Partida Rol por web

Pues nada, ya estaba dicho. Varag no tenia muchas esperanzas de salir con vida de alli si la cosa se ponia fea. Y, sinceramente, no tenían nada que ofrecer al crio este.

Bastia avanzaba cerca de Varag, las garras sobre los pomos de las espadas, tamborileando nerviosa con los dedos mientras avanzaban por el emporio hasta que vio al grupo de hombres armados que les escoltaban.

En ese momento, desenfudó también sus armas pero las mantuvo bajas mientras comenzaba a desarrollarse lo que no distinguía entre una tensa negociación y una trampa y todos aquellos tenderetes tampoco le permitían vigilar los flancos.

El joven no puede evitar poner cara de sorpresa al ver aparecer a Yabiz. A pesar de eso logra recomponerse.

- Ya. Pero no os la voy a dar - contesta - Vamos a ahorrar tiempo y sangre. Os voy a contar que va a pasar. Dos de vosotros se quedaran aquí desarmados como rehenes. El resto ira al templo de la luz y traerá el resto de ingredientes y lo que quiera que hayan preparado ya los druidas. Una vez tenga la cura a salvo, funcionando y en mi poder, vosotros no solo recibiréis suficiente dinero como para comprar una granja, si no que me encargaré de que los fieles del templo y la gente del pantano reciba las dosis que necesiten.

-Al menos estamos de acuerdo en algo: Todos queremos la cura para la gente del pantano. Deberíamos poder llegar a un trato justo. La cura no debería ser moneda de cambio porque la posibilidad de negarse a dar la cura a alguien puede ser usado como arma. Ahora bien, tal vez puedas gestionar la situación y atribuirte el mérito de la cura y con ello el afecto de la gente. Si nos entregas o nos vendes los capullos de flor de plata, nosotros nos aseguraremos de que todo el mundo sepa que Maxwell Jutzenka aportó el último ingrediente, salvando con ello Puertoeste.

Yabiz sonrió y enarcó las cejas. Pensaba que el prestigio aportaría confianza al joven Jutzenka y podía ser algo atractivo para él. ¿Qué más podía desear aquel chaval?

-Nosotros no podemos dar tu lo que no tengo...tenemos-dijo Flogdegnurt levantando las manos como indicando que no entendía la proposición del comerciante-Materiales en templo. Templo no dará materiales. Templo quiere materiales. Si tu das flor de plata nosotros podemos dar tu algunos materiales. Todos cura, todos contentos. Si tú matas, no tienes ingredientes. No tienes cura.

Se detuvo a pensar un momento. No era tan complicado, si uno aprende a pensar como un humano. No es que se le diese demasiado bien, pero en esto al menos era capaz de buscar una explicación.Obviamente entre los plantes de estos individuos, no estaba el compartir la cura con nadie. Poseer la cura les hacía poderosos. En especial si eran los únicos que la tenían. Y con toda seguridad, la usarían para conseguir poder, o riquezas. Sí...era lo suficientemente retorcido como para ser un plan hecho por humanos.

Total, que si no se equivocaba, sabía cuál sería la respuesta del individuo, pero no le costaba nada esperar a comprobar si estaba en lo cierto.

Abot se quedó a un lado, medio protegido por la decoración de uno de los tenderetes... NO quería meter la pata. Sabía que no se le daba bien hablar. Además, no se fiaba y... que carallo, tenía miedo.

Bueno, al menos un capullo si hemos encontrado - pensó el orco. Miró a los 10 guardias, bien armados. Quizas deberian buscar aliados.

Varag había revelado en el ingrediente anterior para que quería la cura. Y ahora se había extendido el rumor. 

—Yo te voy a decir otra opción, puto niñato —dijo Norm en voz muy alta— Nos vas a dar a decir un precio justo para el ingrediente, lo vamos a comprar, y luego vamos a hacer la cura y distribuirla de forma gratuita a todos los que la necesiten. En nombre de los Druidas y los exploradores grises. 

—La otra opción es que acabemos a palos, y si antes más gente de la que hay ahora emboscándonos no pudo con nosotros, tú tampoco podrás. Además, nos vamos a tirar todos a por tí, a matarte como el perro miserable que eres, aunque caigamos todos. Y luego mataremos al resto. Por cobardes y por negar la cura a los habitantes de la ciudad. —Les observó. —Seguro que sois fuertes, pero vais a morir luchando por joder a la gente de esta ciudad. Muchos más en emboscada no pudieron vencernos. Vosotros tampoco podréis. 

Gracias a sus poderes "mentalistas" Yabiz había creído que podría utilizar el ego del chico para ponerlo de su parte. Realmente confiaba en poder llegar a un acuerdo explotando la falta de confianza de Maxwell al prometerle prestigio y reconocimiento social, la base para convertirse en el líder que seguramente deseaba llegar a ser. Pero después de las amenazas esa esperanza se esfumó. La sonrisa se congeló en los verdes labios de Yabiz y sus orejas goblinoides se fueron doblando hasta quedar completamente caídas.

~~—Yo te voy a decir otra opción, puto niñato

Uno... O dos. - se dijo Varag. Norm tenia el corazón en el sitio correcto pero el cerebro en las posaderas. Ya todo el mundo sabía que había una cura (como lo habian descubierto?) y que eran exploradores. No tenia sentido seguir escondiendose. El orco intentó que la sangre no llegara al rio. Luego se preocuparia de que, si llegaba, fuese la del humano impertinente. El que no era Norm, vaya.

Maxwell, debemos una deuda a tu familia y la voy a saldar dandote una oportunidad de darnos lo que necesitamos por las buenas. - el tono del orco subio, sin ser amenazante, hasta cubrir la plaza en la que estaban - Somos Exploradores y no vamos a negociar con el bienestar de los enfermos. Librarse de esta maldita enfermedad debería ser el principal objetivo de todos, no intentar conseguir poder o dinero. Reflexiona, Maxwell. Esta puede ser la decision mas importante de tu vida. - y la ultima - Coopera y conviertete en el heroe de Puertoeste. - el guerrero se acerco lentamente al muchacho hasta plantarse delante de el, cubriendo a sus amigos y asegurandose de que si les atacaban fuesen primero a por el - Ponte en nuestro camino y se recordado como el unico Jutzenka sin la claridad mental suficiente para tomar las decisiones correctas.

El adolescente sonríe a Yabitz.

- Me importa un pepino la gente del pantano. Es solo un precio que pago para evitar perder algún hombre en la batalla. No quiero ser el que aportó el último ingrediente. No quiero ser un héroe, eso os lo dejo a vosotros. Quiero tener la cura. Compartirla con vosotros es solo un precio menor.

La sonrisa y la seguridad se acentúa con las palabras de Flog :

Todos cura, todos contentos. Si tú matas, no tienes ingredientes. No tienes cura.

- Lo se. Pero entonces morirán miles de personas inocentes. A mi me da igual, pero pesaran sobre vuestra conciencia.

Las amenazas de Norm tampoco parecen hacer ninguna mella, todo lo contrario:

- Dudo que puedas matar a todos mis hombres. En cualquier caso si lo haces nunca encontraras los capullos de flor de plata. Y, por tu culpa, morirán miles. No tenéis opción. - dice en tono victorioso.

Sin embargo Varag parece tocar un punto sensible.

- El único que no tiene claridad mental eres tú, sucio orco de mierda. No sabes nada de mi familia. - estalla rojo de rabia - Tienes dos opciones - grita mirando a Norm a la cara, ignorando al resto que le ha hablado - O salvas la ciudad, obteniendo la cura gratis para la gente del templo y el pantano, y yo mi justo beneficio con la curación del resto. O no tendrás la cura a tiempo y morirán miles de ciudadanos(*). Decidir ya quien se queda.

Estaban en un lugar bastante público y aquel niñato hablaba como si nadie de la ciudad pudiese oírle. Quizá el pueblo llano tuviese una opinión al respecto y decidiese movilizarse. Yabiz se agarró a esa posibilidad y trató de hacer tiempo para que la gente con agallas para actuar se congregase. Elevando la voz, trató de provocar más aún al chico y de arengar a cualquier ciudadano que pudiera estar escuchando.

- ¿Me estás diciendo que tienes el ingrediente que falta y prefieres que la tiña haga estragos en Puertoeste antes que quedarte sin el beneficio de tener la cura en exclusiva?¿Me estás diciendo que estás usando las vidas de la gente del pantano como rehenes?¿De verdad nos quieres obligar a elegir entre dejarlos morir o entregarte el monopolio de la cura y que muera cualquier otro que no se someta a tu voluntad?¿Me estás diciendo que tienes el ingrediente que falta y se lo vas a negar a la gente de Puertoeste? ¿Qué crees que harán aquellas personas con amigos, padres, hermanos, hijos enfermos para quienes la cura es la única esperanza?

-¿Así es como piensan los Jutzenka? ¿Crees que tu familia tolerará tu comportamiento? Entra en razón y entréganos los capullos de Flor de Plata para que podamos llevarlos al templo y elaborar la cura antes de que mueran más inocentes. Terminemos con la epidemia hoy mismo.

Señaló a los guardias que acompañaban a Maxwell.

-Tú, ¿tienes algún familiar enfermo? ¿y tú?¿y tú? Finalmente señaló al propio Maxwell. ¿Y tú?¿A cuál de los Jutzenka  es al que quieres dejar morir?

¿Que no negociamos?¿Venimos a un mercado...y no negociamos?

Flog no entendía nada. Por lo menos Norm era claro. No muy inteligente quizá, pero su oferta estaba clara. Ahora que lo de Varag no acababa de entenderlo ¿Quería salir de allí con la cura por las buenas pero sin negociar? Demasiado tiempo entre humanos. Empezaba a razonar como ellos.

-¿Conciencia?¿Qué ez conciencia?-dijo en contestación a Maxwell-Zi yo hago como tu dicez, tu tienez cura, nozotros no.Tu vendez, mucha gente muerte. No ze puede. Negociar ze puede pero zi conzeguimos cura. Zi no, ezto acaba mal. Concencia no ez problema. Tu cabeza por el suelo zi zerá.

~~- Dudo que puedas matar a todos mis hombres. En cualquier caso si lo haces nunca encontraras los capullos de flor de plata.

Varag suspiró. Desgraciadamente, parecía que iban a caer allí. Varag no tenía miedo a la muerte. Con suerte, su sacrificio haria que otros recogiesen el guante y salvasen a la ciudad. Quizas los artistas?

Tu solo tienes acceso a ellos por tu familia. Te hemos dado una oportunidad, delante de testigos. Eres una desgracia para Puertoeste y para tu familia, que perdera el favor de la gente si son culpables, publicamente, de las muertes. Si tu no te atienes a razones, otros de tu familia, que seguramente pinten más, si lo haran.  

Aquello era lo que llamaban unas tablas dregordianas, siendo el Templo el tercer contendiente que no iba a ceder tan fácilmente los ingredientes.

Bastia comenzó a olfatear y mostrar los colmillos, previendo que se acercaba una contienda.

Será gracioso lo que opinará tu familia cuando se sepa que eres el culpable de que la peste asole la ciudad en vez de ser el victorioso que hizo que los Jutzenka fuesen los salvadores de la misma. - gruñó entre dientes. - No seréis capaces de reternos a todos aquí y el que salga se encargará de que sea público que los Jutzenka prefirieron hacer negocio con la muerte y que Maxwell Jutzenka fue el culpable de todo ello.

- Estamos perdiendo el tiempo. Si queréis alguna concesión más de última hora, para adornar mi oferta hacerla ya. En otro caso es mejor que cedáis de una vez, no hay otra opción. - la voz sigue transmitiendo total seguridad y aplomo.

Sin embargo detrás de el sus hombres empiezan a cuchichear y mirarse unos a otros, esta claro que los argumentos de los exploradores hacen mucha más mella en ellos.

Bastia y Yabiz logran oír algunos de los comentarios de los hombre de Maxwell:

- ¿Es es muy raro seguro que la matriarca lo sabe?

- Vale que es el nieto de la jefa, pero creo que no sabe lo que hace.

- ¿No sería mejor consultar con alguien mayor?

- Estos siete nos van a dar pal pelo.

Yabiz se situó junto a Varag y, brazos en jarra, miró fíjamente a los ojos a Maxwell.

- No sé. Quizá no estamos hablando con un Jutzenka apropiado. ¿Por qué no vas a buscar a otro Jutzenka para que nos confirme la legitimidad de tu demanda? Odiaría que esto acabase en un baño de sangre por las ansias de poder de un adolescente. Y si recurres a la violencia, procuraremos que quedes con vida para que tu familia decida tu castigo.

Bastia pasó la mirada entre los guardias, enseñando los colmillos y moviendo ligeramente las espadas.

¡¿Acaso vais a morir todos aquí - con la espada larga en un gesto que abarcaba a los guardias y la corta señaló directamente al muchacho - por este Junqueras?! Seguró que él sería el primero en huir lejos y os dejaría a vosotros podriros en la carcel o en el cementerio si con ellos sacase mejor tajada.

Ya sabéis que nosotros estamos dispuestos a morir con tal de salvar esta ciudad, ¿lo estáis vosotros?

~~En otro caso es mejor que cedáis de una vez, no hay otra opción.

Si el criajo este quisiera matarlos, lo habría hecho ya.

Si vas a ordenar que se ataque a los Exploradores, para evitar que la cura de la tiña ceniza este disponible para la gente de Puertoeste, hazlo ya. - dijo el guerrero - Los enfermos no tiene tiempo que perder.