Partida Rol por web

Todos tomáis posiciones y os preparáis para atacar. Wulf y dos miembros de la "Compañía Negra" se quedan preparado espada y escudo en mano, mientras el resto os encontráis listos para disparar si fuese necesario.

Los orcos están desplegados y avanzan a paso ligero. En algunas ocasiones se detienen, como olfateando en el aire, hasta que uno de ellos grita señalando en vuestra dirección.

-¡Humanos!

Los orcos corren hacia vosotros vociferando gritos salvajes y empuñando sus cimitarras.

¡Humanos, dice! ¡Ahora sí que me siento furioso!

Talin estaba preparado para disparar y no había como acabar con un orco para descargar algo de adrenalina, así que apuntó rápidamente y dejó que la saeta de su ballesta volara en su dirección.

Mientras te encuentras en la enfermería observas la actividad que hay, varios curanderos corren de arriba a abajo atendiendo a los heridos, los cuales no parece ser que sean muchos. Un curadero se detiene junto a tu catre, observa tu herida, da unas órdenes y al poco tiempo le traen una especie de emplasto. Te limpian la herida, te la cosen, cosa que te duele mucho, y ponen el emplasto encima. "Has de descansar un día entero y así podrás volver al frente de batalla al día siguiente", te dice el curandero con una sonrisa de satisfacción antes de irse a atender a otros heridos.

Crítico B, -13 PV. -3 PV y -3 pv por asalto

Los orcos avanzan rápidamente hacia vosotros pero aún tardarán en llegar a vuestra posición unos segundos. Cúthalion, Maeglin, dos miembros de la Compañía Negra y Talin se preparan para disparar sus arcos y ballesta, mientras el resto de compañeros, entre los que está Wulf, se mantienen a la espera preparados para atacar para cuando lleguen los orcos.

El primero en disparar es Cúthalion, alcanzando a uno de los orcos en una pierna, por lo que se detiene para mirarse la herida. Maeglin acierta a otro orco, aunque este continúa avanzando hacia vosotros, pero herido. El resto no tenéis suerte y vuestras flechas sobrepasan a los orcos sin alcanzar a nadie, exceptuando a uno de los miembros de la "Compañia Negra", al que, presa de los nervios, se le cae la flecha de las manos y se queda atontado mirando hacia el suelo antes de reaccionar.

Joder, joder, joder, que se acercaaaaaan

El enano, de tanta prisa que quería darse en cargar, colocar la saeta, apuntar y disparar, no estaba teniendo nada de tino con la ballesta. Pronto debería decidir si pasar al cuerpo a cuerpo colocándose los enseres para tal tarea o bien retirarse unos pasos hacia atrás y tratar de acertar todavía con la ballesta...

Os presentáis ante el sargento de turno, un enano que frunce el ceño al veros, pero cuyo gesto cambia al ver a Tharkin con quien se pone a hablar. Tharkin le informa de lo que ha pasado y que en espera de poder volver a su campamento, os ofrecéis para vigilar y ayudar en la defensa de Minhiril. Tras echaros una mirada desconfiada (excepto a Tharkin) os asigna la vigilancia de un sector de la muralla del campamento, la que da a la aldea.

Desde allí podéis observar como aún quedan restos del fuego causado por el arma de asedio de "Los Violadores de Forak", así como varios bultos oscuros tendidos en el suelo que pensáis que corresponden a los cadáveres de los defensores de Deveney que fueron atrapados por el fuego. El arma de asedio es recargada y vuelta a disparar, impactando en la muralla y en el interior de la aldea. Varias columnas de fuego y llamas se elevan desde la aldea hacia el cielo. A vuestra izquierda, a lo lejos, una compañía avanza a marchas forzadas hacia el noreste, rodeando la aldea de Deveney.