Partida Rol por web

Darn Tercius, planeta agrícola, el destinado para que varios regimientos de la guardia imperial, entre ellos El primero y único, descansen "cómodamente" durante 8 meses antes de embarcar a su siguiente destino. El primero de Tanith ha sido ubicado en la ciudad de Magna planum, en una inmensa llanura en el cinturon ecuatorial del planeta, rodeada por kilometros y kilometros de cultivos. En las afueras se han levantado montones de edificios. Hace calor..... En el viaje de ida a Darn Tercius, un nuevo regimiento del RIP acabó su formación.

Habéis sido reunidos, con todo vuestro equipamiento, para vuestra primera misión. Algo que ninguno esperabais hasta dentro de mucho tiempo. Sois 20 hombres en total, incluyendo al cadete-comisario Ven Mkarron. El comisario-coronel Ibram Gaunt  está ante la línea que formáis, parece de un humor de perros, aunque notáis que no es por vosotros.

Hombres del primero y único. A partir de ahora podes consideraros como tales. Vuestra primera misión será en este planeta. Una tarea sencilla aparentemente.- parece querer decir otra cosa - Pero no os confiéis. El gobernador me ha pedio ayuda para sofocar una revuelta en las instalaciones penitenciarias de Costa planum, a varias horas de aquí.

Hace una pausa mirándoos uno por uno, escudriñando vuestras expresiones, tas la cual continúa:

Las comunicaciones cesaron de pronto, de forma violenta, por lo que suponemos que los presos se pueden haberse hecho con el control de la prisión, la vedad es que los escáneres de altura no han detectado nada, así como los análisis multi-frecuencia. Todo está en silencio, quieto. Desde que perdimos contacto, no ha habido ni un solo movimiento en el exterior, los patios están vacios, la energía a sido cortada...

Vuestra misión es recuperar el control de las instalaciones. Para lo cual es imprescindible asegurar la sala de vigilancia y la sala de control. tras ello, eliminar toda presencia hostil. También sería útil conocer que ha sucedido, para evitar fallos similares en el futuro.

Os mira mientras parece pensar en algo, hay el coronel comisario está un poco absorto.

-Espero que no defraudéis al regimiento. Es más, se que no defraudareis al regimiento. Buena suerte, que el emperador os proteja y la santa en persona os guie en vuestro bautismo de fuego.

Vuestro sargento, Nerr, os hace subir en los dos camiones con capota, en grupos de 10. El va en el camión 2, mientras que el cadete comisario Ven se encuentra en el 1. Vosotros 2, Brom y Lugh, vais en el camión numero dos con otros 8 aspirantes, recién introducidos al regimiento, pero con los que habéis tenido meses de trato durante el duro proceso de entrenamiento en el RIP (Reinstruccion, Instrucción y Penitencia).

En vuestro camión subís: El Sgt Nerr, Vosotros 2, Shian, Gros, Masjo, Jisko y otros 2 recién llegados al regimiento.

• Sgt Nerr: Un hombre mayor, proveniente de la colmena, que ha ascendido con paciencia y esfuerzo al rango de sargento. Es silencioso y duro. De mandíbula cuadrada, acostumbra a tener siempre los ojos entrecerrados. Nunca bromea y nunca se le ve sonreír. Muchos dice que la perdida de la Colmena le volvio un poco loco.
• Lufht Mkgo: Un tipo tan corpulento a sus 18 años que muchos dicen que será más grande que Bragg. Seguro que acaban dándole un lanzallamas.
• Zisco Kam: Un chico enjuto y nervioso de Vergasht.
• Shian Karin: Una mujer Vergashita con una cara muy simpática. Se rumorea que Mkoll la ha elogiado. Su destino ya está firmado si eso es verdad.
• Grunt Rando: 100 sobre 100 en blancos de disparo durante el RIP.

Tras varias horas de viaje por un camino entre un mar de cultivos, todo siempre igual, acabáis llegando a una bajada, que discurre entre dos acantilaos. Se escucha el mar de fondo. Descendéis de los camiones y Nerr, vuestro sargento y el líder de vuestra sección, habla:

Ya estamos divididos en dos grupos, comisario, tiene el mando de su grupo. Entrarán por la puerta principal. He tratado de contactar por radio, pero no responden. No soros rodearemos el complejo y entraremos desde detrás. No tenemos mapas, pero dentro debe haber alguno, si lo encuentran será una ayuda. Mi grupo irá a la sala de vigilancia, que está detrás. La sala de control, es suya. No fracasen.

Subís al camión de nuevo, por lo que han dicho vais a dar un rodeo y luego entrareis por detrás. Dejáis al grupo del Cadete Comisario (una nueva adquisición muy prometedora para el regimiento) y a su grupo atrás mientras se preparan y a toda velocidad rodeáis la prisión. Es un lugar pequeño dentro de lo que cabe para ser una prisión de ALTA seguridad. De dobles muros grises rematados en afilados royos de alambre de espino, la prisión se alza imponente. Vuestro sargento os comunica que no os dejéis engañar, en la superficie solo están las zonas administrativas y de comunicaciones, que la verdadera prisión está abajo, bajo tierra, para asegurarse que nada salga de ella jamás.

El camión frena bruscamente junto a unos muros grises, en los que hay una doble puerta de 3 metros de ancho por 4 de alto. Está cerrada a cal y canto. El sargento ordena un despliegue especial para asaltos a lugares cerrados. Al ver que uno de los nuevos, uno a quien no conocéis todavía bien lleva el rifle sin colocarse la correa en torno al cuerpo le mete un fuerte rapapolvo en voz baja:

El sargento da una patada a un casco con visera larga, típico de los equipos anti-disturbios que suelen imperar en la prisión en caso de revuelta. Hay algo raro en el ambiente, cierto olor a rancio que empezáis a notar nada más entrar y cerrar las puertas tras vosotros... No sabéis que puede ser. También hay algo raro, una sustancia pegajosa y plastosa en algunas esquinas de la sala, y sobre todo a los pies de varios respiradores que hay en el techo. El sargento se mueve lentamente por la sala, como si fuera un psíquico que estuviera tratando de ver la realidad pasada desplegada en torno a él.

Joder... ¿Pero qué coño habrá pasado aquí? Se pregunta el Sargento en voz baja, casi para el mismo.

El casco continúa girando sobre sí mismo cerca de vosotros, que os encontrabais en la parte derecha de la puerta y nada más entrar hacia ahí os habéis desplegado.

Mientras el Sgto esta liado con el soplete, me dedico a ccolocar la linterna donde deberia ir encastrado el machete. Nos han recomendado que cuando entremos en una habitacion a oscuras llevemos la luz apuntando a donde nuestro rifle, asi que eso hago. Estoy un poco nervioso, siempre me ha resultado mas facil moverme por espacios abiertos antes que por zonas cerradas, pero el deber es el deber. 

Una vez el Sgto nos abre camino, entramos juntos en una habitacion bastante espaciosa y algo sucia. Hago por acostumbrar mi vista a la penumbra, pues prefiero eso a llevar siempre la linterna encendida, lo cual haria que fuese un blanco a kilometros. Mi plata pura la tengo en un lugar facil y rapido para usar, pues es posible que la necesitemos a esta distancia, y por lo demas, cubro la puerta que esta a mi lado.

¡Por fin, un poco de bronca! Ya era hora, me estaba aburriendo ya del entrenamiento. Que ganas tenía de entrar en acción pensaba en durante el trayecto en camión mientras golpeteaba el suelo nerviosamente con los pies. Llevaba años esperando este momento, desde antes de tener la edad mínima permitida para entrar en el regimiento. Lo único que lamentaba era que fuese una simple revuelta, lo que significaba que los enemigos eran hombres del imperio como él y no escoria del caos.

Me puse a colocar el cuchillo tanith en el rifle a modo de bayoneta mientras el sargento se encargaba de la puerta. Al parecer nos tocaba luchar en pasillos estrechos y habrá ocasiones en las que un cuchillo sea más útil que un rifle en espacios pequeños a cortas distancias. Cuando el sargento pateo la puerta entre rápido en la sala y me puse a buscar rápidamente una cobertura, tal y como nos habían enseñado en la instrucción. Pero en aquella sala no había nada: ni sillas, ni mesas, ni un mísero saliente de la pared. Por Feth, por no haber no había ni enemigos. Así que me pegue a una de las paredes e hinque la rodilla izquierda en el suelo para tener más estabilidad para los disparos a espera de que el sargento dijera que hacer.

Lugh parecía estar en todo, con cuidado tomó el casco que hasta el había llegado, y vio que en su interior había una gran cantidad de cabellos, trozos de cráneo y sangre. También se dio cuenta de que el uno de los respiradores que había en el techo estaba suelto, y colgaba mientras se balanceaba suavemente emitiendo leves chirríos. Mientras pasaba la linterna por el lugar se iba quedando mudo... Y su estupefacción fue máxima cuando el haz de luz se topó con la parte interior de las puertas que habían abierto con el soplete. En su cara interior, la que daba al interior de la sala, había una enorme mancha de sangre, que chorreaba hasta el suelo, dos marcas de manos estaban también marcadas en la puerta...

Todo esto también lo pudo percibir Brom, que se encontraba junto a Lugh, rifle laser en mano y con un extraño arco de poleas y un carcaj a la espalda. La cara de Lugh no se percibía bien, debido al respirado que llevaba acoplado al casco y que le cubría parcialmente el rostro. El sargento estaba claramente inquieto, la escuadra se había desplegado en formación alrededor de la sala, casi tocando con los hombros las paredes. Nerr rompió de golpe el silencio:

Traer aquí ese puto soplete, voy a ver si tras esa verja hay un maldito mapa, o algo que nos sirva para orientarnos en este lugar perdido de la mano del Emperador. Uno de los nuevos le acercó las 2 bombonas y la manguera, y el sargento empezó a cortar la reja, que cedía medianamente rápido ante el soplete. Las chispas rodeaban al tipo, mientras gruñía ante el sucísimo trabajo que en principio les había tocado. Entre las frases se oía: Por la puerta de atrás nos ha tocado entrar... hay que joderse, y el chulito del Cadete por la puerta grande... espero que cuide bien de los chicos... porque si no le pienso tirar a Hark...

Mi Sgto, si quiere puedo ir delante.Mi arma no hace ruido, y si hace falta no llamaria la atencion...- Di go mientras sigo observando la sala. La sala es sordida y no me da buena impresion, pero no parece que halla mucho problema por aqui cerca.

El sargento termina de cortar la verja y esta cae al suelo interior, dejando los extremos de la verja metálica al rojo vivo y lanzando pequeños hilillos de humo que ascienden pesadamente. El sargento se vuelve sorprendido por las palabras de Brom en voz alta, y le hace un gesto con la mano de que baje el volumen, acompañado con una expresión del rostro dolorosa.

Bien, tú y tu -Dice señalando vagamente a Brom y Lugh- cruzar la puerta de la derecha y avanzar un poco, una exploración de lo que nos espera más adelante. ¿Ok?

Se vuelve hacia la otra puerta y señala a otros dos de los compañeros mientras añade: Vososotros dos por la otra puerta, y lo mismo. ¿Ok?. En marcha, el resto nos mantendremos aquí y miraremos a ver si encontramos un mapa de este sitio.

Mire la escena de la habitación asombrado. No era la primera vez que veía sangre o muestras de lucha y muertes, pero lo que pasaba en aquella habitación no tenía sentido. La habitación estaba llena de sangre así que, ¿dónde estaban los cuerpos? La única salida que había era la escotilla que colgaba, y no conocía nada en este mundo que pudiera subir ahí arriba arrastrando consigo un cadáver.

Señor, si señor respondo a las ordenes del sargento. Me levanto y me acerco hasta donde esta Bron lo mejor será hacer avances escalonados, uno delante y el otro detrás cubriendo. Yo iré primero y a mi señal entras tú, ¿ok?

Con un asentimiento entro tras el empuñando el arco. Como dije, queria ser sigiloso, asi que voy tras el con el arco preparado para efectuar un disparo. Se que su baja cadencia traeria problemas si ocurre un tiroteo, asi que preparo el rifle para que solo tenga que quitar el seguro para disparar.

Trato de acostumbrar la vista a la luz de la habitacion a la cual entro,  pues prefiero que no nos descubran por la luz.

La puerta que abrís y cruzáis, da a un corredor que al fondo tiene otra puerta, esta vez de rejas gruesas metálicas. El corredor no está iluminado pero la luz proveniente de la linterna ayuda a ver donde os encontráis. En medio del corredor había una mesas de escritorio con una silla detrás. Este mobiliario ahora se encuentra volcado y cruzado en medio del pasillo. Os acercáis poco a poco, y tras el encontráis el primer cadáver. Está tendido boca bajo justo después  del escritorio, en una gran mancha de sangre, se ve que ha recibido un potente disparo laser en la espalda a la altura del corazón... Pero esto ya no parece importar mucho, puesto que al cuerpo le falta la mitad inferior desde la altura del abdomen. Unos rojos y amarillos intestinos escapan de su destrozado cuerpo y se extienden por el suelo.

¿Pero qué  feth ha pasado aquí? Un motín decía el comisario-coronel… si esto es cosa de unos prisioneros amotinados yo soy un Nalsheen ¿Qué clase de bestia o criatura es capaz de arrancarle la mitad del cuerpo a un hombre de cuajo?

 Le hice un gesto con la mano a Bron para indicarle que me cubriera, que iba a echar una ojeada más de cerca al cadáver. Me acerco a hurtadillas, lentamente y tratando de no hacer ruido, con el arma apuntando al otro lado del corredor. Iba pegado a la pared, ya que en el centro del pasillo era un blanco fácil hasta para el más torpe de los tiradores. Una vez llegue a la altura del cuerpo, le di la vuelta y lo examine más detenidamente, a ver si sacaba algo en claro.

Mientras mi compañero examina el cuerpo y la zona cercana, Cubro la zona mas alejada de nosotros apuntando hacia donde miro. Trato de encontrar algun recoveco, o mancha extraña, o cualquier cosa de feth que indique la presencia de enemigos. Porque hay enemigo, no hay duda. No creo que el hombre sin piernas se hiciese eso a si mismo... o al menos yo no lo haria.

Mientras voy observando, me voy moviendo por la habitacion con cuidado, tratando de no hacer ruido, aunque eso esta demas siendo un Tanith, siempre nos movemos en silencio.

¡Aléjate de mi maldito engendro! digo presa del terror al ver moverse el cuerpo mientras me alejo de él a trompicones y le apunto con el rifle laser.

Esto no tenía ni pies ni cabeza. A aquel preso no solo le faltaba la parte inferior del cuerpo, sino que tenía un boquete en el pecho. Ni un Marine Espacial sobrevivirá a esas heridas. Joder hasta el mismísimo Emperador hubiese muerto. Entonces, ¿por qué aquella cosa seguía con vida? Esto se separa y mucho de lo que dijo el Comisario-Coronel. Esto no es trabajo para la guardia imperial, y menos para nosotros. A la mierda con todo… ¡Sargento Nerr venga rápido, tiene que ver esto! ¡Es urgente! grito con la cabeza girada hacia la puerta por la que hemos entrado al corredor mientras me alejo lentamente del cuerpo.

El sargento llega corriendo con los hombres de la escuadra, y al ver la escena agarra por detrás rápidamente a Lugh y lo aparta del ser, con un potente tirón. Alto pero sin gritar dice a toda la escuadra:

!Oh joder, que nadie se acerque, que nadie lo toque, apartaros! Acto seguido desenfunda su pistola pesada y descerraja un tiro apuntando a la frente del ser. El disparo revienta la mayor parte de la cabeza, dejando casi únicamente de lo que era su cabeza las mandíbulas del ser. El eco del disparo aun estaba presente, devolviéndoos el seco recordatorio del estampido que debe haber recorrido gran parte de la instalación. Nada más volarle la cabeza al ser la temperatura vuelve a ser normal, el aliento deja de verse, y vuestro vello pasa de erizado a normal.

El sargento mira con su típica expresión de ojos semi cerrados a la nada, parece reflexionar sobre este asunto. Lentamente baja su mirada al cadáver doblemente muerto que hay a sus pies. Sus meditaciones son interrumpidas por uno de los miembros del grupo que nerviosamente pregunta:

Sargento, sargento. ¿Qué demonios era eso? ¿Qué está pasando aquí?

El jefe del grupo queda mirando un momento más a la nada, tras el cual se gira al grupo y dice:

Que me cuelguen como un puto tapiz si este cabron no estaba siendo utilizado como foco por un psíquico... Y dadas las malas vibraciones del ambiente y que aquí dentro no hay nadie más de los nuestros... Esto ha tenido que ser obra del archi-enemigo... Pero hay algo más... Que yo sepa esos cabrones no andan tan mal de comida como darse al canibalismo, aunque no dudo que llegaran a esos extremos dado el caso... Este pobre desgraciado ha sido masticado por algo... Y esas marcas -Dice señalando la pared- No las hacen los perros de guardia que suelen tener los guardias de las prisiones....

Observa un poco el corredor y se adelanta unos pasos hasta la verja abierta del final de este. Haciendo un gesto con la mano indica al comando que se sitúen detrás de él y que tomen posiciones en la formación. Girando la cabeza dice:

Adelante vamos a llegar la sala que nos corresponde como destino y ahí veremos que mierdas está pasando aquí ¿Correcto? Lugh y Brom, avanzadilla, si os encontrais con mas cosas de estas, tiro entre ceja y ceja, ojo con los cambios atmosfericos... je... Son muy peligrosos... Ya me entendeis.

Señalando a Ludht que ahora voy yo primero, le indico que me abra la puerta para entrar de una manera mas rapida. Ahora supongo que, tras el disparo, el enemigo (porque ya no dudamos que hay enemigo) estara alerta, asi que paso a empuñar mi rifle laser, poniendo a mi espalda mi arma silenciosa.

Una vez en posicion, le hago la señal y entro rapidamente con el fusil encarado y esperando que el entre detras mia, cubriendo la sala con el haz de luz de la linterna, que ahora si llevo encendida. Mis ojos se van fijando en los detalles que la linterna va mostrando, a la vez que trato de desentrañar algo de lo que hay fuera del haz de luz.

Siguiendo las órdenes del sargento os separáis del grupo y avanzáis alejándoos de él. Os movéis como verdaderos fantasmas, agachados y encorvados, envueltos en vuestras capas de camuflaje cruzáis por los pasillos a pasos cortos pero rápidos, comprobáis cada puerta, cada conducto.

La mayoría de las puertas están cerradas, unas pocas están abiertas, y las registráis rápidamente pero con experto cuidado. Desde la puerta de rejas que habíais cruzado, enfiláis un largo pasillo que desemboca en una sala rectangular que parece ser la zona de espera. Por el suelo hay casquillos, y las paredes están marcadas con agujeros de proyectiles y quemaduras laser, de vez en cuando una mancha de sangre salpica las paredes. Esa sala no tiene más que una salida, una doble puerta de metal con un ojo de buey en cada parte. Al cruzarla encontráis más pasillos, con más salas y en cada ocasión os aseguráis que están bien cerradas, o vacías las salas a las que dan aquellas que se pueden abrir.

Vuestros movimientos son buenos, fluidos. Al final del nuevo pasillo hay unas escaleras, que descendéis con precaución. Todo está oscuro, gracias al Trono lleváis vuestras linternas, potentes y eficaces. El aire cada vez está más viciado, al no haber electricidad, los recicladores de aire se han detenido, dejando los sótanos con ese típico olor a humedad y cerrado.

Las escaleras desembocan en un pasillo, que a su vez da a una sala grande, con sendas garitas a los lados de la puerta por la que entráis irrumpiendo en la calma del lugar. En la sala hay un cuerpo. Es claramente un guardia de precisión. Su equipo anti disturbios al menos le identifica como tal. Se encuentra brutalmente clavado a una de las columnas que imperan en la sala, sus pies no tocan el suelo, y una larga bayoneta que casi parece una espada corta lo mantiene fijado a la pared. En esta sala también hay casquillos y cargadores por el suelo. Los cristales de las 2 garitas están rotos, y una de ellas se encuentra impregnada de sangre. Al fondo de la sala hay un par de escritorios volcados que claramente han servido de cobertura a alguien que pretendía defenderse tras ellos. Dichos escritorios están acribillados a balazos, hasta el extremo de que falta un buen pedazo de madera de uno de ellos.

Os encontráis en la puerta.

La investigación del lugar no estaba dando muchos resultados. Por aquí y allá se ven signos de combate y restos de sangre, pero no encontramos nada ni nadie según avanzamos por la instalación penitenciaria. Aunque tampoco pudimos entrar en todas las salas por las que pasamos, tenía el presentimiento de que tampoco íbamos a encontrar nada en ellas. Siguiendo el consejo del sargento pusimos marcas en cada una de las salas y pasillos utilizando una pequeña pintura de color azul que nos dejo,  concretamente una espiral para indicar que indicaba que todo estaba en orden. Por fortuna todavía no había sido necesario usar la señal de problemas…

Hasta que llegamos a una sala en la que por fin encontramos algo distinto. Otro cadáver, este empalado a una de las columnas de la sala. Sala donde parecía haberse desatado un infierno de combate de feth. Mala señal. Le indique con gestos a Bron que me cubriese, que me iba a acercar a examinar el cadáver. Y si esta vez se empezaba a mover de nuevo solo tenía que hacer caso al consejo del sargento: una bala entre ceja y ceja y punto. Me puse de cuclillas y me acerque medio agachado, con cautela, observando a mí alrededor por si algo o alguien aparecía de repente con malas intenciones. Una vez alcanzado el cadáver empiezo a estudiarlo, procurando mantenerme pegado a la columna para tener algo de cobertura.