Partida Rol por web

Corrieron por los pasillos dentro de la zona en donde los reclusos podían, más o menos libremente, moverse por la prisión hasta que llegaron a las puertas de un elevador.

-A partir de aquí -indicó Jensen-, empieza la fiesta. Una vez nos metamos en este elevador estaremos condenados. Está totalmente prohibido hacerlo y el castigo es la muerte.

Entonces pulsó el botón y las puertas se abrieron. Rápidamente apretó el indicador del nivel más bajo. El turboelevador se hundió en las profundidades a toda velocidad. En algún lugar arriba sonó una alarma.

Las puertas se abrieron a un corredor construido en piedra y mal iluminado.

-La zona de las minas. Ahora la utilizan para bombear aire respirable del exterior y para ventilar. El túnel de acceso del que nos habló esa rata debe de estar por aquí. Hay que encontrarlo rápido.

Como si fuera un aviso, las puertas del elevador volvieron a cerrarse tras el dúo.

Empieza la diversión... hora de demostrar que valgo para esto pense mientras bajabamos en el elevador, porque como bien decia mi compinche, ya no habia vuelta atras. Por si habia alguna duda la alarma se encargo de confirmarlo.

Bien, no perdamos el tiempo. La salida estar bien escondida si nadie se ha dado cuenta, hay que estar bien atento. - Respondi a Jansen mientras me podia manos a la obra, buscando la famosa salida.

Ambos hombres comenzaron a explorar los pasillos excavados en la roca que se extendían por el interior de la montaña. Entonces Darnek descubrió una pequeña abertura que había sido tapada cuidadosamente con piedras para hacerla pasar lo más desapercibida posible. Si el bothan no hubiera sabido qué estaba buscando exactamente, sin duda jamás se habría fijado en ese detalle.

Le hizo una seña a Jensen y comenzaron a quitar los cascotes. Tras el agujero, se abría un pasillo minero de aspecto antiguo apuntalado con vigas de metal oxidado del tamaño de un hombre adulto. Justo junto a la abertura, por el lado del interior, había una caja negra de plástico duro del tamaño de una maleta. El bothan la sacó y la abrió. Para su sorpresa encontró víveres empaquetados, agua, algunos suministros médicos y un pesado blaster militar. La verdad es que el soplón había pensado en todo.

Y justo a tiempo, porque el elevador volvió a abrirse para dar paso a cuatro soldados de asalto que apuntaron con sus armas a los dos fugitivos.

-¡Ahí están! ¡Disparadles!

Los rayos rojos de los blasters iluminaron aun más el pasillo. Comenzaron a zumbar entre ambos hombres haciendo estallar las piedras que tocaban...

Vaya, parece que es nuestro dia de suerte. - comente al encontrar los viveres que Beyls habia preparado para la fuga. Incluso silve impresionado al ver que se habia agenciado un arma, un rifle blaster nada menos. Sin embargo, el karma entro en accion de inmediato y para cuando quise darme cuenta teniamos una tormenta de blasters a nuestro alrededor.

Mierda, a cubierto! - Grite a Jansen, mientras echaba mano al blaster y me tiraba hacia la cobertura mas proxima. Mi mente se puso a trabajar a toda velocidad, buscando la forma de salir de aquella situacion tan desfavorable, que no eran muchas. - Tenemos que salir de aqui, no podemos permitirnos un enfrentamiento... Voy a crear cobertura, pasa tu primero y luego me colare yo! - Grite a mi colaborador humano, mientras asomaba el cañon del blaster y disparaba en dirección a los enemigos.

Los disparos a ciegas no impactaron en ningún blanco, pero obligaron a los soldados a buscar cobertura. Ese breve intervalo lo aprovechó Jensen para cruzar hasta la abertura que llevaba a la salida. Después pasó Darnek, cruzando entre un abanico de disparos.

Una vez en el túnel, no perdieron tiempo. Corrieron a ciegas simplemente siguiendo el viejo trazado minero. Detrás de ellos podían aún escuchar a las tropas imperiales perseguirles. Aunque iban más despacio, sin duda tomando más precauciones.

Entonces el túnel empezó a iluminarse a medida que los rayos de los dobles soles de Tatooine entraban por la vieja entrada minera. Los dos hombres salieron al exterior donde les golpeó la habitual ola de calor del planeta. Sin embargo, respirar aquel aire caliente les hizo llenarse de energía. Eran libres.

Sólo que aún continuaban siguiéndoles...

Aunque el aire era insufriblemente caliente para mi pelaje, y la luz me dejo practicamente ciego durante unos segundos, no pude reir con cierta euforia al saber que estabamos fuera de las minas, y un poco mas cerca de escapar del todo.

Por desgracia los ruidos lejanos de los soldados persiguiendonos me recordo que no era momento de celebrar, no aun. - La parte mas importante ya la tenemos, salir fuera. Ahora queda pirarse de aquí. - Dije mientras mirada de reojo el hueco por donde acababamos de salir, el rifle listo para empezar a disparar en es dirección en cuanto un casco blanco asomara. - Ese tipo tenia esto muy bien preparada la fuga, seguro que agencio algún tipo de vehículo para salir pitando.

Los dos prófugos perdieron un tiempo precioso buscando por los alrededores dónde podría estar oculto el vehículo. Finalmente fue Jansen el que dio con él, perfectamente camuflado en una oquedad cubierta de piedras. Era una vieja moto jet, medio oxidada y cubierta de arena.

-¡Aquí, lo he encontrado!

Entonces de la boca de la mina comenzaron a surgir disparos de blaster cuando los soldados aparecieron de improviso. Una certera ráfaga alcanzó a Jansen de pleno, derribándolo.

Perfecto! - Dije un tanto pletorico cuando aparecio la moto. - No tenia duda alguna de que ese lo tenia absolutamente todo preparado. Vamos, no perdamos el tiempo!

Corri hacia donde estaba nuestro billete de escapatoria, cuando me encontre con una tormenta de disparos repentinamente. Los soldados parecian haber visto primero a Jacen, que se derrumbo como un saco cuando un disparo de blaster le alcanzo de lleno. Sin dudar, corri junto a su lado, buscando cobertura en las piedras donde la moto estaba escondida, y abri fuego para hacer que los soldados al menos se pusieran a cubierto.

Hey, dime algo! levanta tio, tenemos que salir pitando!!! - grite mientras le daba una pequeña patada en el brazo al humano, para ver si reaccionaba. Pero la quemadura del blaster tenia muy mala pinta...

Darnek se agachó mientras disparaba una ráfaga de vuelta. Uno de los soldados fue alcanzado y cayó tras unas piedras. El resto se apresuró a buscar donde esconderse.

De un solo vistazo, el bothan dedujo que a Jansen no le quedaba mucho tiempo. El tiro le había alcanzado de lleno y el humano lo sabía. Le agarró del brazo mientras se sacaba del bolsillo de la ropa de presidiario un pequeño chip.

-¡Llévaselo a... ya sabes quien...! ¡Lárgate... no hay tiempo...!

Los soldados de asalto volvieron a asomar las cabezas al ver que los disparos se habían detenido.

Aunque no fuese cirujano, hasta yo podia ver que aquella herida no tenia buena pinta. y a juzgar por su expresion, el tambien lo sabia. En la academia ya me habian advertido de que tarde o temprano me enfrentaria a situaciones asi, pero hubiera preferido un poco mas tarde.

Con expresion adusta, tome el chip que me ofrecia y me subi de un salto a la mota. Estuve a punto de decir algo, pero hice de tripas corazon, y tras asentir con decision, acelere a fondo, para salir por fin de aquel maldito agujero. Tenia que asegurarme que el sacrificio de Jansen no era inutil...

El bothan se subió a la moto y la puso en marcha. Afortunadamente arrancó a la primera y se alejó de allí a toda prisa perseguido por los disparos blasters de los soldados de asalto. Guiándose por la posición del sol, pudo situarse y dirigirse hacia donde pensaba que estaba la ciudad.

Una vez allí, dejó el vehículo en las afueras y entró a pie a la población. No quería aparecer por allí subido en una máquina que bien podía haber sido robada allí mismo y tener más problemas. Le sorprendió la enorme presencia imperial que había en la ciudad. Los soldados de asalto se paseaban prácticamente por todas partes. Era demasiado pronto para que estuvieran buscándole a él. Allí pasaba algo más.

Localizó el lugar donde se había reunido con el agente por primera vez. La tienda de Razzak estaba cerrada, pero tenía un pequeño acceso a un garaje trasero. Allí se encontraba el agente, arreglando unas piezas en una mesa de trabajo.

-¡Eres tú! -se sorprendió al verle- ¡Has logrado escapar! Ven, vamos abajo.

A salvo en el escondite, Razzak sacó dos vasos y los llenó de un líquido ambarino.

-Ten, tienes aspecto de necesitarlo. Cuéntame qué ha pasado. Estos últimos días han sido una locura en la ciudad.

Tras la desesperada huida, cuando por fin llegue de vuelta a la ciudad aparentemente intacto (no pude evitar revisar dos o tres veces que no tenia ningun impacto de blaster, aunque sabia perfectamente que lo habria notado) casi no podia creer la suerte que habia tenido. Mas sabiendo que otros no habian tenido tanta. Estuve a punto incluso de olvidar mi ateismo y dar gracias a los dioses. 

Hasta que no logre llegar a la tienda de Razzak, y este me llevo al sotano, no pude respirar tranquilo. Pero una vez me sente, en teoria a salvo, pude notar como todo el cansancio y estres de las ultimas horas finalmente empezaban a hacer efecto.- Si, logre escapar, por desgracia otro hombre que me ayudo no tuvo tanta suerte. Un buen tipo llamado Jansen. 

Tras dar un buen trago a lo que me sirvio Razzak, procedi a narrar con detalle lo acontecido en mi estancia en la prisión, procurando no omitir detalles, era una suerte que en la academia hubiesen insistido en los ejercicios para entrenar la memoria. - Todo iba bien hasta que dejo de hacerlo, lo unico que se gracias a la infiltrada que teneis alli es que unos contrabandistas le habian dado un buen puñetazo al avispero, mandando todos los planes al puñetero infierno. Tuve suerte de poder aprovechar el plan de fuga que un chivato de la guardia tenia preparado, si no dificilmente estariamos teniendo esta charla...

-Conocía a Jansen... era un buen tipo -vació de un trago su vaso y sirvió una nueva ronda-. Sí, por aquí las cosas se han desmadrado. Unos contrabandistas estúpidos destruyeron unas instalaciones pertenecientes al mafioso local. Se utilizaban a niños como esclavos para extraer especia roja que se vendía en el mercado negro.

Darnek conocía esa especia. Era la droga más moderna que se movía ahora por la galaxia. Los gansters locales se hacían con pequeñas fortunas vendiendo esa basura.

-Pero eso no es todo. El Imperio descubrió que el gobernador imperial local estaba metido en el ajo. Así que un destructor llegó hace unos días y dejó un cargamento de alegres soldados de asalto. Fusilaron al gobernador y colocaron a otro aún más déspota. Se ha propuesto vaciar las calles de escoria. Suerte con eso.

Levantó el vaso y volvió a beber.

-Ahora bien. Ese chip que llevas es de vital importancia. Tenemos que sacarte de aquí cuanto antes y enviarte a Ord Mantell. Allí podrás pasarlo a las manos adecuadas ¿Estas listo para un nuevo viajecito, amigo?

Al oir mencionar la mina de especia clandestina senti una punzada de culpabilidad, recordando a Owen y su hija. Que hubieran reventado aquella operación era buena noticia, pero no pude evitar hacer una pregunta que me carcomia. - Los niños, los que tenian en las minas... lograron huir? 

Tras pararme a pensar con frialdad unos segundos, añadi.- Espera, mejor no me digas nada... - La mision era lo primero, y tenia que anteponerla a cualquier tipo de distraccion. O eso habian insistido mis instructores. - Estoy listo para ir a donde haga falta. Aunque con la situación que me cuentas, no va a ser trivial salir de aqui. Cual es el plan?

Razzak sonrió.

-Tranquilo, los niños están bien. Los contrabandistas los rescataron y los llevaron de vuelta a la ciudad. Ya ves, por lo visto todavía queda decencia en la galaxia. En cuanto a ti, te sacaremos hoy. Conozco a un piloto que podría hacerlo. Suele frecuentar la cantina donde te cogieron la primera vez. Vete esta noche, cuando las patrullas se reduzcan y búscale. Suele estar siempre en las mesas de sabacc jugando a las cartas con esos ridículos guantes blancos que usa, dile que vas de mi parte.

Guantes blancos... entendido, no deberia ser dificil de localizar. - Comente, tomando nota mentalmente. Escuchar que los niños estaban a salvo me habia quitado una pequeña carga de encima, solo esperaba que Owen pudiera salir y reencontrarse. Hubiera sido bonito ayudarle, pero el destino me deparaba otro camino. - Si no te importa, me quedare por aqui esperando, escondido. No creo que quieras que pillen a un fugitivo en tu local, jeje! No tendras ropa de mi talla, por casualidad? 

Aunque las horas hasta el anochecer eran un buen momento para descansar, debia prepararme para la salida nocturna debidamente disfrazado. No me apetecia acabar de vuelta en la prision o peor, con tu tiro en la espalda.