Partida Rol por web

- ¡Dios santo! -exclama James al darse cuenta que aquel hombre, o lo que fuera ahora, no debería estar caminando.

Instintivamente le dispara, como queriendo alejar aquella visión espantosa de su lado a base de plomo.

Interesante. No hace amago de intentar esquivar los disparos y aunque las balas le impactan y carne muerta salta desde su cuerpo en el punto donde la bala toca su piel, no parece sentir dolor o necesidad de alejarse. Quizás su cerebro no le indica que seria de utilidad si quiere conservar su vida... o su no vida.

No obstante el impacto de las balas le desequilibra lo suficiente como para que cuando llegue a la altura de Moore, este pueda esquivarlo con facilidad.

- Que demo... -No llegó a terminar la frase, pero no sabía que demonios tenían enfrente. Aquello no era un hombre. Tal vez en algún momento lo hubiese sido, pero ya no. La pura desesperación hizo que apretara el gatillo un par de veces más, apuntando a la cabeza en lo posible, pero sin pensarlo demasiado.

- Alejate de él, Bryan -le gritó, demostrando que ya no estaba tan calmo como antes. Si aquello no lo hacía caer, buscaría una rama o algo para golpearlo.

¿De él, o de eso? James no quería ni pensarlo.

JODER, ESTO DEBERIA ESTAR MUERTO comenta Moore mientras dispara como un poseso contra eso
Me queria atacar, lo viste? me queria clavar sus sucias uñas

Los dos disparos impactan, y el segundo de ellos además en la cabeza como era mi intención inicial!

Los balazos destrozan la piel de ese ser. No emite mueca de dolor aunque sin duda algo de daño lo estais haciendo, pues cae al suelo y con algo de dificultad se recompone Y salta con su boca entreabierta contra Marlowe intentando pegarle un mordisco... no sangra. No tiene ya sangre!

En todo caso su ataque resulta inofensivo, , pues no consigue impulso suficiente desde el suelo como para ser una amenaza

James tiró el arma al suelo, ya que en la otra tenía la linterna. Rápidamente buscó un palo o garrote lo más contundente posible con el que golpearía a eso que ya no era humano, a esa abominación que no debería existir. Afortunadamente sus reflejos de boxeador lo habían ayudado contra su ataque, no le daría una segunda oportunidad.

Bryan es el primero en actuar quien dispara dos veces mas en lo que Marlowe cambia de arma. Sin embargo una bala defectuosa no llega a salir, aunque otra vuelve a impactar en el torso de ese ¿exhumano? se tambalea ligeramente lo cual da un par de valiosos segundos para que Marlowe localice una estaca en el suelo y golpee con furia contra ese engendro.

James intenta golpear en un intento desesperado por terminar con aquel monstruo

Fue un buen golpe! de hecho le arrancas con cierta facilidad parte del hombro y su garra izquierda parece moverse mucho mas torpemente. Claramente ha sido un golpe mucho mas efectivo que las balas.

De hecho su carne no parece estar en un estado óptimo pues se deshace con facilidad ante los golpes. El golpe de Marlowe lo deja tan aturdido que se ve incapaz de atacar con la garra en ese instante, pero no termina de caer y se dispone a atacar nuevamente

Envalentonado por los resultados, James tira el palo a un costado, se arremanga y se dispone a golpear al monstruo con un estilo que conoce mejor, sus propios puños. Calculaba que unos golpes bien dados en la sien terminarían por noquearlo, o algo que lograra el mismo efecto en alguien, o algo, que tenía aquellas peculiares y espantosas características.

Parece que los golpes cuerpo a cuerpo son mas efectivos que las balas, asi que yo mismo cambio mi estrategia e intento golpear un buen puñetazo en la mandibula de eso.

La criatura encaja el derechazo de Bryan y un trozo de carne se desprende de su mejilla. Algo atontado intenta asestar un garrazo a Marlowe, pues igual lo ve mas peligroso con la estaca, pero sus sentidos parecen bastante embotados por los golpes sufridos y azota inofensivamente el aire

Al ver que los golpes contundentes hacían más efecto que las balas en el monstruo que tenían delante, James se envalentonó. Rebuscó en el bolsillo de su traje y sacó su llavero, acomodó sus llaves para que sobresalgan de su puño y embistió de nuevo, con la intención de terminar con aquello.