de un salto y saca su machete, antes de que nadie pueda detenerlo y con los ojos casi fuera de las órbitas, sale de la tienda dando machetazos al aire y destrozando lo que se interpone en su camino. Una vez fuera, el aire y la claridad del día parecen hacerle reaccionar, suelta el machete y cae de rodillas al húmedo suelo, gimiendo y articulando sonidos semi guturales entre los que apenas puede distinguirse la frase -Os lo dije.- reperida varias veces.

El Padre Sunhold se despierta sobresaltado de la vívida pesadilla. Por un momento parece no saber dónde está, aunque pronto cae en la cuenta. Sin decir nada, se separa un poco del grupo, saca su crucifijo y comienza a manosearlo mientras se pone a musitar algunas oraciones.

Un grito me despierta de la pesadilla. Por un momento estoy desorientado, el corazón me palpita desvocado y me falta el aire. ¿Nos atacan esas bestias grotescas? Otro grito y un jaleo en el exterior me despiertan del todo. Me levanto, sudoro y pálido, para salir al exterior de la tienda. Sickert parece fuera de sí, pero afortunadamente se calma pronto. Más gritos se elevan desde las tiendas, como una plaga.

Sobrecogido, caigo de rodillas, rezando con efusión.

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Aunque pase por valle de sombras,
ningún mal temeré,
porque tú estás conmigo,
tu bastón y tu vara me protegen.

Entre el clalor húmedo de esta maldita selva y las horribles visiones que he ¿soñado? me despierto envuelto en un sudor frío y viscoso.

Lo primero que hago es mirar a mi alrededor como un loco desesperado para asegurarme de que aún sigo, con vida, en el mismo lugar en el que me eché a dormir. Después, asegurándome de que mi revolver está conmigo, salgo al exterior de la tienda a investigar todos esos gritos y esos murmullos que estoy escuchando.

- ¡Dios bendito! ¿Están todos bien? Quizá debimos haberle hecho caso al maldito Lockley. ¿Qué tiene este lugar para provocar algo así?

-Woooaaahummm-Bosteza Henry- Creo que ese sueño que hemos tenido todos se debe a la inducción colectiva por los relatos de aqui nuestro supuesto colega- Señala a Lockley  - y por la experiencia traumatica resultante de que ciertas partes del grupo levantaran la losa y dejaran suelta la niebla ácida.