Partida Rol por web

-Mmmm... ya veo- respondo- Bien, si me disculpa, voy a asearme un poco antes de ir a cenar. ¿ Podría...- digo mientras escribo una pequeña nota- llevarle esto a la señorita Barnes, por favor?

En la nota pone:

Voy a atreverme a probar la comida local de Clarks Corners. Si le apetece acompañarme en la experiencia, nos vemos en 30 min junto al Elcar Roadster.

Por supuesto señor Swift, se la haré llegar contesta muy educadamente mientras toma la nota que le ofreces.
Le escuchas como se acerca a la habitación de al lado y charla brevemente con Margot, unos pocos segundos mas tarde escuchas sus pasos perdiendose por el voladizo alejándose de vuestras habitaciones

Llamo a la puerta de Edmund, unos pocos minutos antes de que me citara en el Elcar Roadster. No tenia ni idea de a que se refería asi que decidi venir hasta su puerta

Le ruego disculpe mi atrevimiento, Edmund sonríe . No me habia dejado mucho tiempo para acicalarme, solo 30 minutos, pero al menos espero haber podido recomponer bien mis cabellos, ponerme la ropa mas elegante que encontré sin llegar a ser atrevida y darme un poquito de maquillaje para disimular mi cansancio.

Pero no sabia a que se referia por Elcar Roadster. No conozco la zona y no sabia si era un bar, o quizás es la marca de su vehiculo. En todo caso no pude evitar venir a verle unos minmutos antes de lo previsto y comunicarle que acepto muy agradecida su oferta. Por desgracia me temo que me debo atrever a abusar de su buen corazón pidiéndole aque me invite al menos hasta que pueda cambiar mis libras esterlinas y poder corresponderle

Espero que no pienses que soy una aprovechada, solo muy despistada, de verdad olvide cambiar dinero....

Y vuelves a tu habitación, y al cabo de un rato escuchas una conversación provenidente del voladizo, en las habitaciones contiguas a la tuya. Parece que hay nuevos inquilinos. Un hombre y una miujer parecen estar conversando.

Por cierto, el coche que hoy aparcó es un precioso y lujoso Elcar Roadster con matricula de Maine. Muy buen aparato

Al oir nuevas voces en las habitaciones cercanas aumenta mi curiosidad. "¿Quiénes serán los nuevos inquilinos?", pienso. Mi esperanza es que sean los dueños de ese Elcar Roadster que ha aparecido aparcado en la explanada. Desde luego tienen que ser adinerados y tener un gusto desarrollado.

Me levanto del escritorio, estiro mi camisa y pantalones, me aseguro de que el pelo y el bigote están en su posición y salgo de mi habitación. Tras salir, interrumpo brevemente la conversación entre los presentes. Cuando me miran, me dirijo hacia ellos:

- Buenas, soy el Dr Moses, encantado de saludarles. - tomo una pausa, esperando que se presenten - Disculpen la interrupción, dejo que se acomoden, seguro que están cansados.

- Por supuesto, señorita. Contaba con invitarla igualmente- sonrío.- Efectivamente, Elcar Roadcaster es mi vehículo- digo señalándolo con un cigarro en la mano que me había encendido justo antes de que llamase a mi puerta- Pues cojo una chaqueta y salimos si está lista.

Aparece el nuevo visitante y se suma a la conversación presentándose.

- Encantado, doctor Moses- digo ofreciendo mi mano para estrechar la suya- Mi nombre es Edmund Swift. Estábamos disponiéndonos a salir a cenar a Clarks Corners. ¿Conoce usted la zona?

Dejo que la señorita Barnes se presente por sí misma. Parece el tipo de mujer independiente que no necesita de excesiva etiqueta.

Buenas tardes, doctor Moses por un instante se veia un brillo de esperanza en mis ojos, como si esperara a alguien pero al no ser quien resultaba ser torno una mirada normal y cordial.

Mi nombre es Margot Barnes y acabo de llegar de Inglaterra. Aún no tuve ocasión de disfrutar de estos parajes. Veo que tenemos habitacines contiguas y con vistas al lago reviso mi ropa... me habia vestido bien para salir de cena, quizás desentonaría en las zonas rurales del nuevo mundo...

Estrecho la mano de Edmund y hago una ligera reverencia a Margot. Me congratula ver que los nuevos huéspedes son refinados, tanto por sus tropas como por su vehículo. Me sorprendo cuando escucho que la señorita proviene de Inglaterra.

- Tengo el placer de conocer la zona, sí. Es un lugar sencillo y bastante rural, como ya se habrán percatado. Buen lugar para escapar del bullicio de la ciudad y relajarse. Algunos incluso vienen a esta zona buscando aventuras... - hago una pequeña pausa teatral, intentando hacerme el intrépido - ...aunque evidentemente no es mi caso - continuo, sonriendo y esperando sacar una sonrisa ante el contraste de mi insinuación con la evidencia de que mi figura y maneras son las de un académico.

- Muy cerca de aquí hay una pequeña cafetería regentada por un joven llamado Billy. Quizás les pueda servir, pero no esperen nada refinado. Si buscan algo más elegante, entonces me temo que tendrán que irse un poquito más lejos.

Intrigado por el origen de Margot Barnes y sus motivos para viajar a este lugar del mundo, comento:

- ¡Qué curioso! No imaginaba que esta zona fuera popular en Inglaterra. ¿Sabía que los hermanos Brophy, regentes de este hotel, provienen de su país?

realmemte esta zona no es popular en Inglaterra. Es uma increible casualidad que los señores Brophy sean de Inglaterra. Yo vengo de Kent, de un pequeño condado llamado Goudhurst, en Kent

Miro a la señorita Barnes cuando el doctor nos habla de la cafetería regentada por el tal Billy:

- ¿ Qué me dice, señorita? ¿ Se atreve con algo poco refinado?

Miro al doctor, y me parece descortés no extender el ofrecimiento.

- Tal vez le gustaría acompañarnos, doctor Moses.

- Estaré encantado, si no es molestia. He de reconocer que tengo curiosidad por saber qué les trae a esta zona, aunque, por supuesto, no me quiero entrometer si prefieren mantenerlo para ustedes .- Nunca podría rechazar una invitación que me permitiese tener una buena charla y satisfacer mi curiosidad. - En cualquier caso, me dirigía a ese mismo lugar, así que les puedo guiar. Si quieren, pueden seguirme. - Señalo a mi vehículo - La cafetería está muy cerca.

- Perfecto. Le seguimos entonces- digo señalando hacia los vehículos.

Abro la puerta del copiloto de mi auto para la señorita Barnes antes de subir al coche.

Son ustedes muy amables, acepto encantada... ¡y no me importará desentonar un poco en la Nueva Inglaterra rural!
sonrío a Swift cuando caballerosamente me abre la puerta del vehiculo para dejarme pasar.

Clarks Corner se encuentra a una media hora en coche, cruzando el espeso e impenetrable bosque por una carretera que ha vivido tiempos mejores donde los gruesos y antiguos arboles clavan profundamente sus raices desafiando la resistencia derl asfalto. Se trata de una aldea rural cuyo único interés es la cafetería donde trabaja el bueno de Billy y que hace las veces de tienda de comestibles para vender unas pocas verduras escualidas que les sobran de su huerto, algo de miel, y carne en salazón. Los lugareños parecen hoscos, gente humilde , desconfiada y de mirada torva y esquiva.

La cafeteria no es nada del otro mundo. Quizás fuera un bar, pero la maldita prohibición redujo los ingresos de este sector hasta niveles patéticos.

Billy parece aburrido sirviendo algo del guiso que sobró del almuerzo a un par de lugareños que apenas se dignana a miraros concentrándose en sus escudillas y en su cerveza de jengibre.

Billy se vuelve hacia vosotros.

Buenas noches Doctor Moses, y bienvenidos a Clarks Corners. Puedo prepararos algo de cena si venis con hambre comenta al percibir el cansancio de Margot, cuyo maquillaje no consigue disimular del todo.

Les prepararé una mesa

La cena es copiosa, guiso casero, un par de huevos, mazorcas de maiz con mantequilla, y bizcocho de zanahoria casero.

Pero nada refinado. Billy pone buenas intenciones pero quizás le faltan ingredientes...

- Como les decía, comida sencilla, pero sin pretensiones. Nos les falta buena intención... - comento en tono bajo, para evitar llegar a los oídos de Billy, al que no quiero ofender.

- Si no es indiscreción, ¿qué les trae a esta zona del país? ¿tienen previsto estar por aquí por una temporada? - pregunto cuando Billy se aleja de la mesa tras retirar unos platos, con educación y sin darle mucha importancia a la pregunta, dejando que la conversación fluya naturalmente, mientras me limpio la comisura de los labios con la esquina de la servilleta - La mayoría de los huéspedes del Squatters Lake Motel suelen estar de paso. Gente interesante, eso sí, como ustedes. - retiro la servilleta, la deposito en la mesa, alzo la vista para mirar a los ojos a mis acompañantes, y añado una sonrisa.

Pues yo fui citada en el hotel por un compañero de profesión, vine desde Inglaterra porque tenía un descubrimiento ehm... científico entre manos que quería compartir conmigo. Debería estar al llegar, la verdad. Quizás mi barco se adelantó un par de dias. Debo esperarlo aqui comento mientras pruebo un poquito de cada cosa sin dar muestras de gula. Yo me lleno rápido, la verdad pero debido al cansancio del viaje estaba realmente hambrienta.

Y me moría por una copita de vino. Parecen buenas personas tanto el señor Swift como el señor Moses, igual pueda invitarles a esa botella de borgoña que conseguí colar por la aduana con mucha discrección en la aduana...

Yo tengo estudios de ... uhm... antropología No pienso explicarte a lo que me dedico realmente... aun... no quiero que piense que estoy chalada

- ¡Antropología! Como decía, sí que son ustedes interesantes - mi sonrisa se ensancha y doy un trago a mi copa de agua - - ¿y qué estudia en concreto? Yo conseguí recientemente mi plaza como profesor en el área de Química Orgánica de la Universidad Miskatonic. La universidad tiene un departamente de antropología, por supuesto. Quizás le pueda presentar a alguien, si gusta. - hago una breve pausa, mi sonrisa desaparece y adopto un rostro neutro; me quedo pensativo unos segundos, y continúo - Ahora que recuerdo, conocí en el motel a un antropólogo de la universidad, el Doctor Sanders... ¿le conoce?

Me doy cuenta de que todavía no sé nada de Edmund Swift, y que probablemente esté en esta región por motivos diferentes. Quizás contratado por la señorita Margot como conductor o asistente.

- Disculpe, Edmund. Ya sabe cómo somos lo académicos. Todo lo que suene a ciencia nos maravilla . Si puede saberse, ¿cuál es su profesión?